Marcos 1,21-28
Llego Jesús a Cafarnaúm y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús lo increpó: "Cállate y sal de él". El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió.Todos se preguntaron estupefactos: "¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen". Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
- Comentario por la Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
"Este enseñar con autoridad es nuevo"
El texto del evangelio de hoy forma parte de un relato más amplio que podríamos denominar un día en la vida de Jesús (Mc 1, 21-39). La jornada de Jesús viene determinada por dos espacios: uno geográfico, Cafarnaúm; y otro cronológico, el sábado.
La primera actuación de Jesús es como Maestro. Su enseñanza provoca asombro, porque les enseña con autoridad, no como los maestros de la Ley. Preguntarnos por qué no tienen autoridad nos puede hacer caer en la cuenta por qué Jesús, sí la tiene. Tal vez, el descrédito de los escribas sea su propia incoherencia, la ausencia de autenticidad. Todo lo contrario de Jesús, en el que sus palabras son respaldadas con los hechos.
Entre las personas que le escuchan hay un hombre poseído por un espíritu inmundo. Grita a Jesús, pero sólo para que lo deje en paz. Lo ha reconocido, sabe quién es y de dónde viene: tú eres el Santo de Dios y por eso, se siente en peligro: ¿Has venido a destruirnos? Jesús no se amedranta, Él también lo conoce. De ahí la imposición del silencio y el imperativo: cállate y sal fuera. Así el hombre es curado por Jesús.
Frente a esto, la gente reacciona, El asombro da paso al interrogante: ¿qué es esto?, pero detrás está la pregunta de ¿quién es Jesús? La respuesta la da la misma gente: Jesús está pronunciando una nueva enseñanza, y ésta, está llena de autoridad; además, cura todas las heridas del ser humano y a todos los seres humanos. En la sinagoga de Cafarnaúm, Jesús muestra sus credenciales: él es el Mesías que enseña y cura, trae una nueva doctrina que presenta con autoridad, y expulsa demonios. No es de extrañar que su fama recorriera todos los rincones de Galilea.
¿Qué novedad descubro en la Buena Noticia de Jesús? ¿En qué medida la predico con autoridad? ¿Cómo puedo curar las heridas de aquellos con los que me encuentro cada día?
Llego Jesús a Cafarnaúm y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús lo increpó: "Cállate y sal de él". El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió.Todos se preguntaron estupefactos: "¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen". Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
- Comentario por la Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
"Este enseñar con autoridad es nuevo"
El texto del evangelio de hoy forma parte de un relato más amplio que podríamos denominar un día en la vida de Jesús (Mc 1, 21-39). La jornada de Jesús viene determinada por dos espacios: uno geográfico, Cafarnaúm; y otro cronológico, el sábado.
La primera actuación de Jesús es como Maestro. Su enseñanza provoca asombro, porque les enseña con autoridad, no como los maestros de la Ley. Preguntarnos por qué no tienen autoridad nos puede hacer caer en la cuenta por qué Jesús, sí la tiene. Tal vez, el descrédito de los escribas sea su propia incoherencia, la ausencia de autenticidad. Todo lo contrario de Jesús, en el que sus palabras son respaldadas con los hechos.
Entre las personas que le escuchan hay un hombre poseído por un espíritu inmundo. Grita a Jesús, pero sólo para que lo deje en paz. Lo ha reconocido, sabe quién es y de dónde viene: tú eres el Santo de Dios y por eso, se siente en peligro: ¿Has venido a destruirnos? Jesús no se amedranta, Él también lo conoce. De ahí la imposición del silencio y el imperativo: cállate y sal fuera. Así el hombre es curado por Jesús.
Frente a esto, la gente reacciona, El asombro da paso al interrogante: ¿qué es esto?, pero detrás está la pregunta de ¿quién es Jesús? La respuesta la da la misma gente: Jesús está pronunciando una nueva enseñanza, y ésta, está llena de autoridad; además, cura todas las heridas del ser humano y a todos los seres humanos. En la sinagoga de Cafarnaúm, Jesús muestra sus credenciales: él es el Mesías que enseña y cura, trae una nueva doctrina que presenta con autoridad, y expulsa demonios. No es de extrañar que su fama recorriera todos los rincones de Galilea.
¿Qué novedad descubro en la Buena Noticia de Jesús? ¿En qué medida la predico con autoridad? ¿Cómo puedo curar las heridas de aquellos con los que me encuentro cada día?
No hay comentarios:
Publicar un comentario