Ambientación
La ambientación del lugar donde la comunidad celebra su fe debe ayudar a que todos se den cuenta de que comienza una nueva etapa dentro del año litúrgico; por eso, el lugar de la celebración debería ambientarse con un aire peculiar, no de penitencia, pero sí de austeridad.
No se dice o canta el Gloria, salvo en las solemnidades.
Se dice el Aleluya en la antífona antes del Evangelio, a diferencia de la Cuaresma.
Color morado y ausencia de flores
En primer lugar, debe resaltar el tono morado de la decoración, junto con la ausencia de flores en el altar; de este modo, la comunidad participará mejor y gozará más de la alegría festiva de la Navidad con sus ornamentos blancos y los arreglos florales.
Aunque no debe haber flores, es oportuno colocar plantas de interior en el presbiterio. Puede ser muy expresivo, también, una pancarta en un lugar visible del templo con frases como: “Ven, Señor Jesus”, “Esperamos tu venida”, “Preparemos los caminos del Señor”, etc.
Incienso
En las celebraciones litírgicas de este tiempo puede emplearse el incienso, si así se desea (IGMR 276).
Música
Se debe escoger cuidadosamente el canto de entrada, el cual debe recrear el ambiente de la celebración. Cantos como: “Ven, Señor, no tardes”, “Esperando al Mesias”, “Ven, Salvador”, etc., son los más apropiados. Es preferible repetir un canto los cuatro domingos en lugar de cambiarlo y perderse la atmósfera propia del Adviento.
La presentación de los dones es conveniente hacerla en silencio o con una melodía suave, para resaltar el caracter austero del Adviento y permitir la meditación de los fieles. El uso de instrumentos debe realizarse con moderación.
Liturgia de la Palabra
Conviene recordar durante el Primer Domingo de Adviento que se inicia un nuevo ciclo de lecturas.
El "Aleluya" debería cantarse los domingos y mejor omitirse los dias feriales.
Domingos
Los domingos del Tiempo de Adviento se celebran con las misas y lecturas propias, y en ellos no es posible utilizar ningún otro formulario. Si hay una memoria o fiesta, se omite ese año. Si hay una solemnidad, se traslada al día siguiente.
Ferias (días entre semana)
Hasta el 16 de diciembre, la celebración la determina tanto la semana como el día en que se encuentre: por ejemplo, Martes de la II Semana del Tiempo de Adviento. Se pueden celebrar las memorias libres y obligatorias. El formulario de la Misa se toma del propio del santo, y el prefacio puede ser del santo o del propio del tiempo. También se pueden celebrar Misas rituales, por diversas necesidades por utilidad pastoral, Misas exequiales y en el primer aniversario de muerte.
A partir del día 17, las ferias ya no se determinan por su lugar en una semana sino por la fecha en el calendario; es decir, hay una celebración para el 17, otra para el 18, y así hasta el 24 de diciembre. A estas se les llama ferias mayores de adviento, y son la novena (nueve días) antes de la Navidad. Ya no pueden celebrarse las memorias o fiestas de los santos. Pero puede hacerse una conmemoración: para ello, se dice la colecta del santo, y todo lo demás se toma del formulario de la feria. En esos días solo pueden celebrarse misas rituales y exequiales. El prefacio siempre es el del tiempo de Adviento.
La Corona de Adviento
La corona de adviento es un círculo de follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas.
El círculo nos recuerda que Dios no tiene ni principio ni fin, es eterno.
Las ramas verdes simbolizan que Dios no cambia.
Sobre las ramas se ponen cuatro velas, una por cada semana del Adviento. Significan la luz que disipan las tinieblas del pecado; la proxima venida de la Navidad. Recordamos la espera de la Humanidad que, cayendo en el pecado, vivió en la oscuridad. Tres son de color morado, que expresan el deseo de conversión y una rosa, que expresa la alegría de la comunidad con María por la inminente llegada de Jesús. La vela blanca (quinta vela) del centro es la luz de Jesús, que con su nacimiento, viene a iluminar la vida del hombre.
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