Levítico 22,10-16:
Los excluidos de las comidas sagradas
10 Ningún extraño comerá de las cosas santas; ni el huésped del sacerdote ni su jornalero comerán de las cosas santas.
11 Pero si un sacerdote compra con su dinero una persona, esta podrá comer de las cosas santas; y también el siervo nacido en la casa: ambos pueden comer del alimento del sacerdote.
12 La hija de un sacerdote, casada con un extraño, no podrá comer del tributo reservado de las cosas santas.
13 Pero si la hija de un sacerdote queda viuda o es repudiada, y sin tener prole vuelve a la casa de su padre, podrá comer del alimento de su padre, como en su juventud. Pero ningún extraño podrá comerlo.
14 Quien, por ignorancia, coma cosa santa, la restituirá al sacerdote, añadiendo un quinto.
15 Los sacerdotes no profanarán las cosas santas traídas por los hijos de Israel, reservadas para el Señor,
16 porque al comerlas incurrirían en una falta que exigiría reparación. Porque yo soy el Señor, el que los santifico”».
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