viernes, 31 de agosto de 2018

1 Corintios 1,18-25: Sabiduría del mundo y sabiduría cristiana

Viernes de la 21 Semana del Tiempo Ordinario II, 1 Cor 1,17-25

El mensaje de la Cruz es locura para los que se pierden pero para los que se salvan –para nosotros- es fuerza de Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia del os inteligentes ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el hombre culto? ¿Dónde está el raznonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sadiduría del mundo es una necedad? En efecto, ya que el mundo con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestas su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, nosotros, en cambio predicamos a un Cristo cruficificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios más fuerte que la fortaleza de los hombres”.

SOBRE EL MISMO TEMA:  
¿Por qué los católicos presentan a Jesús sobre una Cruz?


jueves, 30 de agosto de 2018

JUEVES DE LA 21 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año II (Lecturas)

1 Corintios 1,1-9
Salmo 144,2-3.4-5.6-7: 
Bendeciré tu nombre por siempre, 
Dios mío, mi rey
Mateo 24,42-51

1 Corintios 1,1-9

Yo Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

Salmo 144,2-3.4-5.6-7: 
Bendeciré tu nombre por siempre, 
Dios mío, mi rey

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, 
Dios mío, mi rey

Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, 
Dios mío, mi rey

Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, 
Dios mío, mi rey

Mateo 24,42-51

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que, si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".

1 Corintios 1:1-9: Saludo inicial

1 Corintios 1:1-9
Domingo de la 2 Semana del Tiempo Ordinario, A: 1 Cor 1:1-3
Jueves de la 21 Semana del Tiempo Ordinario, II

1:1 Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,
1:2 saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro.
1:3 Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
1:4 No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús.
1:5 En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento,
1:6 en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes.
1:7 Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia.
1:8 ´Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
1:9 Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

martes, 28 de agosto de 2018

Las Confesiones y el gran pecado de san Agustín

Las Confesiones, uno de los libros más influyentes de la historia universal. Nadie hasta entonces se había sentido obligado a dar cuenta de su vida para presentarla ante la comunidad creyente. Agustín se sintió obligado a hacerlo, pues su vida anterior y su conversión eran hechos públicos, conocidos por gran cantidad de personas en la iglesia y en la sociedad civil; y así lo hizo tras haber sido consagrado obispo (el año 395), para presentar ante todos su vida anterior en forma de oración ante Dios, de reconocimiento personal de su pasado y de presentación de su vida ante aquellos que quisieran conocerle.

Se trata ciertamente de un libro de oración donde confiesa la grandeza de Dios. También es una obra de examen personal en la que se atreve a reconciliarse consigo mismo. Evidentemente, es un hombre sincero y así, con toda sinceridad, presenta en público el desarrollo de su vida hasta la conversión.

Escribió esta obra en tres años (del 397 al 400), pasados casi catorce desde su conversión y lo hizo como obispo para exponer su vida ante aquellos que quisieran conocerla. Suele decirse que Agustín confiesa en esta obra sus grandísimos pecados, pero desde una perspectiva actual los pecados no son tales o, por lo menos, no son tan terribles, de manera que podemos llamarles errores de juventud, pasiones de crecimiento, libertades sexuales… Sin embargo, nos parece muy importante el tema de su relación afectiva con una mujer de condición social inferior con la que se había casado y con la que tiene y educa un hijo al que interpreta como “dado por Dios” (le llama Adeodato). Según el derecho romano, se trataba de un verdadero matrimonio, aunque temporal, hasta el momento en que Agustín encontrara una mujer superior con la que pudiera casarse en matrimonio entre iguales.

Los doce largos años de convivencia de Agustín con esa mujer resultan fundamentales para interpretar su vida y su conversión, su experiencia filosófica y su forma de entender el cristianismo. Lógicamente, hoy no podemos proyectar sobre Agustín nuestra visión de las relaciones afectivas y personales, pero, en línea de Evangelio, podríamos esperar que tras convertirse al cristianismo hubiera formalizado su relación con aquella mujer, sin abandonarla, para buscar otra de condición más alta (como quería su madre, Mónica) o para quedar célibe, entre un grupo de amigos célibes (como él decidirá de hecho).

Desde nuestra perspectiva, el verdadero “pecado” de Agustín no fueron sus posibles devaneos de adolescencia, ni sus iniciaciones sexuales más o menos furtivas, ni mucho menos su matrimonio de más de doce años con la madre de su hijo, sino el hecho de abandonarla después, pues él la había querido y ella le entregó su vida, marchándose cuando él se lo exigió, sin pedirle nada a cambio (ni siquiera a su hijo), como el mismo Agustín confiesa:

«Mientras tanto, mis pecados se multiplicaban. Cuando se retiró de mi lado aquella mujer con la cual acostumbraba dormir y a la cual estaba yo profundamente apegado, mi corazón quedó hecho trizas y chorreando sangre. Ella había regresado a África no sin antes hacerte el voto de no conocer a ningún otro hombre y dejándome un hijo natural que de mí había concebido. Y yo, infeliz, no siendo capaz de imitar a esta mujer e impaciente de la dilación, pues tenía que esperar dos años para poderme casar con la esposa prometida y, no siendo amante del matrimonio mismo, sino sólo esclavo de la sensualidad, me procuré otra mujer. No como esposa ciertamente, sino para fomentar y prolongar la enfermedad de mi alma, sirviéndome de sostén en mi mala costumbre mientras llegaba el deseado matrimonio. Pero con esta mujer no se curaba la herida causada por la separación de la primera; sino que pasada la fiebre del primero y acerbo sufrimiento, la herida se enconaba, más me dolía. Y este dolor era un dolor seco y desesperado» (Confesiones 6, 15).

Éste es, a nuestro juicio, el “pecado” más grave, del que Agustín ni siquiera se confiesa. Ésta fue la voluntad de su madre Mónica, que quiso que él abandonara a su mujer anterior, para casarse con una de posición más elevada… Éste fue el error de Agustín que no supo comprender el daño que hacía a su mujer. Fue un yerro de omisión evangélica y humana, el único pecado grave de Agustín que por vivir un amor presuntamente más alto expulsó a la mujer con la que había convivido doce años…

Ciertamente, era un hombre de lucidez extraordinaria, uno de los más lucidos y sinceros de la historia del cristianismo occidental. Pero estuvo ciego ante algo que, a nuestro juicio, resulta muy importante: no descubrió el valor personal de la mujer con la que se había casado aunque fuera en un matrimonio entre desiguales. Jurídicamente, según el derecho romano, él tenía el derecho de expulsar a su mujer pero el cristianismo debería haberle capacitado para actuar de otra manera (y precisamente por su visión del cristianismo la expulsó).

Tras su conversión, Agustín pensó que la mejor manera de responder a la llamada de Dios era vivir en celibato, dedicado al cultivo de los “valores superiores”, alejado de los “peligros de la carne”, y así lo hizo, marcando con su opción y con su teología de alejamiento sexual gran parte de la historia posterior del cristianismo en occidente.

Había otra respuesta que Agustín no quiso o no pudo ver (quizá influido por el maniqueísmo anterior y por un tipo de idealismo espiritualista griego contrario a la “carne”). Esa respuesta, que en aquel tiempo era muy posible (Agustín podía haber sido obispo y casado), habría marcado de un modo distinto el pensamiento cristiano.

