viernes, 31 de mayo de 2013

VISITIACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA: "No se puede anunciar a Jesucristo con cara de funeral", por el papa Francisco

VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Sofonías 3,14-18
Isaías 12,2-6 : Qué grande es en medio de ti 
el Santo de Israel
Lucas 1,39-56

Sofonías 3,14-18

Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: "No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta." Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti.

Isaías 12,2-6 : Qué grande es en medio de ti 
el Santo de Israel

El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
R. Qué grande es en medio de ti 
el Santo de Israel

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
R. Qué grande es en medio de ti 
el Santo de Israel

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
"Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel."
R. Qué grande es en medio de ti 
el Santo de Israel

Lucas 1,39-56

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Comentario por el papa Francisco
"No se puede anunciar a Jesús con cara de funeral"


El Espíritu Santo es "el autor" de la alegría cristiana, y para anunciar el Evangelio es necesario tener en el corazón la alegría que da el Espíritu de Dios. Lo repitió el Papa Francisco durante la Misa de la mañana celebrada en la Domus Santa Marta.

Con cara de funeral no se puede anunciar a Jesús. El Papa Francisco traza una línea de demarcación respecto a una cierta forma de entender la vida cristiana, caracterizada por la tristeza. La reflexión partió las dos lecturas de la misa de hoy. La primera, del profeta Sofonías, recoge la exclamación "¡Alégrate! ¡Grita de alegría, el Señor está en medio de ti!". La segunda, tomada del Evangelio, habla de Isabel y el del niño que "salta de alegría" en su seno al oír las palabras de María - de quien el Papa, como el domingo pasado, subraya la "prisa" con la que acudía en ayuda de su prima.

Por tanto, observa el Papa Francisco, "es todo alegría, alegría que es fiesta". Y sin embargo, prosigue. "nosotros los cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de gozo, de alegría", "creo que muchas veces nos gustan más las lamentaciones". Y sin embargo, "quien nos da la alegriá es el Espíritu Santo":

"Es precisamente el Espíritu el que nos guía: Él es el autor de la alegría, el Creador de la alegría. Y esta alegría en el Espíritu, nos da la verdadera libertad cristiana. Sin alegría, los cristianos no podemos ser libres, nos hacemos esclavos de nuestras tristezas. El gran Pablo VI decía que no se puede llevar el Evangelio con cristianos tristes, decepcionados, desanimados. No se puede. Esta actitud un poco fúnebre, ¿eh? Muchas veces los cristianos tienen cara más de ir a un funeral que de ir a alabar a Dios. Y de esta alegría viene la alabanza, esta alabanza de María, esta alabanza que dice Sofonías, esta alabanza de Simeón, de Ana: ¡la alabanza de Dios!"

¿Y cómo se alaba a Dios? Se le alaba saliendo de nosotros mismos, "gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da", explica el Papa Francisco. El mismo invita a un examen de conciencia sobre la manera de rezar a Dios, dirigiendo a los presentes esta pregunta:

"Usted que está aquí en Misa, ¿usted alaba a Dios o sólo le pide o le da gracias? ¿Pero alaba a Dios? Es algo nuevo, nuevo en nuestra vida espiritual. Alabar a Dios, salir de nosotros mismos para alabar; perder tiempo alabando. ‘¡Esta Misa, qué larga se ha hecho!'. Si no alabas a Dios, no conoces esa gratuidad de perder el tiempo alabando a Dios, la Misa es larga. Pero si tienes esta actitud de alegría, de alabanza a Dios, ¡eso es hermoso! La eternidad será eso: ¡alabar a Dios! Y no será aburrido: ¡será bellísimo! Esta alegría nos hace libres".

El modelo de esta alabanza y de esta alegría es de nuevo la Madre de Jesús. "La Iglesia - recuerda el Papa Francisco - la llama "causa de nuestra alegría", Causa Nostrae Letitiae. ¿Por qué? Porque trae la alegría más grande, que es Jesús":

"Debemos rezar a la Virgen, para que al traer a Jesús nos de la gracia de la alegría, la libertad de la alegría. Que nos de la gracia de alabar, de alabar con una oración de alabanza gratuita, de alabanza, porque Él es digno de alabanza siempre. Rezar a la Virgen y decirle como dice la Iglesia: Veni, Precelsa Domina, Maria, tu nos visita, ¡Señora, tu que eres tan grande, visítanos y danos la alegría!"

