sábado, 25 de junio de 2022

DOMINGO DE LA 13 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año C

  Gálatas 1.13-18:
       ¿Qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la libertad?
       ¿Qué dice la Doctrina Social de la Iglesia sobre la libertad de la persona?
  Lc 9,51-62
Comentarios:
   Vuestra vocación es la libertad

Gálatas 5,13-15: La libertad y el amor

Gálatas 5,13-15

13 Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad 
     no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores 
     los unos de los otros, por medio del amor. 
14 Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: 
     Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 
15 Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, 
     tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros.

¿Qué dice la Doctrina Social de la Iglesia sobre la libertad de la persona?

PONTIFICIO CONSEJO « JUSTICIA Y PAZ »
COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

C) LA LIBERTAD DE LA PERSONA

a) Valor y límites de la libertad

135 El hombre puede dirigirse hacia el bien sólo en la libertad, que Dios le ha dado como signo eminente de su imagen: «Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión (cf. Si 15,14), para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa ».

El hombre justamente aprecia la libertad y la busca con pasión: justamente quiere —y debe—, formar y guiar por su libre iniciativa su vida personal y social, asumiendo personalmente su responsabilidad. La libertad, en efecto, no sólo permite al hombre cambiar convenientemente el estado de las cosas exterior a él, sino que determina su crecimiento como persona, mediante opciones conformes al bien verdadero: de este modo, el hombre se genera a sí mismo, es padre de su propio ser y construye el orden social.

136 La libertad no se opone a la dependencia creatural del hombre respecto a Dios. La Revelación enseña que el poder de determinar el bien y el mal no pertenece al hombre, sino sólo a Dios (cf. Gn 2,16-17). « El hombre es ciertamente libre, desde el momento en que puede comprender y acoger los mandamientos de Dios. Y posee una libertad muy amplia, porque puede comer “de cualquier árbol del jardín”. Pero esta libertad no es ilimitada: el hombre debe detenerse ante el “árbol de la ciencia del bien y del mal”, por estar llamado a aceptar la ley moral que Dios le da. En realidad, la libertad del hombre encuentra su verdadera y plena realización en esta aceptación».

137 El recto ejercicio de la libertad personal exige unas determinadas condiciones de orden económico, social, jurídico, político y cultural que son, «con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas. Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad. Al apartarse de la ley moral, el hombre atenta contra su propia libertad, se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad con sus semejantes y se rebela contra la verdad divina». La liberación de las injusticias promueve la libertad y la dignidad humana: no obstante, «ante todo, hay que apelar a las capacidades espirituales y morales de la persona y a la exigencia permanente de la conversión interior si se quieren obtener cambios económicos y sociales que estén verdaderamente al servicio del hombre».

b) El vínculo de la libertad con la verdad y la ley natural

138 En el ejercicio de la libertad, el hombre realiza actos moralmente buenos, que edifican su persona y la sociedad, cuando obedece a la verdad, es decir, cuando no pretende ser creador y dueño absoluto de ésta y de las normas éticas. La libertad, en efecto, «no tiene su origen absoluto e incondicionado en sí misma, sino en la existencia en la que se encuentra y para la cual representa, al mismo tiempo, un límite y una posibilidad. Es la libertad de una criatura, o sea, una libertad donada, que se ha de acoger como un germen y hacer madurar con responsabilidad». En caso contrario, muere como libertad y destruye al hombre y a la sociedad.

139 La verdad sobre el bien y el mal se reconoce en modo práctico y concreto en el juicio de la conciencia, que lleva a asumir la responsabilidad del bien cumplido o del mal cometido. «Así, en el juicio práctico de la conciencia, que impone a la persona la obligación de realizar un determinado acto, se manifiesta el vínculo de la libertad con la verdad. Precisamente por esto la conciencia se expresa con actos de “juicio”, que reflejan la verdad sobre el bien, y no como “decisiones” arbitrarias. La madurez y responsabilidad de estos juicios —y, en definitiva, del hombre, que es su sujeto— se demuestran no con la liberación de la conciencia de la verdad objetiva, en favor de una presunta autonomía de las propias decisiones, sino, al contrario, con una apremiante búsqueda de la verdad y con dejarse guiar por ella en el obrar».

140 El ejercicio de la libertad implica la referencia a una ley moral natural, de carácter universal, que precede y aúna todos los derechos y deberes. La ley natural «no es otra cosa que la luz de la inteligencia infundida en nosotros por Dios. Gracias a ella conocemos lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Esta luz o esta ley Dios la ha donado a la creación» y consiste en la participación en su ley eterna, la cual se identifica con Dios mismo. Esta ley se llama natural porque la razón que la promulga es propia de la naturaleza humana. Es universal, se extiende a todos los hombres en cuanto establecida por la razón. En sus preceptos principales, la ley divina y natural está expuesta en el Decálogo e indica las normas primeras y esenciales que regulan la vida moral. Se sustenta en la tendencia y la sumisión a Dios, fuente y juez de todo bien, y en el sentido de igualdad de los seres humanos entre sí. La ley natural expresa la dignidad de la persona y pone la base de sus derechos y de sus deberes fundamentales.

141 En la diversidad de las culturas, la ley natural une a los hombres entre sí, imponiendo principios comunes. Aunque su aplicación requiera adaptaciones a la multiplicidad de las condiciones de vida, según los lugares, las épocas y las circunstancias, la ley natural es inmutable, «subsiste bajo el flujo de ideas y costumbres y sostiene su progreso... Incluso cuando se llega a renegar de sus principios, no se la puede destruir ni arrancar del corazón del hombre. Resurge siempre en la vida de individuos y sociedades».

