La palabra “sola" es del latín “únicamente”, “principio”, “base”, y la palabra “scriptura” es del latín “escritos”, refiriéndose a las Escrituras. “Sola scriptura” significa que solamente la Escritura tiene autoridad para la fe y la práctica del cristiano. La Biblia, según los defensores de esta doctrina, es completa, autoritativa y verdadera. “Toda la Escritura es ‘inspirada por Dios’ y útil para enseñar, corregir, instruir en justicia” (2 Timoteo 3,16).
Sola scriptura fue el “grito de guerra” de la Reforma Protestante mientras que la Iglesia Católica Romana ha considerado sus tradiciones y la Biblia como los dos pilares sobre los que se apoya la fe y la práctica cristianas.
El primer argumento católico en contra de la sola scriptura es que “la Biblia, en ningún lugar establece que sea la única guía autorizada para la fe y la práctica.” El Nuevo Testamento dice: “Hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían” (Juan 21,25).
A los cual, los protestantes responden: “Mientras que esto es cierto – los católicos se equivocan en reconocer un punto crucial. La Biblia se declara a sí misma ser inspirada por Dios, inerrante y autoritativa. También sabemos que Dios no cambia su parecer o se contradice a Sí mismo. Así que, mientras la Biblia misma no pueda argüir explícitamente sobre la sola scriptura, definitivamente no debe permitirse que las tradiciones contradigan su mensaje. La sola scriptura no es tanto un argumento contra la tradición como lo es contra las doctrinas no bíblicas o anti-bíblicas. La única manera de saber con seguridad lo que Dios espera de nosotros es permaneciendo fieles a lo que sabemos que Él nos ha revelado – la Biblia”.
La doctrina de la sola escritura enseña que la Palabra de Dios es la única autoridad para la fe cristiana. Las tradiciones solo son válidas cuando están basadas en la Escritura y están en completo acuerdo con la Escritura. Las tradiciones que están en contradicción con la Biblia no son de Dios y no son un aspecto válido de la fe cristiana. La sola scriptura, por tanto —afirman los protestantes—, es la única manera de evitar que la opinión personal y subjetiva tenga prioridad sobre las enseñanzas de la Biblia.
Sola scriptura no prohíbe las tradiciones eclesiásticas
La sola scriptura —según los luteranos y reformados— no nulifica el concepto de las tradiciones eclesiásticas, más bien da una base sólida en la cual basar las tradiciones de la iglesia. Hay muchas prácticas, en ambas iglesias Católica y Protestante, que son el resultado de tradiciones, y no de las explícitas enseñanzas de la Escritura.
Las tradiciones juegan un papel importante en la clarificación de la doctrina cristiana, y la organización de las prácticas cristianas. Al mismo tiempo, para que estas tradiciones sean válidas, no deben estar en desacuerdo con la Palabra de Dios. Deben estar basadas en el sólido fundamento de la enseñanza en la Escritura.
Sin embargo, las iglesias y asociaciones que provocaron más divisiones en las iglesias protestantes rechazan toda tradición, palabra o doctrina, que no estén contenidas en las Escrituras.
Sola scriptura y disponibilidad de los textos
En el sentido práctico, una objeción a la sola scriptura es el hecho de que el canon de la Biblia no fue acordado oficialmente por al menos 250 años después de la fundación de la iglesia. ¿Cómo entonces, utilizarían los primeros cristianos la sola scriptura, cuando ellos no tenían el total de las Escrituras? ¿Cómo podrían los cristianos que vivieron antes de la invención de la imprenta, basar su fe y práctica en la Escritura solamente, si no había manera de que tuvieran una copia completa de las Escrituras? Este desacuerdo es reforzado por los más altos índices de analfabetismo a través de la historia.
El problema con este argumento —afirman quienes defienden la sola escriptura— es que esencialmente está diciendo que la autoridad de las Escrituras está basada en su disponibilidad. Pero el hecho de que la Escritura no estuviera disponible, o aún el hecho de que la gente no pudiera leer, no cambia el hecho de que la Escritura es la Palabra de Dios. Más aún —dicen sus defensores—, este argumento en contra de la sola scriptura, es en realidad un argumento para que la iglesia hubiera hecho lo que tenía que hacer, en lugar de lo que hizo. La prioridad de la iglesia primitiva debía haber sido copiar la Escritura. Mientras que era irreal que cada cristiano tuviera una copia de la Biblia, si era posible que cada iglesia tuviera algo, o la mayor parte, de las Escrituras disponibles. Cada líder de la iglesia debía haber estudiado las Escrituras para poderla enseñar correctamente, en lugar de construir tradiciones sobre tradiciones, y pasarlas de generación en generación.
La disponibilidad de las Escrituras a través de los siglos no es un factor determinante. Las Escrituras mismas son el factor determinante. Ahora tenemos las Escrituras disponibles y accesibles para todos. A través del estudio de la Palabra de Dios descubrimos que muchas tradiciones eclesiásticas desarrolladas a través de los siglos están en contradicción con la Palabra de Dios. Es aquí donde se aplica la sola scriptura. Las tradiciones que están basadas en, y están de acuerdo con la Palabra de Dios, pueden ser mantenidas. Pero aquéllas que no están basadas o están en desacuerdo con la Palabra de Dios, deben ser rechazadas. La doctrina de la sola scriptura nos lleva de regreso a lo que Dios nos ha revelado en Su Palabra, afirman sus defensores.
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