El pueblo, testigo de Dios
8 Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos; a los sordos, aunque tienen oídos;
9 que se reúnan las naciones y se junten los pueblos:
9 que se reúnan las naciones y se junten los pueblos:
¿quién de ellos puede contárnoslo o informarnos de predicciones pasadas?
Que presenten testigos para ganar su causa, que lo oigamos, y diremos: Es verdad.
10 Ustedes son mis testigos –oráculo del Señor– y mis siervos, a quienes escogí,
10 Ustedes son mis testigos –oráculo del Señor– y mis siervos, a quienes escogí,
para que conocieran y me creyeran, para que comprendieran quién soy yo.
Antes de mí no habían fabricado ningún dios y después de mí ninguno habrá:
11Yo soy el Señor; fuera de mí no hay salvador.
12 Yo predije, y salvé; yo anuncié, y no tenían dios extranjero.
11Yo soy el Señor; fuera de mí no hay salvador.
12 Yo predije, y salvé; yo anuncié, y no tenían dios extranjero.
Ustedes son mis testigos –oráculo del Señor–;
13 yo soy Dios, desde siempre lo soy. No hay quien libre de mi mano; lo que yo hago,
13 yo soy Dios, desde siempre lo soy. No hay quien libre de mi mano; lo que yo hago,
¿quién lo deshará?
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