domingo, 12 de junio de 2022

2 Corintios 5,1-10: La morada incorruptible

5,1-10: La morada incorruptible

1 Nosotros sabemos, en efecto, que si esta tienda de campaña –nuestra morada terrenal– es destruida, 
   tenemos una casa permanente en el cielo, no construida por el hombre, sino por Dios. 
2 Por eso, ahora gemimos deseando ardientemente revestirnos de aquella morada celestial; 
3 porque una vez que nos hayamos revestido de ella, ya no nos encontraremos desnudos. 
4 Mientras estamos en esta tienda de campaña, gemimos angustiosamente, 
   porque no queremos ser desvestidos, sino revestirnos, a fin de que lo que es mortal 
   sea absorbido por la vida. 
5 Y aquel que nos destinó para esto es el mismo Dios que nos dio las primicias del Espíritu.
6 Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, 
   lejos del Señor;
7 porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente. 
8 Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; 
9 en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo. 
10 Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, 
     de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal.

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