Juan 2,2-11
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga". Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde. "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
— Comentario por Sr. María Piedad Uchuari Garrochamba, O.P.
• Studium
El evangelista nos narra que tres días después del encuentro con Felipe y Natanaél se realiza una boda en Caná de Galilea a la que es invitado Jesus y sus primeros discípulos, este acontecimiento es totalmente distinto a los hechos que nos ha contando hasta ahora. La boda en el tiempo de Jesús era un acontecimiento muy importante: no podía faltar el banquete, la reunión familiar, y los amigos, duraba un tiempo prolongado y en ésta llegó a faltar el vino. Su madre acude a Jesús con su preocupación como cualquier judía y como muchas personas lo harían luego.
El joven Jesus responde a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo contigo? Todavía no llega mi hora”. Según algunos estudiosos del evangelio de Juan se encuentra concordancia y paralelismos entre el capítulo 2 y el capítulo 19. Veamos los elementos semejantes: la “hora”, el agua, y el modo en que Jesús se dirige a su madre llamándola “mujer”.
Destacamos el paralelismo entre (Jn 2,3 y Jn 19,26). El evangelista señala que Jesus comienza a hacer sus signos en el contexto de las bodas en Caná de Galilea, a pesar de no haber llegado su “hora”. En (Jn 19,27) leemos “mujer ahí tienes a tu hijo”…, justamente en el momento supremo de su “hora”, y desde aquella “hora” el discípulo la llevo a su casa.
Juan, al situar la escena de la boda en los comienzos de la vida pública enmarca todo su misterio en el ofrecimiento esponsal que se consuma en la entrega total y por amor de Jesucristo en la cruz. Esto significa que los desposorios de Dios con la humanidad, gracias a la encarnación del Verbo, nacido de mujer lo celebramos figuradamente en Cena y se consuma en el momento de la cruz, cuando de ofrece como oblación por la salvación de la humanidad.
• Meditatio
Los profetas narran en clave esponsal hasta qué extremo Dios ama a su pueblo. “Como se casa un joven con su amada se casará contigo tu hacedor y con gozo de esposo por su novia se gozará contigo tu Dios” (Is 62, 3-5).
María es el prototipo de la mujer esposa, la amada de Dios, es la mujer enamorada, la madre virgen, la consagrada de Dios. Para Jesús, es la mujer que escucha la Palabra y la cumple: al comenzar su misión la llama mujer y al final de su misión, en la última hora se dirige a su madre llamándola mujer.
Es muy significativo lo que dicen los evangelios sobre la relación de Jesus con la mujer. Nada más empezar sus signos en Caná se dirige a su madre con el término “mujer”. En el encuentro con la samaritana encontramos el término mujer cuatro veces, y fue a ella que le pide: mujer dame de beber. En el grupo de los seguían a Jesus había mujeres. Una mujer gritó “dicho el vientre que te llevó…", curó de su enfermedad a la sirofenicia, escucho las suplicas de la cananea, curó a la suegra de Pedro, resucitó a una niña, perdonó a la adultera…
Puso como ejemplo a una mujer que buscaba su moneda perdida, La alegría que tiene un mujer cuando da a luz, otra la mujer vence su miedo y entra en la casa de Simón, Jesús la pone como ejemplo de amor. Jesús defiende a la mujer en Betania, cena con Marta y María. Las mujeres le acompañaron y le sirvieron en su misión, recorrieron el camino del calvario cuando le iban a crucificar, permanecieron junto a la cruz y fueron las que primero anunciaron la resurrección.
• Contemplatio
En Caná de Galilea, María es la mujer que encarna al pueblo judío y pide una señal al joven Jesús, adelantando la “hora” de su manifestación. En la cruz, la madre Jesus es la mujer que por su fe se convierte en madre de la iglesia.
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga". Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde. "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
— Comentario por Sr. María Piedad Uchuari Garrochamba, O.P.
• Studium
El evangelista nos narra que tres días después del encuentro con Felipe y Natanaél se realiza una boda en Caná de Galilea a la que es invitado Jesus y sus primeros discípulos, este acontecimiento es totalmente distinto a los hechos que nos ha contando hasta ahora. La boda en el tiempo de Jesús era un acontecimiento muy importante: no podía faltar el banquete, la reunión familiar, y los amigos, duraba un tiempo prolongado y en ésta llegó a faltar el vino. Su madre acude a Jesús con su preocupación como cualquier judía y como muchas personas lo harían luego.
El joven Jesus responde a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo contigo? Todavía no llega mi hora”. Según algunos estudiosos del evangelio de Juan se encuentra concordancia y paralelismos entre el capítulo 2 y el capítulo 19. Veamos los elementos semejantes: la “hora”, el agua, y el modo en que Jesús se dirige a su madre llamándola “mujer”.
Destacamos el paralelismo entre (Jn 2,3 y Jn 19,26). El evangelista señala que Jesus comienza a hacer sus signos en el contexto de las bodas en Caná de Galilea, a pesar de no haber llegado su “hora”. En (Jn 19,27) leemos “mujer ahí tienes a tu hijo”…, justamente en el momento supremo de su “hora”, y desde aquella “hora” el discípulo la llevo a su casa.
Juan, al situar la escena de la boda en los comienzos de la vida pública enmarca todo su misterio en el ofrecimiento esponsal que se consuma en la entrega total y por amor de Jesucristo en la cruz. Esto significa que los desposorios de Dios con la humanidad, gracias a la encarnación del Verbo, nacido de mujer lo celebramos figuradamente en Cena y se consuma en el momento de la cruz, cuando de ofrece como oblación por la salvación de la humanidad.
• Meditatio
Los profetas narran en clave esponsal hasta qué extremo Dios ama a su pueblo. “Como se casa un joven con su amada se casará contigo tu hacedor y con gozo de esposo por su novia se gozará contigo tu Dios” (Is 62, 3-5).
María es el prototipo de la mujer esposa, la amada de Dios, es la mujer enamorada, la madre virgen, la consagrada de Dios. Para Jesús, es la mujer que escucha la Palabra y la cumple: al comenzar su misión la llama mujer y al final de su misión, en la última hora se dirige a su madre llamándola mujer.
Es muy significativo lo que dicen los evangelios sobre la relación de Jesus con la mujer. Nada más empezar sus signos en Caná se dirige a su madre con el término “mujer”. En el encuentro con la samaritana encontramos el término mujer cuatro veces, y fue a ella que le pide: mujer dame de beber. En el grupo de los seguían a Jesus había mujeres. Una mujer gritó “dicho el vientre que te llevó…", curó de su enfermedad a la sirofenicia, escucho las suplicas de la cananea, curó a la suegra de Pedro, resucitó a una niña, perdonó a la adultera…
Puso como ejemplo a una mujer que buscaba su moneda perdida, La alegría que tiene un mujer cuando da a luz, otra la mujer vence su miedo y entra en la casa de Simón, Jesús la pone como ejemplo de amor. Jesús defiende a la mujer en Betania, cena con Marta y María. Las mujeres le acompañaron y le sirvieron en su misión, recorrieron el camino del calvario cuando le iban a crucificar, permanecieron junto a la cruz y fueron las que primero anunciaron la resurrección.
• Contemplatio
En Caná de Galilea, María es la mujer que encarna al pueblo judío y pide una señal al joven Jesús, adelantando la “hora” de su manifestación. En la cruz, la madre Jesus es la mujer que por su fe se convierte en madre de la iglesia.
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