Para ser santo no se necesita mucho. Basta con un corazón grande y una escoba. Y… saberlos utilizar.
San Martín de Porres, el santo de hoy, es peruano, hijo de un caballero español y de una humilde joven de color. Pero eso no importa demasiado, lo importante de verdad es que supo qué hacer con su escoba.
Se hizo fraile dominico y comenzó a barrer. Y barrió miserias, pobreza, enfermedades, hambres, injusticias… Y siempre en el nombre de Dios.
Todos le buscaban para que les barriera algo y él nunca se negó.
Al tiempo que barría iba sembrando amor, paz, justicia y libertad. Tenía para todos y nunca le faltó. ¡Hasta los animalitos pudieron beneficiarse del corazón grande de fray escoba!
Barriendo, barriendo llegó al Cielo. Allá nos espera. La escoba ocupa un espacio de honor en el museo celestial.
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