La Sagrada Familia en nuestro apostolado
Del Plan Pastoral Congregacional, n.20
Anunciar el Evangelio de Nazaret es el elemento específico y propio que identifica nuestra misión en la Iglesia. “Un Nazaret en cada Hogar” resume bien tanto nuestra razón de ser como nuestra misión, los destinatarios y el ideal que debemos proponer como vía segura de felicidad y de santificación para las familias y la sociedad.
Pues estamos persuadidos de que “la propuesta y el ejemplo de la Sagrada Familia manifiesta una gran fuerza pastoral, al resaltar los valores fundamentales en que se basa y, al mismo tiempo, el íntimo gozo de vivirlos intensamente de manera compartida entre los esposos, entre padres e hijos y entre hermanos” (Juan Pablo II, Carta Mensaje, 7 diciembre 2001).
“La Sagrada Familia, en efecto, enseña a captar la realidad de la propia familia y a inscribirla, ya desde el mismo noviazgo, en el misterio salvador de Jesucristo; a considerar y a vivir el matrimonio como vocación, como fuente del más genuino amor, de la vida y de la mutua santificación; a ser solidarios con las otras familias y a saber compartir las dificultades en que viven; a valorarla como signo de la presencia de Dios, “iglesia doméstica” y verdadera comunidad de vida, de oración y de trabajo”. (Carta del Secretario de Estado, 14 de junio 1992).
Del Plan Pastoral Congregacional, n.20
Anunciar el Evangelio de Nazaret es el elemento específico y propio que identifica nuestra misión en la Iglesia. “Un Nazaret en cada Hogar” resume bien tanto nuestra razón de ser como nuestra misión, los destinatarios y el ideal que debemos proponer como vía segura de felicidad y de santificación para las familias y la sociedad.
Pues estamos persuadidos de que “la propuesta y el ejemplo de la Sagrada Familia manifiesta una gran fuerza pastoral, al resaltar los valores fundamentales en que se basa y, al mismo tiempo, el íntimo gozo de vivirlos intensamente de manera compartida entre los esposos, entre padres e hijos y entre hermanos” (Juan Pablo II, Carta Mensaje, 7 diciembre 2001).
“La Sagrada Familia, en efecto, enseña a captar la realidad de la propia familia y a inscribirla, ya desde el mismo noviazgo, en el misterio salvador de Jesucristo; a considerar y a vivir el matrimonio como vocación, como fuente del más genuino amor, de la vida y de la mutua santificación; a ser solidarios con las otras familias y a saber compartir las dificultades en que viven; a valorarla como signo de la presencia de Dios, “iglesia doméstica” y verdadera comunidad de vida, de oración y de trabajo”. (Carta del Secretario de Estado, 14 de junio 1992).
PARROQUIA |
No hay comentarios:
Publicar un comentario