Autor: Xavier Pikaza

lunes, 27 de agosto de 2018

PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A TIMOTEO

PRIMERA CARTA DE SAN PABLO 
A TIMOTEO (completa)

1,1-7: Saludo inicial. Los falsos maestros
   1,8-11: El verdadero alcance de la Ley
   1,12-17: La vocación de Pablo
   1,18-20: Recomendación a Timoteo

2,1-7: La oración litúrgica
   2,8-15: El modo de orar

3,1-7: El jefe de la comunidad
   3,8-13: Los diáconos
   3,14-16: El misterio de Cristo

4,1-5: El falso ascetismo
   4,6-11: Exhortación a la piedad
   4,12-16: Comportamiento pastoral

5,1-16: Sobre los ancianos, jóvenes y viudas
   5,17-22: Los presbíteros
   5,23-25: Advertencias personales

6,1-2: Los esclavos
   6,3-10: Desinterés pastoral
   6,11-16: Exhortación a Timoteo
   6,17-21: Los ricos. Recomendaciones y despedida

1 Carta a Timoteo 6,17-21: Los ricos. Recomendaciones y despedida

Los ricos
6:17 A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean orgullosos. Que no pongan su confianza en la inseguridad de las riquezas, sino en Dios, que nos provee de todas las cosas en abundancia a fin de que las disfrutemos.
6:18 Que practiquen el bien, que sean ricos en buenas obras, que den con generosidad y sepan compartir sus riquezas.
6:19 Así adquirirán para el futuro un tesoro que les permitirá alcanzar la verdadera Vida.

Recomendaciones y despedida
6:20 Querido Timoteo, conserva el bien que te ha sido confiado. Evita la impiedad de una vana palabrería y las objeciones de una pretendida ciencia,
6:21 ya que por haberla profesado, algunos se han apartado de la fe. Que la gracia de Dios esté con ustedes.

1 Carta a Timoteo 6,11-16: Exhortación a Timoteo

Exhortación a Timoteo
6:11 En lo que a ti concierne, hombre de Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad.
6:12 Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.
6:13 Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato:
6:14 observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo,
6:15 Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores,
6:16 el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A él sea el honor y el poder para siempre! Amén.

1 Carta a Timoteo 6,3-10: Desinterés personal

Desinterés pastoral
 6:3 Si alguien enseña otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad,
6:4 es un ignorante y un orgulloso, ávido de discusiones y de vanas polémicas. De allí nacen la envidia, la discordia, los insultos, las sospechas malignas
6:5 y los conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de ganancias.
6:6 Sí, es verdad que la piedad reporta grandes ganancias, pero solamente si va unida al desinterés.
6:7 Porque nada trajimos cuando vinimos al mundo, y al irnos, nada podremos llevar.
6:8 Contentémonos con el alimento y el abrigo.
6:9 Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición.
6:10 Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos.

1 Carta a Timoteo 6,1-2: Los esclavos

Los esclavos
6:1 Que los esclavos consideren a sus dueños dignos de todo respeto, para que el nombre de Dios y su doctrina no sean objeto de blasfemia.
6:2 Y si sus dueños son creyentes, que no los respeten menos por el hecho de ser hermanos. Al contrario, que pongan mayor empeño en servirlos, porque así benefician a hermanos queridos en la fe. Enseña todo esto, e insiste en ello.

1 Carta a Timoteo 5,23-25: Advertencias personales

Advertencias personales
5:23 A causa de tus frecuentes malestares estomacales, no bebas agua sola: toma un poco de vino.
5:24 Los pecados de algunas personas son tan notorios que no necesitan ser llevados a juicio; los de otras, en cambio, sólo se descubren después.
5:25 De la misma manera, las buenas obras están a la vista, y las que no lo son, ya se pondrán de manifiesto.

1 Carta a Timoteo 5,17-22: Los presbíteros

Los presbíteros
5:17 Los presbíteros que ejercen su cargo debidamente merecen un doble reconocimiento, sobre todo, los que dedican todo su esfuerzo a la predicación y a la enseñanza.
5:18 Porque dice la Escritura: No pondrás bozal al buey que trilla, y también: El obrero tiene derecho a su salario.
5:19 No admitas acusaciones contra un presbítero, a menos que estén avaladas por dos o tres testigos.
5:20 A los que incurran en pecado, repréndelos públicamente, para que sirva de escarmiento a los demás.
5:21 Delante de Dios, de Jesucristo y de sus ángeles elegidos, te ordeno que observes estas indicaciones, sin prejuicios y procediendo con imparcialidad.
5:22 No te apresures a imponer las manos a nadie, y no te hagas cómplice de pecados ajenos. Consérvate puro.

1 Carta a Timoteo 5,1-16: Sobre los ancianos, jóvenes y viudas

1 No reprendas a un anciano, sino exhórtalo como a un padre. 
   Trata a los jóvenes como a hermanos,
2 a las ancianas como a madres, y a las jóvenes como a hermanas, con toda pureza.
3 Honra y atiende a las viudas que realmente están necesitadas.
4 Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, éstos deben aprender primero a cumplir 
   con sus deberes familiares y a ser agradecidos con sus padres, 
   porque eso es lo que agrada a Dios.
5 Hay viudas que lo son realmente, 
   porque se han quedado solas y tienen puesta su confianza en Dios, 
   consagrando sus días y sus noches a la súplica y a la oración.
6 Pero la que lleva una vida disipada, aunque viva, está muerta.
7 Incúlcales esto para que sean irreprochables:
8 el que no se ocupa de los suyos, sobre todo si conviven con él, 
   ha renegado de su fe y es peor que un infiel.
9 Para estar inscrita en el grupo de las viudas, 
   una mujer debe tener por lo menos sesenta años y haberse casado una sola vez.
10 Que sus buenas obras den testimonio de ella; 
     tiene que haber educado a sus hijos, 
     ejercitado la hospitalidad, 
     haber lavado los pies a los hermanos, 
     socorrido a los necesitados y practicado el bien en todas sus formas.
11 No inscribas, en cambio, a las viudas más jóvenes, 
     porque cuando los deseos puramente humanos prevalecen sobre su entrega a Cristo, 
     quieren casarse otra vez,
12 y se hacen culpables por faltar a su compromiso.
13 Además, si no tienen nada que hacer, 
     acaban yendo de casa en casa 
     y se dedican a charlar y a curiosear, 
     ocupándose en lo que no les importa.
14 Por eso quiero que las viudas jóvenes se casen, 
     que tengan hijos y atiendan a sus obligaciones domésticas, 
     para no dar lugar a la maledicencia de los enemigos.
15 Algunas de ellas ya han abandonado el buen camino y siguen a Satanás.
16 Si una mujer creyente tiene viudas en la familia, que se ocupe de ellas. 
     De esta manera, la Iglesia no las tendrá a su cargo 
     y quedará libre para atender a las que están realmente necesitadas.

1 Carta a Timoteo 4,12-16: Comportamiento pastoral

Comportamiento pastoral
4:12 Que nadie menosprecie tu juventud: por el contrario, trata de ser un modelo para los que creen, en la conversación, en la conducta, en el amor, en la fe, en la pureza de vida.
4:13 Hasta que yo llegue, dedícate a la proclamación de las Escrituras, a la exhortación y a la enseñanza.
4:14 No malogres el don espiritual que hay en ti y que te fue conferido mediante una intervención profética, por la imposición de las manos del presbiterio.
4:15 Reflexiona sobre estas cosas y dedícate enteramente a ellas, para que todos vean tus progresos.
4:16 Vigila tu conducta y tu doctrina, y persevera en esta actitud. Si obras así, te salvarás a ti mismo y salvarás a los que te escuchen.

