lunes, 27 de agosto de 2018

1 Timoteo 1,12-17: La vocación de Pablo


12 Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, 
     porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio
13 a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. 
     Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia.
14 Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús.
15 Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, 
     y yo soy el peor de ellos.
16 Si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, 
     poniéndome como ejemplo de los que van a creer en él para alcanzar la Vida eterna.
17 ¡Al Rey eterno y universal, al Dios incorruptible, invisible y único, 
     honor y gloria por los siglos de los siglos! Amén.

No hay comentarios: