12,7-10: La debilidad de Pablo
7 Y por eso, para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones,
fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría.
8 Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí.
9 Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza».
8 Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí.
9 Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza».
Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas,
para que habite en mí la fuerza de Cristo.
10 Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades,
10 Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades,
en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil,
entonces es cuando soy fuerte.
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