Sus preceptos, sin embargo, no son percibidos por todos con claridad e inmediatez. Las verdades religiosas y morales pueden ser conocidas «de todos y sin dificultad, con una firme certeza y sin mezcla de error», sólo con la ayuda de la Gracia y de la Revelación. La ley natural ofrece un fundamento preparado por Dios a la ley revelada y a la Gracia, en plena armonía con la obra del Espíritu.

142 La ley natural, que es ley de Dios, no puede ser cancelada por la maldad humana. Esta Ley es el fundamento moral indispensable para edificar la comunidad de los hombres y para elaborar la ley civil, que infiere las consecuencias de carácter concreto y contingente a partir de los principios de la ley natural. Si se oscurece la percepción de la universalidad de la ley moral natural, no se puede edificar una comunión real y duradera con el otro, porque cuando falta la convergencia hacia la verdad y el bien, « cuando nuestros actos desconocen o ignoran la ley, de manera imputable o no, perjudican la comunión de las personas, causando daño». En efecto, sólo una libertad que radica en la naturaleza común puede hacer a todos los hombres responsables y es capaz de justificar la moral pública. Quien se autoproclama medida única de las cosas y de la verdad no puede convivir pacíficamente ni colaborar con sus semejantes.

143 La libertad está misteriosamente inclinada a traicionar la apertura a la verdad y al bien humano y con demasiada frecuencia prefiere el mal y la cerrazón egoísta, elevándose a divinidad creadora del bien y del mal: «Creado por Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, por instigación del demonio, en el propio exordio de la historia, abusó de su libertad, levantándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su propio fin al margen de Dios (...). Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin último, y también toda su ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las relaciones con los demás y con el resto de la creación». La libertad del hombre, por tanto, necesita ser liberada. Cristo, con la fuerza de su misterio pascual, libera al hombre del amor desordenado de sí mismo, que es fuente del desprecio al prójimo y de las relaciones caracterizadas por el dominio sobre el otro; Él revela que la libertad se realiza en el don de sí mismo. Con su sacrificio en la cruz, Jesús reintegra el hombre a la comunión con Dios y con sus semejantes.

(...)

VII. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL

c) La libertad

199 La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana: «La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana». No se debe restringir el significado de la libertad, considerándola desde una perspectiva puramente individualista y reduciéndola a un ejercicio arbitrario e incontrolado de la propia autonomía personal: «Lejos de perfeccionarse en una total autarquía del yo y en la ausencia de relaciones, la libertad existe verdaderamente sólo cuando los lazos recíprocos, regulados por la verdad y la justicia, unen a las personas». La comprensión de la libertad se vuelve profunda y amplia cuando ésta es tutelada, también a nivel social, en la totalidad de sus dimensiones.

200 El valor de la libertad, como expresión de la singularidad de cada persona humana, es respetado cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocación personal; es decir, puede buscar la verdad y profesar las propias ideas religiosas, culturales y políticas; expresar sus propias opiniones; decidir su propio estado de vida y, dentro de lo posible, el propio trabajo; asumir iniciativas de carácter económico, social y político. Todo ello debe realizarse en el marco de un « sólido contexto jurídico», dentro de los límites del bien común y del orden público y, en todos los casos, bajo el signo de la responsabilidad.

La libertad, por otra parte, debe ejercerse también como capacidad de rechazar lo que es moralmente negativo, cualquiera que sea la forma en que se presente, como capacidad de desapego efectivo de todo lo que puede obstaculizar el crecimiento personal, familiar y social. La plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien, en el horizonte del bien común universal.

¿Qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la libertad?

 CIC
Tercera parte: LA VIDA EN CRISTO
Primera sección: La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Capítulo primero: La dignidad de la persona humana
Artículo 3: LA LIBERTAD DEL HOMBRE


1730 Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. “Quiso Dios “dejar al hombre en manos de su propia decisión” (Si 15,14), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue libremente a la plena y feliz perfección”(GS 17): «El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos» (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 4, 4, 3).

I. Libertad y responsabilidad

1731 La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.

1732 Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito.

1733 En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado (cf Rm 6,17).

1734 La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que estos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos.

1735 La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales.

1736
Todo acto directamente querido es imputable a su autor: Así el Señor pregunta a Adán tras el pecado en el paraíso: “¿Qué has hecho?” (Gn 3,13). Igualmente a Caín (cf Gn 4, 10). Así también el profeta Natán al rey David, tras el adulterio con la mujer de Urías y la muerte de éste (cf 2 S 12, 7-15).
Una acción puede ser indirectamente voluntaria cuando resulta de una negligencia respecto a lo que se habría debido conocer o hacer, por ejemplo, un accidente provocado por la ignorancia del código de la circulación.

1737 Un efecto puede ser tolerado sin ser querido por el que actúa, por ejemplo, el agotamiento de una madre a la cabecera de su hijo enfermo. El efecto malo no es imputable si no ha sido querido ni como fin ni como medio de la acción, como la muerte acontecida al auxiliar a una persona en peligro. Para que el efecto malo sea imputable, es preciso que sea previsible y que el que actúa tenga la posibilidad de evitarlo, por ejemplo, en el caso de un homicidio cometido por un conductor en estado de embriaguez.

