sábado, 30 de diciembre de 2017

LA SAGRADA FAMILIA EN EL ARTE




ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Adoración de los pastores, pintura a lápiz
Adoración de los pastores, pintura a lápiz 1
Adoración de los pastores, pintura a lápiz 2
Adoración de los pastores 3, Nazarenum
Adoración de los pastores 4, Nazarenum
Adoración de los pastores 5, Nazarenum
Adoración de los pastores 6, Nazarenum
Adoración de los pastores, vidriera,
Adoración de los pastores, vidriera,

CASA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ EN NAZARET
Taller de José, Pilarín Bayes
La casa de Jesús, María y José, relieve

JOAQUÍN Y ANA
Francisco de Goya:
  JMJ con san Joaquín y santa Ana ante el Eterno en la Gloria

TALLER DE NAZARET
George de La Tour, San José, carpintero
John Collier (escultura), San José Carpintero
John Collier (escultura), José Carpintero con su Hijo  'j[d
John Collier (painting), The carpenter and the Child Jesus
Maestro di Serrone, Taller de san José
Nazarenum, Taller de José,
Nazarenum, Talle de José 2,
Nazarenum, Taller de José 3,
Nazarenum, Taller de José 4,
Nazarenum, Taller de José 5,
Nazarenum, Taller de José 6,
Nazarenum, Taller de José 7,
Nazarenum, Taller de José 8,
Nazarenum, Taller de José 9,
Nazarenum, Taller de José 10
Nazarenum, Taller de José 11
Nazarenum, Taller de José y Jesús con María hilando
Nazarenum, La casa de Jesús, María y José, relieve
Nazarenum, Taller de Jose y María dando de comer el niño Jesús
Pilarín Bayes, Taller de José
Pilarín Bayes, Taller de JMJ con san José Manyanet

HUIDA A EGIPTO
Arlene Cisneros Sena, New Mexico (USA)
Huida a Egipto, New Mexico (USA)
Huida a Egipto, Nazarenum
Huida a Egipto, azulejos, Nazarenum
Huida a Egipto 2, azulejos, Nazarenum
Huida a Egipto, relieve, Nazarenum
María amamanta a Jesús, Nazarenum
María amamantando a Jesús, Azulejos, Nazarenum
María amamanta a Jesús y guiados por el ángel, Nazarenum
Descansando, azulejos, Nazarenum

MARÍA Y JOSÉ
María y José, Nazarenum

MATRIMONIO DE JOSÉ Y MARÍA
Matrimonio de José y María, Nazarenum
Matrimonio de José y María 2, Nazarenum
Matrimonio de José y María 3, Nazarenum
Matrimonio de José y María 4, Nazarenum
Matrimonio de José y María, Azulejos, Nazarenum

PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
Presentación de Jesús en el Templo,
Museo de Arte Hispano de New Mexico (USA)
Nazarenum, Azulejos, Azulejos 2,

PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO
Nazarenum, Encuentro en el templo,

SAGRADA FAMILIA, JESÚS, MARÍA Y JOSÉ
Hijos de la Sagrada Familia USA, La Sagrada Familia,
Nazarenum, La Sagrada Familia 2, La Sagrada Familia 3,
Pquia. Sagrada Familia USA, La Sagrada Familia,
Angeles
Casal San José Manyanet, La Sagrada Familia con ángeles,
Espíritu Santo
Nazarenum, Con el Espíritu Santo (paloma)
Mesa Eucarística
Nazarenum:
   Mesa Eucarística,
   Mesa Eucarística 2, cerámica,
Varias presentaciones
Nazarenum:
   José y María con Jesús Palabra
   José y María con Jesús, humano y divino
   José y María con Jesús ofrendaCon Isabel y Juan Bautista


FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA, Ciclo B: La familia, testigo de esperanza, comentario bíblico de Fr. Gerardo Sánchez Mielgo, OP.


• Primera lectura: (Eclesiástico 3,3-7. 14-17a)
Primera parte del Eclesiástico: la naturaleza y beneficios de la sabiduría. La existencia individual y comunitaria del hombre creyente se funda en la confianza divina.

Reflexiones:

1ª) ¡Es urgente recuperar el sentido de la honra a los padres!

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre. La Escritura fundamenta las relaciones de los hijos con los padres en una verdad sólida: son los colaboradores inmediatos de Dios en la transmisión de la vida.

Y la vida es un bien irrenunciable. Esta proyección de la vida comunitaria que existe en Dios (Uno y Tres) al crear al hombre y a la mujer es el fundamento más sólido de la familia y del matrimonio. Era una concepción primitiva pero muy sólida (cf. Ef 6,3).

Es necesario volver a las raíces de la familia según el proyecto de Dios entendida como una comunidad de vida y de amor. La autoridad de los padres hay que entretejerla con un sincero y generoso diálogo entre todos. Si todos son escuchados y atendidos, la familia crece con fuerza, especialmente hoy que se anhelan espacios cálidos de intercomunicación.

2ª) ¡Respeto y ternura para con los padres!

El que honra a su padre expía los pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros... Dios ha relacionado su bendición con los grandes momentos de su obra: bendijo a nuestros primeros padres, a Noé, a Abrahán, etc. Esta bendición es eficaz por sí misma. Hoy se diría que es performativa, es decir, operante, dinámica y eficaz.

También a la familia la ha enriquecido con una bendición. La familia es para Dios algo muy entrañable, es el reflejo de su propia vida íntima en la eternidad: tres y uno a la vez. La bendición se vive en la comunión y ternura de unos con otros.

La Escritura recuerda una realidad que debió darse entonces con cierta frecuencia: en la antigüedad también llegaban momentos en que los padres eran un obstáculo para el desenvolvimiento de ciertos proyectos de los hijos. La autoridad paterna y materna se vuelven ahora como una súplica a los hijos.

La Iglesia siempre ha manifestado seria preocupación por esta célula básica de la sociedad y de la propia Iglesia, que es la familia.

• Segunda lectura: (Colosenses, 3,12-21)
El contexto es la vida nueva en Cristo. Es la sección moral en que se recogen las exigencias de la vida cristiana y unas recomendaciones concretas para la convivencia familiar. La fuente de toda moral cristiana es la unión con Cristo resucitado.

Reflexiones:

1ª) ¡Una comunidad de vida y de amor animada por la misericordia, la bondad, la dulzura y la comprensión!

Sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Recuerda algunas de las cualidades bajo la imagen del "uniforme", es decir, aquello que identifica a una persona como singular y bien definida: la misericordia, la bondad, la dulzura y la comprensión.

La misericordia ha sido elevada por Jesús a una de sus más bellas congratulaciones o bienaventuranzas: Dichosos los misericordiosos porque Dios tendrá misericordia de ellos (Mt 5,7). Una bienaventuranza se mueve entre la dificultad y la promesa gozosa. La misericordia es un atributo característico de Dios. Dios es misericordioso perdonando generosamente el pecado del hombre y acogiendo con tiernísimo afecto. Esta realidad hace de la familia una auténtica comunidad de vida y de amor verdaderamente feliz. Dios nos quiere felices en la familia.

También la dulzura o la no-violencia es objeto de otra bienaventuranza de Jesús: Dichosos los no-violentos porque ellos poseerán la tierra (Mt 5,5).

