jueves, 31 de marzo de 2011

Comulgar de la mano de Jose, por Maria Dolors Gaja

“Dos hombres, ambos de nombre José, se cercioran de que el cuerpo de Jesús reciba cuidadosamente las atenciones necesarias; el primero en la cueva de su nacimiento, el segundo, de Arimatea, en la cueva del sepulcro”, San Efrén de Nisibi.

Estas bellas palabras de Efrén de Nisibi – doctor de la Iglesia, santo del s. IV, que fue llamado la cítara del Espíritu Santo porque escribió, junto a San Juan de la Cruz, la mejor poesía teológica de la Iglesia- me han hecho pensar en nuestra actitud cuando vamos a comulgar, cuando se nos da el Cuerpo de Cristo para que también reciba todo el amor que ambos hombres le dieron.

José de Nazaret debió tomar con temor y temblor, y con inmensa alegría, aquel cuerpecito que se le confiaba para que lo cuidase y le diera lo necesario para crecer. En una cueva nació el Sol que venía de lo alto y José tomó en sus brazos al Sol, que halló en él todo su cielo. Un famosísimo soneto de Lope de Vega se inicia con los sentimientos del sacerdote al levantar a Cristo hecho pan entre sus manos:

Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro,
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.

Para concluir diciendo:

no sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.

Y José, que no recitaría el poema de Lope, sí vería el sueño de éste cumplido: porque por haberle sostenido en sus brazos, Dios siempre le sostuvo a él y en sus brazos murió. La Eucaristía es la actualización de la Encarnación. Al acercarme a comulgar me convierto en otro Cristo y la cueva de mi vida queda transfigurada tal como canta San Juan de la Cruz.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!

Mi vida es a veces esa caverna que la Lámpara eucarística alumbra “con extraños primores”. Pero convendría que como José de Arimatea depositara el cuerpo de Jesús en una cueva, un sepulcro nuevo. Si Jesús se encarnó en un seno virginal y virgen era la tierra que lo recibió, virgen debe ser mi corazón para que Encarnación y Resurrección se manifiesten en mí. Vayamos a comulgar con la misma devoción y unción con que José de Nazaret y José de Arimatea tomaron en sus brazos el Cuerpo santo de Jesús.

Cuarto domingo de cuaresma: "No te guies por las apariencias, yo miro el corazon", por Mons. Francisco Gonzalez, S.F.

1 Samuel 16,1b.6-7.10-13a
Salmo 22,1-6
Efesios 5,8-14
Juan 9,1-41

Estamos en el cuarto domingo de cuaresma. Dos semanas más y entraremos en la semana: de las semanas, la Semana Santa. Nos estamos acercando al final de este tiempo fuerte que conocemos como Cuaresma, cuarenta, número que en la Sagrada Escritura indica cambio, viaje. Posiblemente sea éste un buen momento para hacer un alto en el camino de nuestra preparación a la Pascua para ver en dónde nos encontramos, qué o cuánto hemos avanzado, hacia la “nueva vida” que recibimos en el bautismo y que se nos encargó desarrollar.

En la primera lectura nos encontramos con la unción del nuevo rey de Israel. Dios quiere que el guía de su pueblo sea alguien de su confianza. El profeta, cuando ve al mayor de los hermanos, de “gran presencia y estatura”, piensa inmediatamente que éste es el elegido, pero Dios no le permite ungirlo. “No te guíes por las apariencias, le dice, yo miro el corazón”.

Esta es una frase con una enseñanza capaz de revolucionar la historia, la vida de los hombres. A pesar de tanto estudio, de tanta psicología, de tanta cosa como sabemos, todavía caemos con muchísima frecuencia en juzgar a la gente “por las apariencias”. El dicho popular de “las apariencias engañan” o “mucho ojo, que la vista engaña” tienen mucho de sabiduría y de ética cristiana.

En el evangelio vemos otro hecho extraordinario en la vida de Jesús: la sanación de un ciego de nacimiento. Como nota un tanto curiosa podríamos decir que esta narración evangélica comienza con un ciego que llega a ver, y un montón de videntes que acaban sin ver.

Los fariseos, esclavos de la ley, no pueden aceptar a Jesús Mesías, consagrado a Dios para el bien de la persona. No pueden aceptar que en el Reino de Dios, el bien del hombre está por encima de las costumbres y tradiciones: no se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre.

En esta lectura del evangelio de San Juan vimos el viaje de fe que hace el ciego de nacimiento quien ve a Jesús, primero como “hombre”, después como “profeta” y finalmente como “Señor”. Un proceso similar lo vimos el domingo pasado en el caso de la mujer samaritana.

Tanto el ciego de nacimiento como la mujer samaritana comienzan su relación con Jesús basada en una necesidad material, y poco a poco van entrando a una relación más personal, más íntima hasta llegar a conocer el sentido de la vida que está, ni más ni menos, que en la aceptación de Jesús como su Salvador.

Ceguera y tinieblas van juntas y como consecuencia sus obras son estériles, no hay vida, (2º lectura) pero cuando se acepta la luz, de Cristo, nosotros mismos nos convertimos en luz cuyos frutos son la bondad, la justicia y la verdad.

El mandato o invitación de Jesús al ciego para que fuera a lavarse, creo que nos puede a nosotros dar también algo que pensar. Tal vez nosotros también necesitamos bañarnos en la piscina de “Siloé” (que quiere decir: El Enviado), en la piscina del sacramento de la reconciliación, donde nos podamos limpiar del barro de nuestros pecados, de nuestras actitudes que impiden que veamos el don que Dios es y que nos quiere dar: ser bondadosos, practicar la justicia y vivir en la verdad.

”El Señor es mi pastor, nada me falta”.

sábado, 26 de marzo de 2011

ForumLibertas.com, un diario digital al servicio de la libertad y la dignidad de las personas

ForumLibertas.com es un diario digital que ofrece un tratamiento informativo generalista y a la vez diferente al que muestran el resto de medios de comunicación escritos. El equipo de la publicación apuesta por la independencia informativa, por la actualidad en clave interpretativa y por la promoción de la libertad, la dignidad de la persona, la justicia y los derechos humanos.

Se trata de crear unos marcos referenciales que ayuden a los lectores a formarse un criterio y una opinión, así como de estimular la capacidad de examinar la realidad y los hechos cotidianos, todo ello sin envolverse en ninguna ideología ni partidismo político.

La construcción europea, los cambios sociales del mundo, la justicia económica, la cultura, la bioética y el pensamiento en sentido global son algunas de las áreas temáticas que sigue ForumLibertas.com, que también ofrece a los lectores la posibilidad de enviar cartas al director.

Desde los años 80, faltaba en España un diario con perspectiva cristiana. FL aunque no puede cubrir el espacio de una cabecera de papel, es un primer paso para empezar a suplir esta carencia.

No se trata de dar informaciones religiosas o eclesiales (saldrán en una proporción pequeña, adaptada a la información general), sino de exponer e interpretar la realidad a partir de un marco de referencia basado en la concepción cristiana.

En definitiva, existen dos opciones, siempre de forma gratuita: entrar en la edición del día recibiendo un boletín o bien accediendo a la web del diario: http://www.forumlibertas.com/.

"Rezando voy", "Pray as you go"

Detrás de Rezando voy hay un equipo grande de hombres y mujeres, y la ilusión por compartir el evangelio y ayudar a las personas a rezar cada día. Las oraciones quieren dar espacios, propuestas y luces para guiar a quien las utilice en el camino para el encuentro con Dios, en medio de nuestras vidas ocupadas, intensas y a menudo exigentes. La idea inicial del proyecto está en "Pray as you go", la web de los jesuitas ingleses que lleva ya varios años de andadura.

http://www.rezandovoy.org/
http://www.pray-as-you-go.org/

El "Atrio de los Gentiles" una propuesta de dialogo entre creyentes y no creyentes

El jueves, 24 de marzo, tuvo lugar en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) la presentación de una nueva modalidad de diálogo entre creyentes y no creyentes, el Atrio de los Gentiles.