1738 La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa (cf DH 2). Este derecho debe ser reconocido y protegido civilmente dentro de los límites del bien común y del orden público (cf DH 7).

II. La libertad humana en la Economía de la salvación

1739 Libertad y pecado. La libertad del hombre es finita y falible. De hecho el hombre erró. Libremente pecó. Al rechazar el proyecto del amor de Dios, se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado. Esta primera alienación engendró una multitud de alienaciones. La historia de la humanidad, desde sus orígenes, atestigua desgracias y opresiones nacidas del corazón del hombre a consecuencia de un mal uso de la libertad.

1740 Amenazas para la libertad. El ejercicio de la libertad no implica el derecho a decir y hacer cualquier cosa. Es falso concebir al hombre “sujeto de esa libertad como un individuo autosuficiente que busca la satisfacción de su interés propio en el goce de los bienes terrenales” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 13). Por otra parte, las condiciones de orden económico y social, político y cultural requeridas para un justo ejercicio de la libertad son, con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas. Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad. Al apartarse de la ley moral, el hombre atenta contra su propia libertad, se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad con sus semejantes y se rebela contra la verdad divina

1741 Liberación y salvación. Por su Cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres. Los rescató del pecado que los tenía sometidos a esclavitud. “Para ser libres nos libertó Cristo” (Ga 5,1). En Él participamos de “la verdad que nos hace libres” (Jn 8,32). El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, “donde está el Espíritu, allí está la libertad” (2 Co 3,17). Ya desde ahora nos gloriamos de la “libertad de los hijos de Dios” (Rm 8,21).

1742 Libertad y gracia. La gracia de Cristo no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta corresponde al sentido de la verdad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Al contrario, como lo atestigua la experiencia cristiana, especialmente en la oración, a  medida que somos más dóciles a los impulsos de la gracia, se acrecientan nuestra íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas, como también ante las presiones y coacciones del mundo exterior. Por el trabajo de la gracia, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo.

«Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad» (Domingo XXXII del Tiempo ordinario, Colecta: Misal Romano)

Resumen

1743 Dios [...] ha querido “dejar al hombre [...]en manos de su propia decisión” (Si 15,14), para que pueda adherirse libremente a su Creador y llegar así a la bienaventurada perfección (cf GS 17,1).

1744 La libertad es el poder de obrar o de no obrar y de ejecutar así, por sí mismo, acciones deliberadas. La libertad alcanza su perfección, cuando está ordenada a Dios, el supremo Bien.

1745 La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Hace al ser humano responsable de los actos de que es autor voluntario. Es propio del hombre actuar deliberadamente.

1746 La imputabilidad o la responsabilidad de una acción puede quedar disminuida o incluso anulada por la ignorancia, la violencia, el temor y otros factores psíquicos o sociales.

1747 El derecho al ejercicio de la libertad, especialmente en materia religiosa y moral, es una exigencia inseparable de la dignidad del hombre. Pero el ejercicio de la libertad no implica el pretendido derecho de decir o de hacer cualquier cosa.

1748 “Para ser libres nos libertó Cristo” (Ga 5,1).

DOMINGO DE LA 13 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año C (Lecturas)

1 Kings 19:16-21
Salmo 16, “Tú eres, Señor, mi lote y mi heredad”
Gálatas 5:1,13-10
Lucas 9:51-62

I Reyes 19,16b. 19-21

En aquellos días, el Señor dijo a Elías: "Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén." Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto. Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: "Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo." Elías le dijo: "Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?" Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Salmo 15: Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien."
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Gálatas 5,1.13-18

Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la Ley se concentra en esta frase: "Amarás al prójimo como a ti mismo." Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente. Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais. En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.

Lucas 9,51-62

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
— Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. 

Mientras iban de camino, le dijo uno:
— Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió:
— Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo:
— Sígueme.
Él respondió:
— Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó:
— Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.
Otro le dijo:
— Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
— El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.

REFLEXIONES PARA ESTE DOMINGO:  
Vuestra vocación es la libertad   

1 Reyes 19,19-21: La vocación de Eliseo

1 Reyes 19,19-21


19 Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. 
     Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la última. 
     Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto.
20 Eliseo dejó sus bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: 
     "Déjame besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré". 
     Elías le respondió: "Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo para impedírtelo?"
21 Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. 
     Luego, con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. 
     Después partió, fue detrás de Elías y se puso a su servicio.

FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA (lecturas)

Isaías 61,9-11
1 Samuel 2,1.4-8: Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador
Lucas 2,41-51

Isaías 61,9-11

La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos entre los pueblos. Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos

1 Samuel 2,1. 4-8: Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador

Mi corazón se regocija por el señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador

Se rompen los arcos de tus valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador

Lucas 2,41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
— Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.
Él les contestó:
— ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Isaías 61,1-11: Misión del proteta

Misión del profeta

1 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. 
   Me ha enviado para dar una buena noticia a los que sufren, 
   para vendar  los corazones desgarrados, para proclamar la liberación a los cautivos 
   y a los prisioneros la libertad, 
2 para proclamar  el año de gracia del Señor, el día del desquite de nuestro Dios; 
   para consolar a los afligidos; 
3 para cambiar su ceniza en corona, su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de gala.
   Los llamarán Robles del Justo, plantados por el Señor, para su gloria.

