martes, 24 de noviembre de 2015

Lucas 21,5-19, por M. Dolors Gaja, MN

Lucas 21,5-19

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos.Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

Comentario de M. Dolors Gaja, MN

UNA MIRADA PROFUNDA

El Templo de Jerusalén era el orgullo de todo judío. Y una maravilla para todos. Pero frente a la majestuosidad, la imponente construcción y la gloria Jesús va más allá. Nada humano, ni el Templo con todo lo que significa, puede convertirse en referente total y absoluto de la persona. Porque Absoluto solo es Dios.

Hemos visto morir grandes civilizaciones, personas que eran el centro de un país, genios y artistas. Hace una generación todo el mundo conocía la sentencia: “sic transit gloria mundi” (así pasa la gloria del mundo). Pero resulta muy fácil encandilarse, buscar seguridades falsas (una persona, un movimiento religioso, un partido político…). El evangelio de hoy nos pide la libertad de tener como único referente en nuestra vida a Dios.

UN DISCERNIMIENTO

Oirás cantos de sirena. No los sigas. Seguir, sólo a Jesús. Para eso hay que tener un corazón atento y capacidad de discernimiento. Reflexionar y distinguir la verdad de la apariencia de verdad. “No os dejéis engañar”. Y ¿cómo distinguir?

La voz de Dios, dicen los santos, produce paz, alegría, sosiego. Aun cuando pueda ser muy exigente y hacer llorar el alma…queda un trasfondo de paz. Esa es la auténtica señal: el gozo. El resto son cantos de sirena.

DEL CAOS AL ORDEN

Confusión, guerra, terremotos, persecuciones…que el cristiano debe atravesar sin miedo, con la confianza puesta en Dios, abandonado a su amor. Porque ni un solo cabello nuestro perecerá…Dios es Dios de vida, todo lo que es muerte no viene de Él. Pongamos la mirada en Él.

LA PERSEVERANCIA SALVARÁ…EL ALMA.

Jesús vino a regalarnos la esperanza. Basta perseverar, ser constantes y tenaces. ¿En qué? Tan sólo en amar. Dios no quiere mis obras sino mi corazón.

Si lo pongo en sus manos…ya estoy salvado.  

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