Fue una de las primeras novedades del "huracán Francisco". El Papa decidió seguir viviendo en la Casa Santa Marta -donde se alojaban los cardenales durante el Cónclave- y comenzó a celebrar misas matutinas, cuyos resúmenes han mostrado la ternura y cercanía de una Iglesia en primera persona del plural. Ahora, las misas de Santa Marta se abren a los fieles: desde enero, será posible acudir a las misas del Pontífice.
Así lo ha anunciado este mediodía el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, quien indicó que, dado que el Obispo de Roma no puede hacer la preceptiva visita de un prelado a las parroquias de su diócesis, a partir de enero serán las parroquias las que "visiten" al Papa. Podrán acudir, y participar, en las mismas, grupos de hasta 25 fieles.
La capilla es austera, de techos y paredes color blanco, con pocas figuras de santos. A la derecha un ventanal de baja altura permite el paso de la luz desde un jardín interno con plantas, según relata Notimex.
La misa se celebra en italiano. Tras la lectura del evangelio el Papa da su sermón también en ese idioma. Nunca supera los 10 minutos. Improvisa, sin papeles, sus reflexiones.
Al final se sienta en el fondo de la capilla, para rezar un rato en silencio. Luego se dirige a la puerta donde saluda, uno a uno, a todos participantes.
Fuente: religiondigital.com
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