Desideria
Desideria es el nombre de uno de los personajes creados por San Jose Manyanet (1833-1901) para ilustrar su espiritualidad y su pensamiento. Desideria puede ser un hombre o una mujer, una persona joven o adulta. Pero Desideria es, ante todo, un espiritu ingenuo, inquieto e infantil, cuyo deseo de aprender y ser feliz parece no tener limites.
sábado, 10 de mayo de 2025
sábado, 19 de abril de 2025
Tiempo Pascual
LITURGIA
PASCUA
para comprender
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
LECTURAS Y COMENTARIOS
PRIMER DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Lunes de la Octava de Pascua
Martes de la Octava de Pascua
Miércoles de la Octava de Pascua
Jueves de la Octava de Pascua
Viernes de la Octava de Pascua
Sábado de la Octava de Pascua
SEGUNDO DOMINGO DE RESURRECCIÓN
O DOMINGO DE LA MISERICORDIA
Lunes de la Segunda Semana de Pascua
Martes de la Segunda Semana Pascua
Miércoles de la Segunda Semana de Pascua
Jueves de la Segunda Semana de Pascua
Viernes de la Segunda Semana de Pascua
Sábado de la Segunda Semana de Pascua
TERCER DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Lunes de la Tercera Semana de Pascua
Martes de la Tercera Semana de Pascua
Miércoles de la Tercera Semana de Pascua
Jueves de la Tercera Semana de Pascua
Viernes de la Tercera Semana de Pascua
Sábado de la Tercera Semana de Pascua
CUARTO DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Lunes de la Cuarta Semana de Pascua
Martes de la Cuarta Semana de Pascua
Miércoles de la Cuarta Semana de Pascua
Jueves de la Cuarta Semana de Pascua
Viernes de la Cuarta Semana de Pascua
Sábado de la Cuarta Semana de Pascua
QUINTO DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Lunes de la Quinta Semana de Pascua
Martes de la Quinta Semana de Pascua
Miércoles de la Quinta Semana de Pascua
Jueves de la Quinta Semana de Pascua
Viernes de la Quinta Semana de Pascua
Sábado de la Quinta Semana de Pascua
SEXTO DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Lunes de Sexta Semana de Pascua
Martes de la Sexta Semana de Pascua
Miércoles de la Sexta Semana de Pascua
Jueves de la Sexta Semana de Pascua
Viernes de la Sexta Semana de Pascua
Sábado de la Sexta Semana de Pascua
DOMINGO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
lunes, 17 de marzo de 2025
17 de marzo: SAN PATRICIO
En días como este 17 de marzo, precisamente, es cada vez más conocida una celebración de patente muy «british»: la de su patrón, san Patricio. Es casi imposible no haber oído hablar de este personaje y de su relación con el color verde. Pero… ¿Quién era y cómo logró convertirse en uno de los hombres más importantes de Irlanda? Hoy, aprovechando la fecha que marca el calendario, te lo explicamos.
Las principales fuentes afirman que el momento exacto de su nacimiento es difícil de determinar, aunque se suele ubicar su llegada al mundo entre los años 385 y 387. Esta última fecha es señalada por los sacerdotes John Trigilio y Kenneth Brighenti en sus diferentes textos sobre la Fe Católica (entre ellos, el original–aunque no por ello menos didáctico- libro «Catolicismo para Dummies»).
No hay tanta controversia al hacer referencia a la tierra que vio su alumbramiento ya que, en este caso, se suele asumir que fue Kilpatrick (en Dumbarton, Escocia).
Las fuentes más fabulosas (entre las que destaca la obra «Flos santorum» o «Libro de la vida de los santos») coinciden con las históricas en que el padre del pequeño era un oficial romano llamado Calfurnio y su madre una tal Conquesa.