Y lo mismo podría decirse de la bondad y de la comprensión. En un mundo agresivo y violento es necesaria la familia animada por estas cualidades. En un hogar moderno, pero auténtico, todos se acogen mutuamente en la dulzura y la misericordia en los gestos y en las palabras.

2ª) ¡El amor, el perdón y la paz, secretos de una familia en comunión!

Perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado haced vosotros lo mismo. El perdón y la reconciliación se encuentran en la entraña misma de la obra de Jesús (Jn 1,36).

La historia de la salvación nos recuerda con frecuencia la presencia y las manifestaciones del pecado en el mundo, una realidad nunca querida por Dios que destruye al hombre y lo deshumaniza. El modelo del perdón permanente, que todos los miembros de la familia necesitan conceder y recibir, es el reflejo y el resultado del perdón conseguido a través de Cristo.

Los miembros de las familias deben estar muy atentos a sus propias debilidades y a las debilidades de los demás. Por eso necesitan ser muy generosos en ofrecer el perdón (hasta setenta veces siete cada día) y recibirlo son sencillez y sinceridad. Cada vez que cualquiera nos diga "lo siento" hemos de reaccionar con el perdón generoso y gratuito, como lo es el que se nos concede a nosotros.

Por encima de todo esto, el amor que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón. El amor, motor de toda la historia de la salvación, se manifies¬ta de una forma definitiva y totalmente gratuita en la cruz.

San Juan cuando quiso interpretar este acontecimiento nos enseñó que nadie tiene amor más grande que el que está dispuesto a dar su vida por sus amigos (Jn 15,12ss). No es posible el amor fraterno sin la experiencia sincera del amor que Dios nos tiene. En ella aprendemos la gratuidad y la felicidad de sentirse amados por Dios.

La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Sólo si los miembros de la familia se deciden por un amor generoso y universal será posible la verdadera comunión y felicidad de todos y de cada uno.

• Evangelio: (Lucas 2,22-40)
Este relato recoge varias escenas: la decisión de María y de José de llevar al Niño al templo «según la ley de Señor»; Simeón, símbolo del pueblo de la esperanza, movido por el Espíritu; su cántico; sus palabras sobre el futuro de Jesús y sobre el camino de María.

Reflexiones:

1ª) ¡Según la Ley de Moisés!

Llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor. María y José se conducen por la Palabra de Dios expresada en su Escritura porque en ella habla Dios, se expresa su voluntad. Por eso se ponen en marcha guiados por la lámpara de la Palabra. Eso entonces. Y ahora la Iglesia es invitada a seguir el mismo camino iluminada por la palabra mientras camina por un lugar tenebroso y sembrado de dificultades.

Los creyentes poseen esta Palabra que los ilumina en un mundo en el que reciben las ondas de múltiples mensajes que no aportan la salvación ni la felicidad profunda y duradera. Es la primera lección de este entrañable pero profundo acontecimiento.

2ª) ¡Simeón es un modelo de la esperanza del pueblo movido por el Espíritu!

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón... El Segundo Isaías describe la acción salvadora de Dios en favor de su pueblo postrado en el exilio de Babilonia como una consolación: Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios, hablad al corazón de Jerusalén... (Is 40,1ss)

Es un tema entrañable para Lucas que proyecta y refleja en este relato del justo Simeón: representa la esperanza de un pueblo cumplida en Jesús, en su ministerio y en el misterio pascual, y proyectada a todos los lugares, a todas las gentes y a todos los pueblos por la fuerza del Espíritu.

Simeón representa el punto de llegada de un pueblo movido por la esperanza en las promesas de Dios y el punto de partida de un pueblo animado por el cumplimiento de las promesas en Jesús ya aunque todavía no plenamente. El creyente, el discípulo de Jesús, hoy es invitado a ser testigo de esperanza en medio de un mundo necesitado de ella. Hoy es necesaria la experiencia de la fidelidad de un Dios que no falla a sus promesas. Necesita de Jesús, esperanza de la humanidad entera.

3ª) ¡Puedes dejar a tu siervo irse en paz porque ha visto a tu Salvador!

Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y Gloria de tu pueblo Israel. 

Es un apretado himno desbordante de contenido. Simeón, representante del pueblo que espera la consolación de Dios, expresa gráficamente la plenitud de su espera. No es la etapa final de una vida privada, sino la etapa final de lo que representa: de un pueblo.

Por otra parte, al dirigirse al Niño reconoce en él tres grandes realidades atribuidas al Dios de Israel: Salvador, Luz y Gloria que ahora se transfieren a Jesús (que fue revelado a través del acontecimiento pascual).

Este himno canta al Dios que se ha manifestado Salvador y poderoso en el acontecimiento de Jesús en quien se cumplieron todas las promesas. Los creyentes tienen un punto de referencia para descubrir a Jesús como alguien que salva, libera, ilumina y da sentido a una vida abierta al futuro.

4ª) ¡Bandera discutida y espada que discierne!

Será como una bandera discutida. Esa fue la historia real de Jesús en su ministerio y hasta la muerte. Esta experiencia de la vida de Jesús se retroproyecta hasta la infancia presentada en forma de profecía y anuncio. La persona y el mensaje de Jesús provocan una «criba», un «discernimiento» entre los hombres: o con él o contra él. Así fue entonces y sigue siendo ahora a través de la Iglesia y de sus discípulos.

Somos llamados, a través de nuestra fidelidad al Evangelio, a provocar entre los hombres un discernimiento constante. El secreto está en nuestra fidelidad perseverante al Evangelio. He ahí nuestra vocación, nuestra tarea y nuestro compromiso y nuestra felicidad.

Y a ti una espada te traspasará el alma.

La Palabra de Dios será durante toda la vida de María una espada de doble filo que la conducía siempre a mayores profundidades en su adhesión a Jesús.

El «hágase» de la anunciación fue para ella un faro que dirigió sus pasos toda la vida. Su maduración íntima fue en crecimiento constante, no exento de dificultades, tentaciones y pruebas. Es el modelo ejemplar del pueblo de Dios de antaño y de la Iglesia. Y es un modelo y una maestra en esta tarea para los creyentes de hoy inmersos en un mundo hostil y agresivo contra los valores verdaderamente humanos y éticos. María sigue proclamando que podemos imitarla refiriéndonos siempre a la Palabra de Dios que purifica, ilumina y da plenitud de sentido a nuestra historia.

AUTOR: Fr. Gerardo Sánchez Mielgo, OP
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA, Ciclo B, Comentario bíblico de Fray Miguel de Burgos Núñez, OP


La tradición litúrgica reserva este primer domingo después de Navidad a la Sagrada Familia de Nazaret. El tiempo de Nazaret es un tiempo de silencio, oculto, que deja en lo recóndito de esa ciudad de Galilea, desconocida hasta que ese nombre aparece por primera vez en el relato de la Anunciación de Lucas y en el evangelio de hoy, una carga muy peculiar de intimidades profundas. Es ahí donde Jesús se hace hombre también, donde su personalidad psicológica se cincela en las tradiciones de su pueblo, y donde madura un proyecto que un día debe llevar a cabo.

Sabemos que históricamente quedan muchas cosas por explicar; es un secreto que guarda Nazaret como los vigilantes (Nazaret viene del verbo nasar, que significa vigilar o florecer; el nombre de Nazaret sería flor o vigilante). En todo caso, Nazaret, hoy y siempre, es una sorpresa, porque es una llamada eterna a escuchar la voz de Dios y a responder como lo hizo María.

• Iª Lectura: Eclesiástico (3,3-7;14-17):
El misterio creador de ser padres


La primera lectura de este domingo está tomada del Ben Sirá  o Eclesiástico. Tener un padre y una madre es como un tesoro, decía la sabiduría antigua, porque sin padre y sin madre no se puede ser persona. Por eso Dios, a pesar de que lo confesamos como Omnipotente y Poderoso, no se encarnó, no se acercó a nosotros sin ser hijo de una madre. Y también aprendió a tener un padre.

La familia está formada por unos padres y unos hijos y nadie está en el mundo sin ese proceso que no puede reducirse a lo biológico. No tenemos otra manera de venir al mundo, de crecer, de madurar y ello forma parte del misterio de la creación de Dios. Por eso el misterio de ser padres no puede quedar reducido solamente a lo biológico. Eso es lo más fácil y a veces irracional del mundo. Ser padres, porque se tienen hijos, es un misterio de vida que los creyentes sabemos que está en las manos de Dios.

Como el relato de Lucas estará centrado en la respuesta de Jesús a “las cosas de mi Padre”, se ha tenido en cuenta el elogio del padre humano de Jesús, que no es otro que José, tal como se le conocía perfectamente en Nazaret. Aunque Jesús, o Lucas más bien, ha querido decir que el “Padre” de Jesús es otro, no se quiere pasar por alto el papel del “padre humano” que tuvo Jesús en Nazaret.

La arqueología nos muestra esa casa de José dónde se llevó a María; donde Jesús vivió con ellos hasta que, contando como con unos treinta años, abandonó su hogar para dedicarse a la predicación del Reino de Dios; donde posteriormente se reúne una comunidad judeo-cristiana para vivir sus experiencia religiosas.

• IIª Lectura: Colosenses (3,12-21):
Los valores de una familia cristiana


La lectura de este domingo es de Colosenses y está identificada en gran parte como un “código ético y doméstico”, porque nos habla del comportamiento de los cristianos entre sí, en la comunidad.

Lo que se pide para la comunidad cristiana -misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia-, para los que forman el “Cuerpo de Cristo”, son valores que, sin mayor trascendencia, deben ser la constante de los que han sido llamados a ser cristianos. Son valores de una ética que tampoco se pueda decir que se quede en lo humano. No es eso lo que se puede pedir a nivel social.

Aquí hay algo más que los cristianos deben saber aportar desde esa vocación radical de su vida. La misericordia no es propio de la ética humana, sino religiosa. Es posible que en algunas escuelas filosóficas se hayan pedido cosas como estas pero el autor de Colosenses está hablando a cristianos y trata de modificar o radicalizar lo que los cristianos deben vivir entre sí; de ello se deben “revestir”.

El segundo momento es, propiamente hablando, el “código doméstico” que hoy nos resulta estrecho de miras ya que las mujeres no pueden estar “sometidas” a sus maridos. Sus imágenes son propias de una época que actualmente se quedan muy cortas y no siempre son significativas.

Todos somos iguales ante el Señor y ante todo el mundo, de esto no puede caber la menor duda. El código familiar cristiano no puede estar contra la liberación o emancipación de la mujer o de los hijos. Por ser cristianos, no podemos construir una ética familiar que esté en contra de la dignidad humana.

Pero es verdad que el código familiar cristiano debe tener un perfil que asuma los valores que se han pedido para “revestirse” y construir el  “cuerpo de Cristo”, la Iglesia. Por tanto, la misericordia, la bondad, la humildad, la mansedumbre y la paciencia, que son necesarias para toda familia, lo deben ser más para una familia que se sienta cristiana.

Si los hijos deben obedecer a sus padres, tampoco es por razones irracionales, sino porque sin unos padres que amen y protejan, la vida sería muy dura para ellos.

• Evangelio (Lucas 2,22-40):
El Salvador ha crecido en familia


El evangelio de hoy, en su conjunto, es toda una historia familiar con la que Lucas cierra lo que se conoce como el "evangelio de la infancia" (aunque queda el último episodio en Jerusalén).

La intencionalidad de esta lectura para la liturgia de hoy es manifiesta; quizás por lo que se afirma de que cumplieron "lo que prescribe la ley del Señor". Es una familia que quiere ser fiel a Dios y en aquella mentalidad la fidelidad a Dios se manifestaba precisamente en el cumplimiento de todo aquello que exigía la ley del Señor.

De hecho, el texto podría reducirse a los primeros versículos y al final de este conjunto (vv. 22-23"39-40). Entonces quedarían descartados, a todos los efectos, el episodio de Simeón y de Ana, en el momento de la purificación de la madre y de la presentación de Jesús al Señor en el templo.
Por lo tanto habría que incidir en el sentido de la vida familiar, de una familia judía, piadosa, probablemente de educación farisea, que era lo común, que no se sale de la norma tradicional y religiosa. No es este un matiz a olvidar porque deberíamos aproximarnos siempre a la figura de Jesús desde la normalidad de una vida en el judaísmo de la época, en la normalidad de trabajo y de la vivencia familiar.

Bien es verdad que Lucas concluye su relato con una expresión que va más allá de lo que es vivir normalmente: "el niño crecía en sabiduría (sofía) y gracia (járis) de Dios" (y. 40; cf. 2,52).

Hay mucha intencionalidad en esto por parte del redactor del evangelio. Porque si bien quería presentar el marco normal de una vida de crecimiento de un niño en una familia religiosa, por otra está apuntando a que este niño está llamado a otra cosa bien distinta de los demás.

No obstante Lucas ha relatado esta historia de familia con unos pormenores que la hacen especial. En la presentación del niño se debía rescatar al primogénito (cf Nm 8,15-18;18,16) mediante el pago de una pequeña cantidad, cosa que no se nos describe, ya que no lo entiende él como "rescate".

Por otra parte, no era necesario en la presentación del primogénito, ni a la purificación de la madre, hacerlo necesariamente en el templo. Pero el evangelista lo quiere así para darle más sentido y para que los episodios de Simeón y Ana (absolutamente proféticos y originales) tengan el marco adecuado. No vamos a incidir a este aspecto, ya que requeriría más explicaciones que las necesarias para la liturgia de hoy.

Pero en la semiótica de todo esto vemos que el "relato de familia se convierte en una propuesta de fidelidad y cumplimiento, aunque con voces proféticas detrás, como la de Simeón y Ana, que están poniendo de manifiesto que este niño está destinado a algo más que ser un judío cumplidor de la ley.
Este viejo-visionario vive de la esperanza de algo más que todo eso, y así logra lo que su esperanza le dictan: ver la luz que alumbrará a todas las naciones. El canto de Simeón, el famoso "Nunc dimittis", no deja lugar a dudas, ya que los cantos en estos capítulos de Lucas desempeñan un papel primordial (así es el caso también del Magnificat y el Benedictus).

Y de la misma manera la profetisa Ana – cuando la profecía estaba muerta en Israel desde hacía siglos, y una mujer además, no lo olvidemos—, anuncia cosas nuevas de este niño, en una familia, que no se pueden reducir solamente en ser fieles a la ley del Señor, sino a la voluntad salvadora de Dios. Aquí se está anunciando algo inaudito que, sin embargo, crece y se experimenta en la normalidad de una familia religiosa y fiel a Dios.

AUTOR: Fray Miguel de Burgos Núñez, OP
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Lucas 2,22-40: Presentación de Jesús en el Templo

Lucas 2,22-40 
15 de septiembre: Ntra. Sra. de los Dolores (2,33-35)


Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones."

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma."

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

SOBRE EL MISMO TEMA:

Hogares cristianos, por José Antonio Pagola


Hoy se habla mucho de la crisis de la institución familiar. Ciertamente, la crisis es grave. Sin embargo, aunque estamos siendo testigos de una verdadera revolución en la conducta familiar, y muchos han predicado la muerte de diversas formas tradicionales de familia, nadie anuncia hoy seriamente la desaparición de la familia.

Al contrario, la historia parece enseñarnos que en los tiempos difíciles se estrechan más los vínculos familiares. La abundancia separa a los hombres. La crisis y la penuria los unen. Ante el presentimiento de que vamos a vivir tiempos difíciles, son bastantes los que presagian un nuevo renacer de la familia.

Con frecuencia, el deseo sincero de muchos cristianos de imitar a la Familia de Nazaret ha favorecido el ideal de una familia cimentada en la armonía y la felicidad del propio hogar. Sin duda es necesario también hoy promover la autoridad y responsabilidad de los padres, la obediencia de los hijos, el diálogo y la solidaridad familiar. Sin estos valores, la familia fracasará.

Pero no cualquier familia responde a las exigencias del reino de Dios planteadas por Jesús. Hay familias abiertas al servicio de la sociedad y familias egoístas, replegadas sobre sí mismas. Familias autoritarias y familias donde se aprende a dialogar. Familias que educan en el egoísmo y familias que enseñan solidaridad.

Concretamente, en el contexto de la grave crisis económica que estamos padeciendo, la familia puede ser una escuela de insolidaridad en la que el egoísmo familiar se convierte en criterio de actuación que configurará el comportamiento social de los hijos. Y puede ser, por el contrario, un lugar en el que el hijo puede recordar que tenemos un Padre común, y que el mundo no se acaba en las paredes de la propia casa.

Por eso no podemos celebrar la fiesta de la Familia de Nazaret sin escuchar el reto de nuestra fe. ¿Serán nuestros hogares un lugar donde las nuevas generaciones podrán escuchar la llamada del Evangelio a la fraternidad universal, la defensa de los abandonados y la búsqueda de una sociedad más justa, o se convertirán en la escuela más eficaz de indiferencia, inhibición y pasividad egoísta ante los problemas ajenos?

viernes, 22 de diciembre de 2017

Testimonio del Dr. Alfonso del Corral



Alfonso del Corral fue campeón de Liga y de la Copa del Rey de baloncesto jugando en el Real Madrid, en 1984-85 además de al siguiente año. Cuando abandonó el mundo del deporte como jugador, desarrolló su carera profesional siendo el responsable de los servicios médicos del Real Madrid del 1994 al 2007. Pero lo más importante en su vida, es la gran familia que tiene y la experiencia de fe que ha vivido tras un duro golpe como fue la pérdida de su hijo Álvaro con tan sólo 6 años. En esta charla, Alfonso del Corral nos cuenta cómo logró superar la pérdida y asumirla desde la fe, y la oración.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Lucas 1,39-56: Visita de María a Isabel

Lucas 1,39-45
21 de diciembre (Lc 1,39-45)


En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia para siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

SOBRE EL MISMO TEMA:

Arte:

Comentarios:
por la Orden Carmelitana   

miércoles, 20 de diciembre de 2017

ADVIENTO: 20 de diciembre

Isaías 7,10-14
Salmo 23: Va a entrar el Señor, 
él es el Rey de la gloria
Lucas 1,26-38

Isaías 7,10-14

En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

Salmo 23,1-2.3-4ab.5-6: 
Va a entrar el Señor, 
él es el Rey de la gloria

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R. Va a entrar el Señor, 
él es el Rey de la gloria

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R. Va a entrar el Señor, 
él es el Rey de la gloria

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
R. Va a entrar el Señor, 
él es el Rey de la gloria

Lucas 1,26-38

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: «No temas, Maria, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»

Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»

María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

martes, 19 de diciembre de 2017

Lucas 1:5-25: La Anunciación del Ángel a Zacarías, por Edward P. Sri

Lucas 1:5-25: La Anunciación del Ángel a Zacarías


1:5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón.
1:6 Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor.
1:7 Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada. 
(Lucas 1:5-7)

Zacarías e Isabel son presentados en el Evangelio de Lucas como un matrimonio fiel al judaísmo del siglo I. El sacedote Zacarías y su esposa Isabel, de la familia sacerdotal de Aarón, no son un matrimonio cualquiera sino que representan al pueblo de Israel escogido por Dios para guiar a todos los pueblos.

Lucas subraya que ambos son "justos delante de Dios" y "sin culpa" (=”sin falta”). Por este motivo, la declaración del versículo 7 es sorprendente: "No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada".

La esterilidad producía vergüenza en el judaísmo. Algunos veían en la esterilidad un castigo divino (Cf. Deuteronomio 28:15,18). Para la mentalidad judía de la época, el v.7 junta dos elementos contrapuestos: la santidad y el no tener hijos.

Esta situación nos recuerda el sufrimiento de otras mujeres piadosas del Antiguo Testamento –Sara, Rebeca, Raquel y Ana–. Ellas también fueron estériles hasta que Dios las bendijo con un hijo. Zacarías e Isabel, al igual que estas grandes matriarcas de la antigüedad, esperan que Dios actúe en su vida. O, tal vez, no...

“Le tocó entrar en el Santuario del Señor
para quemar el incienso”

1:8 Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, 
1:9 le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. 
1:10 Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.
1:11 Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. 
(Luke 1:8-11)

El sacerdote Zacarías sirve en "el turno de Abías". Los sacerdotes se dividían en veinticuatro grupos para el servicio del templo; entonces, echaban a suerte a quién le tocaba el culto en el templo. Ese día, Zacarías fue el escogido para "entrar en el templo del Señor y quemar incienso" (Lucas 1:9).

En este ritual, Zacarías representa a todo Israel y ora ante el Santísmo en nombre de su pueblo. Ofrecer incienso en el templo era una oportunidad única en la vida. Zacarías no volvería a ser elegible para este servicio. Algunos sacerdotes nunca tendrían este honor.

El altar del incienso estaba detrás de una cortina que separaba el lugar más sagrado del templo: el Santo de los Santos. Los judíos creían que en este lugar sagrado el cielo se encontraba con la tierra. Sólo el Sumo Sacerdote podía aventurarse más allá de esa cortina, pudiendo acceder al Santo de los Santos una vez al año: el Día de la Expiación.

“Se le apareció el Ángel del Señor”

1:11 Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
1:12 Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo.
1:13 Pero el Ángel le dijo: "No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan.
1:14 Él será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento,
1:15 porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre,
1:16 y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios.
1:17 Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto", (Lucas 1:11-17)

Es interesante descubrir que no solamente Zacarías y Isabel, sino también todo el pueblo, serán bendecidos con un niño. El ángel le dice a Zacarías tres cosas asombrosas acerca de este niño.