El Atrio de los Gentiles es una iniciativa de Benedicto XVI para propiciar un espacio de diálogo "con aquellos para quienes la religión es algo extraño, para quienes Dios es desconocido y que, a pesar de eso, no quisieran estar simplemente sin Dios, sino acercarse a él al menos como Desconocido" y está promovido por el Consejo Pontificio de la Cultura.

El cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, decidió que París, cuna de la Ilustración, acogiera la primera presentación del Atrio de los Gentiles. Entre el 24 y el 25 de marzo de 2011, tres sedes —la UNESCO, la Universidad de la Sorbona, y el Instituto de Francia—, ofrecen a personalidades del mundo de la cultura dialogar sobre el tema "Luces, religiones, razón común".

La UNESCO presenta este diálogo como "elemento esencial en la búsqueda de la paz y la abolición del rechazo del otro en la afirmación de la propia identidad". El encuentro comenzó con los saludos de bienvenida del cardenal Ravasi e Irina Bokova, directora general de la UNESCO, sobre el diálogo intercultural.

Algunos, como Giuliano Amato, antiguo primer ministro italiano, subrayaron la perspectiva del debate a nivel político, cultural y social. "La alianza entre creyentes y no creyentes dará a la libertad y a la democracia su sentido".

Aziza Bennani, embajadora de Marruecos ante la UNESCO, subrayó el papel decisivo que tienen las mujeres en la sociedad y que están llamadas a desarrollar.

Henri Lopes, embajador del Congo ante Francia y la UNESCO, resaltó la importancia de este diálogo para promover una cultura de la paz en el mundo, más allá de los límites europeos y occidentales.

Pavel Fisher, antiguo embajador de la República Checa en Francia, recalcó la búsqueda de sentido en un mundo secularizado y religioso, e invitó a un diálogo entre diferentes visiones del mundo y del hombre.

Jean Vanier, fundador de las Comunidades del Arca, testimonió el poder de transformación que procede de una mirada dirigida a la humanidad herida.

Monseñor Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede ante la UNESCO, dijo que no puede haber humanismo sin respeto de la persona. Los creyentes y los no creyentes deben seguir conviviendo. No se trata sólo de tolerancia recíproca, sino de un desafío que hay que asumir.

http://www.atriumgentium.org/

Tercer domingo de cuaresma: "Hemos realmente satisfecho nuestra sed?" por Mons. Francisco Gonzalez, S.F.

Exodo 17,3-7
Salmo 94
Romanos 5,1-2.5-8
Juan 4,5-42

La primera lectura nos habla del elegido en medio del desierto. Han sido liberados de la tiranía del faraón y del pueblo egipcio. Dios los va llevando por el desierto y moldeándolos de acuerdo con su plan, aunque da la impresión de que no está teniendo todo el éxito que podía esperar. Han llegado al lugar que se llamaría más tarde Massá y Meribá, nombres que significan tentación y querella, y el pueblo protesta a Moisés, le echan en cara que el sacarlos de Egipto no fue gran solución ya que ahora están padeciendo una sed que les hace ver la muerte. Moisés informa a Dios y Dios resuelve la situación.

¿Quedaron satisfechos con el agua que salió de la roca? Posiblemente sí, el problema es que no se daban cuenta que esa sed no era sólo de agua, sino de encuentro con Dios que es capaz de abastecernos del agua y de todo lo que verdaderamente necesitamos para que el Reino de Dios se haga realidad en medio de nosotros.

¿Tengo yo sed? ¿De qué tengo yo sed? Hoy todos vamos con nuestra botella de agua, agua de todos los sabores. ¿Hemos satisfecho nuestra sed?

El que ha padecido verdadera sed y/o verdadera hambre se acordará que son razones para casi desesperarse, especialmente al no saber dónde podremos encontrar agua o comida. El ser humano puede sentirse tremendamente desesperado porque no encuentra aquéllo para satisfacer las grandes necesidades de la propia vida, necesidades que son incluso más fuertes que la misma sed y hambre.

La segunda lectura, tomada este domingo de Pablo que escribe a los Romanos sirve para tranquilizarnos, para asegurarnos, para darnos esperanza, pues hemos sido justificados en Cristo, el amor de Dios ha sido derramado sobre nosotros. El cristiano no puede desesperarse, el cristiano está llamado a, en el nombre de Cristo, dar esperanza a todos esos que a pesar de haber bebido en abundancia y comido hasta la saciedad, siguen teniendo hambre y sed de algo que dé sentido a su propia existencia. El cristiano está llamado a ser como la roca de donde brotó el agua para calmar la sed del pueblo elegido y dar ánimos para continuar el camino.

Satisfacer las necesidades del otro, ya sea el esposo o la esposa, la madre o el padre, los hijos, sea quien sea es vocación de cristiano que comparte lo que es y lo que tiene, lo mismo que el Señor, entregándose por nosotros.

En el pasaje evangélico tomado de San Juan, es un diálogo hermosísimo entre el profeta Jesús, y la mujer Samaritana, mujer con su propia vida, mujer que representa varias comunidades o aspectos de la vida.

La escena es magnífica, hay una gran humanidad en este relato del diálogo entre Jesús y la mujer samaritana.

Jesús está cansado y se sienta al lado del pozo (él también tiene sed), sus compañeros han ido a comprar comida, y sin anunciarse llega una mujer samaritana y comienza un diálogo entre Jesús y ella. Primero es él quien pide agua, ella se extraña que este hombre se dirija a ella pues pertenecen a clanes que no se hablan ni se entienden entre sí. Él, Jesús, la reta con una observación que ella no acaba de entender, pero no impide el diálogo que el Maestro va conduciendo para una conversión personal de la mujer y una cosecha (el pueblo entero) quiere verlo y escucharlo.

Jesús tenía sed y tenía hambre, y va satisfaciendo ambas por la respuesta de aquéllos que ahora le escuchan, y así instruye a sus discípulos. Si hay que beber, sí hay que comer pero la bebida y comida es hacer la voluntad del que lo envió y llevar a cabo su obra, el establecimiento del Reino, un reino que no tiene fronteras, que no necesita de terrenos, que va a estar basado en espíritu y en verdad, como el verdadero culto que se ofrece a Dios.

Oremos para conocer el don de Dios, para que nuestra relación con Jesús esté basada en el espíritu y la verdad, para que sepamos priorizar las cosas que deseamos y por las que tenemos sed y hambre, para que haciendo la voluntad del que nos creó sepamos dar sentido a nuestra vida.

jueves, 24 de marzo de 2011

Religion Teacher's Journal Creative Catechist

After forty years of supporting religious education programs in parish schools of religion and Catholic schools, Religion Teacher’s Journal is enjoying a facelift and a relaunch as RTJ's Creative Catechist.

In many ways this move is a return to the original mission of the magazine when it was founded almost forty years ago as a supplementary resource for volunteer catechists and Directors of Religious Education (DREs) in parish CCD programs which is what the parish schools of religion were called at that time. Returning to the original mission of the magazine is recognition that there are hundreds of thousands of volunteer catechists each year who need more inspiration and support in their catechetical ministries.

This shift is also consistent with Bayard’s global evangelization mission to provide Catholics with support and inspiration in their personal and parish lives. Always consistent with the Catechism, faith-building activities, how-to articles, spiritual inspiration, web resources and teaching tips will form the core of the newly enhanced content. RTJ's Creative Catechist will provide everything that DREs, catechists and teachers need to create fun, exciting, and successful classroom experiences.

More information: http://www.rtjscreativecatechist.com/

viernes, 18 de marzo de 2011

2 Domingo de Cuaresma, Año A, por Mons. Francisco Gonzalez, S.F.

Genesis 2, 1-4
Salmo 33
2 Timoteo 1,8-10
Mateo 17,1-9

Una vez más Dios muestra que no abandona al hombre, ese hombre y mujer que le rechazaron, que le quisieron quitar su puesto, él los sigue amando en sus descendientes y ahora busca a otro hombre para continuar lo que había empezado. Una y otra vez busca el contacto con el ser humano, porque Dios no puede vivir sin el hombre.

Al llamar a Abraham quiere comenzar algo nuevo, y le pide completa confianza. Le promete algo que no ha visto todavía y, sin embargo, Abraham dice sí abandonando familia, amistades, país, seguridad y todo lo que ha conseguido durante su larga vida. No es de extrañar por tanto que conozcamos al patriarca como “nuestro padre en la fe”. Yo añadiría y “en la esperanza”. Dos virtudes que hacen de Abraham un ejemplo para todos, los de entonces y los de ahora.

Si a Abraham le costó dejar su tierra y la casa de su padre para seguir al Señor, no menos difícil es la vocación del cristiano predicando el evangelio. Todo llamado, toda vocación que nos viene de Dios es algo gratuito, algo que nos llega por medio de Jesucristo.

Anteriormente a esta transfiguración del Señor hemos visto a unos fariseos y saduceos que quieren pruebas del cielo de que Dios está con Jesús, quien se interesa por lo que la gente dice de él, incluidos sus discípulos. Pedro confiesa que están ante el Mesías, sin embargo inmediatamente, cuando Jesús les anuncia que su mesianismo es diferente de lo que ellos creen y esperan, o sea un mesianismo de poderío, de conquista, de liberación política..., se les revuelve hasta lo más profundo de su cuerpo y de su espíritu y comienzan a tener dudas, incluso Pedro para quien es muy difícil abandonar sus ideas, e inclusive quiere impedir que Jesús cometa la locura de subir a Jerusalén. Es superior a sus fuerzas el aceptar que éste a quien él y sus compañeros han seguido les pueda defraudar de forma semejante. ¿Por qué no ha dicho algo antes? ¿No se da cuenta que lo han dejado todo para seguirle? ¿Qué va a ser de ellos?

Han pasado seis días desde el enfrentamiento del Maestro y sus discípulos inmediatos, posiblemente le han dado vueltas y más vueltas a la cabeza todo eso del sufrir mucho, de morir a manos de la autoridad, de que hay que renunciar a sí mismo si alguien le quiere seguir, que hay que perder la vida si se quiere preservarla, etcétera.

Jesús los ve desanimados. Incluso tal vez algo más que desanimados. ¿Es posible que alguno entre ellos esté tramando algo? ¿Cómo se sentiría él? Por eso va a hacer algo que les ayude a visualizar el futuro, al mismo tiempo que les haga ver que lo anunciado de antiguo es simplemente lo que está ocurriendo y así tomando a los tres líderes del grupo, como para evitar problemas o para despejarles la mente, se los lleva al monte donde se transforma y su cara brilla como el sol, su ropa se vuelve tan blanca como la luz y sobre todo lo ven entre dos personas, nada menos que Moisés y Elías, personajes que representan la ley y el profetismo, al mismo tiempo que dan testimonio de Jesús como el ungido, el enviado, algo que confirma la voz que rasga los cielos y dice: ¡Este es mi Hijo, el Amado; este es mi Elegido, escúchenlo!

Lo mismo que el Padre no abandonó al ser humano y constantemente buscaba formas de encuentro con él, así Jesús tampoco quiere perder a sus discípulos y se transforma ante ellos, en compañía de Moisés y Elías, arropados por la voz del Padre que confíen en la palabra del Hijo, y le sigan sin miedo pues estará con ellos y con nosotros hasta el final de los tiempos.

Oremos para que esta Santa Cuaresma sea una nueva oportunidad para nuestra propia transformación en verdaderos discípulos del Señor, que le acompañan en la entrada triunfante en Jerusalén, en el doloroso momento de la crucifixión, en la gloriosa resurrección y en ese darse a los demás para bien de todos.

Los parrocos, fundamentales en la renovacion misionera de la Iglesia

En la renovación misionera, un papel fundamental es el de los párrocos, sostiene el cardenal Odilo Scherer, arzobispo de São Paolo (Brasil).
En las parroquias, los párrocos “son los primeros formadores, animadores y guías del pueblo en la vida cristiana y eclesial”. Cada sacerdote “es un misionero por la naturaleza misma del ministerio que han recibido. La distinción entre los carismas de pastor y de misionero es muy sutil, y en la práctica los dos carismas son inseparables”.

“Jesucristo ha llamado a discípulos y a apóstoles, asociándoles a la misma misión y nombrándoles colaboradores, confiándoles la evangelización a su responsabilidad. Por esto la vida y la misión de la Iglesia dependen también de nosotros y de nuestro compromiso humano para su correcta realización”.

El cardenal explicó que “la diferencia entre sacerdote misionero y sacerdote 'pastor de almas' es posible, pero sería impropio separar estas dos dimensiones del único sacerdote de Cristo”. El carisma misionero del presbítero “deriva de su configuración con Jesucristo, Sumo Sacerdote y Pastor de la Iglesia; Él fue totalmente misionero del Padre y totalmente sacerdote y pastor de la humanidad”.

“En ningún momento estas tres dimensiones de la identidad mesiánica se separan en la persona y en la acción de Jesús, constituyendo en su conjunto la expresión del su amor por la humanidad”.

Monseñor Scherer añadió que la preocupación por la misión “ad gentes” “no tiene que ver sólo con los pueblos lejanos y distintos del nuestro, a los que presumiblemente no ha llegado el Evangelio”. Estos pueblos existen y deben estar en el centro de nuestra preocupación misionera -reconoció-. Las 'gentes' que hay que evangelizar, sin embargo, viven hoy muy cerca de nosotros y entre nosotros”.

“Son inmigrantes de condiciones religiosas distintas, que no tienen todavía relación alguna con la fe cristiana, pero también son muchos los bautizados y nunca evangelizados o hijos de familias católicas que no han sido nunca bautizados y a quienes se les ha privado de la fe y del patrimonio de la vida eclesial”.

“¡Sería hermoso que las parroquias fueran invadidas de un intenso ardor misionero que contagiasen a cuantos ya participan de la vida de la Iglesia, con el deseo de llevar a muchos hermanos a Cristo!", confesó monseñor Scherer.

Mas informacion: http://www.zenit.org/

miércoles, 16 de marzo de 2011

El debate de la Nueva Evangelizacion

Durante los dias 12 y 13 de marzo del 2011 tuvieron lugar en Roma unas jornadas de estudio sobre los horizontes históricos, epistemológicos y pastorales de la nueva evangelización, con la presencia de monseñor Rino Fisichella, presidente del nuevo Consejo Pontificio para la Promocion de la Nueva Evangelizacion.

En un artículo publicado en L'Osservatore Romano, monseñor Rino Fisichella destaca la importancia de este encuentro y se pregunta que quiere decir “nueva evangelización”. Los Lineamenta presentados estos días muestran al menos veinte definiciones distintas de nueva evangelización.

“Si esto sirve para el debate en las comunidades y para que se puedan verificar las diversas experiencias en curso, puede ser positivo”, comentó monseñor Fisichella, indicando sin embargo que si la compresión de “nueva evangelización” es demasiado amplia no podrá ayudar a “centrar mejor el trabajo del dicasterio”.