El pequeño Patrick creció trabajando en el campo, aunque también adoraba instruirse en el arte de las letras. Poco más se sabe de su juventud, aunque –como santo que fue posteriormente- se ha creado una leyenda a su alrededor que afirma que, durante sus primeros años de vida, era de capaz de llevar a cabo milagros tan curiosos como los realizados por Moisés. Así se afirma, al menos, en «Flos Santorum»: «Mojando el niño tres dedos en las aguas, después de haber hecho oración las ruzió en forma de Cruz en honra de la Santísima Trinidad, al punto de que retiró la corriente durante una inundación».
De Irlanda a Francia
Andase lo que andase haciendo Patrick, a los 16 años su vida se fue a pique cuando fue raptado por piratas y, posteriormente, tuvo que pasar por el trauma de ser vendido como esclavo en Irlanda. Aquello le granjeó pasar seis años en las verdes campiñas de los «leprechauns», lo que le permitió empaparse del idioma y las creencias de la zona.
Nuevamente, el devenir del futuro santo es en este punto intrigante. Y es que, en el libro que posteriormente escribió («Confesiones») afirma que, durante su tiempo de cautiverio, estuvo continuamente rezando para que Dios le desvelase qué podía hacer.
«Cien veces al día, y otras tantas de noche, se hincaba de rodillas a hacer oración. Su sustento eran las hierbas del campo y otros manjares groseros, creciendo siempre en espíritu», se explica en «Flos santorum».
Así fue como, un día, decidió que tenía que escapar y caminar cientos de kilómetros hasta la costa, donde sabía que le esperaba un barco dispuesto a sacarle de allí. Para su suerte, así sucedió, por lo que puso rumbo a Francia.
¿Qué hizo Patrick en sus primeras horas de libertad? Al parecer, se puso bajo las órdenes del obispo de San Germán con el objetivo de iniciarse en la vida monástica. «En Francia fue educado en un monasterio, seguramente en la isla de Lerins», explica Louis de Wohl en «Fundada sobre roca: historia breve de la Iglesia».
Ya sacerdote, nuestro protagonista viajó hasta Roma, donde el Papa Celestino I le consagró obispo y le conminó a volver a Irlanda para predicar sus creencias y acabar con las de los druidas. Una misión que el joven religioso aceptó de buen agrado.
«Cuando el feroz obispo soldado Germanos de Auxerre fue despachado a Gran Bretaña para que manejara allí el movimiento de Pelagio [una creencia considerada como hereje por la Iglesia], Patricio le acompañó como parte de su séquito» explica, en este caso, Alexei Kondratiev en su obra «Rituales celtas».
En palabras de este experto, aquel viaje pudo ser una prueba para saber si, tras tantos años viviendo en la zona, Patrick era realmente un seguidor del catolicismo. Y vaya si lo demostró. Así lo afirma Umberto Eco en su texto «La edad media: bárbaros», donde explica que nuestro protagonista se centró absolutamente en su labor misionera (lo que le impidió dejar más allá de algunos pequeños escritos).
Trabajando por la Iglesia
Una vez de regreso en Irlanda, Patrick inició su labor evangelizadora luchando contra las creencias de la zona (representadas principalmente en los druidas o «sacerdotes paganos»). Según se dice, pasó sus días en una cueva apartada que fue conocida como el «Purgatorio de San Patricio» por las penurias que sufría en ella.
Con todo, y a pesar de que no era muy ducho en el latín (se definía a sí mismo como «burdo y escaso conocedor de esta lengua»), inició a los habitantes de la zona en dicha religión. «San Patricio se esforzó por conciliar la necesidad de leer y comprender las Sagradas Escrituras con la exigencia de dar una forma certera a la organización eclesiástica y difundir la práctica litúrgica», añade Eco.
Tras regresar a Roma para dar cuenta de su labor, fundó varias iglesias en Francia. No le resultó fácil, pues los franceses andaban también escasos de latín, y fue un esfuerzo extra hacerles llegar su mensaje.
La tradición nos dice que Patrick explicaba a sus crecientes seguidores los misterios de la Santísima Trinidad usando un trébol de tres hojas (ya que, al igual que él, un único «tallo» se dividía en Padre, Hijo y Espíritu Santo).
También se afirma que acabó (literalmente) con las víboras de Irlanda y que fundó una iglesia en la que luchaba habitualmente contra los pequeños duendes que invocaban contra él los druidas paganos (esta última parte, totalmente fabulosa). En todo caso, pasó unas tres décadas evangelizando la región, fundando monasterios y nombrando sacerdotes. Así, logró convertirse en todo un «patrón» de la zona.
Tras regresar a Roma para dar cuenta de su labor, fundó varias iglesias en Francia. Finalmente, acabó sus días en este mundo un 17 de marzo de un año indeterminado. Las fechas que se barajan son –atendiendo a las fuentes consultadas- el año 460 (de Wohl); el 461 (Eco) o, según otros, después de la década de los 90 de ese siglo. Los escritos más clásicos afirman incluso que llegó a atesorar la friolera de más de un siglo de vida. En todo caso, cuando Irlanda (o EEUU, debido a la ingente cantidad de inmigrantes de la zona) celebran San Patricio, están celebrando su evangelización.
Autor: Manuel P. Villatoro
ABC Historia
Las principales fuentes afirman que el momento exacto de su nacimiento es difícil de determinar, aunque se suele ubicar su llegada al mundo entre los años 385 y 387. Esta última fecha es señalada por los sacerdotes John Trigilio y Kenneth Brighenti en sus diferentes textos sobre la Fe Católica (entre ellos, el original–aunque no por ello menos didáctico- libro «Catolicismo para Dummies»).
No hay tanta controversia al hacer referencia a la tierra que vio su alumbramiento ya que, en este caso, se suele asumir que fue Kilpatrick (en Dumbarton, Escocia).
Las fuentes más fabulosas (entre las que destaca la obra «Flos santorum» o «Libro de la vida de los santos») coinciden con las históricas en que el padre del pequeño era un oficial romano llamado Calfurnio y su madre una tal Conquesa.
El pequeño Patrick creció trabajando en el campo, aunque también adoraba instruirse en el arte de las letras. Poco más se sabe de su juventud, aunque –como santo que fue posteriormente- se ha creado una leyenda a su alrededor que afirma que, durante sus primeros años de vida, era de capaz de llevar a cabo milagros tan curiosos como los realizados por Moisés. Así se afirma, al menos, en «Flos Santorum»: «Mojando el niño tres dedos en las aguas, después de haber hecho oración las ruzió en forma de Cruz en honra de la Santísima Trinidad, al punto de que retiró la corriente durante una inundación».
De Irlanda a Francia
Andase lo que andase haciendo Patrick, a los 16 años su vida se fue a pique cuando fue raptado por piratas y, posteriormente, tuvo que pasar por el trauma de ser vendido como esclavo en Irlanda. Aquello le granjeó pasar seis años en las verdes campiñas de los «leprechauns», lo que le permitió empaparse del idioma y las creencias de la zona.
Nuevamente, el devenir del futuro santo es en este punto intrigante. Y es que, en el libro que posteriormente escribió («Confesiones») afirma que, durante su tiempo de cautiverio, estuvo continuamente rezando para que Dios le desvelase qué podía hacer.
«Cien veces al día, y otras tantas de noche, se hincaba de rodillas a hacer oración. Su sustento eran las hierbas del campo y otros manjares groseros, creciendo siempre en espíritu», se explica en «Flos santorum».
Así fue como, un día, decidió que tenía que escapar y caminar cientos de kilómetros hasta la costa, donde sabía que le esperaba un barco dispuesto a sacarle de allí. Para su suerte, así sucedió, por lo que puso rumbo a Francia.
¿Qué hizo Patrick en sus primeras horas de libertad? Al parecer, se puso bajo las órdenes del obispo de San Germán con el objetivo de iniciarse en la vida monástica. «En Francia fue educado en un monasterio, seguramente en la isla de Lerins», explica Louis de Wohl en «Fundada sobre roca: historia breve de la Iglesia».
