domingo, 31 de diciembre de 2023

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA, Año B (Lecturas)

Eclesiástico 3,2-6.12.14
Salmo 127: Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos
Colosenses 3,12-21
Lucas 2,22-40


Eclesiástico 3,2-6.12.14

Dios hace al padre más responsable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.


Salmo 127: Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos


Colosenses 3,12-21

Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.



Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, [de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.] Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.


Comentarios:

Fiesta de la Sagrada Familia


Lecturas de la Misa:

Hijos de la Sagrada Familia:

Comentarios generales:

Espiritualidad de la Sagrada Familia:

Imágenes de la Sagrada Familia: Jesús, María y José con el Espíritu Santo (paloma)


NAZARENUM DE BARCELONA, ESPAÑA
HIJOS DE LA SAGRADA FAMILIA

Arte/ La Santa Familia (pintura sobre madera)


"La Santa Familia" (el titulo se encuentra en la base del Santo Nino). 
Pintura sobre madera. Autor desconocido. 
Rectoría de los Hijos de la Sagrada Familia en Chimayo, New Mexico (USA)

martes, 26 de diciembre de 2023

26 de diciembre: San Esteban. mártir

26 DE DICIEMBRE: Martirio de San Estaban (lecturas)

Hechos de los apóstoles 6,8-10;7,54-60
Salmo 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17: 
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
Mateo 10,17-22


Hechos de los apóstoles 6,8-10;7,54-60

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.» Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y, con estas palabras, expiró.

Salmo 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirigeme y guíame.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi aflicción.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu

Líbrame de los enemigos que me persiguen;
haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
R/. A tus manos, Señor, 
encomiendo mi espíritu


Mateo 10,17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

domingo, 24 de diciembre de 2023

Domingo de la 4 semana de Adviento, ciclo A (Lecturas)

Isaías 7,10-14
Salmo 23: Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria
Romanos 1,1-7
Mateo 1,18-24



En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
— Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.
Respondió Acaz:
— No la pido, no quiero tentar al Señor.
Entonces dijo Dios:
— Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”


Salmo 23,1-2.3-4ab.5-6:
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
R. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria



Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.



El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: “Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros”. Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.


Comentarios:

sábado, 2 de diciembre de 2023

Sobre la Liturgia del Adviento


Instrucciones generales de las celebraciones de Adviento



Ambientación

La ambientación del lugar donde la comunidad celebra su fe debe ayudar a que todos se den cuenta de que comienza una nueva etapa dentro del año litúrgico; por eso, el lugar de la celebración debería ambientarse con un aire peculiar, no de penitencia, pero sí de austeridad.

No se dice o canta el Gloria, salvo en las solemnidades. 

Se dice el Aleluya en la antífona antes del Evangelio, a diferencia de la Cuaresma.

Color morado y ausencia de flores

En primer lugar, debe resaltar el tono morado de la decoración, junto con la ausencia de flores en el altar; de este modo, la comunidad participará mejor y gozará más de la alegría festiva de la Navidad con sus ornamentos blancos y los arreglos florales.

Aunque no debe haber flores, es oportuno colocar plantas de interior en el presbiterio. Puede ser muy expresivo, también, una pancarta en un lugar visible del templo con frases como: “Ven, Señor Jesus”, “Esperamos tu venida”, “Preparemos los caminos del Señor”, etc.


Incienso

En las celebraciones litírgicas de este tiempo puede emplearse el incienso, si así se desea (IGMR 276). 

Música

Se debe escoger cuidadosamente el canto de entrada, el cual debe recrear el ambiente de la celebración. Cantos como: “Ven, Señor, no tardes”, “Esperando al Mesias”, “Ven, Salvador”, etc., son los más apropiados. Es preferible repetir un canto los cuatro domingos en lugar de cambiarlo y perderse la atmósfera propia del Adviento.

La presentación de los dones es conveniente hacerla en silencio o con una melodía suave, para resaltar el caracter austero del Adviento y permitir la meditación de los fieles. El uso de instrumentos debe realizarse con moderación. 

Liturgia de la Palabra

Conviene recordar durante el Primer Domingo de Adviento que se inicia un nuevo ciclo de lecturas.

El "Aleluya" debería cantarse los domingos y mejor omitirse los dias feriales.

Domingos

Los domingos del Tiempo de Adviento se celebran con las misas y lecturas propias, y en ellos no es posible utilizar ningún otro formulario. Si hay una memoria o fiesta, se omite ese año. Si hay una solemnidad, se traslada al día siguiente.

