lunes, 4 de julio de 2022

Isaías 64,1-11: El pueblo pide una teofanía. Confesión de pecado y súplica

 El pueblo pide una teofanía

¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes

Capítulo 64,1-11

1 con tu presencia, como fuego que prende en los sarmientos o hace hervir el agua! 
   Para mostrar a tus enemigos quién eres, para que tiemblen ante ti las naciones, 
2 cuando hagas maravillas que no esperábamos. 
3 Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios fuera de ti que hiciera tanto por el que espera en él.
4 Sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y tiene presentes tus caminos.

Confesión del pecado y súplica

   Estabas enojado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. 
5 Todos estábamos contaminados, nuestra justicia era un trapo sucio; 
   todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.
6 Nadie invocaba tu Nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; 
   porque nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. 
7 Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre,
   nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.
8 No te irrites tanto, Señor, no recuerdes siempre nuestra culpa: mira que somos tu pueblo. 
9 Tus santas ciudades son un desierto, Sión se ha vuelto un desierto, Jerusalén una desolación. 
10 Nuestro templo, nuestro orgullo, donde te alabaron nuestros padres, ha sido incendiado, 
     y lo que más queríamos está reducido a escombros.
11¿Te quedas insensible a todo esto, Señor, te callas y nos afliges sin medida?

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