Ya sacerdote, nuestro protagonista viajó hasta Roma, donde el Papa Celestino I le consagró obispo y le conminó a volver a Irlanda para predicar sus creencias y acabar con las de los druidas. Una misión que el joven religioso aceptó de buen agrado.
«Cuando el feroz obispo soldado Germanos de Auxerre fue despachado a Gran Bretaña para que manejara allí el movimiento de Pelagio [una creencia considerada como hereje por la Iglesia], Patricio le acompañó como parte de su séquito» explica, en este caso, Alexei Kondratiev en su obra «Rituales celtas».
En palabras de este experto, aquel viaje pudo ser una prueba para saber si, tras tantos años viviendo en la zona, Patrick era realmente un seguidor del catolicismo. Y vaya si lo demostró. Así lo afirma Umberto Eco en su texto «La edad media: bárbaros», donde explica que nuestro protagonista se centró absolutamente en su labor misionera (lo que le impidió dejar más allá de algunos pequeños escritos).
Trabajando por la Iglesia
Una vez de regreso en Irlanda, Patrick inició su labor evangelizadora luchando contra las creencias de la zona (representadas principalmente en los druidas o «sacerdotes paganos»). Según se dice, pasó sus días en una cueva apartada que fue conocida como el «Purgatorio de San Patricio» por las penurias que sufría en ella.
Con todo, y a pesar de que no era muy ducho en el latín (se definía a sí mismo como «burdo y escaso conocedor de esta lengua»), inició a los habitantes de la zona en dicha religión. «San Patricio se esforzó por conciliar la necesidad de leer y comprender las Sagradas Escrituras con la exigencia de dar una forma certera a la organización eclesiástica y difundir la práctica litúrgica», añade Eco.
Tras regresar a Roma para dar cuenta de su labor, fundó varias iglesias en Francia. No le resultó fácil, pues los franceses andaban también escasos de latín, y fue un esfuerzo extra hacerles llegar su mensaje.
La tradición nos dice que Patrick explicaba a sus crecientes seguidores los misterios de la Santísima Trinidad usando un trébol de tres hojas (ya que, al igual que él, un único «tallo» se dividía en Padre, Hijo y Espíritu Santo).
También se afirma que acabó (literalmente) con las víboras de Irlanda y que fundó una iglesia en la que luchaba habitualmente contra los pequeños duendes que invocaban contra él los druidas paganos (esta última parte, totalmente fabulosa). En todo caso, pasó unas tres décadas evangelizando la región, fundando monasterios y nombrando sacerdotes. Así, logró convertirse en todo un «patrón» de la zona.
Tras regresar a Roma para dar cuenta de su labor, fundó varias iglesias en Francia. Finalmente, acabó sus días en este mundo un 17 de marzo de un año indeterminado. Las fechas que se barajan son –atendiendo a las fuentes consultadas- el año 460 (de Wohl); el 461 (Eco) o, según otros, después de la década de los 90 de ese siglo. Los escritos más clásicos afirman incluso que llegó a atesorar la friolera de más de un siglo de vida. En todo caso, cuando Irlanda (o EEUU, debido a la ingente cantidad de inmigrantes de la zona) celebran San Patricio, están celebrando su evangelización.
Autor: Manuel P. Villatoro
ABC Historia
miércoles, 5 de marzo de 2025
MIÉRCOLES DE CENIZA
Comentarios:
Para comprender el Miércoles de Ceniza:
Prácticas penitenciales:
SOBRE LA CUARESMA:
sábado, 1 de febrero de 2025
sábado, 4 de enero de 2025
2 DOMINGO DESPUES DE NAVIDAD (Lecturas)
Eclesiástico 24,1-2.8-12
Salmo 147,12-13.14-15.19-20
R/. La Palabra se hizo carne
y acampó entre nosotros
Efesios 1,3-6.15-18
Juan 1,1-18
Eclesiástico 24,1-2.8-12
La sabiduría se alaba a sí misma, se gloría en medio de su pueblo, abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada, y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos. El Creador del universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: «Habita en Jacob, sea Israel tu heredad.» Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia, ofrecí culto y en Sión me establecí; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad, y resido en la congregación plena de los santos.
