Miércoles de la 5 Semana del Tiempo Ordinario, Año I
Salmo 103,1-2a.27-28.29be-30:
R. Bendice, alma mía, al Señor
Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
R. Bendice, alma mía, al Señor
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo:
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes.
R. Bendice, alma mía, al Señor
Les retiras el aliento, y expiran,
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
R. Bendice, alma mía, al Señor
SOBRE EL SALMO 103
Salmo 103,1-2a.27-28.29be-30:
R. Bendice, alma mía, al Señor
Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
R. Bendice, alma mía, al Señor
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo:
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes.
R. Bendice, alma mía, al Señor
Les retiras el aliento, y expiran,
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
R. Bendice, alma mía, al Señor
SOBRE EL SALMO 103
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