1 Carta a Timoteo 4,6-11: Exhortación a la piedad

Exhortación a la piedad
4:6 Si explicas todo esto a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado por las enseñanzas de la fe y de la buena doctrina que siempre seguiste fielmente.
4:7 Rechaza esos mitos ridículos, esos cuentos de viejas, y ejercítate en la piedad.
4:8 Los ejercicios físicos son de poca utilidad; la piedad, en cambio, es útil para todo, porque encierra una promesa de Vida para el presente y para el futuro.
4:9 Esta es doctrina cierta y absolutamente digna de fe.
4:10 Nosotros nos fatigamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen.
4:11 Predica esto y enséñalo.

1 Carta a Timoteo 4,1-5: El falso ascetismo

El falso ascetismo
4:1 El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas,
4:2 seducidos por gente mentirosa e hipócrita, cuya conciencia está marcada a fuego.
4:3 Esa gente proscribe el matrimonio y prohíbe el consumo de determinados alimentos que Dios creó para que los creyentes y los conocedores de la verdad los comieran dando gracias.
4:4 Todo lo que Dios ha creado es bueno, y nada es despreciable, si se lo recibe con acción de gracias,
4:5 porque la Palabra de Dios y la oración lo santifican. 

1 Carta a Timoteo 3,14-16: El misterio de Cristo

El misterio de Cristo
3:14 Aunque espero ir a verte pronto, te escribo estas cosas
3:15 por si me atraso. Así sabrás cómo comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.
3:16 En efecto, es realmente grande el misterio que veneramos: Él se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en el mundo y elevado a la gloria.

1 Carta a Timoteo 3,8-13: Los diáconos

Los diáconos
3:8 De la misma manera, los diáconos deben ser hombres respetables, de una sola palabra, moderados en el uso del vino y enemigos de ganancias deshonestas.
3:9 Que conserven el misterio de la fe con una conciencia pura.
3:10 Primero se los pondrá a prueba, y luego, si no hay nada que reprocharles, se los admitirá al diaconado.
3:11 Que las mujeres sean igualmente dignas, discretas para hablar de los demás, sobrias y fieles en todo.
3:12 Los diáconos deberán ser hombres casados una sola vez, que gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
3:13 Los que desempeñan bien su ministerio se hacen merecedores de honra y alcanzan una gran firmeza en la fe de Jesucristo.

1 Carta a Timoteo 3,1-7: El jefe de la comunidad

El jefe de la comunidad
3:1 Es muy cierta esta afirmación: "El que aspira a presidir la comunidad, desea ejercer una noble función".
3:2 Por eso, el que preside debe ser un hombre irreprochable, que se haya casado una sola vez, sobrio, equilibrado, ordenado, hospitalario y apto para la enseñanza.
3:3 Que no sea afecto a la bebida ni pendenciero, sino indulgente, enemigo de las querellas y desinteresado.
3:4 Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos en la obediencia con toda dignidad.
3:5 Porque si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar la Iglesia de Dios?
3:6 Y no debe ser un hombre recientemente convertido, para que el orgullo no le haga perder la cabeza y no incurra en la misma condenación que el demonio.
3:7 También es necesario que goce de buena fama entre los no creyentes, para no exponerse a la maledicencia y a las redes del demonio. 

1 Carta a Timoteo 2,8-15: El modo de orar

El modo de orar
2:8 Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.
2:9 Que las mujeres, por su parte, se arreglen decentemente, con recato y modestia, sin usar peinados rebuscados, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos.
2:10 Que se adornen más bien con buenas obras, como conviene a personas que practican la piedad.
2:11 Que las mujeres escuchen la instrucción en silencio, con todo respeto.
2:12 No permito que ellas enseñen, ni que pretendan imponer su autoridad sobre el marido: al contrario, que permanezcan calladas.
2:13 Porque primero fue creado Adán,
2:14 Y no fue Adán el que se dejó seducir, sino que Eva fue engañada y cayó en el pecado.
2:15 Pero la mujer se salvará, cumpliendo sus deberes de madre, a condición de que persevere en la fe, en el amor y en la santidad, con la debida discreción.

1 Timoteo 2,1-7: La oración litúrgica

La oración litúrgica
2:1 Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres,
2:2 por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna.
2:3 Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador,
2:4 porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
2:5 Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre él también,
2:6 que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que él dio a su debido tiempo,
2:7 y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento.

1 Timoteo 1,18-20: Recomendación a Timoteo

Recomendación a Timoteo
1:18 Hijo mío, te hago esta recomendación, conforme a lo que se dijo de ti por inspiración de Dios, a fin de que luches valientemente,
1:19 conservando la fe y la buena conciencia. Por no haber tenido una buena conciencia algunos fracasaron en la fe,
1:20 entre otros, Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendieran a no blasfemar.

1 Timoteo 1,12-17: La vocación de Pablo


12 Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, 
     porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio
13 a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. 
     Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia.
14 Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús.
15 Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, 
     y yo soy el peor de ellos.
16 Si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, 
     poniéndome como ejemplo de los que van a creer en él para alcanzar la Vida eterna.
17 ¡Al Rey eterno y universal, al Dios incorruptible, invisible y único, 
     honor y gloria por los siglos de los siglos! Amén.

1 Carta a Timoteo 1,8-11: El verdadero alcance de la Ley

El verdadero alcance de la Ley
1:8 Ya sabemos que la Ley es buena, si se la usa debidamente,
1:9 es decir, si se tiene en cuenta que no fue establecida para los justos, sino para los malvados y los rebeldes, para los impíos y pecadores, los sacrílegos y profanadores, los parricidas y matricidas, los asesinos,
1:10 los impúdicos y pervertidos, los traficantes de seres humanos, los tramposos y los perjuros. En una palabra, la Ley está contra todo lo que se opone a la sana doctrina
1:11 del Evangelio que me ha sido confiado, y que nos revela la gloria del bienaventurado Dios.

1 Carta a Timoteo 1,1-7: Saludo inicial. Los falsos maestros

Saludo inicial
1:1 Pablo, Apóstol de Jesucristo por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,
1:2 saluda a Timoteo, su verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor.

Los falsos maestros
1:3 Al partir para Macedonia, te pedí que permanecieras en Éfeso, para impedir que cierta gente enseñara doctrinas extrañas
1:4 y prestara atención a mitos y genealogías interminables. Estas cosas no hacen más que provocar discusiones inútiles, en lugar de servir al designio de Dios fundado sobre la fe.
1:5 Te hice este pedido con el fin de suscitar el amor que brota de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
1:6 Por haberse apartado de esto, algunos terminaron en pura palabrería
1:7 y, pretendiendo ser maestros de la Ley, en realidad no saben lo que dicen ni lo que afirman con tanta seguridad.

LUNES DE LA 21 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año II

2 Tesalonicenses 1,1-5.11b-12
Salmo 95: Contad las maravillas del Señor 
a todas las naciones
Mateo 23, 13-22

2 Tesalonicenses 1,1-5.11b-12

Pablo, Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo. Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos; y es justo, pues vuestra fe crece vigorosamente, y vuestro amor, de cada uno por todos y de todos por cada uno, sigue aumentando. Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las Iglesias de Dios, viendo que vuestra fe permanece constante en medio de todas las persecuciones y luchas que sostenéis. Así se pone a la vista la justa sentencia de Dios, que pretende concederos su reino, por el cual bien que padecéis. Nuestro Dios os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de Dios y del Señor Jesucristo.

Sal 95: Contad las maravillas del Señor 
a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo.
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Mateo 23,13-22

En aquel tiempo habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los cielos! Ni entráis vosotros, no dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que devoráis los bienes de las viudas con pretexto de largas oraciones! Vuestra sentencia será por eso más severa. ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga". ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él".

domingo, 26 de agosto de 2018

SEGUNDA CARTA DE SAN PABLO A LOS TESALONICENSES

SEGUNDA CARTA DE SAN PABLO
A LOS CRISTIANOS DE TESALÓNICA (completo) 

1,1-5: Saludo inicial 
  1,6-12: La retribución final 

2,1-3: Advertencia sobre los falsos anuncios 
  2,4-12: Las señales precursoras del Día del Señor 
  2,13-17: Exhortación a la perseverancia 

3,1-5: Exhortación a la fidelidad 
  3,6-15: Exhortación al trabajo 
  3,16-18: Despedida  

2 Tesalonicenses 3,16-18: Despedida

Despedida
3:16 Que el Señor de la paz les conceda la paz, siempre y en toda forma. El Señor esté con todos ustedes.
3:17 El saludo es de mi puño y letra. Esta es la señal característica de todas mis cartas: así escribo yo, Pablo.
3:18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

2 Tesalonicenses 3,6-15: Exhortación al trabajo

6 Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, 
   que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, 
   contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros.
7 Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. 
   Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes
8 y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, 
   hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes.
9 Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
10 En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma.
11 Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, 
     no haciendo nada y entrometiéndose en todo.
12 A estos les mandamos y los exhortamos en el Señor Jesucristo 
     que trabajen en paz para ganarse su pan.
13 En cuanto a ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.
14 Si alguno no obedece a las indicaciones de esta carta, señálenlo, 
     y que nadie trate con él para que se avergüence.
15 Pero no lo consideren como a un enemigo, sino repréndanlo como a un hermano. 

2 Tesalonicens3,1-5: Exhortación a la fidelidad

Exhortación a la fidelidad
3:1 Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes.
3:2 Rueguen también para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos tienen fe.
3:3 Pero el Señor es fiel: él los fortalecerá y los preservará del Maligno.
3:4 Nosotros tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo nuestras disposiciones.
3:5 Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de Cristo.


2 Tesalonicenses 2,13-17: Exhortación a la perseverancia

Exhortación a la perseverancia
2:13 Nosotros, por nuestra parte, siempre debemos dar gracias a Dios, a causa de ustedes, hermanos amados por el Señor. En efecto, Dios los eligió desde el principio para que alcanzaran la salvación mediante la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad.
2:14 Él los llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
2:15 Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta.
2:16 Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza,
2:17 los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.

2 Tesalonicenses 2,4-12: Las señales precursoras del Día del Señor

2,4-12: Las señales precursoras del Día del Señor
Porque antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser condenado a la perdición,
2:4 el Adversario, el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el Templo de Dios, presentándose como si fuera Dios.
2:5 ¿No recuerdan que cuando estuve con ustedes les decía estas cosas?
2:6 Ya saben qué es lo que ahora lo retiene, para que no se manifieste sino a su debido tiempo.
2:7 El misterio de la iniquidad ya está actuando. Sólo falta que desaparezca el que lo retiene,
2:8 y entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el resplandor de su Venida.
2:9 La venida del Impío será provocada por la acción de Satanás y estará acompañada de toda clase de demostraciones de poder, de signos y falsos milagros,
2:10 y de toda clase de engaños perversos, destinados a los que se pierden por no haber amado la verdad que los podía salvar.
2:11 Por eso, Dios les envía un poder engañoso que les hace creer en la mentira,
2:12 a fin de que sean condenados todos los que se negaron a creer en la verdad y se complacieron en el mal.


2 Tesalonicenses 2,1-3: Advertencia sobre los falsos anuncios

Advertencia sobre los falsos anuncios
2:1 Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos,
2:2 que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.
2:3 Que nadie los engañe de ninguna manera.

2 Tesalonicenses 1,6-12: La retribución final

Lunes de la 21 Semana del Tiempo Ordinario II

1:6 Es justo que Dios retribuya con sufrimientos a quienes los hacen sufrir a ustedes.
1:7 En cambio, a ustedes, los que sufren, les dará el descanso junto con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús, que vendrá desde el cielo, con los ángeles de su poder,
1:8 en medio de un fuego ardiente. Entonces él hará justicia con aquellos que no reconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús.
1:9 Estos sufrirán como castigo la perdición eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
1:10 cuando él venga aquel Día para ser glorificado en sus santos y admirado por todos los que hayan creído. ¡Y ustedes han creído en nuestro testimonio!
1:11 Pensando en esto, rogamos constantemente por ustedes a fin de que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe.
1:12 Así el nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

2 Tesalonicenses 1,1-5: Saludo inicial

Lunes de la 21 Semana del Tiempo Ordinario II  

1:1 Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios, nuestro Padre y al Señor Jesucristo.
1:2 Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
1:3 Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios a causa de ustedes, y es justo que lo hagamos, porque la fe de ustedes progresa constantemente y se acrecienta el amor de cada uno hacia los demás.
1:4 Tanto es así que, ante las Iglesias de Dios, nosotros nos sentimos orgullosos de ustedes, por la constancia y la fe con que soportan las persecuciones y contrariedades.
1:5 En esto se manifiesta el justo Juicio de Dios, para que ustedes sean encontrados dignos del Reino de Dios por el cual tienen que sufrir.

sábado, 25 de agosto de 2018

25 de Agosto: San José de Calasanz, por CH


Estaba dispuesto a ser santo ya desde bien chiquitico. Tan dispuesto que con sólo cinco años lo encontraron en un bosquecillo armado con tremendo machete. No había ido a por leña, no. Iba dispuesto a agarrar al demonio por los cuernos y cortárselos con cabeza incluida.

Ya siendo cura se dio cuenta que en este mundo hay muchas injusticias y puso su granito de arena para acabar con ellas y con la ignorancia. Fundó los escolapios para conseguir que la educación llegara también a los pobres.

Como de todo hay en la viña del Señor, uno de sus compañeros al que sólo le interesaba ascender a costa de lo que fuese, se dedicó a pisar a los que estaban por debajo de él y a hacerles la pelota a los que estaban por encima, ¡Vamos una especie de Juan Barber en nuestra Congregación de Hijos de la Sagrada Familia!

Finalmente consiguió que a José de Calasanz lo trincara la inquisición y le quitara todos sus cargos y a punto estuvo de acabar con sus huesos en la cárcel. Lo evitó la intervención de un cardenal.

Llegó un momento en que la jugada fue descubierta pero cómo desandar lo andado significaba dejar mal parado al Santo Oficio prefirieron “no meneallo”

El final es que el malo de aquella película es hoy San José Calasanz, mientras que el otro no tengo noticias de que haya salido ya del purgatorio. ¡Eso si es que llegó a entrar!

Hoy también es San Luís, rey de Francia, que se distinguió por su fe, su justicia en el gobierno y su amor a los pobres; padre de 11 hijos a quienes educó en la fe, gastó su vida y sus bienes en bien de la cristiandad hasta que la peste se lo llevó por delante.

viernes, 24 de agosto de 2018

PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS TESALONICENSES

PRIMERA CARTA DE SAN PABLO
A LOS CRISTIANOS DE TESALÓNICA (completo)

1,1-10: Saludo inicial, elogios y felicitaciones 

2,1-7: La actividad de Pablo en Tesalónica 
   2,8-12: La actitud paternal de Pablo 
   2,13-16: La fe y la paciencia de los tesalonicenses 
   2,17-20: Las inquietudes de Pablo   
 
3,1-5: El viaje de Timoteo a Tesalónica 
   3,6-10: La alegría de Pablo por las noticias recibidas 
   3,11-13: El deseo y la súplica de Pablo 

4,1-8: Exhortación a la santidad y a la pureza de vida 
   4,9-12: Exhortación al amor y al trabajo
   4,13-18: La Venida del Señor y la resurrección final 

5,1-11: La vigilancia cristiana 
   5,12-22: Exhortaciones referentes a la vida comunitaria 
   5,23-28: Despedida

I Tesalonicenses 5,23-28: Despedida

Despedida
5:23 Que el Dios de la paz los santifique plenamente, para que ustedes se conserven irreprochables en todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
5:24 El que los llama es fiel, y así lo hará.
5:25 Hermanos, rueguen también por nosotros.
5:26 Saluden a todos los hermanos con un beso santo.
5:27 Les recomiendo en nombre del Señor que hagan leer esta carta a todos los hermanos.
5:28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.

ITesalonicenses 5,12-22: Exhortaciones referentes a la vida comunitaria

Exhortaciones referentes a la vida comunitaria
5:12 Les rogamos, hermanos, que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, es decir, con aquellos que los presiden en nombre del Señor y los aconsejan.
5:13 Estímenlos profundamente, y ámenlos a causa de sus desvelos. Vivan en paz unos con otros.
5:14 Los exhortamos también a que reprendan a los indisciplinados, animen a los tímidos, sostengan a los débiles, y sean pacientes con todos.
5:15 Procuren que nadie devuelva mal por mal. Por el contrario, esfuércense por hacer siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo.
5:16 Estén siempre alegres.
5:17 Oren sin cesar.
5:18 Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús.
5:19 No extingan la acción del Espíritu;
5:20 no desprecien las profecías;
5:21 examínenlo todo y quédense con lo bueno.
5:22 Cuídense del mal en todas sus formas.

I Tesalonicenses 5,1-11: La vigilancia cristiana

5,1-11: La vigilancia cristiana
5:1 Hermanos, en cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba.
5:2 Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche.
5:3 Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente, como los dolores del parto sobre una mujer embarazada, y nadie podrá escapar.
5:4 Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda como un ladrón:
5:5 todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas.
5:6 No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios.
5:7 Los que duermen lo hacen de noche, y también los que se emborrachan.
5:8 Nosotros, por el contrario, seamos sobrios, ya que pertenecemos al día: revistámonos con la coraza de la fe y del amor, y cubrámonos con el casco de la esperanza de la salvación.
5:9 Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para adquirir la salvación por nuestro Señor Jesucristo,
5:10 que murió por nosotros, a fin de que, velando o durmiendo, vivamos unidos a él.
5:11 Anímense, entonces, y estimúlense mutuamente, como ya lo están haciendo. 

4,9-12: Exhortación al amor y al trabajo

Exhortación al amor y al trabajo
4:9 Acerca del amor fraterno, no es necesario que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse los unos a los otros,
4:10 y así lo están haciendo con todos los hermanos de Macedonia. Pero yo los exhorto, hermanos, a hacer mayores progresos todavía.
4:11 Que sea cuestión de honor para ustedes vivir en paz, cumpliendo cada uno sus obligaciones y trabajando con sus manos, de acuerdo con mis directivas.
4:12 Así llevarán una vida digna a la vista de los paganos y no les faltará nada.

I Tesalonicenses 4,13-18: La Venida del Señor y la resurrección final

La Venida del Señor y la resurrección final
4:13 No queremos, hermanos, que vivan en la ignorancia acerca de los que ya han muerto, para que no estén tristes como los otros, que no tienen esperanza.
4:14 Porque nosotros creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él.
4:15 Queremos decirles algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto.
4:16 Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo.
4:17 Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre.
4:18 Consuélense mutuamente con estos pensamientos.

I Tesalonicenses 4,1-8: Exhortación a la santidad y a la pureza de vida

Exhortación a la santidad y a la pureza de vida
4:1 Por lo demás, hermanos, les rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía.
4:2 Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús.
4:3 La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal,
4:4 que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto,
4:5 sin dejarse arrastrar por los malos deseos, como hacen los paganos que no conocen a Dios.
4:6 Que nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y atestiguado.
4:7 Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad.
4:8 Por eso, el que desprecia estas normas, no desprecia a un hombre, sino a Dios, a ese Dios que les ha dado su Espíritu Santo.

I Tesalonicenses 3,11-13: El deseo y la súplica de Pablo

El deseo y la súplica de Pablo
3:11 Que el mismo Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesucristo, nos allanen el camino para ir allí.
3:12 Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes.
3:13 Que él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el Día de la Venida del Señor Jesús con todos sus santos. Amén.

I Tesalonicenses 3,6-10: La alegría de Pablo por las noticias recibidas

La alegría de Pablo por las noticias recibidas
3:6 Pero ahora Timoteo acaba de regresar de allí con buenas noticias sobre la fe y el amor de ustedes, y él nos cuenta cómo nos recuerdan siempre con cariño y tienen el mismo deseo que nosotros de volver a vernos.
3:7 Por eso, hermanos, a pesar de las angustias y contrariedades, nos sentimos reconfortados por ustedes, al comprobar su fe.
3:8 Sí, ahora volvemos a vivir, sabiendo que ustedes permanecen firmes en el Señor.
3:9 ¿Cómo podremos dar gracias a Dios por ustedes, por todo el gozo que nos hacen sentir en la presencia de nuestro Dios?
3:10 Día y noche, le pedimos con insistencia que podamos verlos de nuevo personalmente, para completar lo que todavía falta a su fe.

I Tesalonicenses 3,1-5: El viaje de Timoteo a Tesalónica

El viaje de Timoteo a Tesalónica
3:1 Por eso, no pudiendo soportar más, resolvimos quedarnos en Atenas
3:2 y enviarles a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios en el anuncio de la Buena Noticia de Cristo. Lo hicimos para afianzarlos y confortarlos en la fe,
3:3 de manera que nadie se deje perturbar por estas tribulaciones. Ustedes saben que estamos para eso.
3:4 Cuando todavía estábamos con ustedes les advertimos que íbamos a tener dificultades, y así sucedió, como ustedes pudieron comprobarlo.
3:5 Por eso, no pudiendo soportar más, les envié a Timoteo para que me informara acerca de la fe de ustedes, temiendo que el Tentador los hubiera puesto a prueba y todo nuestro trabajo hubiera resultado estéril.

I Tesalonicenses 2,17-20: Las inquietudes de Pablo

Las inquietudes de Pablo
2:17 En cuanto a nosotros, hermanos —físicamente separados de ustedes por un tiempo, aunque no de corazón— sentimos un ardiente y vivísimo deseo de volver a verlos.
2:18 Por eso quisimos ir hasta allí; yo mismo, Pablo, lo intenté varias veces, pero Satanás me lo impidió.
2:19 ¿Quién sino ustedes, son nuestra esperanza, nuestro gozo y la corona de la que estaremos orgullosos delante de nuestro Señor Jesús, el Día de su Venida?
2:20 ¡Sí, ustedes son nuestra gloria y nuestro gozo! 

I Tesalonicenses 2,13-16: La fe y la paciencia de los tesalonicenses

La fe y la paciencia de los tesalonicenses
2:13 Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.
2:14 En efecto, ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo de las Iglesias de Dios, unidas a Cristo Jesús, que están en Judea, porque han sufrido de parte de sus compatriotas el mismo trato que ellas sufrieron de parte de los judíos.
2:15 Ellos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y también nos persiguieron a nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de todos los hombres,
2:16 ya que nos impiden predicar a los paganos para que se salven. Así, constantemente están colmando la medida de sus pecados, pero la ira de Dios ha caído sobre ellos para siempre.