Para monseñor Fisichella, es necesario “superar una ambigüedad que ha surgido en los últimos meses cuando, a través de los medios de comunicación, se ha querido identificar la nueva evangelización con experiencias como “el patio de los gentiles”. “Son dos ámbitos distintos y diversos”, advirtió, “no sólo por las competencias diferentes de los dicasterios, sino por la finalidad y los destinatarios de dicho objetivos”.

El Papa, de hecho, indicó para el nuevo dicasterio “el deber de una misión que desarrollar en los creyentes que se han alejado de la fe o son indiferentes”. “Nueva evangelización, por tanto, no es como una 'primera evangelización' ni como una reevangelización'”.

Como afirmaba Juan Pablo II en la exhortación apostólica Christifideles laici, la nueva evangelización se refiere más a la capacidad de “rehacer el tejido cristiano de la sociedad humana. Pero la condición es que se rehaga el tejido cristianos de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países y en estas naciones”.

La mirada del Papa, observó monseñor Fisichella, se dirige a los países “que conocemos como Occidente, o el primer y segundo mundo donde el progreso económico, científico y tecnológico han hecho que entre en crisis el sentido mismo de Dios y el valor de su existencia personal, víctima del proceso de secularización que empuja a vivir en el mundo “etsi deus non daretur”.

“A pesar de que permanece en muchas Iglesias un profundo sentido religioso que se expresa en una vida de fe y de tradiciones religiosas, estas no van acompañadas por un correspondiente apoyo profundo de la inteligencia, capaz de comunicar la riqueza de la experiencia y del patrimonio de la fe, sino que a menudo se comprueba una alergia a estas formas y un paso a las sectas, donde sobresalen la emotividad y el fundamentalismo”.

Todavia por responder

En este contexto, es todavía más necesario “concentrar el esfuerzo al máximo por una definición más precisa de la expresión 'nueva evangelización'”, “para hacerla mayormente eficaz y coherente”.

“¿Quién es el sujeto de la nueva evangelización?”, se preguntó monseñor Fisichella.
“¿Qué contenidos peculiares posee la nueva evangelización?
¿Qué metodologías establece la nueva evangelización?
¿Quién es el destinatario de la nueva evangelización?
¿Cómo relacionarse con la distintas culturas y tradiciones eclesiales en las que se cumple la nueva evangelización?”.

“Soy muy consciente de que estas preguntas no pueden encontrar respuesta inmediata con la exhaustividad que nos gustaría -admitió-. Esto, por tanto, es el principio de un camino, no la meta”.

Consejo Pontificio para
la Promoción de la Nueva Evangelización

El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización fue instituido por el Papa Benedicto XVI con la Carta Apostólica en forma de Motu Propio Ubicumque et semper para “ofrecer respuestas adecuadas para que la Iglesia entera, dejándose regenerar por la fuerza del Espíritu Santo, se presente al mundo contemporáneo con una empuje misionero de manera que se promueva una nueva evangelización”.

Ya el Papa Juan Pablo II había pedido una “nueva evangelización”, por primera vez el 13 de junio de 1979 en Nowa Huta (Polonia), y su sucesor ha afirmado esta exigencia con su Motu Propio

La cuestión será fundamental también en el futuro próximo, ya que el Sínodo convocado para octubre de 2012 tendrá como tema “Nova evangelizatio ad christi anam fidem tradendam”. El debate de los Padres sinodales, las Propositiones que se formularán y la Exhortación apostólica del Santo Padre serán inevitablemente la hoja de ruta para el trabajo del nuevo Consejo Pontificio, concluyó monseñor Fisichella.

viernes, 11 de marzo de 2011

"No podemos asustarnos o acobardarnos ante la tentacion", Mons. Francisco Gonzalez, S.F. Primer Domingo de Cuaresma

Comentario de Mons. Francisco González

Dejamos de lado por unos meses el Tiempo Ordinario para prepararnos y celebrar de una forma solemne el Misterio Pascual. En los comienzos sólo se celebraba el Domingo, el Día del Señor, de su triunfo sobre la muerte y el pecado. Según pasaron los años ese triunfo se quiso celebrar con más solemnidad y recordar como aniversario la muerte y resurrección de Jesús. A esa celebración anual se le fueron añadiendo días, semanas de preparación, dando como resultado final la Cuaresma que comenzamos el Miércoles de Ceniza.

Este desarrollo como preparación a la Pascua, ha ido enfatizando ciertos temas, principalmente el bautismal y penitencial, completándose con el pascual.

Comenzamos este nuevo tiempo, la Cuaresma, leyendo del libro del Génesis donde se nos presenta a Dios creando un jardín, del Edén, lo llaman, donde había todo lo necesario para que el hombre que modeló pudiera vivir teniendo todo lo necesario para vivir y llevar una vida feliz.

No había pasado mucho tiempo cuando la serpiente, en su destructora sabiduría, engañó a nuestros primeros padres y desobedeciendo el mandato del Creador, cayeron en el engaño que trastornó la creación y dio comienzo a ese binomio bien y mal, gracia y pecado, vida y muerte. Como leíamos el domingo pasado cuando Moisés invitaba a la gente a elegir entre la bendición y la maldición, la vida o la muerte.

En la segunda lectura también encontramos el uno y el otro, una cosa y otra. Un hombre por su desobediencia trae la muerte al mundo. Como contraposición el apóstol nos menciona a otro, Jesús que por su obediencia trae la vida al mundo: Adán y Jesús, pecado y gracia, muerte y nueva vida.

El evangelio nos pone más vivamente lo que va a suceder con nosotros. No hay duda, el diablo/serpiente no puede tolerar que la criatura, mujer y hombre, vayan hacia Dios, tiene que impedirlo a toda costa, se faja con quien sea para conseguir su objetivo y no respeta a nadie.

Jesús, guiado por el Espíritu se aleja de todos y todos para pasar un tiempo con el Padre y Satanás tiene que tentarlo, tal vez con más fiereza por un lado y mucha astucia por el otro, para que este Hijo de Dios no ponga en práctica lo que el Padre le ha preparado y así, después de cuarenta días y noches en el desierto, padeciendo todas las inconveniencias de lugar semejante arremete contra él de la forma más suave, elegante, como si su mayor preocupación fuera la salud del futuro predicador: ¿Tienes hambre? ¿Quieres que te conozcan? ¿Deseas salvar al mundo? Todo eso te será fácil, pues con tu poder, con tu sabiduría, con tu fuerza lo puedes conseguir todo por un pequeño precio, simplemente acéptame a mí, sigue mis consejos, obedéceme.

Jesús, que conoce muy bien a ese lobo vestido de oveja, lo rechaza completamente al espetarle: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto”.

Mucho podemos aprender de esta Liturgia de la Palabra que hoy hemos leído.

Primeramente el saber que vamos a ser tentados, que esas tentaciones se nos van a presentar en muchas ocasiones como algo bueno y decente, que no podemos sentirnos como superhombre/mujer y confiar en nuestras propias fuerzas, ya que el mismo Jesús recurre al Padre y es un ejemplo para nosotros.

Tampoco podemos asustarnos o acobardarnos ante la tentación, somos criaturas de Dios no del diablo. Jesús acude al Padre a través de las citas que presenta la voluntad de Dios, y eso es lo el cristiano que quiere vencer debe hacer, aceptar su Palabra, hacerla parte de la propia vida, dejarse guiar y fortalecer por la misma, y discernir cuál es su santa voluntad y entregarse completamente a él. San Ignacio de Loyola así oraba: Tomad Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.

miércoles, 9 de marzo de 2011

"La Cuaresma es un camino de cuarenta dias donde se nos llama a experimentar el amor misericordioso de Dios", Benedicto XVI

La limosna, la oración y el ayuno, las tres obras fundamentales de piedad previstas por la ley mosaica y citadas por Jesús en el Evangelio de este Miércoles de Ceniza, representan el “trazado de la pedagogía divina”. Así lo afirmó Benedicto XVI durante la misa con imposición de las cenizas, celebrada en la basílica romana de Santa Sabina, con la que comienza el tiempo de Cuaresma.

