martes, 6 de septiembre de 2016

1 Corintios 15,35-49: La condición de los cuerpos resucitados

La condición de los cuerpos resucitados
15:35 Alguien preguntará: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo?
15:36 Tu pregunta no tiene sentido. Lo que siembras no llega a tener vida, si antes no muere.
15:37 Y lo que siembras, no es la planta tal como va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo, o de cualquier otra planta.
15:38 Y Dios da a cada semilla la forma que él quiere, a cada clase de semilla, el cuerpo que le corresponde.
15:39 No todos los cuerpos son idénticos: una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces.
15:40 Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, y cada uno tiene su propio resplandor:
15:41 uno es el resplandor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas, y aun las estrellas difieren unas de otras por su resplandor.
15:42 Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos: se siembran cuerpos corruptibles y resucitarán incorruptibles;
15:43 se siembran cuerpos humillados y resucitarán gloriosos; se siembran cuerpos débiles y resucitarán llenos de fuerza;
15:44 se siembran cuerpos puramente naturales y resucitarán cuerpos espirituales.
Porque hay un cuerpo puramente natural y hay también un cuerpo espiritual.
15:45 Esto es lo que dice la Escritura: El primer hombre, Adán, fue creado como un ser viviente; el último Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida.
15:46 Pero no existió primero lo espiritual sino lo puramente natural; lo espiritual viene después.
15:47 El primer hombre procede de la tierra y es terrenal; pero el segundo hombre procede del cielo.
15:48 Los hombres terrenales serán como el hombre terrenal, y los celestiales como el celestial.
15:49 De la misma manera que hemos sido revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen del hombre celestial.

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