jueves, 20 de octubre de 2022

San Pedro de Alcántara (1499-1562)


Pedro Alcántara vive en una España que vibra por la fuerza del movimiento contrarreformista. Es el tiempo de los grandes reyes, teólogos, y santos: Ignacio, Teresa, Francisco de Borja, Juan de la Cruz, Francisco Solano, Javier.

Primeros años

Nació en Alcántara, Extremadura (España), en 1499 y murió el 18 de octubre de 1562. Su padre, Pedro Garabito, fue el gobernador del lugar, y su madre era de la familia noble de Sanabria. 

Tras un curso de gramática y filosofía en su pueblo nativo, fue enviado a la Universidad de Salamanca con catorce años. Allí cursó la filosofía y comenzó el derecho. A los quince años había ya hecho el primero de leyes. 

Tornó a su villa natal en vacaciones, y entonces coincidieron las dudas sobre la elección de estado con un periodo de tentaciones intensas. Un día el joven vio pasar ante su puerta unos franciscanos descalzos y marchó tras ellos, escapándose de casa apenas cumplidos los dieciséis años y tomando el hábito en el convento de los Majarretes, junto a Valencia de Alcántara, en la raya portuguesa, año de 1515.

Fray Juan de Guadalupe había fundado en 1494 una reforma de la Orden conocida comúnmente con el nombre de la de los descalzos. Esta reforma pasó tiempos angustiosos, combatida por todas partes, autorizada y suprimida varias veces por los Papas, hasta que logró estabilizarse en 1515 con el nombre de Custodia de Extremadura y más tarde provincia descalza de San Gabriel en el año en que Pedro tomó el santo hábito.

Cuando Pedro entró en la orden, la reforma de los «frailes descalzos» tenía, además de los conventos en España, la custodia de Santa María Pietatis en Portugal, sujeta al General de los observantes.

Su memoria fue extraordinaria, llegando a dominar toda la Biblia; ingenio agudo, inteligencia despejada y una voluntad férrea ante la cual no existían los imposibles y que hermanaba con una sensibilidad y ternura hacia los dolores del prójimo.

Sacerdote franciscano de la Estricta Observancia

A la edad de veintidós fue enviado a fundar una nueva comunidad de la Estricta Observancia en Badajoz. Fue ordenado sacerdote en 1524, y el año siguiente fue hecho guardián del convento de Santa María de los Ángeles en Robredillo. 

Poco después, comenzó a predicar con gran éxito. Prefirió predicar a los pobres; y sus sermones, en gran parte sacados de los profetas y los libros sapienciales, manifiestan la más tierna simpatía humana. 

Ermitaño en Portugal y maestro de novicios

Habiendo sido elegido pastor de la provincia de San Gabriel en 1538, Pedro se puso a trabajar inmediatamente. En el Capítulo de Plasencia en 1540, redactó las constituciones de los Observantes Estrictos, pero sus ideas encontraron tanta oposición debido a su radicalidad evangélica que renunció al cargo de provincial y se retiró con Juan de Ávila a las montañas de Arrábida (Portugal), donde se unió con el padre Martín de Santa María en su solitaria vida de ermitaño. Pronto se le unieron otros frailes, y establecieron varias comunidades pequeñas. Se escogió a Pedro como maestro de novicios en el convento de Palhâes. En 1560, estas comunidades se convirtieron en la provincia de Arrábida. 

Permiso del Papa para fundar conventos pobres 
bajo la dirección de los franciscanos conventuales

Al regresar a España en 1553, pasó dos años más en soledad, y luego viajó descalzo a Roma, y obtuvo el permiso de Julio III para fundar algunos conventos pobres en España bajo la jurisdicción del General de los Conventuales. Los conventos se establecieron en Pedrosa (donde Pedro inició imparable su reforma), Plasencia y otras partes; en 1556 se convirtieron en intendencia, con Pedro como superior; y en 1561, en una provincia con el título de San José. 

Sin desanimarse por la oposición y los malos resultados con que se encontró en la provincia de San Gabriel, Pedro redactó las constituciones de la nueva provincia con mayor severidad. La reforma se difundió rápidamente hacia otras provincias de España y Portugal.

En 1562, la provincia de San José fue puesta bajo la jurisdicción del General de los observantes, y se formaron dos nuevas custodias: la de Juan Bautista en Valencia, y la de San Simón en Galicia. 

Amigo y consejero de santos: santa Teresa de Ávila

Pedro Alcántara lleva una labor intensa como reformador y su nombre de asocia a san Francisco de Borja, quien llamaba “su paraíso” al convento de El Pedroso donde Pedro comenzó su reforma; san Juan de Ávila, y el Venerable Luis de Granada



San Pedro Alcántara confesando a santa Teresa de Jesús
de José García Hidalgo
Museo del Prado, Madrid.


En santa Teresa, Pedro percibió un alma escogida por Dios para realizar una gran empresa, y su éxito en la reforma del Carmelo fue en gran medida debido al consejo, el ánimo y la defensa de éste. Fue una carta de san Pedro (14 de abril de 1562) la que la animó a fundar su primer monasterio en Ávila el 24 de agosto de aquel año. La biografía de santa Teresa es la fuente de mucha de nuestra información por lo que se refiere a la vida, las obras y el don de milagros y de profecías de Pedro.

Acudieron a él reyes, obispos y grandes. Carlos V y su hija Juana le solicitaron como confesor. Los reyes de Portugal fueron muy devotos suyos y le ayudaron muchas veces en sus trabajos.

Radicalidad evangélica

Es de considerar cómo con su testimonio de radicalidad evangélica atraía de manera irresistible a todo tipo de personas y clase social. Cuando la penitencia le hubo consumido hasta secarle las carnes y la humildad le impedía mirar a nadie cara a cara, emanaba de él una dulzura, una fuerza interior, que se imponía a quien le trataba.

Quizá lo más sorprendente de las virtudes de Pedro fue su don de contemplación y la virtud de penitencia. Y no menos extraordinario fue su experiencia de Dios, en ocasiones tan intensa que, al igual que a san Felipe Neri, le causaba dolor sensible, siendo raptado por el éxtasis. La pobreza que practicó e impuso fue tan alegre como real. 

En confirmación de sus virtudes y misión de reforma, Dios obró numerosos milagros a través de su intercesión y por su presencia misma.

Fue beatificado por Gregorio XV en 1622, y canonizado por Clemente IX en 1669. 


Escritos de san Pedro Alcántara

Además de las Constituciones de la Observancia Estricta, y muchas cartas sobre temas espirituales, especialmente dirigidas a santa Teresa, compuso un pequeño tratado sobre la oración, el cual ha sido traducido a todas las lenguas de Europa.

En 1826, san Pedro de Alcántara fue nombrado patrono de Brasil, y en 1962 —cuarto centenario de su muerte—, de Extremadura. 

A causa de la reforma del calendario romano en 1969, su fiesta del 19 de octubre se observa solo en calendarios locales y particulares


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