El equipo sacerdotal: párroco y vicarios
Del Plan Pastoral Congregacional, n.50
“El primero de nuestros apostolados consiste en el testimonio de vida consagrada que hemos de fomentar con la oración y la penitencia” (cf. D54). Por eso cultivamos aquellas cualidades que recomiendan al ministro de Cristo, como son celo apostólico, preparación particular para esta pastoral, carácter sereno y caritativo y capacidad de diálogo (cf. D62).
Colaboramos generosamente con la pastoral de conjunto de las diócesis, y secundamos, de forma abierta, las directrices pastorales diocesanas y las líneas de acción pastoral propias del Instituto.
Trabajamos en estrecha colaboración con el consejo pastoral parroquial. En él realizamos las reflexiones oportunas a la luz de la Palabra, planificamos los objetivos, revisamos su cumplimiento y periódicamente realizamos una evaluación del trabajo realizado.
En cada Viceprovincia o Delegación se procurarán realizar encuentros periódicos de los responsables de parroquias y centros de culto, con el fin de coordinar la pastoral específica.
50.1. El párroco
El párroco es el pastor propio de la parroquia que se le confía, y ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del obispo diocesano (cf. CIC 519). Es elegido por el Superior Mayor y presentado al Ordinario. Él será el responsable, en colaboración con la comunidad, del compromiso asumido por la Congregación ante la Iglesia (cf. D63).
“Atienden con diligencia especial a los jóvenes, a los cónyuges y a los padres de familia, a quienes procuran reunir en grupos de amistad, que se forman y consolidan sobre todo en la Eucaristía (...) Y aunque se deben a todos, se dedican especialmente a los pobres y más débiles (...) Atienden con toda solicitud a los enfermos y agonizantes, los visitan y los confortan en el Señor” (C46).
50.2. Los vicarios y responsables de centros de culto
Son los cooperadores del párroco y, bajo su autoridad, prestan diariamente un trabajo importante y activo en el ministerio parroquial. Por ello, entre el párroco y sus vicarios ha de haber una comunicación fraterna, caridad mutua, constante respeto, ayuda mutua con el consejo y el diálogo, atendiendo a su deber parroquial con voluntad concorde y común esfuerzo (cf. CD 30,3).
“El vicario parroquial ha de informar regularmente al párroco sobre las iniciativas pastorales proyectadas y realizadas, de tal manera que el párroco y el vicario o los vicarios, conjuntamente, puedan proveer al cuidado pastoral de la parroquia de las cual son responsables conjuntamente” (CIC 548,3).
Del Plan Pastoral Congregacional, n.50
“El primero de nuestros apostolados consiste en el testimonio de vida consagrada que hemos de fomentar con la oración y la penitencia” (cf. D54). Por eso cultivamos aquellas cualidades que recomiendan al ministro de Cristo, como son celo apostólico, preparación particular para esta pastoral, carácter sereno y caritativo y capacidad de diálogo (cf. D62).
Colaboramos generosamente con la pastoral de conjunto de las diócesis, y secundamos, de forma abierta, las directrices pastorales diocesanas y las líneas de acción pastoral propias del Instituto.
Trabajamos en estrecha colaboración con el consejo pastoral parroquial. En él realizamos las reflexiones oportunas a la luz de la Palabra, planificamos los objetivos, revisamos su cumplimiento y periódicamente realizamos una evaluación del trabajo realizado.
En cada Viceprovincia o Delegación se procurarán realizar encuentros periódicos de los responsables de parroquias y centros de culto, con el fin de coordinar la pastoral específica.
50.1. El párroco
El párroco es el pastor propio de la parroquia que se le confía, y ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del obispo diocesano (cf. CIC 519). Es elegido por el Superior Mayor y presentado al Ordinario. Él será el responsable, en colaboración con la comunidad, del compromiso asumido por la Congregación ante la Iglesia (cf. D63).
“Atienden con diligencia especial a los jóvenes, a los cónyuges y a los padres de familia, a quienes procuran reunir en grupos de amistad, que se forman y consolidan sobre todo en la Eucaristía (...) Y aunque se deben a todos, se dedican especialmente a los pobres y más débiles (...) Atienden con toda solicitud a los enfermos y agonizantes, los visitan y los confortan en el Señor” (C46).
50.2. Los vicarios y responsables de centros de culto
Son los cooperadores del párroco y, bajo su autoridad, prestan diariamente un trabajo importante y activo en el ministerio parroquial. Por ello, entre el párroco y sus vicarios ha de haber una comunicación fraterna, caridad mutua, constante respeto, ayuda mutua con el consejo y el diálogo, atendiendo a su deber parroquial con voluntad concorde y común esfuerzo (cf. CD 30,3).
“El vicario parroquial ha de informar regularmente al párroco sobre las iniciativas pastorales proyectadas y realizadas, de tal manera que el párroco y el vicario o los vicarios, conjuntamente, puedan proveer al cuidado pastoral de la parroquia de las cual son responsables conjuntamente” (CIC 548,3).
GUÍA DEL PHSF |
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