• No consumirá vino ni bebida fuerte:

Esta información no es para darnos a conocer los futuros hábitos de Juan en relación con la bebida, sino para decirnos que el niño ha sido escogido por Dios para una misión. En el Antiguo Testamento los judíos "naziritas" se consagraban a Dios separándose de los demás y ejercitándose en la ascesis. Abstenerse de beber alcóhol era una práctica común para los nazireos (Cf. Números 6:3, Jueces 13:4). Juan también “escogido y separado” para un servicio especial.

• "Lleno del Espíritu Santo desde el vientre de la madre": 

Desde el vientre de su madre Juan es destinado para una misión, es decir, es un profeta. El Espíritu descendió sobre Saúl y lo transformó en profeta (Cf. 1 Samuel 10:10); también el Espíritu del Señor habló por medio de David (Cf. 2 Samuel 23:2). ). El mismo Espíritu se encontró con los profetas Ezequiel, Elías y Eliseo durante su ministerio en Israel (Cf. Ezequiel 11:5, 2 Reyes 2:9-16; Joel 2:28).

Cuando el ángel dice que este niño estará lleno del Espíritu Santo "desde el vientre de su madre", presenta a Juan como uno de los grandes profetas de Israel, incluso antes de que nazca.

• "Con el Espíritu y poder de Elías":

La importancia del ministerio profético de Juan es patente en las palabras finales del ángel: "Hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor, y él irá delante del Señor con el espíritu y poder de Elías para volver el corazón de los padres a los hijos”, Lucas 1:16-17.

Estos versos hacen referencia a las últimas palabras proféticas del Antiguo Testamento. El profeta Malaquías anunció que el Señor enviará a su mensajero que preparará al pueblo para su llegada: "He aquí, yo envío mi mensajero para preparar el camino delante de mí", Malaquías 3,1.

Malaquías identifica a este mensajero como el profeta más famoso de Israel: "He aquí que yo os enviaré a Elías antes de que venga el gran y terrible día del Señor. Y él volverá el corazón de los padres a sus hijos y el corazón de los hijos a sus padres...", Malaquías 4,5-6

Por tanto, el ángel presenta a Zacarías el ministerio profético de Juan como el cumplimiento de la profecía de Malaquías.

Ahora vemos que la historia de Zacarías e Isabel no es solamente la de un piadoso matrimonio judío sin descendencia a quienes Dios bendice con un hijo. La vida de Zacarías e Isabel representa la historia de Israel. Así como Zacarías y Isabel son estériles y esperan de Dios la gracia de tener un hijo, así también sufren los judíos del siglo I anhelando que Dios visite a su pueblo, como Malaquías había anunciado.

"Yo soy Gabriel"

1:18 Pero Zacarías dijo al Ángel: "¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada". 
1:19 El Ángel le respondió: "Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. 
1:20 Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".
1:21 Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario.
1:22 Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. Él se expresaba por señas, porque se había quedado mudo.
1:23 Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa.
Lucas 1,18-23

Zacarías duda sobre si su anciana esposa podrá tener un hijo. Pregunta al ángel: “¿Cómo puedo estar seguro esto? Porque yo soy un anciano y mi mujer es de edad avanzada”. El ángel responde: "Yo soy Gabriel". El ángel, hasta ahora en el anonimato, revela su identidad; en realidad, no responde a la pregunta que se le ha hecho pero revela su nombre.

El ángel da a Zacarías una información que le va a ayudar a juntar las piezas del misterio que tiene ante sí. Zacarías comprende que Dios está actuando en su vida para conducir a Israel al momento culminante de su historia. ¿Cómo? La única vez que el ángel Gabriel es mencionado en el Antiguo Testamento es en las visiones del profeta Daniel.

En Daniel 9 el profeta ora para que Dios se compadezca de su pueblo y termine con los sufrimientos a que son sometidos por el opresor extranjero. Mientras Daniel reza, el ángel Gabriel se le aparece a la hora del sacrificio de la tarde -el tiempo en que el incienso habría sido ofrecido en el templo.

Gabriel da buenas y malas noticias a Daniel: por un lado, el pueblo seguirá sufriendo bajo las naciones paganas durante mucho tiempo pero, por otro lado, al final de este tiempo de sufrimiento, Dios enviará a su Ungido —el Mesías—. Este Ungido inaugurará la justicia eterna y cumplirá todas las profecías (Cf. Daniel 9:24-27).

Gabriel no es un ángel cualquiera en la historia del Pueblo de Dios. Gabriel anuncia el fin de la opresión y el comienzo de la era mesiánica; ahora, Gabriel se aparece a Zacarías.

Los paralelos entre lo que sucedió a Daniel y lo que le acaba de suceder a Zacarías muestran esta conexión. Como Daniel, Zacarías ora en favor de Israel mientras ofrece el incienso en el templo. Como Daniel, Zacarías ora mientras ofrece el sacrificio en el templo. Mientras Zacarías realiza el servicio litúrgico en el templo se le aparece el mismo ángel Gabriel.

El evangelista Lucas muestra a sus lectores la correspondencia que hay entre Daniel y Zacarías: ambos momentos se funden en la historia de la salvación del pueblo de Dios.

Al decir "Yo soy Gabriel", el ángel revela a Zacarías que el largo período de sufrimiento de Israel está terminando. La profecía de Daniel 9 se va a cumplir y el hijo de Zacarías va a desempeñar un papel clave en la preparación del pueblo ante la llegada inminente del "Ungido" —Mesías—.


FUENTE: Sri, Edward P. Dawn of the Messiah: The coming of Christ in Scripture.  St. Anthony Messenger Press. Servant Books, 2011.

domingo, 17 de diciembre de 2017

DOMINGO DE LA 3 SEMANA DE ADVIENTO, Ciclo B

Isaías 61,1-2a.10-11
(Interleccional) Lucas 1,46-54:

Me alegro con mi Dios
1 Tesalonicenses 5,16-24
Juan 1,6-8.19-28


Isaías 61,1-2a.10-11

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

(Interleccional) Lucas 1,46-54:
Me alegro con mi Dios

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
R. Me alegro con mi Dios

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
R. Me alegro con mi Dios

A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia.
R. Me alegro con mi Dios

1 Tesalonicenses 5,16-24

Hermanos: Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

Juan 1,6-8.19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" El dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy al voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías." Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

viernes, 15 de diciembre de 2017

VIERNES DE LA SEGUNDA SEMANA ADVIENTO (Lecturas)

Isaías 48:17-19
Salmo 1,1-2.3.4.6: “El que te sigue, Señor, 
tendrá la luz de la vida”
Mateo 11:16-19

Isaías 48:17-19

Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: “Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.”

Salmo 1,1-2.3.4.6
El que te sigue, Señor, 
tendrá la luz de la vida

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
R: El que te sigue, Señor, 
tendrá la luz de la vida

Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
R: El que te sigue, Señor, 
tendrá la luz de la vida

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
R: El que te sigue, Señor, 
tendrá la luz de la vida

Mateo 11:16-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: ¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio.” Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.

Mateo 11:16-19: Hemos tocado la flauta y no habéis bailado..., por Julio González, SF.

Mateo 11:16-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: ¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio.” Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.

— Comentario por el P. Julio González, SF.

Hay gente que nunca está contenta o, tal vez, debería decir: hay gente que solamente está contenta cuando les va bien a ellos.

