Isaías 22,1-14:
Contra Jerusalén
1 Oráculo del Valle de la Visión: pero, ¿qué te pasa que te subes en masa a las azoteas?,
2 llena de ruido, ciudad estridente, ciudad divertida. Tus caídos no han caído a espada,
2 llena de ruido, ciudad estridente, ciudad divertida. Tus caídos no han caído a espada,
no han muerto en combate;
3 todos tus jefes desertaron en bloque, sin un disparo de arco cayeron prisioneros;
3 todos tus jefes desertaron en bloque, sin un disparo de arco cayeron prisioneros;
todas sus tropas fueron apresadas cuando se alejaban huyendo.
4 Por eso digo: Dejen de mirarme y lloraré amargamente,
4 Por eso digo: Dejen de mirarme y lloraré amargamente,
no insistan en consolarme de la derrota de mi pueblo.
5 Aquél era un día de pánico, de humillación y desconcierto que enviaba el Señor Todopoderoso.
5 Aquél era un día de pánico, de humillación y desconcierto que enviaba el Señor Todopoderoso.
En el Valle de la Visión socavaban los muros, y se oían gritos por los montes.
6 Elam se cargaba la aljaba, había jinetes y carros de Aram, Quir desnudaba el escudo.
7 Tus valles mejores se llenaban de carros, los jinetes cargaban contra la puerta,
8 dejando desguarnecido a Judá. Aquel día, inspeccionaban el arsenal en el palacio de columnas
6 Elam se cargaba la aljaba, había jinetes y carros de Aram, Quir desnudaba el escudo.
7 Tus valles mejores se llenaban de carros, los jinetes cargaban contra la puerta,
8 dejando desguarnecido a Judá. Aquel día, inspeccionaban el arsenal en el palacio de columnas
de madera
9 y miraban cuántas brechas tenía la ciudad de David; recogían el agua en la cisterna de abajo,
10 hacían recuento de la casas de Jerusalén, demolían casas para reforzar la muralla,
11 entre los dos muros hacían un depósito para el agua del pozo viejo.
9 y miraban cuántas brechas tenía la ciudad de David; recogían el agua en la cisterna de abajo,
10 hacían recuento de la casas de Jerusalén, demolían casas para reforzar la muralla,
11 entre los dos muros hacían un depósito para el agua del pozo viejo.
Pero no se fijaban en el que lo ejecutaba ni miraban al que lo dispuso hace tiempo.
12 El Señor Todopoderoso los invitaba aquel día a llanto y a luto, a raparse la cabeza y a ceñir sayal;
13 pero ustedes, fiesta y alegría, a matar vacas, a degollar corderos, a comer carne, a beber vino,
12 El Señor Todopoderoso los invitaba aquel día a llanto y a luto, a raparse la cabeza y a ceñir sayal;
13 pero ustedes, fiesta y alegría, a matar vacas, a degollar corderos, a comer carne, a beber vino,
a comer y a beber, que mañana moriremos.
14 Me ha comunicado su decisión el Señor Todopoderoso: Juro que no se expiará ese pecado
de ustedes hasta que mueran –lo ha dicho el Señor Todopoderoso–.
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