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO, C, por Mons. Francisco González, S.F.


Génesis 14, 18-20
Salmo 109: Tú eres sacerdote eterno, 
según el rito de Melquisedec
I Corintios 11, 23-26
Lucas 9, 11b-17

Génesis 14, 18-20

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abrán, diciendo: "Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos." Y Abrán le dio un décimo de cada cosa.

Salmo 109: Tú eres sacerdote eterno, 
según el rito de Melquisedec

Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos estrado de tus pies."
R. Tú eres sacerdote eterno, 
según el rito de Melquisedec

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
R. Tú eres sacerdote eterno, 
según el rito de Melquisedec

"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora."
R. Tú eres sacerdote eterno, 
según el rito de Melquisedec

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
"Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec."
R. Tú eres sacerdote eterno, 
según el rito de Melquisedec

I Corintios 11, 23-26

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía." Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía." Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Lucas 9,11b-17

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle:
— Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.
Él les contestó:
— Dadles vosotros de comer
Ellos replicaron:
— No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.
Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos:
— Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

Comentario de Mons. Francisco González, S.F.

Este fin de semana celebramos la fiesta del Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo, más conocida por Corpus Christi. Esta celebración tuvo sus orígenes allá por el siglo XII y se extendió a toda la iglesia por el año 1264.

Muchos, estoy seguro, nos acordamos de aquellas procesiones tan preciosas por las calles de nuestros pueblos y ciudades, donde podíamos ver a Jesús Eucaristía paseando en medio de nosotros, una de las tradiciones más importantes asociadas a esta fiesta, es decir, el Santísimo por las calles.

En muchos lugares se cubre el trayecto que va a seguir la procesión con infinidad de arreglos florales, banderas y otros adornos. También se erigen altares desde los cuales se imparte la bendición con el Santísimo, se recitan algunas preces y se cantan himnos eucarísticos.

Las lecturas que hoy nos ofrece la liturgia, si queremos seguir el tema de esta festividad, deberíamos decir que está centrado en la segunda lectura y que la primera y el evangelio son preparación e indicación que nos llevan a la narración que Pablo nos ofrece de la institución de la Santa Eucaristía.

Pablo se enfrenta a la comunidad cristiana de Corinto a causa de varios abusos en las asambleas litúrgicas, y de ninguna forma puede tolerar, y así se lo dice, el abuso que cometen al celebrar la Eucaristía.

Estaban divididos y además, en la cena antes de la Eucaristía, los que tenían, no compartían con los que no tenían. Se parecían un poco a aquella primera reacción de los apóstoles de querer despedir a los necesitados para no tener que hacer nada por ellos y que el mismo Señor les corrige mandándoles que "les den ellos de comer". Ellos todavía no habían aceptado ni las palabras ni el ejemplo de Jesús de dar y darse a los demás.

Para corregir los abusos de aquella comunidad, donde los que tenían ni sabían compartir con los necesitados, Pablo les recuerda la institución de la Eucaristía donde el Señor convierte el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre para alimento de todos, les recuerda el hecho de que Jesús no solamente compartió lo que tenía, sino mucho más, se dio a sí mismo por nuestro bien, para nuestra salvación.

Hoy, al celebrar la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo se nos llama a una fe, a una creencia firme en la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Según estudios recientes hay muchos católicos que no profesan esta fe. Nosotros debemos proclamarla tanto con la palabra como con ese respeto que se merece cuando estamos en su presencia en nuestras iglesias. Debemos proclamar esa fe con la digna recepción de la Sagrada Comunión y la práctica de las diversas devociones eucarísticas.

La Eucaristía no solamente nos exige esa fe profunda y sin condiciones, también nos pide el compromiso de compartir: "Denles ustedes de comer". Mientras aún hay un veinte por ciento de la población mundial que disfrute del ochenta por ciento de la producción y el ochenta por ciento de la población se tenga que contentar con el veinte por ciento de la producción.

