domingo, 31 de diciembre de 2023

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA, Año B (Lecturas)

Eclesiástico 3,2-6.12.14
Salmo 127: Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos
Colosenses 3,12-21
Lucas 2,22-40


Eclesiástico 3,2-6.12.14

Dios hace al padre más responsable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.


Salmo 127: Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos


Colosenses 3,12-21

Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.



Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, [de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.] Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.


Comentarios:

Fiesta de la Sagrada Familia


Lecturas de la Misa:

Hijos de la Sagrada Familia:

Comentarios generales:

Espiritualidad de la Sagrada Familia:

Imágenes de la Sagrada Familia: Jesús, María y José con el Espíritu Santo (paloma)


NAZARENUM DE BARCELONA, ESPAÑA
HIJOS DE LA SAGRADA FAMILIA

Arte/ La Santa Familia (pintura sobre madera)


"La Santa Familia" (el titulo se encuentra en la base del Santo Nino). 
Pintura sobre madera. Autor desconocido. 
Rectoría de los Hijos de la Sagrada Familia en Chimayo, New Mexico (USA)

martes, 26 de diciembre de 2023

26 de diciembre: San Esteban. mártir

26 DE DICIEMBRE: Martirio de San Estaban (lecturas)

Hechos de los apóstoles 6,8-10;7,54-60
Salmo 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17: 
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
Mateo 10,17-22


Hechos de los apóstoles 6,8-10;7,54-60

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.» Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y, con estas palabras, expiró.

Salmo 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirigeme y guíame.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi aflicción.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

Líbrame de los enemigos que me persiguen;
haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu


Mateo 10,17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

domingo, 24 de diciembre de 2023

Domingo de la 4 semana de Adviento, ciclo A (Lecturas)

Isaías 7,10-14
Salmo 23: Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria
Romanos 1,1-7
Mateo 1,18-24



En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
— Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.
Respondió Acaz:
— No la pido, no quiero tentar al Señor.
Entonces dijo Dios:
— Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”


Salmo 23,1-2.3-4ab.5-6:
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria



Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.



El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: “Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.


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sábado, 2 de diciembre de 2023

Sobre la Liturgia del Adviento


Instrucciones generales de las celebraciones de Adviento



Ambientación

La ambientación del lugar donde la comunidad celebra su fe debe ayudar a que todos se den cuenta de que comienza una nueva etapa dentro del año litúrgico; por eso, el lugar de la celebración debería ambientarse con un aire peculiar, no de penitencia, pero sí de austeridad.

No se dice o canta el Gloria, salvo en las solemnidades. 

Se dice el Aleluya en la antífona antes del Evangelio, a diferencia de la Cuaresma.

Color morado y ausencia de flores

En primer lugar, debe resaltar el tono morado de la decoración, junto con la ausencia de flores en el altar; de este modo, la comunidad participará mejor y gozará más de la alegría festiva de la Navidad con sus ornamentos blancos y los arreglos florales.

Aunque no debe haber flores, es oportuno colocar plantas de interior en el presbiterio. Puede ser muy expresivo, también, una pancarta en un lugar visible del templo con frases como: “Ven, Señor Jesus”, “Esperamos tu venida”, “Preparemos los caminos del Señor”, etc.


Incienso

En las celebraciones litírgicas de este tiempo puede emplearse el incienso, si así se desea (IGMR 276). 

Música

Se debe escoger cuidadosamente el canto de entrada, el cual debe recrear el ambiente de la celebración. Cantos como: “Ven, Señor, no tardes”, “Esperando al Mesias”, “Ven, Salvador”, etc., son los más apropiados. Es preferible repetir un canto los cuatro domingos en lugar de cambiarlo y perderse la atmósfera propia del Adviento.

La presentación de los dones es conveniente hacerla en silencio o con una melodía suave, para resaltar el caracter austero del Adviento y permitir la meditación de los fieles. El uso de instrumentos debe realizarse con moderación. 

Liturgia de la Palabra

Conviene recordar durante el Primer Domingo de Adviento que se inicia un nuevo ciclo de lecturas.

El "Aleluya" debería cantarse los domingos y mejor omitirse los dias feriales.

Domingos

Los domingos del Tiempo de Adviento se celebran con las misas y lecturas propias, y en ellos no es posible utilizar ningún otro formulario. Si hay una memoria o fiesta, se omite ese año. Si hay una solemnidad, se traslada al día siguiente.

Ferias (días entre semana)

Hasta el 16 de diciembre, la celebración la determina tanto la semana como el día en que se encuentre: por ejemplo, Martes de la II Semana del Tiempo de Adviento. Se pueden celebrar las memorias libres y obligatorias. El formulario de la Misa se toma del propio del santo, y el prefacio puede ser del santo o del propio del tiempo. También se pueden celebrar Misas rituales, por diversas necesidades por utilidad pastoral, Misas exequiales y en el primer aniversario de muerte.

A partir del día 17, las ferias ya no se determinan por su lugar en una semana sino por la fecha en el calendario; es decir, hay una celebración para el 17, otra para el 18, y así hasta el 24 de diciembre. A estas se les llama ferias mayores de adviento, y son la novena (nueve días) antes de la Navidad. Ya no pueden celebrarse las memorias o fiestas de los santos. Pero puede hacerse una conmemoración: para ello, se dice la colecta del santo, y todo lo demás se toma del formulario de la feria. En esos días solo pueden celebrarse misas rituales y exequiales. El prefacio siempre es el del tiempo de Adviento. 

La Corona de Adviento



La corona de adviento es un círculo de follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas.

El círculo nos recuerda que Dios no tiene ni principio ni fin, es eterno.

Las ramas verdes simbolizan que Dios no cambia.

Sobre las ramas se ponen cuatro velas, una por cada semana del Adviento. Significan la luz que disipan las tinieblas del pecado; la proxima venida de la Navidad. Recordamos la espera de la Humanidad que, cayendo en el pecado, vivió en la oscuridad. Tres son de color morado, que expresan el deseo de conversión y una rosa, que expresa la alegría de la comunidad con María por la inminente llegada de Jesús. La vela blanca (quinta vela) del centro es la luz de Jesús, que con su nacimiento, viene a iluminar la vida del hombre.


DOMINGO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO, Ciclo B

¡Velad!

Lecturas de la misa

Comentarios: 
Otros:

Sobre el Tiempo de Adviento

 


+ Sobre el Adviento

+ Calendario de Lecturas Eucarísticas

+ Liturgia y Oración


DOMINGO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO, Año B (Lecturas)

Isaías 63,16b-17.19b;64,2b-7
Salmo 79: Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve
1 Corintios 1,3-9
Marcos 13,33-37

Isaías 63,16b-17.19b;64,2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es "Nuestro redentor". Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros al arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.


Salmo 79: Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos.
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve


1 Corintios 1,3-9

Hermanos: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!


En aquel tiempo, dijo Jesús sus discípulos: "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!"