jueves, 23 de febrero de 2017

Marcos 9,41-50: ¿Qué es el escándalo?, por el papa Francisco

Marcos 9,41-50  

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manosa la ugehennan al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”. Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».

— Comentario por el papa Francisco
"¿Qué es el escándalo?"

¿Qué es el escándalo? Es la doble vida, proponer una cosa y hacer la contraria, explica el Papa
Francisco.

El Evangelio de hoy usa expresiones muy fuertes de Jesús contra el "escándalo". "Si tu mano te hace pecar, córtatela". "Si tu ojo te hace pecar, arráncatelo". Ahí el Evangelio condena con fuerza también el "escándalo a los pequeños".

El papa Francisco ha explicado que "los pequeños" son aquí los justos, “aquellos que confían en el Señor, o que sencillamente creen en el Señor”.

“¿Qué cosa es el escándalo? El escándalo es decir una cosa y hacer otra; es la doble vida. Yo soy muy católico, yo voy siempre a Misa, pertenezco a esta asociación y a esta otra; pero mi vida no es cristiana, no pago lo justo a mis empleados, exploto a la gente, soy sucio en los negocios, hago blanqueo de dinero… doble vida. Y tantos católicos son así. Y escandalizan. Cuántas veces hemos oído  – todos nosotros, en el barrio y en otras partes  – ‘pero, para ser católico como aquel, es mejor ser ateo’. Ese es el escándalo. Te destruye. Te derriba".

"Y esto sucede todos los días. Basta ver el telediario o leer los periódicos. En los periódicos hay tantos escándalos, y también está la gran publicidad de los escándalos. Y con los escándalos se destruye”.

Francisco ofreció el ejemplo de una empresa importante que estaba a punto de la quiebra. Las autoridades querían evitar una huelga justa, que no habría hecho bien, y querían hablar con las autoridades de la compañía. Los trabajadores, además, no tenían dinero para sus necesidades básicas porque no recibían el sueldo. Y el responsable, un católico, estaba de vacaciones de invierno en una playa de Oriente Medio, y la gente se enteró aunque la noticia no salió en los periódicos. “Estos son los escándalos”, dijo Francisco.

“Jesús dice sobre los que escandalizan, sin decir la palabra escándalo, pero se entiende: ‘Tú llegarás al Cielo y llamarás a la puerta y: ‘¡Soy yo, Señor!’ – ‘Sí, ¿no te acuerdas? Yo iba a la iglesia, estaba cerca de ti, pertenecía a tal asociación, hago esto… ¿no te acuerdas de todas las ofrendas que hice?’ – ‘Sí, recuerdo. Las ofrendas, aquellas las recuerdo: todas sucias. Todas robadas a los pobres. No te conozco’. Aquella será la respuesta de Jesús a estos escandalosos que tienen doble vida”.

La doble vida se produce por seguir las pasiones del corazón, los pecados capitales que son las heridas del pecado original, señaló. "Esconder las pasiones, pero seguirlas, denunció el Papa. Y precisamente la primera Lectura exhorta a no secundarlas y a no confiar en las riquezas, no decir: “Me basto a mí mismo”.

Francisco invitó a no retardar la conversión: "A todos nosotros, a cada uno de nosotros, nos hará bien pensar si hay algo de doble vida en nosotros, aparecer justos, parecer buenos creyentes, buenos católicos, pero por debajo hacer otra cosa; si hay algo de doble vida, si hay una confianza excesiva: ‘Pero, sí, el Señor después me perdonará todo, y yo sigo…’. Si hay algo que decir: ‘Sí, esto no va bien, me convertiré, pero hoy no: mañana’. Pensemos en esto. Y aprovechemos la Palabra del Señor y pensemos que el Señor en esto es muy duro. El escándalo destruye”.

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