La doctrina milenarista expone que los santos reinarán sobre la tierra (de manera literal) durante mil años y gozarán de una gran prosperidad material. Sus enemigos se les someterán. El milenarismo se fundamenta en la interpretación literal del Libro del Apocalipsis 20,4:
"Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar;
vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios,
y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen,
y no aceptaron la marca en su frente o en su mano;
revivieron y reinaron con Cristo mil años."
Ireneo explica en su obra literaria que la bendición de Isaac a Jacob (Génesis 27,28-29) debe leerse en clave de futuro, no de pasado o presente.
“¡Pues que Dios te dé el rocío del cielo y la grosura de la tierra, mucho trigo y mosto!
Que los pueblos te sirvan, y las naciones se inclinen ante ti.
Se señor de tus hermanos y que se postren ante ti los hijos de tu madre.
¡Quien te maldijere, maldito sea, y quien te bendijere, sea bendito!”
Ésta, según Ireneo, es una profecía del Milenio de los Santos, el tiempo en que los santos gobernarán y todo será perfecto.
En Contra las Herejías 5.33.3, Ireneo pone en boca de Cristo un agrapha (dichos de Jesús que no están escritos en el Evangelio pero que se han transmitido a través de discípulos con una fuerte conexión apóstolica, cf. Jn 21,25), que confirma la doctrina milenarista. ¿De dónde extrajo san Ireneo esta enseñanza? Él mismo nos lo dice en su obra: “De los presbíteros que conocieron a Juan”. Ireneo dice que fue Papías, compañero de san Policarpo (que también conoció al apóstol san Juan), quien escribió este agrapha.
+ DOCTRINA MILENARISTA
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