El servicio de la palabra
Del Plan Pastoral Congregacional, n.42
Nuestra pastoral está al servicio del anuncio de todo el Evangelio pero ponemos énfasis especial en los años de la vida oculta de Jesús, pues “el Evangelio de Nazaret, que el Padre Fundador experimentó y nos confió, lo hacemos resonar en la Iglesia con el testimonio de nuestra vida y la fuerza de la palabra para salvación de todo el mundo” (C 6).
Nuestras comunidades parroquiales se caracterizan por:
— Estar abiertas a la sociedad, en especial a los pobres y marginados.
— Mostrar preferencias por los niños, los jóvenes y las familias.
— Buscar los medios para hacer presente nuestro carisma.
En los programas de catequesis, tanto en los de las diócesis como en los propios, incorporamos el Evangelio de Nazaret, del cual somos testigos y apóstoles, como aportación de nuestra riqueza carismática.
Proponemos a las familias, empezando por los pequeños, los valores y virtudes domésticas que se inspiran en la Familia de Nazaret: comunión de vida, unión, trabajo, diálogo, oración, perdón, silencio, servicio... (DC III, 1.1).
Y proponemos también signos y símbolos nazarenos, como por ejemplo: la instauración de la imagen de la Sagrada Familia en los hogares; la construcción de los nacimientos o belenes en Navidad y las manifestaciones tradicionales propias de cada lugar y cultura.
En la medida de lo posible, no nos contentamos con la catequesis en vista a la recepción de los sacramentos sino que apuntamos a diseñar proyectos catequéticos a más largo plazo. Impulsamos la formación integral de la persona en todos los momentos de la vida; en especial, fomentamos la catequesis familiar.
Del Plan Pastoral Congregacional, n.42
Nuestra pastoral está al servicio del anuncio de todo el Evangelio pero ponemos énfasis especial en los años de la vida oculta de Jesús, pues “el Evangelio de Nazaret, que el Padre Fundador experimentó y nos confió, lo hacemos resonar en la Iglesia con el testimonio de nuestra vida y la fuerza de la palabra para salvación de todo el mundo” (C 6).
Nuestras comunidades parroquiales se caracterizan por:
— Estar abiertas a la sociedad, en especial a los pobres y marginados.
— Mostrar preferencias por los niños, los jóvenes y las familias.
— Buscar los medios para hacer presente nuestro carisma.
En los programas de catequesis, tanto en los de las diócesis como en los propios, incorporamos el Evangelio de Nazaret, del cual somos testigos y apóstoles, como aportación de nuestra riqueza carismática.
Proponemos a las familias, empezando por los pequeños, los valores y virtudes domésticas que se inspiran en la Familia de Nazaret: comunión de vida, unión, trabajo, diálogo, oración, perdón, silencio, servicio... (DC III, 1.1).
Y proponemos también signos y símbolos nazarenos, como por ejemplo: la instauración de la imagen de la Sagrada Familia en los hogares; la construcción de los nacimientos o belenes en Navidad y las manifestaciones tradicionales propias de cada lugar y cultura.
En la medida de lo posible, no nos contentamos con la catequesis en vista a la recepción de los sacramentos sino que apuntamos a diseñar proyectos catequéticos a más largo plazo. Impulsamos la formación integral de la persona en todos los momentos de la vida; en especial, fomentamos la catequesis familiar.
GUÍA DEL PHSF |
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