Salmo 147,12-13.14-15.19-20
R/. La Palabra se hizo carne
y acampó entre nosotros
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
R/. La Palabra se hizo carne
y acampó entre nosotros
Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz.
R/. La Palabra se hizo carne
y acampó entre nosotros
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
R/. La Palabra se hizo carne
y acampó entre nosotros
Efesios 1,3-6.15-18
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado ha conocer.
viernes, 3 de enero de 2025
jueves, 2 de enero de 2025
SAN BASILIO, Obispo de Cesarea y Doctor de la Iglesia, por Benedicto XVI
San Basilio, obispo y Dóctor de la Iglesia, es maestro de vida para los cristianos de hoy. Nació en torno al año 330 en el seno de una familia de santos (tres de sus nueve hermanos son santos).
Antes de ser elegido obispo abrazó la vida monacal, creando «un monaquismo muy particular: no estaba cerrado a la comunidad de la Iglesia local, sino abierto a ella».
Combatió el arrianismo; escribió muchas e importantes obras y, principalmente, reglas monásticas, por las que se rigen aún muchos monjes orientales; ayudó en gran manera a los pobres. Murió el 1 de enero del año 379
Si bien san Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía, falleció en el año 379, sigue siendo hoy un maestro de vida cristiana, considera Benedicto XVI. A este padre de la Iglesia dedicó su intervención durante la semanal audiencia general, del miércoles 4 julio 2007, en la que participaron doce mil peregrinos, primero en la Basílica de San Pedro del Vaticano y luego en el Aula Pablo VI.
«Fue un hombre que vivió con la mirada puesta en Cristo, un hombre del amor por el prójimo», dijo el Papa. «Lleno de la esperanza y de la alegría de la fe, Basilio nos muestra cómo ser realmente cristianos», añadió.
El obispo de Roma releyó el programa de vida que el mismo Basilio había adoptado: «apóstol y ministro de Cristo, dispensador de los misterios de Dios, heraldo del reino, modelo y regla de piedad, ojo del cuerpo de la Iglesia, pastor de las ovejas de Cristo, médico piadoso, padre y nodriza, cooperador de Dios, agricultor de Dios, constructor del templo de Dios».
Basilio nació en torno al año 330 en el seno de una familia de santos (tres de sus nueve hermanos son santos). Antes de ser elegido obispo abrazó la vida monacal, creando « un monaquismo muy particular: no estaba cerrado a la comunidad de la Iglesia local, sino abierto a ella».
«Sus monjes formaban parte de la Iglesia local, eran su núcleo animador que, precediendo a los demás fieles en el seguimiento de Cristo y no sólo de la fe, mostraba su firme adhesión a Él, el amor por Él, sobre todo en las obras de caridad».
«Estos monjes, que tenían escuelas y hospitales, estaban al servicio de los pobres y de este modo mostraron la vida cristiana de una manera completa», explicó Benedicto XVI.
«Como obispo y pastor de su extendida diócesis --siguió recordando--, Basilio se preocupó por las difíciles condiciones materiales en las que vivían los fieles; denunció con firmeza el mal; se comprometió con los pobres y los marginados; intervino ante los gobernantes para aliviar los sufrimientos de la población, sobre todo en momentos de calamidad; veló por la libertad de la Iglesia, enfrentándose a los potentes para defender el derecho de profesar la verdadera fe».
«Dio testimonio de Dios, que es amor y caridad, con la construcción de varios hospicios para necesitados, una especie de ciudad de la misericordia, que tomó su nombre “Basiliade”. En ella hunden sus raíces las los modernos hospitales para la atención de los enfermos», indicó.