Un médico le explicaba a una mamá la apatía de su hijo:

“El niño está sano. El problema de su hijo no es que nunca esté contento, su problema (de la madre) es que le pone tanta atención que el niño no puede disfrutar de los demás, de la naturaleza y de las cosas cotidianas, porque está absorbido por sí mismo”.

“Y eso ¿se cura?”, pregunta la madre.

“Por supuesto, motive a su hijo para que dirija su atención sobre las vivencias de otras personas y verá que el niño comienza a mostrar interés por algo”.

Este ejemplo sirve para explicar que la espiritualidad del Adviento no puede ser apreciada por personas que solamente están interesadas en ellas mismas, en cómo les va a ellos.

Jesús no habla de unas personas sino de toda una “generación”, poniendo en evidencia una mentalidad y un estilo de vida.

“Hemos tocado la flauta y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones y no habéis llorado”, ¿Cómo pueden bailar o llorar por lo que otros hacen si solamente tienen ojos y oidos para sí mismos?

La espiritualidad del Adviento es la espiritualidad del caminante; por eso, los sabios que vienen que oriente, los pastores, Abraham, Moisés, los profetas, Juan el Bautista, María y José, pueden ayudarnos a llenar de significado y propósito nuestra espera.

A través de Zacarías, Isabel, José, Herodes y sus consejeros, descubrimos que ese peregrinaje pone a prueba no solamente nuestra resistencia física sino también nuestra resistencia a cambiar, a ver a los demás sin temor, como una buena noticia.

Los episodios del Evangelio que meditamos durante el Adviento muestran que quienes se preocupan por mantener su bienestar y privilegios, no solamente no se alegran con la llegada del mesías sino que le ven como una amenaza.

Mateo 11:16-19: "¿A quién se parece esta generación?"

Mateo 11:16-19
Viernes de la 2 Semana de Adviento

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: ¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio.” Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.

SOBRE EL MISMO TEMA:
por la Orden Carmelitana
Hemos tocado la flauta y no habéis bailado   

jueves, 14 de diciembre de 2017

San Juan de la Cruz (1542-1591): Dichos de luz y amor



Dichos de luz y amor

1) A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar como Dios quiere ser amado.

2) Más agrada a Dios una obra, por pequeña que sea, hecha a escondido, no teniendo voluntad de que se sepa, que mil hechas con ganas de que la sepan los demás.

3) ¿Qué aprovecha dar tú a Dios una cosa, si Él te pide otra? Considera lo que Dios quiere y hazlo que por ahí satisfarás mejor tu corazón que con aquello a que tú te inclinas.

4) Más quiere Dios en ti el menor grado de obediencia y sujeción, que todos esos servicios que le piensas hacer.

5) Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de conciencia, que cuantas obras puedes hacer.

6) El alma dura en su amor propio se endurece.

7) Dios sólo reina en el alma pacífica y desinteresada.

8) Quien supiere morir a todo, tendrá vida en todo.

9) Bástele Cristo crucificado, y con él descanse.

10) El que no busca la cruz de Cristo, no busca la gloria de Cristo.

11) Dios para enamorarse del alma, no pone los ojos en su grandeza, sino en la grandeza de su humildad.

12) El amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener grande sencillez y padecer por el Amado.

13) Quien huye de la oración, huye de todo lo bueno.

14) Mejor es vencerse en el hablar que ayunar a pan y agua.

San Juan de la Cruz. Doctor de la Iglesia.
Obras completas. Edición crítica, notas y apéndices por Lucino RUANO DE LA IGLESIA. BAC, Madrid 1982.

El único dibujo conservado de San Juan de la Cruz




San Juan de la Cruz, además de su obra literaria, fue autor de una reducida obra plástica, casi toda perdida. El místico realizó varias tallas en madera de Cristo, una escultura de una Virgen, un dibujo de la subida al Monte Carmelo y un pequeño dibujo a pluma de la crucifixión.

Todos los originales se han perdido, excepto el último, aunque ha llegado a nosotros muy alterado, a consecuencia del deterioro y de una primera restauración realizada ya en el siglo XVII.

Estos datos y muchos más, de naturaleza técnica, los proporcionó Vicente Viñas, quien tras recibir el encargo de su restauración en 1968, hizo lo que buenamente pudo.

El original del "Cristo de San Juan de la Cruz", como es conocido (al igual que la pintura de Dalí inspirada en él), se encuentra en el Monasterio de la Encarnación de Ávila.

Según Viñas, en la obra original el madero largo de la cruz quedaba en vertical respecto al observador. A los estudiosos ha llamado la atención el inusual punto de vista de la imagen. Se ha escrito que es el de Dios Padre, que contempla desde lo alto al Hijo, situado a su diestra. Salvador Dalí, impresionado por el dibujo del santo, pintó en 1951 su "Cristo de San Juan de la Cruz", una de sus obras más populares, y posiblemente también la más sobrecogedora.

El original de Dalí se encuentra en el Kelvingrove Art Gallery de Glasgow.

14 de Diciembre: San Juan de la Cruz, por Celestino Hueso, SF


San Juan de la Cruz ha sabido cantar como nadie que la unión con Dios es la mayor de las delicias. Que el camino para conseguirla es trabajar sin desmayo. Que a pesar de nuestro esfuerzo no conseguimos nada. Que… Bueno, sí que conseguimos. Conseguimos que Cristo note que queremos ir hacia Él y baje hacia nosotros para tomarnos en sus brazos y subirnos con Él.

San Juan es también el medio fraile (por lo bajito que era) que, junto a Santa Teresa de Jesús, conseguirá la reforma de la Orden carmelitana. Le costó sangre, sudor y lágrimas.

Los que querían dejar las cosas como estaban porque vivían muy bien y no estaban dispuestos a renunciar a su vida de comodidades lo encerraron durante nueve meses hasta que consiguió escapar y refugiarse en el convento de las monjas.

Y desde allí comenzó su vida de peregrino reformador que le trajo hasla la provincia de Jaén, en Villacarrillo se tomó un descanso, camino de Úbeda donde dio el último “salto y llegó tan alto tan alto” que lo tenemos en el Reino de Dios.

sábado, 9 de diciembre de 2017

9 de Diciembre: San Juan Diego, por el P. Celestino Hueso, SF


En la selva del Putumayo conocí a personas que cada domingo se recorrían entre cinco y diez kilómetros a patita para asistir a la Misa y la preparación para ser padrinos de bautismo; conocí también veredas (veinte o veinticinco familias) capaces de pasarse a vivir durante una semana enterica a la escuelita. Allí comían todos de la olla común, dormían todos en el duro suelo de madera, se ocupaban todos de los niños… Y todo, para participar en la misión que “estaban dando los padrecitos”.

Nuestro santo de hoy, Juan Diego, pertenece a esta estirpe de católicos. Recorría unos veinte kilómetros todos los fines de semana para profundizar en la fe y participar en la Santa Misa.
Fue un hombre sencillo, humilde, generoso para con todos. De los que le gustan a Dios.
También le gustan a la Madre de Dios. Por eso la Virgen María se fijó en él para hacerlo su confidente. Y le salió al encuentro por el camino.

“Juanito ve al obispo y le dices que quiero que se construya aquí un templo en mi honor” Y allá va Juan Diego. Y el obispo se hace el loco. Y Juan insiste una y otra vez, tantas como se lo pide la Virgen, sin desanimarse y sin esquivar el encuentro con la Señora del Tepeyac.