I Tesalonicenses: 2,8-12: La actitud paternal de Pablo

La actitud paternal de Pablo
Al contrario, fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos.
2:8 Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos.
2:9 Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga.
2:10 Nuestra conducta con ustedes, los creyentes, fue siempre santa, justa e irreprochable: ustedes son testigos, y Dios también.
2:11 Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente, como un padre a sus hijos,
2:12 instándoles a que lleven una vida digna del Dios que los llama a su Reino y a su gloria.

I Tesalonicenses 2,1-7: La actividad de Pablo en Tesalónica

La actividad de Pablo en Tesalónica
2:1 Ustedes saben muy bien, hermanos, que la visita que les hicimos no fue inútil.
2:2 Después de ser maltratados e insultados en Filipos, como ya saben, Dios nos dio la audacia necesaria para anunciarles su Buena Noticia en medio de un penoso combate.
2:3 Nuestra predicación no se inspira en el error, ni en la impureza, ni en el engaño.
2:4 Al contrario, Dios nos encontró dignos de confiarnos la Buena Noticia, y nosotros la predicamos, procurando agradar no a los hombres, sino a Dios, que examina nuestros corazones.
2:5 Ustedes saben —y Dios es testigo de ello— que nunca hemos tenido palabras de adulación, ni hemos buscado pretexto para ganar dinero.
2:6 Tampoco hemos ambicionado el reconocimiento de los hombres, ni de ustedes ni de nadie,
2:7 si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer.

1 Tesalonicenses 1,1-10: Saludo inicial, elogios y felicitaciones

Saludo inicial, elogios y felicitaciones
1:1 Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz.
1:2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, cuando los recordamos en nuestras oraciones,
1:3 y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia.
1:4 Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos.
1:5 Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes.
1:6 Y ustedes, a su vez, imitaron nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo la Palabra en medio de muchas dificultades, con la alegría que da el Espíritu Santo.
1:7 Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya.
1:8 En efecto, de allí partió la Palabra del Señor, que no sólo resonó en Macedonia y Acaya: en todas partes se ha difundido la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que no es necesario hablar de esto.
1:9 Ellos mismos cuentan cómo ustedes me han recibido y cómo se convirtieron a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero,
1:10 y esperar a su Hijo, que vendrá desde el cielo: Jesús, a quien él resucitó y que nos libra de la ira venidera.

25 de agosto: SAN JOSÉ DE CALASANZ (1557-1648)


«Fundador de los escolapios. Devoto de María, gran pedagogo, comprometido por la enseñanza de la niñez y la juventud. Pionero en el mundo con la creación de escuelas populares y gratuitas, Pío XII lo declaró patrón de todas los centros cristianos de este cariz»

Primeros años y formación

Nació el 11 de septiembre de 1557 en Peralta de la Sal, Huesca, España. Era el benjamín de seis hermanos. Siendo niño se propuso perseguir al diablo cuchillo en mano para matarle; tal era su odio al pecado que le inculcó su madre, en cuyo regazo aprendió a amar a Dios, a la Virgen y a los santos.

Estudió gramática en Estadilla y fue designado prior del colectivo de alumnos aragoneses. Completó su formación en la universidad de Lérida, donde cursó filosofía y derecho. Luego realizó teología en las de Valencia y Alcalá de Henares finalizando en 1581.

Sacerdote de La Seu d´Urgell y Tremp

El proceso hacia su sacerdocio se produjo en 1582 en el transcurso de una grave enfermedad. Prometió a la Virgen que se ordenaría si sanaba, y así sucedió. Al año siguiente recibía este sacramento.

Desempeñó su ministerio en distintos lugares de las comarcas pirenaicas, entre otras, La Seu d’Urgell, cerca de la frontera francesa, y en Tremp donde asumió las misiones complementarias de visitador oficial y vicario general de tres poblaciones añadidas a la de Tremp.

Era una época llena de peligros para las gentes que eran asaltadas por malhechores en emboscadas, lo que suponía pérdida de bienes y hasta de la propia vida. José hizo lo posible para que el virrey solventase la situación.

Destino Roma

En 1592, después de doctorarse en teología en Lérida, desprenderse de sus posesiones y dejar en marcha obras de caridad, partió a Roma, su último destino.

Bajo la protección del cardenal Colonna, antiguo compañero de curso en Alcalá, que lo nombró teólogo consultor y le encomendó la formación de su sobrino, se integró en la ciudad. Junto a san Camilo de Lelis destacó por su atención a los afectados por la peste. Ambos pugnaban para ser los más relevantes en la entrega a los enfermos y moribundos.

José, que era miembro de la cofradía de la Doctrina Cristiana, ya había advertido la gravísima carencia educativa de los niños huérfanos y abandonados que deambulaban por las calles. Y aunque a muchos podía instruirlos los domingos, era insuficiente. Veía que para poder llegar a todos, la formación debía ser gratuita.

Buscó ayuda en diversas órdenes religiosas y en el senado, pero se dio cuenta de que debía ser él quien se dedicara a tan delicada labor. El padre Brendani, párroco de Santa Dorotea del Trastévere, le animó y ayudó.

Fundador de las Escuelas Pías

En noviembre de 1597 en una de las habitaciones que le prestó creó una escuela, dando inicio a la fecunda labor pedagógica que culminaría con la fundación de las Escuelas Pías. Su cariz popular y gratuito hizo que José fuese pionero en el mundo de una empresa como ésta. A la semana había un centenar de chicos.

Dos años más tarde abrió otra casa y el cardenal Colonna autorizó que tres profesores que sentían predilección por la infancia y ejercían provechosamente la docencia comenzaran vida comunitaria junto a él.

En 1602, cuando los muchachos se acercaban al millar, inauguró una nueva escuela para albergarlos en un espacio colindante a la basílica de Sant’Andrea della Valle. Allí sufrió un accidente. Accedía por una escalera con una campana y se cayó desde lo alto fracturándose la pierna, cuya secuela fue una cojera.

Volcado por completo en la tarea educativa y la atención a los chicos, abandonó el palacio de Colonna y convivió con ellos. Les entregó la oración mariana «La corona de las 12 estrellas», un catecismo y el «Reloj de la Pasión de Cristo». Escribió casi cinco mil cartas de gran valor espiritual y pedagógico.

En 1610 redactó las líneas maestras de su pedagogía, un reglamento para el profesorado y otro para los alumnos. Al año siguiente adquirió un «palazzo» cerca de San Pantaleón albergando un millar de estudiantes.

Admiraba la ciencia de Galileo que incluía en la formación integral que proporcionaba a los pequeños aunando: «Piedad y Letras». Todo discurrió con rapidez.

En 1614 Pablo V autorizó el vínculo entre las Escuelas Pías y la congregación de Lucca de san Juan Leonardi que había ayudado a José. Viendo que tal unión no funcionaba –eran carismas distintos–, en 1617 el padre Calasanz obtuvo del pontífice el plácet para erigir su propia fundación.

El camino, aunque breve, había sido doloroso, sembrado de envidias y recelos de muchos, incluidos miembros de otras órdenes religiosas, celosos de la protección que gozó del pontífice y de otras personalidades destacadas.

En la primavera de ese año el santo y los catorce primeros integrantes formalizaron su compromiso en la capilla de la Aparición, en San Pantaleón. A los votos ordinarios añadieron la dedicación a la educación de la juventud. Quiso que todos fueran «cooperadores de la verdad».

