lunes, 9 de diciembre de 2013

Eclesiástico 48,1-4.9-11: "Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido (...) Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo (...) Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel".

Eclesiástico 48,1-4.9-11
Sábado de la Segunda Semana de Adviento

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives.

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