viernes, 13 de abril de 2012

El sueño de San José, de Georges de la Tour, por Luis Manuel Ruiz
























Georges de La Tour fue un maestro barroco francés que vivió entre 1593-1652 y desarrolló casi toda su carrera en Lorena (Francia). Sus cuadros reproducen una novedosa combinación de luces y sombras. Las escenas que pinta suelen consistir en interiores cuyas profundidades quedan sumidas en una indistinta tonalidad negra invadida por un resplandor de misteriosa claridad sobrenatural procedente de un rincón, de lo alto de una mesilla o la llama de una palmatoria.

El sueño de San José no es una excepción. Debemos suponer que el suceso tiene lugar en una habitación, tal vez en la cocina o la salita de la casa de adobe que el anciano debe de compartir con María, pero el fondo es tan abstracto que se presta a cualquier conjetura.

La lengua de fuego (lumbre de la lámpara) está ahí, dando solidez a los personajes, dotando de relieve a las arrugas de José y subrayando las líneas del volumen que sostiene; pero de ella sólo percibimos el testimonio indirecto de un penacho sobre el brazo del joven, y el nimbo que irradia el centro del cuadro y que permanece en tinieblas.

La lección de La Tour puede ser: aquello que vivifica, que presta sentido, que nos permite reconocer nuestro entorno, puede permanecer oculto; sin embargo, no por ello deja de prestarnos su luz.

El joven, naturalmente, es un ángel. Bastante modesto, doméstico y de andar por casa, si lo comparamos con los ampulosos hermafroditas que pueblan los escenarios de Murillo, Zurbarán y otros artistas.

Algo que me maravilla e inquieta en el cuadro es el ojo del ángel. Miradlo bien, ampliad la imagen si es necesario. Os daréis cuenta de su completa negrura. Supongo que el pintor quiso declarar con ese detalle, con la ausencia de esclerótica y una pupila rotunda como una acusación, que el joven procedía de otro mundo y que las cosas que se ven en ese más allá se parecen sólo de lejos a las que podemos presenciar en este suelo nuestro.

Por otra parte, no sabemos a ciencia cierta qué mundo exacto es el que retrata la escena. Es decir, no sabemos si José duerme y es visitado por el ángel sin advertirlo o el ángel se le aparece dentro del sueño. ¿La imagen del cuadro es un sueño de José o lo que contemplaría un espectador desde fuera de la habitación? ¿Es sólo posible ver a los ángeles en sueños?

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