Nestorio, que dio su nombre a la herejía nestoriana, nació en Germanicia en Siria Eufratense ( fecha desconocida) y murió en la Tebaida, Egipto cerca del año 451.
Vivía como sacerdote y monje en el monasterio de Euprepio, cuando fue elegido por el emperador Teodosio II como patriarca de Constantinopla, para suceder a Sisinio. Era famoso por su elocuencia y fue consagrado en abril de 428.
Pronto mostró su celo contra los herejes. A los pocos días de su consagración mandó a derrumbar una capilla arriana, y persuadió a Teodosio a que emitiera un severo edicto contra la herejía al mes siguiente. Confiscó las iglesias macedonias en el Helesponto, y tomó medidas contra los cuartodecimanos (los que celebraban la Pascua en la luna de marzo, aunque no cayese domingo) que quedaban en Asia Menor. También atacó a los novacianos a pesar de la buena reputación de su obispo.
A finales de 428 o a principios de 429, Nestorio predicó el primero de sus famosos sermones contra la palabra Theotokos, y detalló su doctrina antioquena sobre la Encarnación. El primero en levantar la voz contra él fue Eusebio, un laico, después obispo de Dorileo. Dos sacerdotes de la ciudad, Felipe y Proclo predicaban contra Nestorio. Felipe, autor de una historia larga y discursiva, hoy perdida, acusó al patriarca Nestorio de herejía. Proclo predicó un sermón al que Nestorio respondió en un discurso improvisado que también se conserva.
Todo esto causó gran conmoción en Constantinopla, sobre todo entre el clero. San Celestino condenó inmediatamente la doctrina. Nestorio había acordado con el emperador en 430 convocar un concilio y, finalmente, se emitieron las convocatorias a los patriarcas y metropolitanos el 19 de noviembre, antes de que la sentencia del Papa, entregada a través de san Cirilo de Alejandría, se hubiera comunicado a Nestorio (6 de diciembre). Nestorio fue condenado y el emperador, tras mucho retraso y vacilación, la ratificó y fue confirmada por Sixto III.
Nestorio fue entregado por el Papa a su rival Cirilo; se le había conminado a aceptar antes de diez días, bajo pena de deposición, una serie de anatemas redactados en Alejandría bajo la influencia de falsificaciones de apolinaristas. No todo el concilio le había condenado, sino sólo una parte, que no había esperado a la llegada de los obispos de Antioquía. Nestorio se había negado a reconocer la jurisdicción de este número incompleto y había rehusado comparecer o presentar su defensa. No fue expulsado de su sede porque el emperador cambió de idea.
Nestorio no dio muestras de ceder o ponerse de acuerdo, no presentó ningún recurso de apelación a Roma. Se retiró a su monasterio de Antioquía con dignidad y aparente sensación de alivio. Sus amigos; Juan de Antioquía y sus partidarios, le abandonaron y por el deseo del emperador, a principio de 433 hizo las paces con Cirilo y después con Teodoreto. Los obispos sospechosos de apoyarle fueron depuestos y un edicto de Teodosio II, del 30 de julio de 435, condenó sus escritos a la hoguera. Unos años después, Nestorio fue obligado a dejar su retiro y fue exiliado al Oasis.
Los escritos de Nestorio fueron originalmente muy numerosos. Sus sermones muestran una elocuencia real, pero queda muy poco del original griego. Las traducciones latinas de Mario Mercator son muy pobres de estilo y el texto está mal conservado. Batiffol ha atribuido a Nestorio muchos sermones que nos han llegado bajo el nombre de otros autores; tres de San Atanasio, dos de San Hipólito, tres de Anfiloquio de Iconio, treinta y ocho de Basilio de Seleucia, siete de San Juan Crisóstomo; pero Loofs y Baker no aceptan esa atribución. Mercati ha señalado cuatro fragmentos en un escrito de Inocencio, obispo de Maronia (ed. Amelli in "Spicil. Cassin.", I, 1887), y fragmentos armenios que han sido publicados por Ludtke.
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