Bueno, lo esquivó una vez, pero lo hizo por buscar socorro para su tío enfermo. Y María le sale nuevamente al encuentro, lo tranquiliza con la noticia de que su tío ya está sano y le vuelve a marcar nuevamente el camino del obispado.

Esta vez será la definitiva porque la Virgen de Guadalupe ha quedado para siempre en la tilma del indiecito. En su corazón lo estaba desde hacía mucho tiempo.

¡Ah! El obispo le colocó el nombre de “Virgen de Guadalupe” porque le dio la impresión de que se parecía a la Guadalupana extremeña.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Inmaculada, "fiesta de guardar en los Reinos de Su Majestad Católica" desde 1664

"¡Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,
no me dejes, madre mía".

Después del Padrenuestro y del Avemaría, no ha habido otra oración popular tantas veces repetida como la expresada en esta "décima" poética, de autor desconocido, escrita en el periodo renacentista del Imperio Español.

Con ocasión de la festividad de la "Pura y Limpia Concepción de María Santísima", las siguientes reflexiones contribuirán a ayudarnos a despertar y acrecentar nuestra relación religiosa con la "Thetókos- Christotókos"- "Madre alumbradora de Dios, o Madre alumbradora de Cristo".

La devoción a la Inmaculada es muy popular en España. El día fue declarado "Fiesta de guardar en todos los Reinos de Su Majestad Católica", desde el año 1664, antes de que el papa Clemente XI así lo decretara para la Iglesia universal, en 1708.

Aún hoy es común que entre sus familiares y amigas felicitemos a quien celebre su fiesta, con cualquiera de las versiones de "Concha", "Conchita", "Concepción" o "Inmaculada".

Raro es hallar un pueblo en el que esta festividad no se celebre. Multitud de templos, ermitas, entidades y parroquias están consagradas a la Inmaculada.

Patrona celestial de la infanteria española

A la piadosa leyenda basada en hechos reales, aunque con interpretaciones no siempre documentadas y veraces, acudimos para desvelar el porqué la Inmaculada es la "Patrona Celestial de la Infantería Española" . Tal leyenda refiere que en la noche del 7 al 8 de diciembre del año 1585, en la llamada "Guerra de los Ochenta Años", el Tercio español de Flandes comandado por el Maestre de Campo Francisco de Asís de Bobadilla, se libró de una muerte segura, gracias a la protección de la Virgen.

Uno de los solados sitiados en la pequeña isla de Bammbel encontró una imagen de madera, lo que encendió la moral de los defensores, convencidos de que su protección celestial hubiera facilitado el paso a tierra firme al haberse milagrosamente helado el río que los separaba.

En el arte

Velázquez, El Greco, Zurbarán, Morillo y José Antolínez fueron, y siguen siendo, "evangelistas" del hoy dogma de la Inmaculada Concepción, desde el púlpito de los más importantes museos del mundo y los retablos de los templos y catedrales de la Cristiandad. Solo del sevillano Bartolomé Esteban Morillo, su colección rebasa la veintena de obras.

Texto principal del dogma

Este es el texto literal con el que el papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada el día 8 de diciembre de 1854:

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que afirma que la bienaventurada Virgen María fue preservada y totalmente exenta de la mancha del pecado original, desde el primer instante de su concepción, por privilegio y gracia singular de Dios omnipotente y en vista de los méritos de Jesucristo salvador del género humano, es una doctrina revelada y, por consiguiente, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles". "Potuit, decuit, ergo fecit".

Hermandades, cofradías y asociaciones

De interés ascético, dogmático, litúrgico y piadoso, es de destacar el hecho de que la mayoría de Hermandades y Asociaciones que se fundaron en los tiempos de fervor "inmaculatista" en España, tuvieron acentuado carácter social y benéfico.

SOBRE EL MISMO TEMA  

Tres versiones de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción por Pío IX

Australia y la definición del dogma de la Inmaculada Concepción

La Iglesia australiana en la definición del dogma:
Dos anécdotas interesantes

Me gustaría compartir dos anécdotas que creo son de sumo interés y que dan cuenta de la hasta ahora muy poco sabida conexión de Australia con la definición del dogma de la Inmaculada Concepción por el Papa Pío IX en 1854.

Primero, el papel del entonces arzobispo de Sídney, Bede Polding, osb, en las "discusiones finales" acerca de la proclamación del dogma. Henry Norbert Birt, en su trabajo Benedictine Pioneers in Australia ("Pioneros benedictinos en Australia", 1911), tiene la versión más completa de la historia, la cual transcribe, dice, "de un pergamino delante de sus ojos, preparado evidentemente en aquella fecha, o poco después".

Me permito la libertad de traducir unas líneas:

La última media hora de la reunión [de los 110 obispos llamados a Roma para participar en dichas "discusiones finales"] fue una de las más memorables de los anales de la Iglesia. Había habido discusiones y argumentos fuertes cuando el arzobispo Polding se levantó y se presentó diciendo que era el representante de los once obispos en Australia y había venido a doblegarse a la Santa Sede. "Vos sois Pío: somos vuestros hijos. Enseñadnos, guiadnos, confirmad nuestra Fe".

[Polding] se expresó en palabras muy simples y conmovedoras. De repente la asamblea entera se volvió tranquila: la discusión dio paso a la fe. Los obispos se volvieron de una mente y de un corazón; quisieron que se les llevara al Papa, para echarse a sus pies. El cardenal legado y el episcopado entero vertieron lágrimas de gozo y consuelo. Un jesuita presente dijo que nunca se había dado cuenta de la acción visible del Espíritu Santo como lo hizo en aquella última media hora.

Birt concluye su relato diciendo que Polding, al actuar así, había tomado "una parte decisiva en aquellas discusiones solemnes. ¡La voz de Australia se había oído!".

La segunda anécdota viene recogida en el Ordo de la diócesis de Victoria, hoy estado australiano, de 1855. Relata que el 27 de junio de 1854, el entonces obispo de Melbourne, James Alipius Goold, regaló al Papa Pío IX una cantidad de oro minado de tierras victorianas "en testimonio de fidelidad hacia la persona de Vuestra Santidad, y hacia la Sede Apostólica".

Debajo de este texto, el compilador del Ordo registra que "Su Santidad ha manifestado de la más especial forma su afecto paternal por sus hijos de Victoria al haberse dignado a ordenar hacer del oro de la provincia las medallas que se acuñarán con ocasión de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de la Beata Virgen María".

El propio arzobispo Polding, en una carta a la abadesa de Stanbrook en 1855, explica algo más acerca de la acuñación de estas medallas conmemorativas.

"Fueron cien onzas mandadas por los mineros", cuenta Polding, "y de ellas se acuñaron trescientas medallas. Algunos de los cardenales quisieron que las medallas fueran más grandes, pero el Papa no estaba de acuerdo porque habría que usarse otro oro... medallas de plata también fueron acuñadas".

Son dos anécdotas que ciertamente valen la pena traer a la mente y que, también, son una muestra del entusiasmo con el que fue acogido el nuevo dogma en las antípodas de Europa.