Restauración

4 Reconstruirán las viejas ruinas, levantarán los antiguos escombros; 
   renovarán las ciudades en ruinas, los escombros  de muchas generaciones. 
5 Se presentarán extranjeros a pastorear sus rebaños, y forasteros serán sus labradores y viñadores. 
6 Ustedes se llamarán Sacerdotes del Señor, dirán de ustedes: Ministros de nuestro Dios. 
   Comerán la opulencia de los pueblos, y tomarán posesión de sus riquezas. 
7 A cambio de su vergüenza e insultos, ellos obtendrán una porción doble;
   poseerán el doble en su país, y gozarán de alegría perpetua. 
8 Porque yo, el Señor, amo la justicia, detesto la rapiña y el crimen. 
   Les daré su salario fielmente y haré con ellos una alianza perpetua. 


9 Su descendencia  será célebre entre las naciones, y sus vástagos entre los pueblos. 
   Quienes los vean reconocerán que son la descendencia que bendijo el Señor. 
10 Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: 
     porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, 
     como novio que se pone la corona o novia que se adorna con sus joyas.
11Como el suelo echa sus brotes, como un jardín  hace germinar sus semillas, 
    así el Señor hará brotar la justicia y su fama frente a todos los pueblos.


Fiesta del Inmaculado Corazón de María


Lecturas de la Misa 
Imágenes del Inmaculado Corazón de María  

jueves, 23 de junio de 2022

FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, Año C (Lecturas)

Ezequiel 34, 11-16
Salmo 22: El Señor es mi pastor, nada me falta
Romanos 5, 5b-11
Lucas 15,3-7

Ezequiel 34,11-16

Así dice el Señor Dios: "Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro. Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Las sacaré de entre los pueblos, las congregaré de los países, las traeré a su tierra, las apacentaré en los montes de Israel, en las cañadas y en los poblados del país. Las apacentaré en ricos pastizales, tendrán sus dehesas en los montes más altos de Israel; se recostarán en fértiles dehesas y pastarán pastos jugosos en los montes de Israel. Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear -oráculo del Señor Dios. Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas; a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido."

Salmo 22: El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Romanos 5,5b-11

Hermanos: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos, salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

Lucas 15,3-7

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse."

Lucas 15,1-32: Parábolas de la misericordia de Dios

Parábolas de la misericordia de Dios

1 Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.
2 Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: 
   "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos".
3 Jesús les dijo entonces esta parábola:
4 "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo 
   y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?
5 Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
6 y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: 
   "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".
7 Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador 
   que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".

La moneda perdida y encontrada
Jueves de la 31 Semana del Tiempo Ordinario I y II

8 Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, 
   ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?
9 Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: 
   "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".
10 Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador 
     que se convierte".

SOBRE EL MISMO TEMA:


Parábola del padre misericordioso

11 Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos.
12 El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". 
     Y el padre les repartió sus bienes.
13 Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, 
     donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
14 Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, 
     y comenzó a sufrir privaciones.
15 Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo 
     para cuidar cerdos.
16 Él hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, 
     pero nadie se las daba.
17 Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, 
     y yo estoy aquí muriéndome de hambre!
18 Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti;
19 ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros".
20 Entonces partió y volvió a la casa de su padre.
     Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; 
     corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
21 El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo".
22 Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, 
     pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
23 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,
24 porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". 
     Y comenzó la fiesta.
25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música 
     y los coros que acompañaban la danza.
26 Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué significaba eso.
27 Él le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, 
     porque lo ha recobrado sano y salvo".
28 Él se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara,
29 pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás 
     ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
30 ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, 
     haces matar para él el ternero engordado!"
31 Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
32 Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, 
     estaba perdido y ha sido encontrado"".

¿Cuándo se celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús?

 


miércoles, 22 de junio de 2022

MIÉRCOLES DE LA 12 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año II (Lecturas)

2 Reyes 22, 13; 23, 1-3
Salmo 118,33.34.35.36.37.40
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes
Mateo 7,15-20

2 Reyes 22, 13; 23, 1-3

En aquellos días, el sumo sacerdote Helcías dijo al cronista Safán: "He encontrado en el templo el libro de la Ley." Entregó el libro a Safán, y éste lo leyó . Luego fue a dar cuenta al rey Josías: "Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras." Y le comunicó la noticia: "El sacerdote Helcías me ha dado un libro." Safán lo leyó ante el rey; y, cuando el rey oyó el contenido del libro de la Ley, se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías, funcionario real: "Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá, a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro cumpliendo lo prescrito en él." Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey ordenó que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. El pueblo entero suscribió la alianza.

Salmo 118,33.34.35.36.37.40
Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,
y lo seguiré puntualmente.
R. Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón.
R. Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo.
R. Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Inclina mi corazón a tus preceptos,
y no al interés.
R. Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Aparta mis ojos de las vanidades,
dame vida con tu palabra.
R. Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Mira cómo ansío tus decretos:
dame vida con tu justicia.
R. Muéstrame, Señor, 
el camino de tus leyes

Mateo 7,15-20

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis".

martes, 21 de junio de 2022

21 de junio: San Luis Gonzaga

 

por Celestino Hueso SF  

21 Junio: San Luis Gonzaga por Celestino Hueso SF.



Le toca hoy el turno a un santo estrella que vivió pocos años pero fueron suficientes para alcanzar un extraordinario grado de santidad.