José era el general de la Orden. Pero en 1630 ingresó en ella el padre Sozzi, una persona conflictiva que movió los hilos para convertirse en provincial de los Clérigos Regulares de las Escuelas Cristianas de Toscana, al margen de la autoridad del santo. El malévolo sacerdote llegó al extremo de acusarle ante el Santo Oficio, y el fundador fue arrestado y conducido por Roma como un vulgar delincuente.

Fue liberado con la mediación del cardenal Cesarini, pero Sozzi no cesó sus intrigas y le sometió a toda clase de humillaciones. Tras su muerte no cambiaron las cosas porque el sucesor, padre Cherubini, siguió esta línea hasta que en 1645 José fue restituido como superior general.

El santo recibió nuevo varapalo a sus 90 años al ver reducida su fundación a Asociación por el papa Inocencio X. Al conocer la noticia, emulando a Job, manifestó: «Dios me lo dio, Dios me lo quitó. ¡Bendito sea!».

El 25 de agosto de 1648 exhalaba su último aliento; sufrió mucho por causa de su hígado, aunque los médicos no apreciaron la lesión.

Nueve años más tarde, tal como había advertido convencido de que su obra era de Dios, Alejandro VII la reconoció. Clemente XIII lo canonizó el 16 de julio de 1767. En 1948 Pío XII lo declaró «celestial patrono de todas las escuelas populares cristianas».

Autora: Isabel Orellana Vilches

La Última Comunión de San José de Calasanz, por Francisco de Goya (1814)

Juan 1,45-51: Primeros discípulos de Jesús

Juan 1,45-51
5 de enero: feria de Navidad


En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice:
— Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.
Natanael le replicó:
— ¿De Nazaret puede salir algo bueno?
Felipe le contestó:
— Ven y verás.
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
— Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.
Natanael le contesta:
— ¿De qué me conoces?
Jesús le responde:
— Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
Natanael respondió:
— Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.
Jesús le contestó:
— ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores.
Y le añadió:
— Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

SOBRE EL MISMO TEMA

Juan 1,45-51: Comentario exegético

Juan 1,45-51

Al día siguiente, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Reflexión por la Orden Carmelita

• Jesús volvió para Galilea. Encontró a Felipe y le llamó: ¡Sígueme! El objetivo del llamado es siempre el mismo: "Seguir a Jesús” Los primeros cristianos insistieron en conservar los nombres de los primeros discípulos. De algunos conservaron hasta los apellidos y el nombre del lugar de origen. Felipe, Andrés y Pedro eran de Betsaida (Jn 1,44). Natanael era de Caná. Hoy, muchos olvidan los nombres de las personas que están en el origen de su comunidad. Recordar los nombres es una forma de conservar la identidad.

• Felipe encuentra Natanael y habla con él sobre Jesús: "Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret". Jesús es aquel hacia quien apuntaba la historia del Antiguo Testamento.

• Natanael pregunta: "Pero, ¿puede salir algo bueno de Nazaret?” Posiblemente en su pregunta emerge la rivalidad que acostumbraba existir entre las pequeñas aldeas de una misma región: Caná y Nazaret.

Además de esto, según la enseñanza oficial de los escribas, el Mesías vendría de Belén en Judea. No podía venir de Nazaret en Galilea (Jn 7,41-42). Andrés da la misma respuesta que Jesús había dado a los otros dos discípulos: “¡Ven y verás!" No es imponiendo sino viendo que las personas se convencen. De nuevo, ¡el mismo proceso: encontrar, experimentar, compartir, testimoniar, llevar a Jesús!

• Jesús ve a Natanael y dice: "¡Ahí viene un verdadero israelita, sin falsedad!" Y afirma que ya le conocía, cuando estaba debajo de la higuera. ¿Cómo es que Natanael podía ser un "auténtico israelita” si no aceptaba a Jesús como Mesías? Natanael "estaba debajo de la higuera".

La higuera era el símbolo de Israel (cf. Mi 4,4; Zc 3,10; 1Re 5,5). Israelita auténtico es aquel que sabe deshacerse de sus propias ideas cuando percibe que no concuerdan con el proyecto de Dios. El israelita que no está dispuesto a esta conversión no es ni auténtico, ni honesto. Él esperaba al Mesías según la enseñanza oficial de la época (Jn 7,41-42.52); por esto, inicialmente, no aceptaba a un mesías venido de Nazaret. Pero el encuentro con Jesús le ayudó a percibir que el proyecto de Dios no siempre es como la gente se lo imagina o desea que sea. El reconoce su engaño, cambia idea, acepta a Jesús como mesías y confiesa: "¡Maestro, tu eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!"

“Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”: Quien será fiel, verá el cielo abierto y los ángeles que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre. Experimentará que Jesús es la nueva alianza entre Dios y nosotros, los seres humanos. Es la realización del sueño de Jacob (Gén 28,10-22).

jueves, 23 de agosto de 2018

Filipenses 4,4-7: La alegría espiritual

4,4-7: La alegría espiritual
4:4 Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense.
4:5 Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca.
4:6 No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios.
4:7 Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.

Filipenses 4,1-3: Exhortación al amor

Exhortación al amor
4:1 Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.
4:2 Exhorto a Evodia y a Síntique que se pongan de acuerdo en el Señor.
4:3 Y a ti, mi fiel compañero, te pido que las ayudes, porque ellas lucharon conmigo en la predicación del Evangelio, junto con Clemente y mis demás colaboradores, cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida. 

Filipenses 3,12-16: La carrera del cristiano

3,12-16: La carrera del cristiano
3:12 Esto no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús.
3:13 Hermanos, yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia delante
3:14 y corro en dirección a la meta, para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús.
3:15 Así debemos pensar los que somos maduros; y si en alguna cosa ustedes piensan lo contrario, Dios los iluminará.
3:16 De todas maneras, cualquiera sea el punto adonde hayamos llegado, sigamos por el mismo camino.

Filipenses 3,7-11: La justificación por la fe en Jesucristo

3,7-11: La justificación por la fe en Jesucristo
3:7 Pero todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa de Cristo.
3:8 Más aún, todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él, he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo
3:9 y estar unido a él, no con mi propia justicia —la que procede de la Ley— sino con aquella que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe.
3:10 Así podré conocerlo a él, conocer el poder de su resurrección y participar de sus sufrimientos, hasta hacerme semejante a él en la muerte,
3:11 a fin de llegar, si es posible, a la resurrección de entre los muertos.

Filipenses 3,1-6: Advertencia contra los judaizantes

Advertencia contra los judaizantes
3:1 Mientras tanto, hermanos míos, alégrense en el Señor. A mí no me cuesta nada escribir las mismas cosas, y para ustedes es una seguridad.
3:2 ¡Cuídense de los perros, de los malos obreros y de los falsos circuncisos!
3:3 Porque los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que ofrecemos un culto inspirado en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, en lugar de poner nuestra confianza en la carne, aunque yo también tengo motivos para poner mi confianza en ella.
3:4 Si alguien cree que puede confiar en la carne, yo puedo hacerlo con mayor razón:
3:5 circuncidado al octavo día; de la raza de Israel y de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, un fariseo;
3:6 por el ardor de mi celo, perseguidor de la Iglesia; y en lo que se refiere a la justicia que procede de la Ley, de una conducta irreprochable.

