martes, 7 de febrero de 2017

8 de febrero: Santa Josefina Bahkita (1869-1947)


— Primeros años

No se conocen datos exactos sobre su vida, se dice que podría ser del pueblo de Olgossa, en Darfur (Sudán), y que 1869 podría ser el año de su nacimiento. Creció junto con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

La captura de su hermana por unos negreros que llegaron a Olgossa, marcó su infancia. Más adelante escribiría en su autobiografía: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos".

— Raptada y vendida como esclava

En su autobiografía Bakhita cuenta su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos. "Cuando tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y aparecieron dos extranjeros. Uno le dijo a mi amiga: 'Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme fruta. Tú puedes continuar tu camino'. El objetivo era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma. Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: 'Si gritas, morirás! Síguenos!'".

Los secuestradores la llamaron “Bakhita”, que significa "afortunada". Por la fuerte impresión, nunca llegó a recordar su verdadero nombre. Josefina es el nombre que recibió en el bautismo.

Bakhita fue llevada a la ciudad de El Obeid, donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos.

Nunca consiguió escapar, a pesar de intentarlo varias veces. Con quien más sufrió humillaciones y torturas fue con su cuarto amo, cuando tenía más o menos 13 años. Fue tatuada y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. "Sentía que iba a morir, en especial cuando me colocaban la sal", cuenta en su biografía.

— Calixto Leganini y la familia Michieli

El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita por quinta vez en 1882, y por primera vez Bakhita fue tratada bien. "Esta vez fui afortunada –escribe Bakhita– porque el nuevo patrón era un hombre bueno. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía irreal".

En 1884 Leganini tuvo que dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita se negó a dejar a su amo y consiguió viajar con él y su amigo Augusto Michieli, a Italia. La esposa de Michieli los esperaba en Italia. Sabiendo que habían llegado varios esclavos, exigió uno. Con su nueva familia, Bakhita trabajó de niñera y se hizo amiga de Minnina, hija de los Michieli. En 1888, cuando la familia Michieli compró un hotel en Suakin (Sudán) y se trasladaron allí, Bakhita decidió quedarse en Italia con Minnina.

— Con las hermanas de Canossa

Bakhita y Minnina ingresaron en el noviciado de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación fue fundada en 1808 y son conocidas como Hermanas de Canossa.

Bakhita conoció al Dios de los cristianos y fue así como supo que "Dios había permanecido en su corazón" y le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quién era".

Recibió el bautismo, primera comunión y confirmación el 9 de enero de 1890, por el Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

"¡Aquí llego a convertirme en una de las hijas de Dios!", fue lo que manifestó en el momento de ser bautizada. Ella misma cuenta en su autobiografía que mientras estuvo en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".

La señora de Michieli volvió de Sudán para llevarse a Bakhita y a su hija, pero Bakhita se negó a marchar porque quería quedarse con las Hermanas de Canossa. La esclavitud era ilegal en Italia, por lo que la señora de Michieli no pudo forzar a Bakhita a volver a Sudán con ella. Permaneció en el Instituto y su vocación la llevó a ser una de las hermanas el 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad.

Fue trasladada a Venecia en 1902, para trabajar limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía reputación de ser santa.

— Escribe su biografía

Algo que le costó mucho trabajo fue escribir su autobiografía por mandato de sus hermanas. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Finalmente, sus memorias se publican en 1930 y Bakhita alcanza notoriedad. Viaja por Italia dando conferencias y recolectando dinero para la orden.

— Enfermedad y muerte

La salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y tuvo que utilizar una silla de ruedas, lo cual no le impidió seguir viajando, aunque todo ese tiempo sufrió dolor y enfermedad. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!"

Miles de personas fueron a darle el último adiós. Fue velada durante tres días, durante los cuales –cuenta la gente– sus articulaciones permanecíeron calientes. Las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. En Schio, Josefina es recordada como Nostra Madre Moretta.

— Beatificación y Canonización

El pueblo la tenía por una santa por lo que la diócesis local inició las investigaciones en 1959 y fue declarada venerable el 1 de diciembre de 1978. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II y se declaró su fiesta el 8 de febrero. En la ceremonia de beatificación, el Papa reconoció el testimonio de reconciliación y misericordia de Bakhita.

Bakhita misma había dicho alguna vez: "Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque si no hubiese sucedido esto ahora no sería cristiana y religiosa".

Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre del 2000. Bakhita es la santa africana y la historia de su vida es la historia de un continente, válida para los católicos, protestantes, musulmanes o seguidores de cualquier otro tipo de religión tradicional.

Su espiritualidad y fuerza la han convertido en Nuestra Hermana Universal, como la llamó el Papa Juan Pablo II.

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