Ferias (días entre semana)

Hasta el 16 de diciembre, la celebración la determina tanto la semana como el día en que se encuentre: por ejemplo, Martes de la II Semana del Tiempo de Adviento. Se pueden celebrar las memorias libres y obligatorias. El formulario de la Misa se toma del propio del santo, y el prefacio puede ser del santo o del propio del tiempo. También se pueden celebrar Misas rituales, por diversas necesidades por utilidad pastoral, Misas exequiales y en el primer aniversario de muerte.

A partir del día 17, las ferias ya no se determinan por su lugar en una semana sino por la fecha en el calendario; es decir, hay una celebración para el 17, otra para el 18, y así hasta el 24 de diciembre. A estas se les llama ferias mayores de adviento, y son la novena (nueve días) antes de la Navidad. Ya no pueden celebrarse las memorias o fiestas de los santos. Pero puede hacerse una conmemoración: para ello, se dice la colecta del santo, y todo lo demás se toma del formulario de la feria. En esos días solo pueden celebrarse misas rituales y exequiales. El prefacio siempre es el del tiempo de Adviento. 

La Corona de Adviento



La corona de adviento es un círculo de follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas.

El círculo nos recuerda que Dios no tiene ni principio ni fin, es eterno.

Las ramas verdes simbolizan que Dios no cambia.

Sobre las ramas se ponen cuatro velas, una por cada semana del Adviento. Significan la luz que disipan las tinieblas del pecado; la proxima venida de la Navidad. Recordamos la espera de la Humanidad que, cayendo en el pecado, vivió en la oscuridad. Tres son de color morado, que expresan el deseo de conversión y una rosa, que expresa la alegría de la comunidad con María por la inminente llegada de Jesús. La vela blanca (quinta vela) del centro es la luz de Jesús, que con su nacimiento, viene a iluminar la vida del hombre.


DOMINGO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO, Ciclo B

¡Velad!

Lecturas de la misa

Comentarios: 
Otros:

Sobre el Tiempo de Adviento

 


+ Sobre el Adviento

+ Calendario de Lecturas Eucarísticas

+ Liturgia y Oración


DOMINGO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO, Año B (Lecturas)

Isaías 63,16b-17.19b;64,2b-7
Salmo 79: Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve
1 Corintios 1,3-9
Marcos 13,33-37

Isaías 63,16b-17.19b;64,2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es "Nuestro redentor". Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros al arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.


Salmo 79: Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos.
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve


1 Corintios 1,3-9

Hermanos: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!


En aquel tiempo, dijo Jesús sus discípulos: "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!"

sábado, 25 de noviembre de 2023

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY, Año A (Lecturas)

Ezequiel 34:11-12,15-17
Salmo 22: El Señor es mi pastor, nada me falta.
1Corintios 15:20-26,28;
Mateo 25:31-46

Ezequiel 34,11-12.15-17

Así dice el Señor Dios: «Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro. Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear –oráculo del Señor Dios–. Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido. Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrio.»


Salmo 22,1-2a.2b-3.5.6:
El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta


1 Corintios 15,20-26.28

Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

domingo, 19 de noviembre de 2023

LUNES DE LA 33 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año I (Lecturas)

I Macabeos 1,10-15.41-43.54-57.62-64
Salmo 118: Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos
Lucas 18,35-43

I Macabeos 1,10-15.41-43.54-57.62-64

En aquellos días, brotó un vástago perverso: Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén, y subió al trono el año ciento treinta y siete de laera seléucida. Por entonces hubo unos israelitas apóstatas que convencieron a muchos: "¡Vamos a hacer un pacto con las naciones vecinas, pues, desde que nos hemos aislado, nos han venido muchas desgracias!" Gustó la propuesta, y algunos del pueblo se decidieron a ir al rey. El rey los autorizó a adoptar las costumbres paganas, y entonces, acomodándose a los usos paganos, construyeron un gimnasio en Jerusalén; disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, emparentaron con los paganos y se vendieron para hacer el mal. El rey Antíoco decretó la unidad nacional para todos sus súbditos de su imperio, obligando a cada uno a abandonar su legislación particular. Todas las naciones acataron la orden del rey, e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. El día quince del mes de Casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey mandó poner sobre el altar un ara sacrílega, y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno: quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; los libros de la Ley que encontraban, los rasgaban y los echaban al fuego, al que le encontraban en casa un libro de la alianza y al que vivía de acuerdo con la Ley, lo ajusticiaban, según el decreto real. Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no comer alimentos impuros; prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos y profanar la alianza santa. Y murieron. Una cólera terrible se abatió sobre Israel.