En este siglo XXI: cuando encuentras un obstáculo a lo tuyo destruyes con bombas, explotas unos trenes, explotas coches bomba, te llevas a unos rehenes, construyes unas paredes ilegales, tienes escuelas para suicidas, callas las piedras con misiles, usas el poder económico y político para saquear los países tercermundistas, usas y abusas al inmigrante a quien toleras o rechazas según tus necesidades y bajo la excusa de la seguridad nacional, violas los derechos más elementales de los que han caído en tus cárceles, negándoles la dignidad humana que todo hombre o mujer lleva consigo.

Ante esos deseos de violencia y ruina para la aldea de Samaria, a los deseos de completa aniquilación por parte de Santiago y Juan, Cristo tiene una reacción: les regañó.

No basta desear la paz, es preciso construirla a partir de nuestra propia vida. (Baggio).

El banquete entre cristianos exige hospitalidad, compartir lo que uno es y tiene, amistad, perdón y reconciliación. Se nos conocerá como cristianos al "compartir el pan", al partirnos por los demás.

Por tanto, la queja y crítica de Pablo a los corintios sigue siendo actual, hoy, en este siglo que vivimos.

"La Iglesia, Familia de Dios", por el papa Francisco

LA VISITACIÓN, de Rafael

La Visitación, 1519
Rafael Sanzio
Óleo sobre tabla
Museo del Prado, Madrid

Este cuadro de Rafael recrea el pasaje bíblico de la visita de la Virgen María a su prima Isabel embarazada de san Juan. En segundo plano aparece la escena del bautismo de Jesús que tendría lugar tiempo después de manos del santo.

El cuadro fue encargado por Giovanni Branconio en nombre de su padre Mario para la capilla de su familia en la iglesia de San Silvestre de Aquila. El tema elegido se debió seguramente a la coincidencia de nombre entre la madre de Giovanni, Isabel y el suyo propio con el del bautista.

En el siglo XVII fue adquirida por Felipe IV y estuvo en El Escorial hasta su adquisición por el Museo del Prado en 1837.

Fuente: http://el-arte-de-ser-madre.blogspot.com

LA VISITACIÓN (1410)


Visitation 1410
Detail from Frontal
wool, linen and silk
Museum of Applied Arts, Frankfort, Germany
Esta pieza es un antipendio.

miércoles, 29 de mayo de 2013

"Queremos crear un empresariado revolucionario, que no tenga tanto en cuenta el beneficio para el empresario como los beneficios sociales", José Luis Sánchez, responsable de la Asociación de Empresarios Católicos de Valencia.


José Luis Sánchez es sacerdote de la diócesis de Valencia y responsable de las Asociaciones de Empresarios Católicos de Valencia, junto con el arzobispo Carlos Osoro. "Queremos crear un empresariado revolucionario, que no tenga tanto en cuenta el beneficio para el empresario como los beneficios sociales", explica, y recuerda que "la Doctrina Social de la Iglesia permite la propiedad privada siempre y cuando ésta esté al servicio de crear desarrollo para todos los hombres de la tierra".

— ¿Cómo surgió la idea de crear las Asociaciones de Empresarios Católicos?

Cuando llegó el arzobispo Osoro a la diócesis estaba muy preocupado porque el paro había empezado a tener mucha fuerza en la Comunidad Valenciana. Cáritas no daba abasto y se dio cuenta de que crear trabajo era importantísimo y que había que apoyar al empresario para que experimentara en un momento muy difícil también para las empresas que valía la pena no tirar la toalla.

— ¿Se puede ser empresario y católico en estos tiempos tan convulsos?

Hay muchos empresarios católicos y el crear riqueza y puestos de trabajo para que las personas puedan desarrollar su vida está en consonancia con la Doctrina Social de la Iglesia, que permite la propiedad privada siempre y cuando ésta esté al servicio de crear desarrollo para todos.

— ¿Hay ejemplos a seguir entre los empresarios actualmente? ¿Hay quienes están peleando porque las condiciones de sus trabajadores sean lo más dignas posible?

De las tres estructuras que se han creado en la archidiócesis de Valencia (España) una es un capítulo de empresarios, y otra es un consejo de empresarias católicas. Lo que están buscando ambas es una formación profunda que nos lleve a descubrir que el hombre está en el centro de todo. Crear trabajo es importante para crear riqueza pero la mayor riqueza es el propio hombre. En la medida en que las personas se realizan el capital de la empresa es mucho mayor ya que éstas adquieren sentido y alegría. Luego esto tiene una repercusión en sus vidas, en sus familias y en la sociedad, además de en el mundo empresarial.