En el pasaje evangélico (Mt 6,1-6, 16-18), Jesús recuerda que la limosna, la oración y el ayuno caracterizan al judío observante de la ley. “Con el paso del tiempo, estas prescripciones habían sido manchadas por la herrumbre del formalismo exterior, o incluso se habían transformado en un signo de superioridad.”, explicó el Papa.

“Cuando se realiza algo bueno, casi instintivamente nace el deseo de ser estimados y admirados por la buena acción, de tener una satisfacción”, lo cual “por una parte nos cierra en nosotros mismos, y por la otra nos saca de nosotros mismos, porque vivimos proyectados hacia lo que los demás piensan de nosotros y admiran en nosotros”.

Al volver a proponer estas obras de piedad, Jesús “invita a vivirlas de un modo más profundo, no por amor propio sino como medios en el camino de conversión”.

“Limosna, oración y ayuno es el trazado de la pedagogía divina que nos acompaña hacia el encuentro con el Señor Resucitado; un trazado que debemos recorrer sin ostentación, en la certeza de que el Padre ve también en el secreto de nuestro corazón”.

El tiempo litúrgico de la Cuaresma corre el riesgo de ser un tiempo triste y oscuro de la vida pero “es un don de Dios, es un tiempo fuerte y denso de significados en el camino de la Iglesia, es el itinerario hacia la Pascua del Señor”.

Este tiempo invita no a una “conversión superficial y transitoria”, sino a “un itinerario espiritual que tiene que ver profundamente con las actitudes de la conciencia y que supone un sincero propósito de arrepentimiento”.

Esta conversión auténtica “es posible porque Dios es rico en misericordia y grande en el amor. La suya es una misericordia regeneradora, que crea en nosotros un corazón puro, renueva en el interior un espíritu firme, restituyéndonos la alegría de la salvación”.

La Cuaresma es “un camino de cuarenta días donde se nos llama a experimentar el amor misericordioso de Dios”, “conscientes de no poder llevar a cabo nuestra conversión con nuestras fuerzas, porque es Dios quien nos convierte”. “Todos pueden abrirse a la acción de Dios, a su amor”.

“Con nuestro testimonio evangélico, los cristianos debemos ser un mensaje viviente pues en muchos casos somos el único Evangelio que los hombres de hoy leen”. La responsabilidad de los cristianos, afirmó, es la de “vivir bien la Cuaresma: ofrecer el testimonio de la fe vivida a un mundo en dificultad que necesita volver a Dios, que tiene necesidad de conversión”.

El Miércoles de Ceniza es considerado la puerta de ingreso de la Cuaresma y tiene un doble significado: invita a la penitencia y recuerda la precariedad de la condición humana.

"El ayuno y la limosna son las alas de la plegaria", san Agustin

Benedicto XVI dijo hoy que la Cuaresma es un tiempo de conversión caracterizado por el ayuno, la limosna y la oración, pero que el ayuno es algo más que abstenerse de comer, ya incluye también otras formas de privaciones para llevar una vida más sobria.

"Con la imposición de la ceniza, damos inicio al tiempo de Cuaresma, un itinerario espiritual que en la tradición de la Iglesia está caracterizado por el ayuno, la limosna y la oración, que con la ayuda de Dios deben dar vida a una realidad interior: nuestro compromiso sincero por vivir el Evangelio".

El Papa dijo que las cenizas nos recuerdan nuestra condición de criaturas, al mismo tiempo que nos invitan a la penitencia y la conversión.

Sobre el ayuno, manifestó que significa abstenerse de comer, pero que comprende otras formas de privaciones, como es llevar una vida más sobria, y explicó que no ayuna verdaderamente quien no sabe nutrirse de la palabra de Dios.

El ayuno está ligado a la limosna y los cristianos deben tener gestos de generosidad "para dar a los pobres y necesitados el fruto de nuestras privaciones". Recordó que san Agustín decía que el ayuno y la limosna son las dos alas de la plegaria e invitó a los fieles a rezar de manera más intensa y prolongada en este tiempo litúrgico.

Benedicto XVI invitó a los creyentes a seguir a Cristo de manera "más decidida y coherente, renovando la gracia y los compromisos bautismales".

Con motivo de la Cuaresma 2011, el Papa volvió a decir que la avidez de dinero insidia nuestras vidas, provoca violencia, prevaricación y muerte y, por ello, durante este tiempo litúrgico la Iglesia invita a la conversión del hombre para que se libere de su egoísmo y del instinto de dominio sobre los demás y se abra a la caridad.

lunes, 7 de marzo de 2011

"Por la Palabra estamos de pie" Mons. Enrique Diaz, Obispo Auxiliar de San Cristobal de las Casas, Chiapas (Mexico)

IX Domingo del Tiempo Ordinario, A:
Deuteronomio 11, 18. 26-28. 32
“Pongan en su corazón y en sus almas mis palabras”
Salmo 30
“Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio”
Romanos 3, 21-25.28
“El hombre es justificado por la fe y no por cumplir la ley de Moisés”
Mateo 7, 21-27
“El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica…”

Cuando trabajábamos en el documento de consulta para prepararnos al Sínodo de la Palabra (2008), se preguntó a las comunidades indígenas qué significaba para ellos la Palabra de Dios y al saber que estaría presente en dicho Sínodo algunos de ellos me pidieron: “Padre, por favor salúdanos al jTatik (nuestro padre) Papa, a los jTatiketik Cardenales y Obispos. Diles que por la Palabra estamos de pie. Diles que la Palabra de Dios nos ha levantado la cabeza y nos ha devuelto la dignidad. Que ahora andamos de pie y ha florecido nuestro corazón. Que aunque somos pobres y humildes, ahora también junto a esa Palabra podemos decir nuestra palabra y que ojalá un día la puedan escuchar. Nosotros los escuchamos siempre a ellos y les pedimos nos sigan dando la Palabra de Jesús”. Y es una realidad que en muchas de sus comunidades para sus fiestas y para sus duelos, para resolver los problemas y para fortalecer el corazón está presente y viva la Palabra de Dios.

Tu Palabra en mi corazón

Las palabras de Moisés a su pueblo son claras y contundentes: “Pongan en su corazón y en sus almas estas palabras mías; átenlas a su mano como una señal, llévenlas como un signo en la frente”. El significado de aquellas disposiciones de Dios a través de Moisés son transparentes y también hoy nos expresan el itinerario de la Palabra de Dios: el corazón, el alma, la mano, los ojos. Es decir dejarla penetrar en lo profundo de nuestro ser, dejarla germinar y después brotará, crecerá y se convertirá en luz para nuestro camino. No es la escucha aburrida de quien pasivamente recibe la Palabra, sino es la actitud dinámica del que “pone” la palabra en su corazón. Va a su encuentro, se la apropia, la toma como suya y la coloca dentro de sí. La lleva consigo de camino y en cada encuentro, en cada ocasión, brota la vitalidad de la Palabra que le da vida.

Cuando el Señor dice: “estas mis palabras”, está refiriéndose al momento concreto, al hoy de cada persona y en respuesta a sus necesidades. Cada momento de nuestra vida es un momento de gracia para escuchar las palabras del Señor como dirigidas a cada uno de nosotros, adaptadas a nuestras circunstancias y exigiendo una respuesta concreta de nuestra parte. Las ponemos ante nuestros ojos porque serán los criterios para una nueva forma de actuar: mirar con los ojos del Señor.

Palabras que se traducen en obras

Las palabras del Señor no pueden quedarse en la superficie, ni dejarse en el olvido; o como dicen en mi rancho: “que por una oreja nos entran y por la otra nos salen”. Debemos ponerlas en el corazón y en el alma. Pero además, exigen una respuesta, de ahí la precisión de “atarlas a la mano como señal”. Tu mano debe actuar conforme a esas palabras.

Cristo lo dirá aún más claro: “No todo el que me dice ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los Cielos”. A diferencia de Dios, cuya palabra se hace realidad cada vez que la pronuncia, “Dijo Dios… y así fue”, nuestras palabras a veces quedan en voces, ruidos y gritos, y no llegan a hacerse realidad. Por eso insiste el Deuteronomio que se deben atar a la mano.

Una palabra que no se traduce en obras concretas a favor de los hermanos, es brisa, soplo, que se lleva el viento. Jesús rompe el camino fácil de sólo hablar que no abre las puertas, que no conduce a ningún lado, y propone el camino de la coherencia entre la fe y la vida. Nos ofrece un criterio de discernimiento para descubrir si nuestro discipulado es verdadero, para confrontar si estamos viendo con los ojos de Dios. No basta hablar ni profetizar en el nombre del Señor, se requiere aplicarse a cumplir su voluntad.

Las dos casas

Quizás influidos por los sistemas modernos de construcción que cada vez ofrecen nuevas alternativas para hacer más fácil y económicas las viviendas, también la vida la hemos querido construir sobre falsos plafones, sobre materiales desechables, con cimientos endebles y en condominios impersonales. Al fin, la casa durará un tiempo mientras encontramos otra mejor opción.

Pero las imágenes presentadas por Jesús se enraízan en la mentalidad judía donde la roca que da estabilidad es el Señor, la palabra de Dios, la ley, la fe, el Mesías. La tempestad no son solamente las dificultades que normalmente enfrenta todo hombre, sino la forma que la describe Mateo parece sugerir el juicio del Señor. Así tendremos que revisar más a fondo la forma en que hemos construido nuestra vida: si resiste no solamente las miradas y juicios de los hombres, sino también es capaz de resistir el juicio de Dios. Es el culmen del Sermón de la montaña. Si hemos comprendido y puesto en práctica las bienaventuranzas y todas las enseñanzas de Jesús, habremos hecho una sólida construcción. No basta aprender las normas y los códigos, hay que aprender a vivir y practicar la esencia del evangelio que anuncia Jesús.

Discernimiento

Las imágenes de una puerta que no se abre sólo con palabras, de un profeta que habla bonito pero ha obrado mal, y de las casas que se construyen con o sin cimientos, son una dura crítica a una religión que se queda más en las ideas y en los discursos que las obras. Podrían ser una condena para quienes hablamos bonito y tenemos siempre el nombre de Dios en la boca, pero después actuamos con injusticia y mentira. Desnudan las oraciones y el culto que se quedan vacíos de compromisos. Van en contra de una religión espiritualista y etérea que no se encarna en la vida. En fin, nos enseñan que el seguimiento de Jesús no se hace con sólo escuchar la palabra, sino que requiere la coherencia de obras conforme a la voluntad del Padre. Hoy me acerco a Jesús y le pido me ayude a descubrir cuáles han sido los cimientos de mi vida. Tendré que revisar, discernir, purificar y convertirme. Sus palabras en la montaña serán mi guía. Ahora buscaré que sólo Dios sea la roca donde me apoyo y donde tengo mi seguridad.

Señor Jesús, Palabra eterna del Padre, Palabra hecha carne, dolor, sudor y entrega, ven a lo profundo de mi corazón, transforma mis incoherencias y falsedades, y concédeme tenerte como única roca firme sobre la que se construya mi vida. Amén.

domingo, 6 de marzo de 2011

Nueva evangelización: cuando la palabra está devaluada

En muchas culturas la palabra está perdiendo valor. Cuando esto comienza a ocurrir decimos que el lenguaje esta en crisis. En la televisión, en la radio, incluso en nuestras relaciones humanas, a menudo abusamos de las palabras y les cambiamos el sentido a nuestro antojo. Entonces, las palabras son una herramienta para conseguir lo que nos hemos propuesto, o esconden nuestras intenciones, o llenan un vacío de sentimientos, o venden un producto.
Por eso, cuando encontramos personas que son fieles a su palabra estamos de enhorabuena. La “palabra”, entendida y compartida en clave cristiana, se corresponde a una experiencia personal y comunitaria.

La palabra, la idea, la doctrina... si son cristianas, no consisten en formulaciones abstractas de una realidad supramundana inalcanzable para nuestros sentidos. La “buena notica” comunica algo, o mejor, a Alguien, que hemos visto, oído, tocado con nuestras manos; de este modo, la nueva evangelizacion no es solo una nueva enseñanza sino, en primer lugar, testimonio.

Una homilia, una catequesis, una doctrina, que no es fruto del encuentro y de la experiencia de quien la comunica, es una verdad de fe que aun debe ser “bautizada”, es decir, todavía tiene que transformarnos, avivarnos, hacernos tambalear y reconciliarnos.

Jesús de Nazaret no hablaba a la gente de sus ideas..., sino de su vida en comunion con el Padre y con sus hermanos, especialmente los pecadores que más necesitan de Dios y lo están esperando con el corazón encendido en llama.

Palabra y testimonio, palabra y gesto, deben ir unidos cuando compartimos nuestra esperanza (fe). Si la fe y la religión cristianas no se construyen sobre la roca del encuentro y la experiencia personal y comunitaria, entonces, estas devienen en ideología en lugar de en evangelio o buena noticia.

EVANGELIZACION A TRAVES DE LA HOMILIA DOMINICAL, por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo de San Cristobal de las Casas.

VER

En el reciente Encuentro de Catequistas de Adultos en nuestra diócesis, se lamentaba que hay personas que critican el que, en las catequesis y en las celebraciones, se aborden problemas de la comunidad a la luz de la Palabra de Dios. Hay fieles que querrían que nos quedáramos en un angelismo desencarnado y que habláramos de un Dios distante y alejado de lo que vive el pueblo. Como si la fe se redujera a un sentimiento piadoso, sin incidencia en la realidad. Es una queja que se escucha no sólo entre nosotros, sino en muchas otras latitudes.

Por otra lado, también hay quienes manipulan la Palabra de Dios para hacerla decir lo que uno piensa y quiere imponer; se escogen siempre textos que tienen que ver con los procesos sociales y políticos, sin dar su debida importancia a la oración, a la Misa dominical, a la confesión sacramental, a la estructura jerárquica de la Iglesia, a la defensa de la vida en el seno materno, a la devoción mariana.

No es fácil el equilibrio entre las dimensiones espiritual, trascendente y sobrenatural de la fe, con la social, política y cultural. No es sencillo armonizar las fuerzas entre la mano izquierda y la derecha del Cuerpo de Cristo, teniendo en cuenta que en la Iglesia del Señor se necesitan izquierdas y derechas, no peleando entre sí mismas, desgarrándose internamente, sino complementándose, para bien del pueblo.

JUZGAR

Dice el Papa Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones del próximo octubre: "La evangelización es un proceso complejo y comprende varios elementos. Entre estos, la animación misionera ha prestado siempre una atención peculiar a la solidaridad..., para dar la propia contribución a la mejora de las condiciones de vida de las personas en países en los que son más graves los fenómenos de la pobreza, malnutrición sobre todo infantil, enfermedades, carencia de servicios sanitarios y para la educación. También esto forma parte de la misión de la Iglesia".