Filipenses 2,19-30:Misión de Timoteo y de Epafrodito

Misión de Timoteo y de Epafrodito
2:19 Espero, con la ayuda del Señor Jesús, enviarles muy pronto a Timoteo para tener noticias de ustedes y experimentar yo mismo un alivio.
2:20 Porque no encuentro a otro, que tome tan a pecho como él los asuntos de ustedes.
2:21 Todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús.
2:22 Ya saben que él ha dado pruebas de su virtud, porque sirvió conmigo a la causa del Evangelio, como un hijo junto a su padre.
2:23 Por eso espero enviarlo, apenas se aclare mi situación.
2:24 Por otra parte, tengo confianza en el Señor de que pronto podré ir personalmente.
2:25 He creído que era necesario enviarles de nuevo a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes enviaron para que me asistiera en mis necesidades.
2:26 Él tenía un gran deseo de volver a verlos a todos, y estaba muy preocupado porque ustedes se habían enterado de su enfermedad.
2:27 En efecto, estuvo enfermo y a punto de morir, pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera otro dolor, además de los que ya tengo.
2:28 Ahora me apresuro a enviárselo, a fin de que su presencia los llene de gozo, y yo, por mi parte, quede menos triste.
2:29 Recíbanlo en el Señor, con mucha alegría, y tengan en gran estima a personas como él.
2:30 Porque él estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, exponiendo su vida para suplirlos a ustedes en el servicio que no podían prestarme directamente.

Filipenses 1,21-26: La generosidad apostólica de Pablo

La generosidad apostólica de Pablo


21 Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
22 Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir.
23 Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor,
24 pero por el bien de ustedes es preferible que permanezca en este cuerpo.
25 Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos ustedes, 
     para que progresen y se alegren en la fe.
26 De este modo, mi regreso y mi presencia entre ustedes 
     les proporcionarán un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús.

Filipenses 1,27-30: Exhortación a luchar por la fe

Exhortación a luchar por la fe
1:27 Solamente les pido que se comporten como dignos seguidores del Evangelio de Cristo. De esa manera, sea que yo vaya a verlos o que oiga hablar de ustedes estando ausente, sabré que perseveran en un mismo espíritu, luchando de común acuerdo y con un solo corazón por la fe del Evangelio,
1:28 y sin dejarse intimidar para nada por los adversarios. Este es un signo cierto de que ellos van a la ruina, y ustedes a la salvación. Esto procede de Dios,
1:29 que les ha concedido a ustedes la gracia, no solamente de creer en Cristo, sino también de sufrir por él,
1:30 sosteniendo la misma lucha en la que ustedes me han visto empeñado y ahora saben que sigo sosteniendo.

Filipenses 1,12-20: Situación personal de Pablo

Situación personal de Pablo
1:12 Quiero que ustedes sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha contribuido al progreso del Evangelio.
1:13 En efecto, en el pretorio y en todas partes, se ha hecho evidente que es por Cristo que llevo las cadenas,
1:14 y la mayor parte de los hermanos, a quienes mis cadenas han devuelto el coraje en el Señor, se han animado a proclamar sin temor la Palabra de Dios.
1:15 Es verdad que algunos predican a Cristo llevados por la envidia y el espíritu de discordia, pero otros lo hacen con buena intención.
1:16 Estos obran por amor, sabiendo que yo tengo la misión de defender el Evangelio.
1:17 Aquellos, en cambio, anuncian a Cristo por espíritu de discordia, por motivos que no son puros, creyendo que así aumentan el peso de mis cadenas.
1:18 Pero ¡qué importa! Después de todo, de una u otra manera, con sinceridad o sin ella, Cristo es anunciado, y de esto me alegro y me alegraré siempre.
1:19 Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo.
1:20 Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Oración: Salve Reina y Madre de Misericordia



Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

La Realeza de María

Coronación de María
Templo de la Sagrada Familia, Barcelona (España)


La razón por la que la Virgen María es Reina se fundamenta teológicamente en su divina maternidad y en su función de ser colaboradora en la salvación del género humano.

a) Por su divina maternidad: 

Es el fundamento principal, mostrando su intimidad con el Padre y la une a su divino Hijo, que es Rey universal.

En la Escritura se dice del Hijo que la Virgen concebirá: "Hijo del Altísimo será llamado y a Él le dará el Señor Dios el trono de David su padre y en la casa de Jacob reinará eternamente y su reinado no tendrá fin" (Lc 1,32-33).

A María se le llama "Madre del Señor" (Lc. 1,43); de donde fácilmente se deduce que ella es también Reina, pues engendró un Hijo que era Rey y Señor de todas las cosas. Así, pudo escribir san Juan Damasceno: "Verdaderamente fue Señora de todas las criaturas cuando fue Madre del Creador" (cit. en la Enc. Ad Coeli Reginam, de Pío XII, 11-X-1954).

b) Por ser colaboradora en la obra de salvación del género humano:

La Virgen María, por voluntad de Dios, participó en nuestra salvación; en consecuencia, así como Cristo es Rey, al precio de su Sangre, también María es Reina al precio de su compasión dolorosa junto a la Cruz.

"La Beatísima María debe ser llamada Reina, no sólo por ra-zón de su Maternidad divina, sino también porque cooperó íntimamente a nuestra salvación. Así como Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro no sólo por ser Hijo de Dios sino tam-bién nuestro Redentor, con cierta analogía, se puede afirmar que María es Reina, no sólo por ser Madre de Dios sino tam-bién, como nueva Eva, porque fue asociada al nuevo Adán" (cfr. Pío XII, Enc, Ad coeli Reginam).

domingo, 19 de agosto de 2018

CARTA DE SAN PABLO A LOS EFESIOS

CARTA DE SAN PABLO
A LOS CRISTIANOS DE ÉFESO  (completo)

Efesios 1,1-14: El plan de salvación
     1,15-23: La supremacía de Cristo

Efesios 2,1-10: Gratuidad de la salvación en Cristo
     2,11-22: Reconciliación entre los judíos y los paganos

Efesios 3,1-7: El misterio de Cristo
     3,8-13: El ministerio de Pablo
     3,14-21: Súplica del apóstol

Efesios 4,1-6: Llamado a la unidad
     4,7-13: La diversidad de los carismas
     4,14-16: Unidad en la verdad y en el amor
     4,17-24: La vida nueva en Cristo
     4,25-32: Deberes de amor hacia el prójimo

Efesios 5,1-7: La conducta de los hijos de Dios
     5,8-20: Las obras de la luz y de las tinieblas
     5,21-33: Los deberes de los esposos

Efesios 6,1-4: Deberes de los padres y de los hijos
     6,5-9: Los deberes de los esclavos y de los patrones
     6,10-17: La armadura del cristiano
     6,18-20: Exhortación a la oración
     6,21-24: Noticias personales y despedida

Efesios 6,21-24: Noticias personales y despedida

Noticias personales
6:21 Tíquico, el querido hermano y fiel servidor en el Señor, los pondrá al corriente de cómo me encuentro y de lo que estoy haciendo.
6:22 Con este propósito, lo envié para que él les dé noticias nuestras y los conforte interiormente.
6:23 Llegue a todos los hermanos la paz, el amor y la fe, que proceden de Dios, el Padre, y del Señor Jesucristo.
6:24 La gracia permanezca con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor incorruptible.

Efesios 6,18-20: Exhortación a la oración

Exhortación a la oración
6:18 Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos,
6:19 y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio,
6:20 del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo!

Efesios 6.5-9: Los deberes de los esclavos y de los patrones

Los deberes de los esclavos y de los patrones

5 Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, 
   sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo;
6 no con una obediencia fingida que trata de agradar a los hombres, 
   sino como servidores de Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios.
7 Sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara del Señor y no de los hombres,
8 teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a cada uno el bien que haya hecho, 
   sea un esclavo o un hombre libre.
9 Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores 
   y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos, 
   que lo es también de ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de personas.