miércoles, 20 de octubre de 2010

Evangelio segun san Lucas (12,49-53): "He venido a traer fuego a la tierra"



Lucas 12:49-53
Jueves de la semana 29 del Tiempo Ordinario

"He venido a traer fuego a la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! Pero tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y ¡cuánta angustia siento hasta que se cumpla! ¿Creen ustedes que vine a traer paz a la tierra? ¡Les digo que no, sino división! De ahora en adelante estarán divididos cinco en una familia, tres contra dos, y dos contra tres. Se enfrentarán el padre contra su hijo y el hijo contra su padre, la madre contra su hija y la hija contra su madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra".

Comentario:

El fuego como simbolo es muy utilizado en todas las culturas y religiones. En la Biblia, el significado del fuego es polisémico, es decir, tiene más de un significado y más de una manera de interpretarse. Por ejemplo, puede representar el castigo que nos merecemos, pero también representa a Dios en la zarza ardiente. El fuego puede representar el poder a través de la destrucción y el aniquilamiento, o a través de la purificación y el renacimiento.

Jesús utiliza hoy la imagen del fuego para recordarnos sus enseñanzas de ayer: "Estén preparados, despiertos y alerta".

El fuego es la imagen opuesta a la apatía, lo ordinario, la prudencia, la seguridad, el más de lo mismo... Hay que tener fe para acercarse al fuego y para dejar que el fuego se te acerque. Hay que tener esperanza para no perder la fe cuando el fuego nos consume por dentro. Hay que tener mucho amor para que el fuego no seque el corazón...

No, Jesús hoy no es prudente. Sus palabras sobre la familia están muy lejos de la prudencia. Para algunos esas palabras pueden ser entendidas como una maldición, pero Jesús no maldice a la familia, ni la juzga, ni la condena. Sus palabras son buena noticia: el fuego que Jesús viene a traer sobre la familia debe ser entendido como purificación y renacer. Esas divisiones que Jesús menciona se producen en nuestro corazón, en nuestro orgullo, en nuestras expectativas. Las divisiones de la familia son las divisiones de nuestro corazón.

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