Levítico 22,17-30:
Los animales para los sacrificios
Los animales para los sacrificios
17 El Señor habló a Moisés:
18 «Di a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel: “Si un hombre de la casa de Israel, o de los emigrantes residentes en Israel, presenta una ofrenda de lo que se ofrece al Señor como holocausto, cumpliendo un voto o voluntariamente,
19 para que la víctima sea aceptada favorablemente, habrá de ser macho, sin defecto, vacuno, ovino o cabrío.
20 No ofrezcáis nada defectuoso, pues no os sería bien aceptado.
21 Si uno ofrece al Señor ganado mayor o menor como sacrificio de comunión, cumpliendo un voto o voluntariamente, para que sea aceptado favorablemente habrá de ser una res sin defecto; no debe tener defecto alguno.
22 No presentaréis ante el Señor animal ciego, cojo, mutilado, ulcerado, sarnoso o ruin; nada de eso pondréis sobre el altar como alimento que se quema para el Señor.
23 Si el vacuno u ovino es desproporcionado o enano, lo podréis presentar como ofrenda voluntaria, pero no os sería aceptado cumpliendo voto.
24 No ofreceréis al Señor animal que tenga los testículos aplastados, machacados, arrancados o cortados. No hagáis tales cosas en vuestra tierra.
25 Tampoco recibiréis de la mano del extranjero nada de eso como alimento de vuestro Dios: tienen el defecto de la mutilación; no serían bien aceptados”».
26 El Señor dijo a Moisés:
27 «Cuando nazca un ternero, un cordero, o un cabrito, quedarán siete días con la madre. A partir del día octavo serán gratos como ofrenda de oblación para el Señor.
28 No inmoléis en el mismo día vaca u oveja juntamente con su cría.
29 Cuando ofrezcáis al Señor un sacrificio de acción de gracias, hacedlo de tal modo que os sea favorablemente aceptado:
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