— ¿Cuántos profesionales conforman las fundaciones de empresarios católicos?

Hay unas 800 empresas en torno a estas asociaciones. Vimos que era muy importante, junto con la formación ética del empresario, que se asociaran para crear un apoyo común social desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia, de la investigación y de la comunicación.

Cada dos meses hay una reunión de 50 empresarios que tratan de ver la problemática de la Comunidad Valenciana con el objetivo de analizar estos temas y ver dónde hay que incidir. Lo que esta comisión hace se lleva a la comisión de investigación, donde personas del mundo de la universidad se dedican a ver con qué concreciones tendríamos que seguir adelante.

Hay otra comisión de comunicación que informa tanto a la sociedad como al gobierno autonómico y al gobierno español, así como a todos los asociados. Los empresarios católicos buscan tener una espiritualidad, una fortaleza interior para que su fundamento no esté solo en ganar dinero sino también en la realización de las personas y descubrir todo el bien que pueden estar haciendo. Se busca la dimensión social para que haya ayudas a otras instituciones. Por ejemplo, con Cáritas se ha realizado lo de apadrinar a una familia, un apoyo muy concreto y determinado tan necesario en estos tiempos de crisis.

— ¿Tenemos que estar a la altura de lo que la situación social nos pide?

Sí. El Papa Francisco nos ha dicho que participemos del sufrimiento del mundo y eso ha sido lo que ha llevado a nuestro arzobispo, don Carlos Osoro, a estimularnos a fundar esta confederación empresarial en la tónica con la que se ha constituido en Valencia. Tanto el Papa como nuestro arzobispo, cuando ven el sufrimiento de las personas piensan que Jesús tiene que estar en medio de ese sufrimiento. Tiene que estar presente siendo bálsamo y siendo esperanza, Buena Noticia, novedad. Y la Buena Noticia es que, con la fuerza de la Palabra y de los sacramentos, es posible que todo sea transformado. Sobre todo el egoísmo en amor, la mentira en verdad y la desorientación en orientación.

— ¿Don Carlos Osoro es un pastor de los que huelen a oveja desde hace mucho tiempo?

Creo que la trayectoria de nuestro arzobispo en las diócesis de Orense, Oviedo y Valencia es conocida por todos. Tiene un don para con las personas y para comprometerse con los demás, y desde la vida de oración tan profunda que lleva hace posible la presencia de Cristo en medio de todos y nos moviliza. Él valora mucho la formación y por eso cuida mucho la universidad católica. Él busca que desde una formación intelectual y desde la vida interior sepamos iluminar las realidades de cada momento. No en vano estamos realizando atrios de los gentiles, exposiciones de arte, diálogos sobre la espiritualidad, con la política y con la economía... La Universidad Católica se hace presente en medio de la cultura, trabajamos con los jóvenes. Todo esto lo hacemos con mucha sencillez pero sabiendo que nos estamos jugando la felicidad de muchas personas. Lo que queremos es que la gente salga de la mayor de las pobrezas, que es no tener a Dios. Después están las otras pobrezas.

— ¿Cuál es el papel de la Iglesia en esta Europa en la que parece que el cristianismo está en retroceso?

Juan Pablo II le decía a Benedicto XVI cuando éste era cardenal que tenía ilusión porque veía que llegaba una nueva primavera para la Iglesia. Al parecer Benedicto XVI, en cambio, le decía que no veía ese rebrotar. Igual nos pasa a nosotros. Muchas veces tenemos la sensación de que en Occidente la fe católica ya no está en la estructura humana. Pero sí lo está. La religión católica ha dialogado con la razón como ninguna otra. No cree en el fundamentalismo (que quedó prohibido en el Vaticano II, porque nosotros tenemos que dar razón de nuestra esperanza a aquél que nos la pide).

Occidente es un lugar muy relativista donde el hombre piensa que no hay Verdad, donde la persona puede decidir por sí misma todo lo que quiere, incluso su cambio de sexualidad; donde el ser humano muchas veces piensa que cualquier opinión vale lo mismo, y donde nos encontramos con una increencia muy fuerte.

