domingo, 17 de marzo de 2024

Hebreos 5,1-10: Jesús, Sumo Sacerdote

1 Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres 
   y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios 
   para ofrecer dones y sacrificios por los pecados;
2 y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, 
   por estar también él envuelto en flaqueza.
3 Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo.
4 Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón.
5 De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, 
   sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy.
6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec.
7 El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas 
   con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, 
   fue escuchado por su actitud reverente,
8 y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia;
9 y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,
10 proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec.

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