4,1-6: La luz del Evangelio
1 Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos desanimamos
2 y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con astucia
o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la verdad,
nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios, frente a toda conciencia humana.
3 Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden,
4 para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento,
3 Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden,
4 para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento,
a fin de que no vean resplandecer el Evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor,
5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor,
y nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de Jesús.
6 Porque el mismo Dios que dijo: "Brille la luz en medio de las tinieblas",
6 Porque el mismo Dios que dijo: "Brille la luz en medio de las tinieblas",
es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria
de Dios, reflejada en el rostro de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario