Durante los dias 12 y 13 de marzo del 2011 tuvieron lugar en Roma unas jornadas de estudio sobre los horizontes históricos, epistemológicos y pastorales de la nueva evangelización, con la presencia de monseñor Rino Fisichella, presidente del nuevo Consejo Pontificio para la Promocion de la Nueva Evangelizacion.
En un artículo publicado en L'Osservatore Romano, monseñor Rino Fisichella destaca la importancia de este encuentro y se pregunta que quiere decir “nueva evangelización”. Los Lineamenta presentados estos días muestran al menos veinte definiciones distintas de nueva evangelización.
“Si esto sirve para el debate en las comunidades y para que se puedan verificar las diversas experiencias en curso, puede ser positivo”, comentó monseñor Fisichella, indicando sin embargo que si la compresión de “nueva evangelización” es demasiado amplia no podrá ayudar a “centrar mejor el trabajo del dicasterio”.
Para monseñor Fisichella, es necesario “superar una ambigüedad que ha surgido en los últimos meses cuando, a través de los medios de comunicación, se ha querido identificar la nueva evangelización con experiencias como “el patio de los gentiles”. “Son dos ámbitos distintos y diversos”, advirtió, “no sólo por las competencias diferentes de los dicasterios, sino por la finalidad y los destinatarios de dicho objetivos”.
El Papa, de hecho, indicó para el nuevo dicasterio “el deber de una misión que desarrollar en los creyentes que se han alejado de la fe o son indiferentes”. “Nueva evangelización, por tanto, no es como una 'primera evangelización' ni como una reevangelización'”.
Como afirmaba Juan Pablo II en la exhortación apostólica Christifideles laici, la nueva evangelización se refiere más a la capacidad de “rehacer el tejido cristiano de la sociedad humana. Pero la condición es que se rehaga el tejido cristianos de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países y en estas naciones”.
La mirada del Papa, observó monseñor Fisichella, se dirige a los países “que conocemos como Occidente, o el primer y segundo mundo donde el progreso económico, científico y tecnológico han hecho que entre en crisis el sentido mismo de Dios y el valor de su existencia personal, víctima del proceso de secularización que empuja a vivir en el mundo “etsi deus non daretur”.
“A pesar de que permanece en muchas Iglesias un profundo sentido religioso que se expresa en una vida de fe y de tradiciones religiosas, estas no van acompañadas por un correspondiente apoyo profundo de la inteligencia, capaz de comunicar la riqueza de la experiencia y del patrimonio de la fe, sino que a menudo se comprueba una alergia a estas formas y un paso a las sectas, donde sobresalen la emotividad y el fundamentalismo”.
En este contexto, es todavía más necesario “concentrar el esfuerzo al máximo por una definición más precisa de la expresión 'nueva evangelización'”, “para hacerla mayormente eficaz y coherente”.
“¿Quién es el sujeto de la nueva evangelización?”, se preguntó monseñor Fisichella.
“¿Qué contenidos peculiares posee la nueva evangelización?
¿Qué metodologías establece la nueva evangelización?
¿Quién es el destinatario de la nueva evangelización?
¿Cómo relacionarse con la distintas culturas y tradiciones eclesiales en las que se cumple la nueva evangelización?”.
“Soy muy consciente de que estas preguntas no pueden encontrar respuesta inmediata con la exhaustividad que nos gustaría -admitió-. Esto, por tanto, es el principio de un camino, no la meta”.
El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización fue instituido por el Papa Benedicto XVI con la Carta Apostólica en forma de Motu Propio Ubicumque et semper para “ofrecer respuestas adecuadas para que la Iglesia entera, dejándose regenerar por la fuerza del Espíritu Santo, se presente al mundo contemporáneo con una empuje misionero de manera que se promueva una nueva evangelización”.
Ya el Papa Juan Pablo II había pedido una “nueva evangelización”, por primera vez el 13 de junio de 1979 en Nowa Huta (Polonia), y su sucesor ha afirmado esta exigencia con su Motu Propio
La cuestión será fundamental también en el futuro próximo, ya que el Sínodo convocado para octubre de 2012 tendrá como tema “Nova evangelizatio ad christi anam fidem tradendam”. El debate de los Padres sinodales, las Propositiones que se formularán y la Exhortación apostólica del Santo Padre serán inevitablemente la hoja de ruta para el trabajo del nuevo Consejo Pontificio, concluyó monseñor Fisichella.