«En su amor por Cristo y su Evangelio», dijo el Papa, este padre de la Iglesia «se comprometió también por sanar las divisiones dentro de la Iglesia, tratando siempre de que todos se convirtieran a Cristo y a su Palabra, fuerza unificadora, a la que todos los creyentes tienen que obedecer».
Antes de ser elegido obispo abrazó la vida monacal, creando «un monaquismo muy particular: no estaba cerrado a la comunidad de la Iglesia local, sino abierto a ella».
Combatió el arrianismo; escribió muchas e importantes obras y, principalmente, reglas monásticas, por las que se rigen aún muchos monjes orientales; ayudó en gran manera a los pobres. Murió el 1 de enero del año 379
Intervención de Benedicto XVI
en la que presentó la figura de san basilio:
Si bien san Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía, falleció en el año 379, sigue siendo hoy un maestro de vida cristiana, considera Benedicto XVI. A este padre de la Iglesia dedicó su intervención durante la semanal audiencia general, del miércoles 4 julio 2007, en la que participaron doce mil peregrinos, primero en la Basílica de San Pedro del Vaticano y luego en el Aula Pablo VI.
«Fue un hombre que vivió con la mirada puesta en Cristo, un hombre del amor por el prójimo», dijo el Papa. «Lleno de la esperanza y de la alegría de la fe, Basilio nos muestra cómo ser realmente cristianos», añadió.
El obispo de Roma releyó el programa de vida que el mismo Basilio había adoptado: «apóstol y ministro de Cristo, dispensador de los misterios de Dios, heraldo del reino, modelo y regla de piedad, ojo del cuerpo de la Iglesia, pastor de las ovejas de Cristo, médico piadoso, padre y nodriza, cooperador de Dios, agricultor de Dios, constructor del templo de Dios».
Basilio nació en torno al año 330 en el seno de una familia de santos (tres de sus nueve hermanos son santos). Antes de ser elegido obispo abrazó la vida monacal, creando « un monaquismo muy particular: no estaba cerrado a la comunidad de la Iglesia local, sino abierto a ella».
«Sus monjes formaban parte de la Iglesia local, eran su núcleo animador que, precediendo a los demás fieles en el seguimiento de Cristo y no sólo de la fe, mostraba su firme adhesión a Él, el amor por Él, sobre todo en las obras de caridad».
«Estos monjes, que tenían escuelas y hospitales, estaban al servicio de los pobres y de este modo mostraron la vida cristiana de una manera completa», explicó Benedicto XVI.
«Como obispo y pastor de su extendida diócesis --siguió recordando--, Basilio se preocupó por las difíciles condiciones materiales en las que vivían los fieles; denunció con firmeza el mal; se comprometió con los pobres y los marginados; intervino ante los gobernantes para aliviar los sufrimientos de la población, sobre todo en momentos de calamidad; veló por la libertad de la Iglesia, enfrentándose a los potentes para defender el derecho de profesar la verdadera fe».
«Dio testimonio de Dios, que es amor y caridad, con la construcción de varios hospicios para necesitados, una especie de ciudad de la misericordia, que tomó su nombre “Basiliade”. En ella hunden sus raíces las los modernos hospitales para la atención de los enfermos», indicó.
«En su amor por Cristo y su Evangelio», dijo el Papa, este padre de la Iglesia «se comprometió también por sanar las divisiones dentro de la Iglesia, tratando siempre de que todos se convirtieran a Cristo y a su Palabra, fuerza unificadora, a la que todos los creyentes tienen que obedecer».
miércoles, 1 de enero de 2025
1 de enero: Jornada Mundial por la Paz
Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
50 años de la Jornada Mundial de la Paz (1968-2018)
1 de enero: Santa María, Madre de Dios
lunes, 30 de diciembre de 2024
Domingo de la Semana 12 del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Zacarías 12,10-11;13,1
Salmo 62: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Gálatas 3,26-29
Lucas 9, 18-24
Zacarías 12,10-11;13,1
Así dice el Señor: "Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia. Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo Único, y llorarán como se llora al primogénito. Aquel día, será grande el luto en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle de Meguido." Aquel día, se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén, contra pecados e impurezas.
Salmo 62: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Gálatas 3, 26-29
Hermanos: Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Lucas 9, 18-24
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
— ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
— Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Él les preguntó:
— Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
— El Mesías de Dios.
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
— El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.
— ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
— Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Él les preguntó:
— Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
— El Mesías de Dios.
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
— El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.
COMENTARIOS:
domingo, 29 de diciembre de 2024
Sobre la Sagrada Familia, Jesús, María y José
Hijos de la Sagrada Familia, Jesús, María y José
Oraciones
Asociación de la Sagrada Familia
Templo de la Sagrada Familia (Barcelona)
Arte
lunes, 16 de diciembre de 2024
domingo, 15 de diciembre de 2024
Domingo de la tercera semana de Adviento, ciclo A
domingo, 8 de diciembre de 2024
domingo, 24 de noviembre de 2024
domingo, 10 de noviembre de 2024
DOMINGO DE LA 32 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año B por Francisco González, S.F.
1 Reyes 17,10-16
Salmo 145: Alaba, alma mía, al Señor
Hebreos 9,24-28
Marcos 12,38-44
1 Reyes 17,10-16
En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.» Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.» Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.» Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."» Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.
Salmo 145: Alaba, alma mía, al Señor
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos.
R. Alaba, alma mía, al Señor
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos.
R. Alaba, alma mía, al Señor
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
R. Alaba, alma mía, al Señor
Hebreos 9,24-28
Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecia sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
Comentario de Mons. Francisco González, S.F.
Hoy la liturgia de la Palabra nos enfrenta a unos pasajes que nos debe hacer pensar, y pensar mucho. Estamos viviendo, según nos dicen los expertos, una época en la historia de la humanidad de un profundo individualismo, de un secularismo seco y estéril, de una gran avaricia y deseo de prosperidad, pase lo que pase.
Ante situación semejante se nos ofrece el regalo de las lecturas de hoy. En la primera encontramos parte de los relatos sobre Elías. A la entrada de la ciudad de Sarepta se encuentra con una viuda recogiendo leña para hacer un pequeño fuego para hacer con lo que le queda de aceita y harina un poco de pan, y así tener una última comida con su hijo y morir, pues no les quedaba nada más.
A insistencia del profeta, la mujer prepara pan para este hombre de Dios, y su acción generosa, se ve recompensada por el Dios que hace que “la orza de harina no se vacíe y la alcuza de aceite no se agote”.
Damos un paso adelante en esta parte de la liturgia dominical. La Palabra continúa y pasamos al santo evangelio, que como venimos hacienda por casi todo el año es el de San Marcos. El pasaje de hoy es la conclusión del capítulo 12 donde hemos visto a Jesús hablar de cosas muy importantes, entre otras el tributo al César, el precepto más importante, etc.
Jesús está enseñando a la multitud y les habla de los letrados, aconsejándoles que deben ir con mucho cuidado con ellos, pues son gente, como pavos reales por su forma de vestir y querer lucir delante de los demás y les encanta cuando les hacen reverencias. Cuando van a la sinagoga, la casa de oración, buscan siempre los asientos de honor, y cuando asisten a los banquetes, buscan los primeros puestos. Según Jesús, estos letrados no se contentan con todo lo anterior, sino “que devoran los bienes de las viudas con el pretexto de grandes rezos”.
Recordemos que las viudas están señaladas en la Biblia, como las personas con más necesidades y menos protegidas. Por eso los letrados abusan de ellas.
El evangelista pasa de la lección que Jesús imparte a la multitud a ponerlo al frente de uno de los cepillos del templo y estando allí observa cómo una pobre viuda se acerca a la caja de las donaciones y pone dos moneditas de cobre, que en realidad no va a afectar al templo de ninguna manera, pero sí a ella, que las necesitaba para conseguir un bocado de comida y ahora se ha desprendido de ellas.
