El mandeismo es la religión de los mandeos, una secta baptista gnóstica, que se desarrolló en los siglos I y II en la región del río Jordán, y que existe todavía hoy día particularmente al sur del Irak y al suroeste del Irán.
Los mandeos se cuentan entre los pueblos semitas. Hablan un dialecto del arameo oriental conocido como mandeo. El término mandeísmo proviene del arameo, מַנְדַּע, que romanizado se denominó manda, que literalmente significa [nosotros] sabemos. Mandeísmo, al igual que la gnosis griega significa conocimiento.
El término mandeo se refiere sólo a los laicos. Los sacerdotes son a veces llamados nazarenos, o nasoreanos. En medio oriente, pero fuera de su comunidad, se les conoce como los Subba (en árabe, صُبَّة , romanizado: ubba; en singular ubbī, o sabianos o sabeos. El término Subba se deriva de la raíz aramea relacionada con el bautismo, que en neomandeo es Sabi. A raíz de ello, las comunidades mandeas en la diáspora se autodenominan con frecuencia sabeos mandeos. De manera errónea, los mandeos fueron llamados «cristianos de San Juan», tras su encuentro con misioneros católicos portugueses durante la mitad del siglo XVI.
Aun cuando tenemos testimonios tempranos de Ios mandeos de Babilonia y del suroeste del Irán, su origen está en el entorno de sectas baptistas (semi)judaicas en la margen oriental de Siria y Palestina (región del río Jordán). Sin embargo, algunos estudiosos han adoptado la perspectiva de que el mandeísmo es más antiguo y data de tiempos precristianos.
El Mandeísmo hoy
La religión mandeísta ha seguido practicándose sobre todo alrededor de los ríos Karun, Éufrates y Tigris y los ríos que rodean el canal del río Shatt-al-Arab, parte del sur de Irak y de la provincia de Juzestán en Irán. Muchos iraquíes mandeos han escapado de su país debido al caos que padece Irak, así como el aumento de la violencia sectaria por parte de extremistas musulmanes; de ahí, que actualmente se haya producido una disgregación de fieles mandeos.
La religión mandeísta está dirigida por la casta sacerdotal, que se divide en dos tipos: los iniciados al más alto nivel (ganzibra=tesoreros), y otros con menor rango de iniciación (tarmidia =discípulo). Utilizan como lengua litúrgica un dialecto arameo oriental sólo entendido por sacerdotes.
Polémica antijudaica y anticristiana
La polémica antijudaica, muy viva, indica una separación del judaísmo. El bautismo mandeo, en su esencia, es una interpretación gnóstica de lustraciones judías. Este influjo, junto con otros elementos cristianos (celebración del domingo), sin embargo, son secundarios. La actitud de los mandeos frente al cristianismo es negativa (efecto de las persecuciones).
La figura de Juan Bautista en la literatura mandea es una tradición tardía. Los misioneros portugueses en Irak que se toparon con comunidades mandeas los designaron erróneamente «cristianos de san Juan» en el siglo XVI, pero los mandeos nunca han aceptado a Jesús, a quien consideran un traidor que fue crucificado por Dios como castigo por volverse contra Juan el Bautista.
Especialmente importante es la cuestión del mandeísmo y su relación con el judaísmo y el cristianismo.
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