viernes, 2 de julio de 2010

Evangelio segun san Mateo: "La levadura fermenta a la masa cuando esta en la masa"

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos.
— Sígueme—, le dijo. Mateo se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos:
¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores?
Al oír esto, Jesús les contestó:
—No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Pero vayan y aprendan lo que significa: "Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios." Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.
(Mateo 9:9-13)
 
Una de las cosas que hace a la jerarquia de la Iglesia (obispos, sacerdotes, diaconos) tan antipática a la cultura de hoy es que muchos viven como si fueran "de otro tiempo, de otro siglo, de otro mundo..." La levadura solo puede fermentar la masa cuando esta en la masa. Jesus no escogio a los "justos" de su tiempo para fundar la Iglesia sino gente de la masa. Algunos hubieran deseado que no fueran tan "de la masa" puesto que entre ellos habia pecadores reconocidos por la multitud.
 
Estoy convencido de que discipulos como Mateo no se fijaban en la paja del ojo ajeno puesto que sentian el peso de la viga en el suyo propio. Esta es una caracteristica de la llamada de Jesús: que llama también a personas que nadie hubiera considerado dignas de seguirle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me voy dando cuenta que nos fijamos más en la paja del ojo ajeno,olvidando fácilmente las nuestras propias.Pero lo que más estoy viendo, es que olvidamos que para Jesús lo más importante eran las personas, se convirtió para ellas en FUENTE DE VIDA Y DE ESPERANZA.Y sobre todo con el paso del tiempo nos hemos convertido en jueces que condenan implacablemente dejando a un lado el corazón. Que Dios nos ayude a tener presente que estamos llamados " amar a nuestros/as hermanos/as de fe" y no todo lo contrario.