martes, 6 de septiembre de 2016

1 Corintios 14,26-35: El orden en las asambleas

El orden en las asambleas
14:26 Hermanos, ¿qué conclusión sacaremos de todo esto? Cuando se reúnen, uno puede cantar salmos, otro enseñar, o transmitir una revelación, o pronunciar un discurso en un lenguaje incomprensible, o bien, interpretarlo. Que todo sirva para la edificación común.
14:27 ¿Se tiene el don de lenguas? Que hablen dos, o a lo sumo tres, y por turno, y que alguien interprete.
14:28 Si no hay intérprete, que se callen y que cada uno hable consigo mismo y con Dios.
14:29 Con respecto a los profetas, que hablen dos o tres y que los demás juzguen lo que ellos dicen.
14:30 Si algún otro asistente recibe una revelación, que se calle el que está hablando.
14:31 Así todos tendrán oportunidad de profetizar, uno por uno, para que todos sean instruidos y animados.
14:32 Los que tienen el don de profecía deben ser capaces de controlar su inspiración,
14:33 porque Dios quiere la paz y no el desorden.
Como en todas las Iglesias de los santos,
14:34 que las mujeres permanezcan calladas durante las asambleas: a ellas no les está permitido hablar. Que se sometan, como lo manda la Ley.
14:35 Si necesitan alguna aclaración, que le pregunten al marido en su casa, porque no está bien que la mujer hable en las asambleas.

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