Y reafirma con toda claridad, retomando lo que decía Pablo VI: "La Iglesia se toma en serio la vida humana en sentido pleno. No es aceptable que en la evangelización se descuiden los temas relacionados con la promoción humana, la justicia, la liberación de toda forma de opresión, obviamente respetando la autonomía de la esfera política. Desentenderse de los problemas temporales de la humanidad significaría ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor al prójimo que sufre o padece necesidad; no estaría en sintonía con el comportamiento de Jesús, el cual ‘recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la buena nueva del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias' (Mt 9,35).

ACTUAR

Revisemos en qué hacemos consistir nuestra fe y cómo llevamos la pastoral evangelizadora. No basta ir a Misa, bautizarse, recibir los demás sacramentos y recitar algunas oraciones. Esto es importante, pues es acercarse a la fuente de la vida y llenarse del amor de Dios, pero no para quedarse en ello, sino para proyectarse en el servicio a los demás, tanto al interior de la comunidad cristiana, como en los areópagos de la política, la economía, la educación, los medios de comunicación, etc. La fe debe llevar a la transformación de costumbres, de estilos de vida, de criterios y formas de pensar, para que sean conformes al Evangelio.

Sin embargo, todo tiene su tiempo y su lugar. No se puede manipular una celebración haciendo a un lado los textos bíblicos señalados por la Iglesia, o llevándolos a temas ajenos al momento litúrgico. La realidad que debe iluminar la Palabra de Dios no se reduce a lo social, político y económico, sino que abarca muchos otros aspectos. No es lo mismo una homilía, en que se explican los misterios que se celebran y se proyectan a la vida diaria, que una rueda de prensa, en que se abordan otro tipo de asuntos. No es lo mismo una Misa dominical, que una catequesis sistemática sobre cuestiones que la misma Doctrina Social de la Iglesia nos propone, y que tienen que ver directamente con lo social, político y económico. Seamos integrales en la vivencia de la fe y en la evangelización.

sábado, 5 de marzo de 2011

Benedicto XVI propone que los curas mayores sean mentores de los recien ordenados

Benedicto XVI ha subrayado la importancia de la formación de los futuros sacerdotes y ha propuesto que los sacerdotes de mayor edad, que han demostrado "su fidelidad como servidores de Dios", sean "mentores" de los sacerdotes recién ordenados para "ayudarlos en el camino hacia una vida sacerdotal madura y equilibrada", en la audiencia concedida a un grupo de obispos filipinos celebrada este jueves en el Vaticano (marzo 2011).

El Papa ha declarado que "conforme a las promesas solemnes de la ordenación", los obispos han de recordar a los sacerdotes "su empeño en el celibato, la obediencia y una mayor atención al servicio pastoral". El cumplimiento de estas "promesas" ayudará a los nuevos sacerdotes a ser "verdaderos padres espirituales con una madurez personal y psicológica que crecerá para reflejar la paternidad de Dios".

Benedicto XVI ha recordado también la importancia de fomentar programas "de continua educación y asistencia a los sacerdotes" con "retiros y diversas convocatorias" y procurar "ayudas específicas a aquellos sacerdotes cuyas destinos les dejan aislados".

Una nueva evangelizacion para descifrar los signos de los tiempos (Sinodo de Obispos, 2012)

“Una actitud, un estilo audaz lee y descifra los nuevos escenarios dentro de la historia para habitarlos y transformarlos en lugares de testimonio y anuncio del Evangelio”: todo esto es “nueva evangelización” según los Lineamenta de la XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos (Vaticano 7-28 de octubre de 2012) sobre el tema “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, presentados en Roma (marzo 2011).

Los Lineamenta ofrecen la distinción teórica entre “nueva evangelización que se dirige principalmente a aquellos que se han alejado de la Iglesia, a las personas bautizadas pero no suficientemente evangelizadas”, “evangelización como actividad regular de la Iglesia” y “primer anuncio ad gentes a aquellos que aún no conocen a Jesucristo”, precisando que “las tres categorías a veces conviven en el mismo territorio”.

La XIII cumbre sinodal se plantea por tanto “en el renovado compromiso de la evangelización que la Iglesia ha emprendido a raíz del Concilio Vaticano II” sabiendo que “ella existe para evangelizar y para llevar esta tarea de modo adecuado, la Iglesia comienza por evangelizarse a sí misma”.

Nueva evangelización – precisó el mismo Juan Pablo II, que por primera vez usó este término el 9 de junio de 1979 durante la homilía en el Santuario de Santa Cruz de Mogila (Polonia) – no es una reevangelización, sino casi un segundo anuncio, aunque en realidad es siempre el mismo”, sólo que nuevo “en su ardor, en sus métodos, en sus expresiones”.

“No se trata de volver a hacer algo que se hizo mal o que no ha funcionado, casi como si la nueva acción fuese un juicio implícito sobre el fracaso de la primera”. La nueva evangelización, “no es una reduplicación de la primera sino el valor de intentar nuevos senderos, frente a las condiciones cambiadas dentro de las cuales la Iglesia está llamada a vivir hoy el anuncio del Evangelio”.

“Los retos que el contexto cultural y social actual plantean a la fe cristiana – explicó monseñor Eterović – se indican en los Lineamenta en seis escenarios, el primero de los cuales es la secularización”. Aunque “interesa principalmente al mundo occidental, de él se difunde en el mundo entero” asumiendo las más de las veces “un tono de renuncia que ha invadido la vida cotidiana de las personas, y desarrollando una mentalidad en la que Dios está de hecho ausente”.

Al mismo tiempo, “en el mundo hay un despertar religioso” a pesar de que “muchos aspectos positivos de la búsqueda de Dios y del redescubrimiento de lo sagrado se ven oscurecidos por fenómenos de fundamentalismo que no pocas veces manipula la religión para justificar la violencia e incluso el terrorismo”.

Otros retos los plantea el fenómeno migratorio ligado a la globalización, por la revolución informática con “los beneficios y los riesgos de la cultura mediática y digital”, por el escenario económico con “los crecientes desequilibrios entre el norte y el sur del mundo”. A ello se añade la relación entre la ciencia y la técnica y los cambios de las últimas décadas en el campo político, que están creando “una situación mundial con nuevos actores políticos, económicos y religiosos, como en el mundo asiático e islámico”.

De cuanto se ha dicho se desprende que “la nueva evangelización no cubre o esconde la intención de nuevas acciones de proselitismo por parte de la Iglesia, sobre todo hacia otras confesiones cristianas”. Ni tampoco “un cambio en la actitud de la Iglesia hacia aquellos que no creen, transformados en objeto de persuasión y ya no vistos como interlocutores dentro de un diálogo que nos ve unidos por la misma humanidad y a la búsqueda de la verdad de nuestro existir”.

Los creyentes, afirmó, “debemos llevar en el corazón también a las personas que se consideran agnósticas o ateas”, que “quizás se asustan cuando se habla de nueva evangelización, como si ellas debiesen convertirse en objeto de misión”. Con todo “la pregunta sobre Dios permanece presente también para ellos”. “La búsqueda de Dios fue el motivo fundamental por el que nacio el monaquismo occidental y, con él, la cultura occidental”. Es necesario mantener el diálogo no sólo con las religiones, sino también con quien considera la religión una cosa extraña”.

La imagen del “atrio de los gentiles” propuesta por Benedicto XVI como espacio “donde los hombres puedan de alguna manera engancharse a Dios, sin conocerlo y antes de que hayan encontrado el acceso a su misterio” se entrega como elemento de la nueva evangelización que “muestra la audacia de los cristianos de buscar todos los caminos para hilvanar formas de diálogo que salgan al encuentro de las esperanzas más profundas de los hombres y su sed de Dios”.

“El clima cultural y la situación de cansancio en que se encuentran muchas comunidades cristianas – subrayó monseñor Eterović, recorriendo los puntos fundamentales de los Lineamenta – corren el riesgo de debilitar la capacidad de anuncio, de testimonio u de educación a la fe de nuestras Iglesias locales”. En la sociedad actual “toda acción educativa parece muy difícil, hasta el punto de que Benedicto XVI habló de emergencia educativa”. Cuesta cada vez más, de hecho, “transmitir a las nuevas generaciones los valores de fondo y un comportamiento recto”, dificultad experimentada “en particular por los padres pero también por la escuela”.

La nueva evangelización también “es llamada a ocuparse del compromiso cultural y educativo de la iglesia”, pero esta necesita “más testigos que maestros”. Cualquier proyecto de anuncio y de transmisión de la fe, de “nueva evangelización”, no puede prescindir de la necesidad de “hombres y mujeres que con su conducta de vida dan fuerza al compromiso evangelizador que viven”.

“La nueva evangelización debería convertirse en un nuevo cenáculo en el que la Iglesia encontrará no un nuevo Evangelio, sino más bien una respuesta adecuada a los signos de los tiempos y a las necesidades de los hombres y de los pueblos de hoy”, así como “a los nuevos escenarios que diseñan la cultura a través de la cual narramos nuestras identidades”.

"Es necesaria una conversion pastoral y misionera de la parroquia" Cardenal Odilio Scherer, Arzobispo de Sao Paolo, Brasil.

La archidiócesis de São Paolo ha difundido la carta pastoral “Parroquia, conviértete en lo que eres”, firmada por su arzobispo Odilio Scherer. En ella se dice que las parroquias deben “poner en práctica una 'conversión pastoral y misionera' de sus fieles, organizaciones y estructuras pastorales”. “Queremos indagar como se puede hacer para que sea una verdadera comunidad de discípulos misioneros de Jesucristo”, afirma Mons. Odilio Sherer.

Si la parroquia va bien, “también funciona la Iglesia; si la parroquia va mal, la Iglesia no funciona”. “Si las parroquias no viviesen bien su identidad y su misión como comunidades vivas y dinámicas, la Iglesia podría reducirse a una serie de estructuras, instituciones y organizaciones, sin llegar a las personas concretas”. Por esto, monseñor Scherer sostiene que la renovación de la parroquia “es esencial”.

En primer lugar, propone “una profunda toma de conciencia de lo que da sentido a la existencia de la parroquia y de lo que está llamada a ser. Es necesario adoptar una nueva actitud que se traduzca en un claro objetivo misionero”.

Más que una realidad jurídica y burocrática, la parroquia es el “rostro más visible y concreto de la Iglesia; es una comunidad de fieles que vive la fe, la esperanza y la caridad”. “Está unida en torno a Cristo, presente sacramentalmente en la Eucaristía y en los otros sacramentos, en la Palabra de Dios proclamada y acogida con fe, en los pobres, en los enfermos, en los sufrientes y en toda persona servida con amor en nombre de Cristo”.

En la parroquia, añade el cardenal, “la Iglesia entera se expresa y cumple la misión recibida de Cristo: anunciar y acoger la Palabra de Dios; testificar la vida nueva recibida en el Bautismo, buscando la santidad; vivir la caridad pastoral, como ejemplo y en el nombre de Jesús, el Buen Pastor”. “La parroquia es la comunidad misionera de los discípulos de Cristo en el mundo. Es una comunidad de pequeñas comunidades, familias, personas, grupos, organizaciones e instituciones, que testifican la variedad, la riqueza y la belleza de los dones de Dios y están al servicio de la misión recibida de Cristo”.

Domingo de la 9 Semana del Tiempo Ordinario, año A, por Mons. Francisco González, S.F.

Estamos en el domingo de la semana novena del tiempo ordinario (Año A) y este próximo miércoles damos comienzo a la Santa Cuaresma. La primera lectura de hoy nos habla de esos dos caminos: el bien y el mal, la obediencia y la desobediencia, la bendición y la maldición.

El Señor, como nos dice Moisés, ha puesto delante de nosotros esos dos caminos, podemos seguir uno u otro, pero nos advierte que no nos llevan al mismo término, uno trae bendición, el otro maldición.

Hay quienes en ocasiones piensan que la ley de Dios es para hacernos la vida difícil o quitarnos libertad o controlar nuestras vidas. Sin embargo cuando la vemos con serenidad y pensando en un sentido comunitario y de complementariedad podemos darnos cuenta de la sabiduría de la misma, que es para nuestro bienestar, entendimiento, convivencia, paz y armonía. Los semáforos, algo tan común en nuestro diario vivir, nos pueden resultar pesados y a veces cuando tenemos prisa, desesperantes, y sin embargo gracias a que la inmensa mayoría los obedece, se salvan infinidad de vidas y se evita el caos.

Con la lectura evangélica de este domingo se da por terminado ese famoso discurso del monte donde el Señor nos ha enseñado una forma distinta de pensar y de actuar. Distinta en el sentido de mejor o más perfecta de lo que se pensaba con anterioridad, en otras palabras, nos ha ido guiando por el camino del Reino.

En la vida diaria y en muchos lugares hay la buena costumbre de que uno no se presenta con las manos vacías en la casa del que nos invitó. Y en la mayoría de los casos, la gente lo hace con todo cariño y respeto. Hay también que tener cuidado de esos que se te acercan con grandes aspavientos y adulaciones, de lo que uno puede muy bien deducir que lo que quieren es pedirte algo.

La verdadera amistad no existe, simplemente, por tu posición en la sociedad, por tu poder de influenciar razón por la que, también, otros se acercan para conseguir algo que a ellos les interesa y una vez que lo consiguen, si te he visto no me acuerdo.

En este pasaje evangélico, San Mateo nos presenta a Jesús muy consciente de esa posible situación y por eso recuerda a sus oyentes que toda esa palabrería, si no está acompañada de una vida digna y verdadera, no les va a proporcionar nada. Parece como si les estuviera, nos estuviera diciendo: ya podéis echarme piropos, ya podéis acercaros cantando mis glorias, contando mis triunfos, ofreciéndome incienso, dándome títulos honoríficos que si no hacéis la voluntad del Padre que está en los cielos, de nada os va a servir para entrar en el Reino.

La enseñanza que el Señor ofrece no termina en lo que son meras palabras, incluso pasa a la acción y menciona que algunos aducirán el haber predicado, practicado exorcismos y hecho milagros todo lo cual no es suficiente, pues no basta el actuar, hay que hacerlo por las razones verdaderas, y cuando así no sucede el mismo Señor les responderá con palabras que hacen temblar: "Nunca os he conocido. ¡Lejos de mí, los que practicáis la maldad"!

Y por si acaso no nos hemos enterado de lo que quiere decir, añade: "Todo el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se salvará. El que las escucha, pero no hace caso se condenará".

Y para aquéllos que todavía no lo hayan entendido les propone el ejemplo de las casas construidas, una sobre roca y la otra sobre arena. Vino la lluvia, la riada, soplaron los vientos y la primera quedó en pie y la segunda se derribó, una estaba anclada en la roca, la otra descansaba sobre la arena movediza.

Ante nosotros tenemos el bien y el mal, la alianza con Dios o el rechazo de la misma, la obediencia a la Ley y la desobediencia, la armonía de vida y la anarquía, la libertad o el libertinaje, la gracia o el pecado. Nosotros decidimos. Nosotros tendremos que aceptar las consecuencias.

Ojalá que la Iglesia, que nuestra comunidad de fe sea testigo de obediencia al Padre, imitando al Hijo y bajo la guía del Espíritu, para poder llevarle todos aquellos que le buscan con sincero corazón, y despierte en los demás el deseo de encontrarse con el que es nuestra vida y nuestra salvación.