Luis era hijo de los marqueses de Chatillon de Stiviéres en Lombardía. Su madre quería que fuera santo, a su padre le sonaba más que fuera un guerrero; de ahí que desde muy pequeño lo llevara consigo a convivir con los soldados de quienes aprendió enseguida unos modales bastantes groseros y un lenguaje no digamos grosero sino vulgarísimo. Cierto que, apenas le dijeron que esa forma de hablar no era propia de un cristiano, se corrigió porque él había decidido seguir el camino que le indicaba su madre.

Desde jovencito se dedicó a la oración y las penitencias, sin abandonar los estudios ni los trabajos que su padre le encomendaba. A la edad de dieciocho años renunció a sus derechos de sucesión en el marquesado a favor de su hermano, aunque a su padre no le hacía mucha gracia el asunto. Y a continuación ingresó en el noviciado de los jesuitas.

Duró poco la dicha pues se declaró una epidemia de fiebres y la Compañía de Jesús, desde el general hasta el último mono (digo, fraile) se dedicó a atender a los enfermos. Nuestro santo pescó la enfermedad cargando uno de estos enfermos y aunque, en principio, se recuperó, murió poco después, a la edad de 23 años, habiendo sido siempre un ejemplo de lo que debe ser un cristiano.

El Papa Pio XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.

domingo, 19 de junio de 2022

LUNES DE LA 12 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año II (Lecturas)

2 Reyes 17, 5-8.13-15a.18
Salmo 59: Que tu mano salvadora, Señor, nos responda
Mateo 7, 1-5

2 Reyes 17,5-8.13-15a.18

En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos. El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: "Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas." Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

Salmo 59: Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas;
estabas airado, pero restáuranos.
R. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo.
R. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos.
R. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Mateo 7,1-5

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguéis y no os juzgarán. Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano".

sábado, 18 de junio de 2022

Hebreos 6,1-20:

Hebreos 6,1-20:

1 Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, 
   elevémonos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento 
   de las obras muertas y de la fe en Dios;
2 de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; 
   de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
3 Y así procederemos con el favor de Dios.
4 Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, 
   gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
5 saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro,
6 y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, 
   pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia.
7 Porque la tierra que recibe frecuentes lluvias y produce buena vegetación 
   para los que la cultivan participa de la bendición de Dios.
8 Por lo contrario, la que produce espinas y abrojos es desechada, y cerca está de la maldición, 
   y terminará por ser quemada.
9 Pero de vosotros, queridos, aunque hablemos así, esperamos cosas mejores 
   y conducentes a la salvación.
10 Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado 
     hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos.
11 Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia 
     para la plena realización de la esperanza,
12 de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, 
     mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas.
13 Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, 
     juró por sí mismo
14 diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera.
15 Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa.
16 Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía 
     que pone fin a todo litigio.
17 Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa 
     la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento,
18 para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, 
     nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos 
     a la esperanza propuesta,
19 que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, 
     y que penetra hasta más allá del velo,
20 adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec,
     Sumo Sacerdote para siempre.

Hebreos 5,11-14: Advertencia contra la apostasía

5,11-14: Advertencia contra la apostasía

11 Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, 
     porque os habéis hecho tardos de entendimiento.
12 Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos 
     en los primeros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad  
     de leche en lugar de manjar sólido.
13 Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño.
14 En cambio, el manjar sólido es de adultos; de aquellos que, por costumbre, 
     tienen las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal.

Génesis 14,1-24: Abram vence a reyes poderosos

1 Aconteció en los días de Amrafel, rey de Senaar, de Aryok, rey de Ellasar, de Kedorlaomer, 
   rey de Elam, y de Tidal, rey de Goyim,
2 que éstos hicieron guerra a Berá, rey de Sodoma, a Birsá, rey de Gomorra, a Sinab, rey de Admá, 
   a Semeber, rey de Seboyim, al rey de Belá (o sea, Soar).
3 Estos últimos se juntaron en el valle de Siddim (esto es, el mar de la Sal).
4 Doce años habían servido a Kedorlaomer, pero el año trece se rebelaron.
5 Vinieron, pues, en el año catorce Kedorlaomer y los reyes que estaban por él, 
   y derrotaron a los refaítas en Asterot Carnáyim, a los zuzíes en Ham, 
   a los emíes en la llanura de Quiryatáyim,
6 y a los joritas en las montañas de Seír hasta El Parán, que está frente al desierto.
7 De vuelta, llegaron a En Mispat (o sea, Cadés), y batieron todo el territorio de los amalecitas, 
   y también a los amorreos que habitaban en Jasesón Tamar.
8 Salieron entonces el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Admá, 
   el rey de Seboyim y el rey de Belá (esto es, de Soar) y en el valle de Siddim les presentaron batalla:
9 a Kedorlaomer, rey de Elam, a Tidal, rey de Goyim, a Amrafel, rey de Senaar, 
   y a Aryok, rey de Ellasar: cuatro reyes contra cinco.
10 El valle de Siddim estaba lleno de pozos de betún, y como huyesen los reyes 
     de Sodoma y Gomorra, cayeron allí. Los demás huyeron a la montaña.
11 Los vencedores tomaron toda la hacienda de Sodoma y Gomorra 
     con todos sus víveres y se fueron.
12 Apresaron también a Lot, el sobrino de Abram, y su hacienda, pues él habitaba en Sodoma, 
     y se fueron.
13 Un evadido vino a avisar a Abram el hebreo, que habitaba junto a la encina de Mambré el amorreo, 
     hermano de Eskol y de Aner, aliados a su vez de Abram.
14 Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo, movilizó la tropa de gente 
     nacida en su casa, en número de 318, y persiguió a aquéllos hasta Dan.
15 Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó, y los persiguió hasta Jobá, 
     que está al norte de Damasco;
16 recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su hacienda así como a las mujeres 
     y a la gente.
17 A su regreso después de batir a Kedorlaomer y a los reyes que con él estaban, 
     le salió al encuentro el rey de Sodoma en el valle de Savé (o sea, el valle del Rey).

14,18-20

18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo,
19 y le bendijo diciendo: "¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra,
20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!" 
     Y Abram le dio el diezmo de todo.

21 Dijo luego el rey de Sodoma a Abram: "Dame las personas, y quédate con la hacienda."
22 Pero Abram dijo al rey de Sodoma: "Alzo mi mano ante el Dios Altísimo, 
     creador de cielos y tierra:
23 ni un hilo, ni la correa de un zapato, ni nada de lo tuyo tomaré, y así no dirás: 
     "Yo he enriquecido a Abram."
24 Nada en absoluto, salvo lo que han comido los mozos y la parte de los hombres 
     que fueron conmigo: Aner, Eskol y Mambré. Ellos que tomen su parte."

"Sin ilusiones se nos arruga el corazón", Marian Rojas, psiquiatra.

 


viernes, 17 de junio de 2022

Hebreos 3,1-6: Jesús es superior a Moisés

3,1-6: Jesús es superior a Moisés

1 Por tanto, hermanos santos, partícipes de una vocación celestial, considerad al apóstol 
   y Sumo Sacerdote de nuestra fe, a Jesús,
2 que es fiel al que le instituyó, como lo fue también Moisés en toda su casa.
3 Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de Moisés, 
   en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma.
4 Porque toda casa tiene su constructor; mas el constructor del universo es Dios.
5 Ciertamente, Moisés fue fiel en toda su casa, como servidor,
   para atestiguar cuanto había de anunciarse,
6 pero Cristo lo fue como hijo, al frente de su propia casa, que somos nosotros, 
   si es que mantenemos la entereza y la gozosa satisfacción de la esperanza.

Hebreos 2,1-5: Una salvación tan grande

2,1-5 Una salvación tan grande

1 Por tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos.
2 Pues si la palabra promulgada por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza que toda transgresión 
   y desobediencia recibió justa retribución,
3 ¿cómo saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan gran salvación? 
   La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron,
4 testificando también Dios con señales y prodigios, con toda suerte de milagros 
   y dones del Espíritu Santo repartidos según su voluntad.

Hebreos 1,5-14: El Hijo, superior a los ángeles

El Hijo, superior a los ángeles

5 En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy; y también: 
   Yo seré para él Padre, y él será para mi Hijo?
6 Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios.
7 Y de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles vientos, y a sus servidores llamas de fuego.
8 Pero del Hijo: Tu trono, ¡oh Dios!, por los siglos de los siglos; y: El cetro de tu realeza, 
   cetro de equidad.
9 Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, 
   tu Dios con óleo de alegría con preferencia a tus compañeros.
10 Y también: Tú al comienzo, ¡oh Señor!, pusiste los cimientos de la tierra, 
     y obras de tu mano son los cielos.
11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; todos como un vestido envejecerán;
12 como un manto los enrollarás, como un vestido, y serán cambiados. 
     Pero tú eres el mismo y tus años no tendrán fin.
13 Y ¿a qué ángel dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos 
     por escabel de tus pies?
14 ¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar 
     la salvación?

Carta de San Pablo a Filemón 1,1-25

Salutación

1 Pablo, preso de Cristo Jesús, y Timoteo, el hermano, 
   a nuestro querido amigo y colaborador Filemón,
2 a la hermana Apfia, a nuestro compañero de armas, Arquipo, y a la Iglesia de tu casa.
3 Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
4 Doy gracias sin cesar a mi Dios, recordándote en mis oraciones,
5 pues tengo noticia de tu caridad y de tu fe para con el Señor Jesús y para bien de todos los santos,
6 a fin de que tu participación en la fe se haga eficiente mediante el conocimiento perfecto 
   de todo el bien que hay en nosotros en orden a Cristo.
7 Pues tuve gran alegría y consuelo a causa de tu caridad, 
   por el alivio que los corazones de los santos han recibido de ti, hermano.

Pablo intercede por Onésimo

8 Por lo cual, aunque tengo en Cristo bastante libertad para mandarte lo que conviene,
9 prefiero más bien rogarte en nombre de la caridad, yo, este Pablo ya anciano, 
   y además ahora preso de Cristo Jesús.
10 Te ruego en favor de mi hijo, a quien engendré entre cadenas, Onésimo,
11 que en otro tiempo te fue inútil, pero ahora muy útil para ti y para mí.
12 Te lo devuelvo, a éste, mi propio corazón.
13 Yo querría retenerle conmigo, para que me sirviera en tu lugar, en estas cadenas por el Evangelio;
14 mas, sin consultarte, no he querido hacer nada, para que esta buena acción tuya no fuera forzada 
     sino voluntaria.
15 Pues tal vez fue alejado de ti por algún tiempo, precisamente para que lo recuperaras para siempre,
16 y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido, que, 
     siéndolo mucho para mí, ¡cuánto más lo será para ti, no sólo como amo, sino también en el Señor!.
17 Por tanto, si me tienes como algo unido a ti, acógele como a mí mismo.
18 Y si en algo te perjudicó, o algo te debe, ponlo a mi cuenta.
19 Yo mismo, Pablo, lo firmo con mi puño; yo te lo pagaré... 
     Por no recordarte deudas para conmigo, pues tú mismo te me debes.
20 Sí, hermano, hazme este favor en el Señor. ¡Alivia mi corazón en Cristo!
21 Te escribo confiado en tu docilidad, seguro de que harás más de lo que te pido.
22 Y al mismo tiempo, prepárame hospedaje; pues espero que por vuestras oraciones 
     se os concederá la gracia de mi presencia.