Salmo 118: Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos

Sentí indignación ante los malvados,
que abandonan tu voluntad. 
R. Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos

Los lazos de los malvados me envuelven,
pero no olvido tu voluntad.
R. Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos

Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus decretos.
R. Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos

Ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
R. Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos

La justicia está lejos de los malvados,
que no buscan tus leyes.
R. Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos

Viendo a los renegados, sentía asco,
porque no guardan tus mandatos.
R. Dame vida, Señor, 
para que observe tus decretos



En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno." Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!" Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" Él dijo: "Señor, que vea otra vez." Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado." En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES



33 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, Año A (Lecturas)

Proverbios 31,10-13.19-20.30-31
Salmo 127,1-2.3.4-5:
Dichoso el que teme al Señor
1Tesalonicenses 5,1-6
Mateo 25,14-30

Proverbios 31,10-13.19-20.30-31

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Salmo 127,1-2.3.4-5: 
Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
R. Dichoso el que teme al Señor

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
R. Dichoso el que teme al Señor

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
R. Dichoso el que teme al Señor

1 Tesalonicenses 5,1-6

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes."»

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viernes, 17 de noviembre de 2023

18 de noviembre: Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo

El 18 de noviembre la Iglesia celebra la dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, templos en Roma que contienen los restos de estos dos grandes apóstoles del cristianismo, símbolos de la fraternidad y de la unidad de la Iglesia.




Según la tradición, el martirio de san Pedro tuvo lugar en los jardines de Nerón en el Vaticano, donde se construyó el Circo de Calígula y se afirma que fue sepultado cerca de ahí. Algunos autores sostienen que en el 258 se trasladaron temporalmente las reliquias de San Pedro y San Pablo a una catacumba poco conocida llamada San Sebastián a fin de evitar una profanación, pero años después las reliquias fueron trasladadas al lugar en que se hallaban antes.

La Basílica de San Pedro en el Vaticano fue construida sobre la tumba del Apóstol. En el año 323 el emperador Constantino mandó a construir ahí la Basílica dedicada al que fue el primer Papa de la Iglesia.

En 1506, el papa Julio II inauguró la nueva basílica proyectada por Bramante. Rafael, Miguel Ángel y Bernini, famosos artistas de la época, trabajaron en ella plasmando lo mejor de su arte. La construcción duró 120 años. La actual Basílica de San Pedro se empezó con el papa Nicolás V en el 1454 y fue terminada por el papa Urbano VIII, quien la consagró un 18 de noviembre de 1626. Fecha que coincide con la consagración de la antigua Basílica. El altar mayor fue construido sobre el sepulcro de Pedro.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho y 133 metros de altura en su cúpula. No hay templo en el mundo que le iguale en extensión.



El martirio de san Pablo tuvo lugar a unos 11 kilómetros del de san Pedro, en Aquae Salviae (actualmente Tre Fontane), en la Vía Ostiense. El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina.

La gran Iglesia de San Pablo Extramuros fue construida principalmente por el emperador Teodosio I y el papa León Magno. En 1823 fue consumida por un incendio. Se reconstruyó, haciendo una imitación de la anterior y fue consagrada por el papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854.

La Basílica de San Pablo Extramuros es, después de San Pedro, el templo más grande de Roma. Bajo las ventanas de la nave central y en las naves laterales se encuentran los retratos en mosaico de todos los Papas desde San Pedro hasta el actual, el Papa Francisco.

domingo, 5 de noviembre de 2023

6 de noviembre: San Pedro Poveda e Inocencio de la Inmaculada y compañeros mártires

DOMINGO DE LA 31 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año A

Malaquías 1,14–2,2b.8-10
Salmo 130,1.2.3:
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor
1Tesalonicenses 29,7b-9.13
Mateo 23,1-12


Malaquías 1,14–2,2b.8-10

«Yo soy el Gran Rey, y mi nombre es respetado en las naciones –dice el Señor de los ejércitos–. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes. Si no obedecéis y no os proponéis dar gloria a mi nombre –dice el Señor de los ejércitos–, os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví –dice el Señor de los ejércitos–. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por no haber guardado mis caminos, y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?»


Salmo 130,1.2.3:
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad.
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor

Sino que acallo
y modero mis deseos,
como un niño
en brazos de su madre.
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor


1 Tesalonicenses 29,7b-9.13

Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Ésa es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.


En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»


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