Calenda es término latino (escrito kalenda) que junto con las "nonas" y los "ictus" formaban, en el calendario romano creado en el año 47 por el emperador Julio César, los tres puntos de referencia de cada mes para señalar la fecha que sucedían los acontecimientos. Con el calendario juliano terminaba la anarquía de los calendarios utilizados hasta entonces, en los que algunos constaban de diez meses y otros de trece.
En este calendario juliano figuraba enero (en latín ianuarius) como primer mes del año. Y de aquí derivó, en un principio, que las importantes fiestas romanas de ese mes tomaran el nombre de ianuariae; y más tarde, que toda fiesta importante recibiera el calificativo de kalenda cualquiera que fuera el mes de su celebración.
El cristianismo también se inclinó por adoptar el calendario juliano, renombrando sus principales fiestas. Entre ellas la Natividad de Jesús, en la que introdujo la ceremonia que denominó la calenda de Navidad; pero reconociendo en sus libros litúrgicos que este nuevo término provenía del pagano calendario romano.
El término kalenda fue bien acogido por los fieles cristianos ya que les sugería la importancia de la festividad. Este añadido a la ceremonia navideña consistía en que, al comienzo de la misa del día 25 de diciembre -siglos más tarde de la misa a medía noche del 24- un cantor de potente voz interpretaba lo que en la música gregoriana de la iglesia se denomina lectio, y cuya letra desgranaba los motivos de la fiesta.
Este canto alcanzó su época más esplendorosa en el Medievo; y aunque en sus orígenes fue composición para intérprete solista, con el tiempo alcanzó a ser tema elegido de famosos músicos polifonistas cuyas obras ocupan en estas fechas todos los programas de los conciertos navideños.
Un ejemplo, la admirable y majestuosa "Calenda de Navidad" a tres voces mixtas y órgano, del apodado "la perenne voz de Navidad", Miguel Bernal (1910-56), por sus mundialmente famosos villancicos.
Desde hace pocos años, parece que en los músicos eclesiásticos ha despertado su añoranza, impulsándoles a componer modernas versiones que han logrado introducir en las misas de Nochebuena de algunos templos. Es el caso del sacerdote y músico valenciano José Blasco Aguilar, canónigo de la catedral de Segorbe. A él se debe una muy bella "Calenda de Navidad" para solista, a modo de pregón en la parte narrativa; y con intervención de coro a tres voces mixtas con acompañamiento de órgano, en el momento de proclamarse que Jesús "nace de la Virgen María en Belén de Judá, hecho hombre".
Obra por la que se han interesado varias iglesias, incluso desde Santander (España), solicitando a su autor copias de la partitura para abrir con ella la tradicional "misa del gallo". Prueba del renacimiento de la calenda.
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