Hechos 23,1-11: Pablo ante el Sanedrín
1 Pablo miró fijamente al Sanedrín y dijo: «Hermanos, yo me he portado con entera buena conciencia
ante Dios, hasta este día.»
2 Pero el Sumo Sacerdote Ananías mandó a los que le asistían que le golpeasen en la boca.
3 Entonces Pablo le dijo: «¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Tú te sientas para juzgarme
2 Pero el Sumo Sacerdote Ananías mandó a los que le asistían que le golpeasen en la boca.
3 Entonces Pablo le dijo: «¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Tú te sientas para juzgarme
conforme la Ley y mandas, violando la Ley, que me golpeen?»
4 Pero los que estaban a su lado le dijeron: «¿Insultas al Sumo Sacerdote de Dios?»
5 Pablo contestó: «No sabía, hermanos, que fuera el Sumo Sacerdote; pues está escrito:
4 Pero los que estaban a su lado le dijeron: «¿Insultas al Sumo Sacerdote de Dios?»
5 Pablo contestó: «No sabía, hermanos, que fuera el Sumo Sacerdote; pues está escrito:
No injuriarás al jefe de tu pueblo.»
6 Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín:
6 Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín:
«Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurrección de los muertos se me juzga.»
7 Al decir él esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos y la asamblea se dividió.
8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu;
7 Al decir él esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos y la asamblea se dividió.
8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu;
mientras que los fariseos profesan todo eso.
9 Se levantó, pues, un gran griterío. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos
9 Se levantó, pues, un gran griterío. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos
y se oponían diciendo: «Nosotros no hallamos nada malo en este hombre.
¿Y si acaso le habló algún espíritu o un ángel?»
10 Como el altercado iba creciendo, temió el tribuno que Pablo fuese despedazado por ellos
10 Como el altercado iba creciendo, temió el tribuno que Pablo fuese despedazado por ellos
y mandó a la tropa que bajase, que le arrancase de entre ellos y le llevase al cuartel.
11 A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: «¡Animo!, pues como has dado testimonio
11 A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: «¡Animo!, pues como has dado testimonio
de mí en Jerusalén, así debes darlo también en Roma.»
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