10,1-11: Respuesta a la acusación de debilidad. Pablo defiende su ministerio
1 Soy yo, Pablo en persona, quien os suplica por la mansedumbre y la benignidad de Cristo,
yo tan humilde cara a cara entre vosotros, y tan atrevido con vosotros desde lejos.
2 Os ruego que no tenga que mostrarme atrevido en presencia vuestra,
2 Os ruego que no tenga que mostrarme atrevido en presencia vuestra,
con esa audacia con que pienso atreverme contra algunos que consideran procedemos según la carne.
3 Pues aunque vivimos en la carne no combatimos según la carne.
4 ¡No!, las armas de nuestro combate no son carnales, antes bien, para la causa de Dios,
3 Pues aunque vivimos en la carne no combatimos según la carne.
4 ¡No!, las armas de nuestro combate no son carnales, antes bien, para la causa de Dios,
son capaces de arrasar fortalezas. Deshacemos sofismas
5 y toda altanería que se subleva contra el conocimiento de Dios
5 y toda altanería que se subleva contra el conocimiento de Dios
y reducimos a cautiverio todo entendimiento para obediencia de Cristo.
6 Y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea perfecta.
7 ¡Mirad cara a cara! Si alguien cree ser de Cristo, considere una vez más dentro de sí mismo esto:
6 Y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea perfecta.
7 ¡Mirad cara a cara! Si alguien cree ser de Cristo, considere una vez más dentro de sí mismo esto:
si él es de Cristo, también lo somos nosotros.
8 Y aun cuando me gloriara excediéndome algo, respecto de ese poder nuestro que el Señor
8 Y aun cuando me gloriara excediéndome algo, respecto de ese poder nuestro que el Señor
nos dio para edificación vuestra y no para ruina, no me avergonzaría.
9 Pues no quiero aparecer como que os atemorizo con mis cartas.
10 Porque se dice que las cartas son severas y fuertes, mientras que la presencia del cuerpo es pobre
9 Pues no quiero aparecer como que os atemorizo con mis cartas.
10 Porque se dice que las cartas son severas y fuertes, mientras que la presencia del cuerpo es pobre
y la palabra despreciable.
11 Piense ese tal que lo que somos a distancia y de palabra por carta, lo seremos también de cerca
11 Piense ese tal que lo que somos a distancia y de palabra por carta, lo seremos también de cerca
y de obra.
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