Autor: Cameron Doody

+ SOBRE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Ave María Purísima, sin pecado concebida

“Ave María purísima, sin pecado concebida”. Con esta jaculatoria saludamos en España en tantas ocasiones buenas, recordando el saludo del ángel a María, que hacemos nuestro como saludo cristiano. Muchas personas comienzan con estas palabras su confesión sacramental, muchos saludan así al entrar en una casa, muchos la emplean al comenzar una obra buena, etc. Pertenece a la entraña del pueblo cristiano esta devoción mariana, que evoca el saludo del ángel a María y recuerda que ella es la Purísima, llena de gracia y concebida sin pecado original.

Al comienzo del Año litúrgico celebramos la solemne fiesta de la Inmaculada, como aurora que anuncia la llegada del sol. La redención de Cristo ha comenzado por María. Ella es la primera destinataria de esa redención que viene a traer su Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Redentor. Ella es la primera redimida. En ella nos miramos como en un espejo para contemplar lo que Dios quiere hacer con cada uno de nosotros. A ella, desde el comienzo; a nosotros, como final consumado. Pero todos redimidos por la sangre redentora de Cristo, derramada en la Cruz para limpiarnos de nuestros pecados.

María fue concebida por vía natural del abrazo amoroso de sus padres Joaquín y Ana. El fruto de esa unión ha resultado singular, pues Dios eligió a María para que fuera en su momento la madre del Redentor. Y por eso la libró de todo pecado, llenándola de su gracia, incluso librándola del pecado original, que todos contraemos al nacer. Lo que a todos nos viene dado como perdón, a ella le viene dado anticipadamente como prevención en virtud de los méritos de Cristo. De manera que nunca tuvo la más mínima sombra de pecado, y en ella todo fue luz de gracia desde el primer momento. Por eso, la llamamos la Purísima.

Nuestra patria España, en su larga historia de santidad, ha impulsado continuamente que esta verdad tan arraigada en la conciencia cristiana de nuestro pueblo llegara a ser definida como dogma de fe. Y así sucedió en 1854 (precisamente, el 8 de diciembre), cuando el Papa Pio IX definió que “la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano”.

A partir de esa fecha, el Papa visita todos los años la plaza de España en Roma, depositando un ramo de flores junto al monumento de la Inmaculada. María Inmaculada es patrona de España, precisamente con este título tan atractivo y tan seductor para el alma creyente.

Se acerca la Navidad, se acerca la contemplación de este misterio de amor, que tiene corazón de madre. Preparemos nuestro corazón para acoger el misterio que nos desborda. Dios se acerca a nosotros en este Niño indefenso en los brazo de su Madre santísima. Nos acercamos a él con el deseo de acogerlo en nuestro corazón.

Que el adviento sea de verdad tiempo de acercamiento al Señor, porque él sale a nuestro encuentro en cada hombre, en cada acontecimiento. Sobre todo en aquellas personas que sufren la injusticia, en los pobres y desheredados de la tierra, que reclaman nuestra atención. El viene a establecer un reinado de justicia y de amor. Preparándonos así a recibirle este año, nos vayamos disponiendo a recibirle cuando venga a llevarnos con él definitivamente. Su Madre bendita nos acompañará en todo momento, también en ese momento supremo.

Autor: Monseñor Demetrio Fernández

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Las Inmaculadas de Murillo y la visión de Santa Beatriz de Silva

Se celebra el cuarto centenario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), el gran pintor de la Purísima y uno de los genios del Barroco español.

Lo que Murillo innovó

Murillo cambia el estilo de representar a María triunfante que habían traído pintores anteriores a él como Pacheco o Velázquez. ¿La gran novedad? Viste a María de blanco, con una túnica sencilla e inmaculada, y le da vuelo al manto azul. De la lectura del Apocalipsis toma solo la luna bajo sus pies y, para representar aquello de que iba ‘vestida de sol’, coloca una luz anaranjada tras cada Inmaculada, prescindiendo de la corona de estrellas que sí usaron Pacheco y Velázquez.

Santa Beatriz de Silva, encerrada en el baúl por la Reina

¿En qué se basa esta representación que se hace de la Inmaculada? Para ello tenemos que conocer a Santa Beatriz de Silva (1437-1492), dama de la corte de Isabel de Portugal (esposa de Juan II de Castilla). La reina, celosa porque creía que su marido miraba a Beatriz con deseo, la encerró durante días en un baúl cerrado a cal y canto. Allí, se le apareció la Virgen para decirle que todo saldría bien, y que cuando saliera fundara una orden (las Concepcionistas). Beatriz contaría que la Virgen se le había aparecido con túnica blanca y manto azul, como luego vestirían las monjas concepcionistas, y como pinta Murillo a la madre de Cristo.

Inmaculada "La Colosal"

Una de las primeras Inmaculadas que pintó Murillo fue ‘La Colosal’, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Se hizo para el arco de la iglesia del Convento de San Francisco, que estaba donde hoy se abre la Plaza Nueva.


Dice la tradición que cuando Murillo presentó el cuadro, a los franciscanos no le gustó demasiado. Pero Murillo sabía que su cuadro no estaba realizado para ser visto a ras de suelo. Una vez que se colocó a su altura, los monjes cambiaron su visión sobre la obra. No hay que obviar que este lienzo mide tres metros de ancho y casi cuatro y medio de alto. Por algo es ‘La Colosal’. De hecho, su tamaño fue lo que hizo que el napoleónico Mariscal Soult no pudiera llevársela durante la invasión francesa, y se quedara recluida en el Alcázar.

Las obras que devolvió Pétain a Franco

La Inmaculada llamada ‘de los Venerables’ –y mal llamada ‘de Soult’ por su expoliador– regresó a España en 1940, pero nadie desde nuestro país la había reclamado. ¿Cómo podía ser? En aquella época, Francia estaba siendo invadida por las tropas nazis, y el gobierno colaboracionista dirigido por el Mariscal Pétain se había establecido en Vichy traicionando a la república francesa. Pétain quería el apoyo de la España de Franco, y por ello se propuso como estrategia un intercambio de cuadros entre el Prado y el Louvre.


Un día de diciembre, avisaron a los encargados del Patrimonio de España que fueran a la localidad francesa de Port Bou. Para agilizar el acuerdo, Pétain mandaba a Franco la Inmaculada de los Venerables a España. Debió llegar en tren, pero las lluvias lo impidieron, por lo que fue cargada en un camión sin escolta en el que llegó hasta el lugar de la cita. Un día antes del día de la Inmaculada, el cuadro llegaba en un vagón de tren precintado a Madrid. Por cierto, un año más tarde Pétain mandaría a España otra obra maestra expoliada: la Dama de Elche.

La hija sorda y monja de Murillo

Corre desde siempre la tradición de que Murillo tomó para algunas de sus Inmaculadas rostros conocidos. Pero dentro de esas teorías, debemos detenernos en la similar faz que tienen las llamadas ‘de Walpole’ (Hermitage de San Petersburgo) y ‘del Coro o niña’ (Museo de Bellas Artes).

Aunque puede resultar a simple vista sensato decir que ambas tienen el mismo rostro, Santiago Montoto se atrevía en los años 20 a decir que ambas tuvieron como modelo a la hija de Murillo, Francisca María. La última de sus hijas, que dicen que era sorda de nacimiento, entró en el convento de Madre de Dios como monja, y decían que la añoranza del pintor de su hija fue lo que propició que le pusiera su rostro a estas dos representaciones de la Inmaculada Concepción.

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