Salutaciones y bendición final

23 Te saludan Epafras, mi compañero de cautiverio en Cristo Jesús,
24 Marcos, Aristarco, Demás y Lucas, mis colaboradores.
25 Que la gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.

Tito 3,12-15: Instrucciones personales. Bendición final

Instrucciones personales

12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, date prisa en venir donde mí a Nicópolis, 
     porque he pensado pasar allí el invierno.
13 Cuida de proveer de todo lo necesario para el viaje a Zenas, el perito en la Ley, y a Apolo, 
     de modo que nada les falte.
14 Que aprendan también los nuestros a sobresalir en la práctica de las buenas obras, 
     atendiendo a las necesidades urgentes, para que no sean unos inútiles.

Salutaciones y bendición final

15 Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. 
     La gracia sea con todos vosotros.

Tito 3,1-11: Justificados por la gracia

Justificados por gracia

1 Amonéstales que vivan sumisos a los magistrados y a las autoridades, 
   que les obedezcan y estén prontos para toda obra buena;
2 que no injurien a nadie, que no sean pendencieros sino apacibles, 
   mostrando una perfecta mansedumbre con todos los hombres.
3 Pues también nosotros fuimos en algún tiempo insensatos, desobedientes, descarriados, 
   esclavos de toda suerte de pasiones y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y 
   aborreciéndonos unos a otros.
4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres,
5 él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, 
   por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,
6 que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna.
8 Es cierta esta afirmación, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios
   traten de sobresalir en la práctica de las buenas obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres.
9 Evita discusiones necias, genealogías, contiendas y disputas sobre la Ley, porque son inútiles y vanas.
10 Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele;
11 ya sabes que ése está pervertido y peca, condenado por su propia sentencia.

Tito 2,1-15 Enseñanza de la sana doctrina

Enseñanza de la sana doctrina

1 Mas tú enseña lo que es conforme a la sana doctrina;
2 que los ancianos sean sobrios, dignos, sensatos, sanos en la fe, en la caridad, 
   en la paciencia, en el sufrimiento;
3 que las ancianas asimismo sean en su porte cual conviene a los santos: 
   no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, maestras del bien,
4 para que enseñen a las jóvenes a ser amantes de sus maridos y de sus hijos,
5 a ser sensatas, castas, hacendosas, bondadosas, sumisas a sus maridos, 
   para que no sea injuriada la Palabra de Dios.
6 Exhorta igualmente a los jóvenes para que sean sensatos en todo.
7 Muéstrate dechado de buenas obras: pureza de doctrina, dignidad,
8 palabra sana, intachable, para que el adversario se avergüence, 
   no teniendo nada malo que decir de nosotros.
9 Que los esclavos estén sometidos en todo a sus dueños, sean complacientes y no les contradigan;
10 que no les defrauden, antes bien muestren una fidelidad perfecta para honrar en todo la doctrina 
     de Dios nuestro Salvador.
11 Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres,
12 que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, 
     vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente,
13 aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios 
     y Salvador nuestro Jesucristo;
14 el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad 
     y purificar para sí un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras.
15 Así has de enseñar, exhortar y reprender con toda autoridad. Que nadie te desprecie.

jueves, 16 de junio de 2022

Carta de Pablo a Tito

1,1-4: Saludo
1,5-16: Requisitos de ancianos y obispos

2,1-15: Enseñanza de la sana doctrina

3,1-11: Justificados por la gracia
3,12-13: Instrucciones personales
3,14-15: Bendición final 

Tito 1,1-16: Requisitos de ancianos y obispos

Salutación

1 Pablo, siervo de Dios, apóstol de Jesucristo para llevar a los escogidos de Dios a la fe 
   y al pleno conocimiento de la verdad que es conforme a la piedad,
2 con la esperanza de vida eterna, prometida desde toda la eternidad por Dios que no miente,
3 y que en el tiempo oportuno ha manifestado su Palabra por la predicación a mí encomendada 
   según el mandato de Dios nuestro Salvador,
4 a Tito, verdadero hijo según la fe común. Gracia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, 
   nuestro Salvador.

Requisitos de ancianos y obispos

5 El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y 
   establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené.
6 El candidato debe ser irreprochable, casado una sola vez, cuyos hijos sean creyentes, 
   no tachados de libertinaje ni de rebeldía.
7 Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; 
   no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios;
8 sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí.
9 Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, 
   para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen.
10 Porque hay muchos rebeldes, vanos habladores y embaucadores, 
     sobre todo entre los de la circuncisión,
11 a quienes es menester tapar la boca; hombres que trastornan familias enteras, 
     enseñando por torpe ganancia lo que no deben.
12 Uno de ellos, profeta suyo, dijo: 
     «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos.»
13 Este testimonio es verdadero. Por tanto repréndeles severamente, a fin de que conserven sana la fe,
14 y no den oídos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
15 Para los limpios todo es limpio; mas para los contaminados e incrédulos nada hay limpio, 
     pues su mente y conciencia están contaminadas.
16 Profesan conocer a Dios, mas con sus obras le niegan; 
     son abominables y rebeldes e incapaces de toda obra buena.

