Hoy celebramos a San Alberto el grande, que eso significa magno, es hijo y heredero del Conde de Bollstädt en Suavia. Estudia en Padua y se especializa en ciencias naturales, investigaciones de laboratorio y en la filosofía de Aristóteles que, dicho sea de paso, es un tostón.
Renuncia a su castillo y, por supuesto, al condado y se hace fraile dominico. Por su sabiduría será llamado “doctor universal” Entre sus alumnos se cuenta nada más y nada menos que Santo Tomás de Aquino, que será el maestro de maestros del cristianismo durante siglos.
Nombrado obispo de Ratisbona se dedicó ante todo a pacificar ciudades y naciones, a la caridad y a la plegaria.
Su nombre es de los que caen bien a padres, madres, abuelas, abuelos y hasta al repartidor del butano, por eso abundan tanto los Albertos. Felicidades a todos ellos.
San Agustín nos recuerda que tal día como hoy sufrieron el martirio en Hipona los santos Fidenciano, Valeriana y Victoria. Si queréis un nombre raro, que suena a servicio militar, también es San Macuto, obispo de Alet.
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