En un artículo publicado en L'Osservatore Romano, monseñor Rino Fisichella destaca la importancia de este encuentro y se pregunta que quiere decir “nueva evangelización”. Los Lineamenta presentados estos días muestran al menos veinte definiciones distintas de nueva evangelización.
“Si esto sirve para el debate en las comunidades y para que se puedan verificar las diversas experiencias en curso, puede ser positivo”, comentó monseñor Fisichella, indicando sin embargo que si la compresión de “nueva evangelización” es demasiado amplia no podrá ayudar a “centrar mejor el trabajo del dicasterio”.
Para monseñor Fisichella, es necesario “superar una ambigüedad que ha surgido en los últimos meses cuando, a través de los medios de comunicación, se ha querido identificar la nueva evangelización con experiencias como “el patio de los gentiles”. “Son dos ámbitos distintos y diversos”, advirtió, “no sólo por las competencias diferentes de los dicasterios, sino por la finalidad y los destinatarios de dicho objetivos”.
El Papa, de hecho, indicó para el nuevo dicasterio “el deber de una misión que desarrollar en los creyentes que se han alejado de la fe o son indiferentes”. “Nueva evangelización, por tanto, no es como una 'primera evangelización' ni como una reevangelización'”.
Como afirmaba Juan Pablo II en la exhortación apostólica Christifideles laici, la nueva evangelización se refiere más a la capacidad de “rehacer el tejido cristiano de la sociedad humana. Pero la condición es que se rehaga el tejido cristianos de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países y en estas naciones”.
La mirada del Papa, observó monseñor Fisichella, se dirige a los países “que conocemos como Occidente, o el primer y segundo mundo donde el progreso económico, científico y tecnológico han hecho que entre en crisis el sentido mismo de Dios y el valor de su existencia personal, víctima del proceso de secularización que empuja a vivir en el mundo “etsi deus non daretur”.
“A pesar de que permanece en muchas Iglesias un profundo sentido religioso que se expresa en una vida de fe y de tradiciones religiosas, estas no van acompañadas por un correspondiente apoyo profundo de la inteligencia, capaz de comunicar la riqueza de la experiencia y del patrimonio de la fe, sino que a menudo se comprueba una alergia a estas formas y un paso a las sectas, donde sobresalen la emotividad y el fundamentalismo”.
Todavia por responder
En este contexto, es todavía más necesario “concentrar el esfuerzo al máximo por una definición más precisa de la expresión 'nueva evangelización'”, “para hacerla mayormente eficaz y coherente”.
“¿Quién es el sujeto de la nueva evangelización?”, se preguntó monseñor Fisichella.
“¿Qué contenidos peculiares posee la nueva evangelización?
¿Qué metodologías establece la nueva evangelización?
¿Quién es el destinatario de la nueva evangelización?
¿Cómo relacionarse con la distintas culturas y tradiciones eclesiales en las que se cumple la nueva evangelización?”.
“Soy muy consciente de que estas preguntas no pueden encontrar respuesta inmediata con la exhaustividad que nos gustaría -admitió-. Esto, por tanto, es el principio de un camino, no la meta”.
Consejo Pontificio para
la Promoción de la Nueva Evangelización
El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización fue instituido por el Papa Benedicto XVI con la Carta Apostólica en forma de Motu Propio Ubicumque et semper para “ofrecer respuestas adecuadas para que la Iglesia entera, dejándose regenerar por la fuerza del Espíritu Santo, se presente al mundo contemporáneo con una empuje misionero de manera que se promueva una nueva evangelización”.
Ya el Papa Juan Pablo II había pedido una “nueva evangelización”, por primera vez el 13 de junio de 1979 en Nowa Huta (Polonia), y su sucesor ha afirmado esta exigencia con su Motu Propio
La cuestión será fundamental también en el futuro próximo, ya que el Sínodo convocado para octubre de 2012 tendrá como tema “Nova evangelizatio ad christi anam fidem tradendam”. El debate de los Padres sinodales, las Propositiones que se formularán y la Exhortación apostólica del Santo Padre serán inevitablemente la hoja de ruta para el trabajo del nuevo Consejo Pontificio, concluyó monseñor Fisichella.
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