La archidiócesis de São Paolo ha difundido la carta pastoral “Parroquia, conviértete en lo que eres”, firmada por su arzobispo Odilio Scherer. En ella se dice que las parroquias deben “poner en práctica una 'conversión pastoral y misionera' de sus fieles, organizaciones y estructuras pastorales”. “Queremos indagar como se puede hacer para que sea una verdadera comunidad de discípulos misioneros de Jesucristo”, afirma Mons. Odilio Sherer.
Si la parroquia va bien, “también funciona la Iglesia; si la parroquia va mal, la Iglesia no funciona”. “Si las parroquias no viviesen bien su identidad y su misión como comunidades vivas y dinámicas, la Iglesia podría reducirse a una serie de estructuras, instituciones y organizaciones, sin llegar a las personas concretas”. Por esto, monseñor Scherer sostiene que la renovación de la parroquia “es esencial”.
En primer lugar, propone “una profunda toma de conciencia de lo que da sentido a la existencia de la parroquia y de lo que está llamada a ser. Es necesario adoptar una nueva actitud que se traduzca en un claro objetivo misionero”.
Más que una realidad jurídica y burocrática, la parroquia es el “rostro más visible y concreto de la Iglesia; es una comunidad de fieles que vive la fe, la esperanza y la caridad”. “Está unida en torno a Cristo, presente sacramentalmente en la Eucaristía y en los otros sacramentos, en la Palabra de Dios proclamada y acogida con fe, en los pobres, en los enfermos, en los sufrientes y en toda persona servida con amor en nombre de Cristo”.
En la parroquia, añade el cardenal, “la Iglesia entera se expresa y cumple la misión recibida de Cristo: anunciar y acoger la Palabra de Dios; testificar la vida nueva recibida en el Bautismo, buscando la santidad; vivir la caridad pastoral, como ejemplo y en el nombre de Jesús, el Buen Pastor”. “La parroquia es la comunidad misionera de los discípulos de Cristo en el mundo. Es una comunidad de pequeñas comunidades, familias, personas, grupos, organizaciones e instituciones, que testifican la variedad, la riqueza y la belleza de los dones de Dios y están al servicio de la misión recibida de Cristo”.
Si la parroquia va bien, “también funciona la Iglesia; si la parroquia va mal, la Iglesia no funciona”. “Si las parroquias no viviesen bien su identidad y su misión como comunidades vivas y dinámicas, la Iglesia podría reducirse a una serie de estructuras, instituciones y organizaciones, sin llegar a las personas concretas”. Por esto, monseñor Scherer sostiene que la renovación de la parroquia “es esencial”.
En primer lugar, propone “una profunda toma de conciencia de lo que da sentido a la existencia de la parroquia y de lo que está llamada a ser. Es necesario adoptar una nueva actitud que se traduzca en un claro objetivo misionero”.
Más que una realidad jurídica y burocrática, la parroquia es el “rostro más visible y concreto de la Iglesia; es una comunidad de fieles que vive la fe, la esperanza y la caridad”. “Está unida en torno a Cristo, presente sacramentalmente en la Eucaristía y en los otros sacramentos, en la Palabra de Dios proclamada y acogida con fe, en los pobres, en los enfermos, en los sufrientes y en toda persona servida con amor en nombre de Cristo”.
En la parroquia, añade el cardenal, “la Iglesia entera se expresa y cumple la misión recibida de Cristo: anunciar y acoger la Palabra de Dios; testificar la vida nueva recibida en el Bautismo, buscando la santidad; vivir la caridad pastoral, como ejemplo y en el nombre de Jesús, el Buen Pastor”. “La parroquia es la comunidad misionera de los discípulos de Cristo en el mundo. Es una comunidad de pequeñas comunidades, familias, personas, grupos, organizaciones e instituciones, que testifican la variedad, la riqueza y la belleza de los dones de Dios y están al servicio de la misión recibida de Cristo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario