martes, 1 de enero de 2019

Enero 1: SOLEMNIDAD DE MARÍA, MADRE DE DIOS (Lecturas)

Misa de la Solemnidad (blanco)
   
alusión en la monición de entrada y en la homilía
intención en la oración universal
Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Números 6,22-27
Sal 66: El Señor tenga piedad y nos bendiga.
Gálatas 4,4-7
Lucas 2, 16-21

Números 6,22-27

El Señor habló a Moisés: - «Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: "El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz." Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»


Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8: 
El Señor tenga piedad y nos bendiga

El Señor tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con Justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben,
que Dios nos bendija;
que le teman hasta los confines del orbe.
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga


Gálatas 4,4-7

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «Abba! Padre.» Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.



En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

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