1 Reyes 13,11-32
13:11 Había un viejo profeta que vivía en Betel. Sus hijos fueron a contarle todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel, y también le contaron a su padre las palabras que había dicho al rey.
13:12 Su padre les preguntó: "¿Por qué camino se fue?". Los hijos le indicaron el camino que había tomado el hombre de Dios venido de Judá,
13:13 y él les dijo: "Ensíllenme el asno". Le ensillaron el asno y él se montó.
13:14 Luego se fue detrás del hombre de Dios y lo encontró sentado bajo el terebinto. "¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?", le preguntó. "Así es", respondió él.
13:15 Entonces el profeta le dijo: "Ven conmigo a casa a comer algo".
13:16 Pero el otro replicó: "No puedo volver contigo ni acompañarte. No comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar,
13:17 porque esta es la orden que recibí del Señor: No comerás pan ni beberás agua cuando estés allí, ni regresarás por el camino que tomaste a la ida".
13:18 El otro le dijo: "Yo también soy profeta como tú, y un ángel me dijo, por orden del Señor: Tráelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua". Pero en realidad le estaba mintiendo.
13:19 Así el hombre de Dios regresó con él, y comió y bebió en su casa.
13:20 Mientras estaban sentados a la mesa, la palabra del Señor llegó al profeta que lo había hecho volver,
13:21 y este gritó al hombre de Dios venido de Judá: "Así habla el Señor: Porque has sido rebelde a la orden del Señor y no has observado el mandato que te dio el Señor, tu Dios;
13:22 porque has regresado y has comido pan y bebido agua en el lugar del que te había dicho: 'No comas pan ni bebas agua allí', por eso, tu cadáver no entrará en la tumba de tus padres".
13:23 Después que él comió y bebió, el profeta le ensilló el asno,
13:24 y el hombre de Dios emprendió el camino de regreso. Pero un león lo encontró en el camino y lo mató. Su cadáver quedó tendido en el camino, y el asno y el león permanecieron de pie al lado de él.
13:25 Unos hombres que pasaban por ahí vieron el cadáver tendido sobre el camino y al león parado junto a él, y fueron a dar la noticia a la ciudad donde vivía el viejo profeta.
13:26 Cuando se enteró el profeta que lo había hecho volver atrás, dijo: "¡Es el hombre de Dios que se rebeló contra la orden del Señor! El Señor lo entregó al león, que lo destrozó y lo mató, según la palabra que le había dicho el Señor".
13:27 Luego dijo a sus hijos: "Ensíllenme el asno". Cuando se lo ensillaron,
13:28 él partió y encontró el cadáver tendido sobre el camino, mientras que el asno y el león estaban de pie junto al cadáver; el león no había devorado el cadáver ni había despedazado al asno.
13:29 El viejo profeta recogió el cadáver del hombre de Dios, lo cargó sobre el asno y lo llevó a la ciudad para hacer duelo por él y enterrarlo.
13:30 Puso el cadáver en su propia tumba, y le entonaron la lamentación: "¡Ay, hermano mío!"
13:31 Después que lo enterraron, el profeta habló así a sus hijos: "Cuando yo muera, me enterrarán en la tumba donde ha sido sepultado el hombre de Dios; depositen mis huesos junto a los suyos,
13:32 porque ciertamente se cumplirá la palabra que él proclamó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que están en las ciudades de Samaría".
13:11 Había un viejo profeta que vivía en Betel. Sus hijos fueron a contarle todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel, y también le contaron a su padre las palabras que había dicho al rey.
13:12 Su padre les preguntó: "¿Por qué camino se fue?". Los hijos le indicaron el camino que había tomado el hombre de Dios venido de Judá,
13:13 y él les dijo: "Ensíllenme el asno". Le ensillaron el asno y él se montó.
13:14 Luego se fue detrás del hombre de Dios y lo encontró sentado bajo el terebinto. "¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?", le preguntó. "Así es", respondió él.
13:15 Entonces el profeta le dijo: "Ven conmigo a casa a comer algo".
13:16 Pero el otro replicó: "No puedo volver contigo ni acompañarte. No comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar,
13:17 porque esta es la orden que recibí del Señor: No comerás pan ni beberás agua cuando estés allí, ni regresarás por el camino que tomaste a la ida".
13:18 El otro le dijo: "Yo también soy profeta como tú, y un ángel me dijo, por orden del Señor: Tráelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua". Pero en realidad le estaba mintiendo.
13:19 Así el hombre de Dios regresó con él, y comió y bebió en su casa.
13:20 Mientras estaban sentados a la mesa, la palabra del Señor llegó al profeta que lo había hecho volver,
13:21 y este gritó al hombre de Dios venido de Judá: "Así habla el Señor: Porque has sido rebelde a la orden del Señor y no has observado el mandato que te dio el Señor, tu Dios;
13:22 porque has regresado y has comido pan y bebido agua en el lugar del que te había dicho: 'No comas pan ni bebas agua allí', por eso, tu cadáver no entrará en la tumba de tus padres".
13:23 Después que él comió y bebió, el profeta le ensilló el asno,
13:24 y el hombre de Dios emprendió el camino de regreso. Pero un león lo encontró en el camino y lo mató. Su cadáver quedó tendido en el camino, y el asno y el león permanecieron de pie al lado de él.
13:25 Unos hombres que pasaban por ahí vieron el cadáver tendido sobre el camino y al león parado junto a él, y fueron a dar la noticia a la ciudad donde vivía el viejo profeta.
13:26 Cuando se enteró el profeta que lo había hecho volver atrás, dijo: "¡Es el hombre de Dios que se rebeló contra la orden del Señor! El Señor lo entregó al león, que lo destrozó y lo mató, según la palabra que le había dicho el Señor".
13:27 Luego dijo a sus hijos: "Ensíllenme el asno". Cuando se lo ensillaron,
13:28 él partió y encontró el cadáver tendido sobre el camino, mientras que el asno y el león estaban de pie junto al cadáver; el león no había devorado el cadáver ni había despedazado al asno.
13:29 El viejo profeta recogió el cadáver del hombre de Dios, lo cargó sobre el asno y lo llevó a la ciudad para hacer duelo por él y enterrarlo.
13:30 Puso el cadáver en su propia tumba, y le entonaron la lamentación: "¡Ay, hermano mío!"
13:31 Después que lo enterraron, el profeta habló así a sus hijos: "Cuando yo muera, me enterrarán en la tumba donde ha sido sepultado el hombre de Dios; depositen mis huesos junto a los suyos,
13:32 porque ciertamente se cumplirá la palabra que él proclamó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que están en las ciudades de Samaría".
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