Filósofo italiano, nació en Nola, Campania, en el reino de Nápoles en 1548. El estado de Nápoles estaba entonces gobernado por los reyes de la casa de Aragón y era una colonia de España. Aunque su padre era un militar al servicio de la corona, es posible que el ambiente contrario a la dominación extranjera influyera en el espíritu de rebeldía que Bruno mostraría durante toda su vida.
Fraile dominico (1565)
Muy estudioso durante esos años juveniles fue influenciado por el neoplatonismo, en boga en esa época, así como por comentaristas de Averroes, en particular, por la creencia del sabio árabe de que la religión era un instrumento de los poderosos para controlar a la masa ignorante. Por esta época comenzó sus estudios sobre cómo aumentar la memoria, tema muy cultivado durante la Edad Media y el Renacimiento y que sería una de sus permanentes inquietudes intelectuales.
Ordenación sacerdotal (1572) y radicalización de Bruno
Pese a sus dudas y críticas a la doctrina católica, Giordano Bruno se ordenó sacerdote en 1572 en Roma. En esa sede papal, sumida en la rigidez contrarreformista, sus ideas heterodoxas se fortalecieron, y cuando después de doctorarse en teología en 1575, volvió a Nápoles, su fama de hombre brillante, pero libre y muy crítico en sus opiniones, estaba muy extendida.
Por esta época llegó incluso a defender las doctrinas que Arrio había sostenido en el Concilio de Nicea. Además, algo frecuente en el siglo XVI, Bruno no disimulaba su interés por la magia, lo oculto o hermético, donde creía que existía una inagotable veta de sabiduría. No tardó en ser acusado ante la Inquisición (1576). Dejó entonces su convento en Nápoles, "prisión estrecha y negra", según sus palabras, y se escondió en Roma.
Ubicado por la Inquisición y acusado de herejía, fue excomulgado y huye nuevamente. En los años siguientes trabaja como profesor o tutor privado por ciudades italianas: Turín, Venecia, Padua. En 1578, después de pasar por Lyon, llegó a Ginebra.
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