Nadie se ha dado cuenta ni de la viuda, ni de la cantidad que ha depositado, y mucho menos de la necesidad de esa pobre mujer. Nadie ha visto nada, excepto Jesús, quien llamando a sus discípulos les hace notar la grandeza de esa pobre mujer, al mismo tiempo que señala la pequeñez de esos grandes señores, dando cantidades enormes al templo, pero solo de lo que les sobra.
Nadie se ha dado cuenta ni de la viuda, ni de la cantidad que ha depositado, y mucho menos de la necesidad de esa pobre mujer. Nadie ha visto nada, excepto Jesús, quien llamando a sus discípulos les hace notar la grandeza de esa pobre mujer, al mismo tiempo que señala la pequeñez de esos grandes señores, dando cantidades enormes al templo, pero solo de lo que les sobra.
¡Cuándo aprenderemos! Estamos siendo llamados a una gran renovación, a esa llamada nueva evangelización, y que como yo he hecho comenzamos criticando al mundo por todos sus pecados, y sin embargo, nos cuesta entrar en nosotros mismos, en nuestra querida Iglesia y comenzar con nuestra propia renovación.
¿Qué nos dice aquella viuda de Sarepta, que pone de lado las necesidades de su hijo y de sí misma para ayudar al profeta? ¿Que nos dice esa viuda del evangelio de hoy? ¿Qué enseñanza nos ofrece Cristo hablando de los letrados?
Podemos escribir grandes documentos, y hacer extraordinarias prédicas, pero mientras sigamos concediendo los puestos de honor de acuerdo con la cantidad del cheque que nos ofrecen, todo eso de “la opción preferencial por los pobres” se convierte en un simple dicho que resultará bonito en un afiche, pero poco más.
Algo querría decirnos el Señor cuando eligió nacer pobre, vivir pobre, no tener donde reclinar su cabeza y morir sin tener nada por haber entregado todo, incluso su vida. ¡Gracias Señor por quien eres, gracias por lo que has hecho y haces por nosotros, gracias por el amor que nos tienes, todo lo cual es la razón de nuestra felicidad!
sábado, 9 de noviembre de 2024
domingo, 3 de noviembre de 2024
Domingo de la 31 Semana del Tiempo Ordinario, Año B
Deuteronomio 6,2-6
Salmo 17: Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
Hebreos 7,23-28:
Marcos 12,28b-34
Deuteronomio 6,2-6
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.»
Salmo 17: Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido.
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Hebreos 7,23-28
Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo Testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día «como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo,» porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.
Marcos 12,28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
¿Qué mandamiento es el primero de todos?
Respondió Jesús:
El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.
El escriba replicó:
Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
No estás lejos del reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
COMENTARIO:
sábado, 2 de noviembre de 2024
2 de noviembre: Conmemoración de los fieles difuntos
Sobre la Conmemoración de los Fieles Difuntos:
Congregación para la Doctrina de la Fe
viernes, 1 de noviembre de 2024
martes, 22 de octubre de 2024
viernes, 18 de octubre de 2024
jueves, 17 de octubre de 2024
Cartas o letras dimisorias
(Derecho canónico) Letras o cartas mediante las
que el obispo propio o el superior mayor competente de un candidato al
sacerdocio le da licencia para que sea ordenado por otro obispo, asegurando que
posee la preparación y la idoneidad para ser ordenado.
La
ordenación sin las letras dimisorias de un candidato que no está bajo la
jurisdicción del obispo que lo ordena constituye un delito (CIC, c. 1383).
viernes, 11 de octubre de 2024
lunes, 7 de octubre de 2024
7 de octubre: NTRA. SRA. DEL ROSARIO
Bartolomé Esteban Murillo
Óleo Sobre Lienzo (1650-55)
Museo del Prado, Madrid, España
SOBRE NTRA. SRA. DEL ROSARIO:
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