4,9-18 Instrucciones personales. Saludos y bendición final

4,9-18 Instrucciones personales

9 Apresúrate a venir a mí cuanto antes,
10 porque me ha abandonado Demás por amor a este mundo y se ha marchado a Tesalónica; 
     Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia.
11 El único que está conmigo es Lucas. Toma a Marcos y tráele contigo, 
     pues me es muy útil para el ministerio.
12 A Tíquico le he mandado a Éfeso.
13 Cuando vengas, tráeme el abrigo que me dejé en Tróada, en casa de Carpo, y los libros, 
     en especial los pergaminos.
14 Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho mal. El Señor le retribuirá según sus obras.
15 Tú también guárdate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación.
16 En mi primera defensa nadie me asistió, antes bien todos me desampararon. 
     Que no se les tome en cuenta.
17 Pero el Señor me asistió y me dio fuerzas para que, por mi medio, 
     se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todos los gentiles. Y fui librado de la boca del león.
18 El Señor me librará de toda obra mala y me salvará guardándome para su Reino celestial. 
     A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

4,19-22: Saludos y bendición final

19 Saluda a Prisca y Aquila y a la familia de Onesíforo.
20 Erasto se quedó en Corinto; a Trófimo le dejé enfermo en Mileto.
21 Date prisa en venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia 
     y todos los hermanos.
22 El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.

2 Timoteo 4,1-8: Predica la palabra

1 Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, 
   por su Manifestación y por su Reino:
2 Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, 
   exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, 
   arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros 
   por el prurito de oír novedades;
4 apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas.
5 Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, 
   realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio.
6 Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.
7 He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe.
8 Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; 
   y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación.

Segunda Carta de San Pablo a Timoteo

1,1-18: No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar

2,1-13: Un buen soldado de Jesucristo
2,14-26: Evita las discusiones necias

3,1-17: Carácter de los hombres en los postreros días

4,1-8: Predica la palabra
4,9-18: Instrucciones personales
4,19-22: Saludos y bendición final

2 Timoteo 3,1-17: Carácter de los hombres en los postreros días

3,1-17: Carácter de los hombres en los postreros días

1 Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles;
2 los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, 
   ingratos, irreligiosos,
3 desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien,
4 traidores, temerarios, infatuados, más amantes de los placeres que de Dios,
5 que tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia. Guárdate también de ellos.
6 A éstos pertenecen esos que se introducen en las casas y conquistan a mujerzuelas 
   cargadas de pecados y agitadas por toda clase de pasiones,
7 que siempre están aprendiendo y no son capaces de llegar al pleno conocimiento de la verdad.
8 Del mismo modo que Jannés y Jambrés se enfrentaron a Moisés, así también estos se oponen a la 
   verdad; son hombres de mente corrompida, descalificados en la fe.
9 Pero no progresarán más, porque su insensatez quedará patente a todos, como sucedió 
   con la de aquéllos.


10 Tú, en cambio, me has seguido asiduamente en mis enseñanzas, conducta, planes, fe, paciencia, 
     caridad, constancia,
11 en mis persecuciones y sufrimientos, como los que soporté en Antioquía, en Iconio, en Listra. 
     ¡Qué persecuciones hube de sufrir! Y de todas me libró el Señor.
12 Y todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones.
13 En cambio los malos y embaucadores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos.
14 Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes 
     lo aprendiste,
15 y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación 
     mediante la fe en Cristo Jesús.
16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir 
     y para educar en la justicia;
17 así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.

2 Timoteo 2,14-26: Evita las discusiones necias

2,14-26 Evita las discusiones necias

14 Esto has de enseñar; y conjura en presencia de Dios que se eviten las discusiones de palabras, 
     que no sirven para nada, si no es para perdición de los que las oyen.
15 Procura cuidadosamente presentarte ante Dios como hombre probado, 
     como obrero que no tiene por qué avergonzarse, como fiel distribuidor de la Palabra de la verdad.
16 Evita las palabrerías profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad,
17 y su palabra irá cundiendo como gangrena. Himeneo y Fileto son de éstos:
18 se han desviado de la verdad al afirmar que la resurrección ya ha sucedido; 
     y pervierten la fe de algunos.
19 Sin embargo el sólido fundamento puesto por Dios se mantiene firme, marcado con este sello:
     El Señor conoce a los que son suyos; y: Apártese de la iniquidad todo el que pronuncia 
     el nombre del Señor.
20 En una casa grande no hay solamente utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; 
     y unos son para usos nobles y otros para usos viles.
21 Si, pues, alguno se mantiene limpio de estas faltas, será un utensilio para uso noble, 
     santificado y útil para su Dueño, dispuesto para toda obra buena.
22 Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, 
     en unión de los que invocan al Señor con corazón puro.
23 Evita las discusiones necias y estúpidas; tú sabes bien que engendran altercados.
24 Y a un siervo del Señor no le conviene altercar, sino ser amable, con todos, pronto a enseñar, sufrido,
25 y que corrija con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión 
     que les haga conocer plenamente la verdad,
26 y volver al buen sentido, librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, 
     rendidos a su voluntad.