Lo que hay que valorar son los esfuerzos de tantas personas (incluso de los no creyentes) por acercarse a la Verdad, por acercarse al Bien, por promover la paz... Tenemos que dar gracias a Dios por todo el esfuerzo ecológico que se hace por salvar la naturaleza, porque de alguna manera desde ahí se puede engarzar una sacralidad de acercarse a la Verdad, que es Dios. Pero evidentemente también es cierto que tenemos que influir en que esta dictadura del relativismo para que las personas puedan encontrar la auténtica esperanza de ser peregrinos, no vagabundos. El peregrino sabe a dónde va, el vagabundo da vueltas sobre sí mismo.

Ojalá que nosotros podamos ayudar a la mayor riqueza del ser humano, siempre ofreciendo y nunca imponiendo, para poder ayudar a descubrir que sin Dios la vida no tiene sentido. El hombre que no tiene a Dios sólo espera la muerte, y necesitamos tener vida y esperanza.

Fuente: http://www.periodistadigital.com

martes, 28 de mayo de 2013

VOCABULARIO: Longanimidad, por M. Dolors Gaja, MN.

LONGANIMIDAD: El otro día, en nuestra reunión de Laicos, trabajamos los dones y frutos del Espíritu. Y de repente surgió, medio en broma medio en serio, una experiencia de Espíritu: hablábamos de los frutos y al llegar a la “longanimidad” hicimos broma con la palabrita que, la verdad, se las trae.

El término proviene del latín “longus” (largo) unido a “anima” (alma). De una manera clásica se ha aplicado a la capacidad que tiene el alma de esperar largamente a Dios y algunos lo traducen directamente como perseverancia. Longanimidad sería pues perseverancia, paciencia, constancia en el bien. Sería la hermana pequeña de la Esperanza. Nuestro diccionario explica la palabra longanimidad como “grandeza y constancia de ánimo ante la adversidad”.

No obstante a mí me marea un poco dar sinónimos cuando las palabras están claras: alma larga, grande, ancha… ¿Para qué más?

Nos reímos con la palabrita hasta que caímos en la cuenta de que, en realidad, este término era muy frecuente, aunque camuflado, en nuestra vida diaria. Porque en  Canarias (España) la gente usa una palabra, alongarse, que viene de la misma raíz, longus.

También es cierto que hay quien sostiene que esta palabra es puramente inglesa y viene de long, pero no vamos ahora a perdernos en disquisiciones.

Alongar es alargar, estirar. Dar más longitud, agrandar. Y es también dilatar el tiempo, hacer que algo dure más. Pero en las islas se usa “alongarse” en el sentido de asomarse (normalmente a una ventana, una barandilla…) con algo de riesgo. Alongarse implica movimiento y deseo de ver, de conocer, de no vivir encerrado. Para alongarse hace falta una actitud interna de curiosidad pero es preciso implicar al cuerpo y estirarlo.

Y de repente nos pareció que esa palabra debía definir nuestro grupo, nuestro ser laical en la Iglesia…y hasta a la misma iglesia. Porque necesitamos alongarnos, salir de los ámbitos cerrados que sólo nos hablan de inmediatez, de materialismo y seguridades. Es preciso alongarse y estirar el cuerpo y el corazón para vivir agarrados a Dios y no caernos, pero para ver también qué sucede en nuestro mundo. Es urgente que asumamos riesgos y que seamos capaces de olvidar seguridades para alongarse al hermano que, en la calle y sin techo, sufre esperando mi mano “alongada”, estirada y abierta.

Alongarse supone dinamicidad  y también nuestras comunidades cristianas, nuestras parroquias, necesitan salir, alongarse, llegar, con todos sus miembros en acción, a los que están “fuera”. Ya no vale la imagen de la Iglesia que espera con las puertas abiertas…es necesario alongarse, arriesgarse, indagar nuevos caminos, correr riesgos…

Queremos vivir alongados al misterio de Dios. Sabemos que sólo una pequeña ventana nos permite adentrarnos en su ser y por ella queremos alongarnos. Sabemos que corremos riesgos, porque conocer un poco más a Dios, siempre cambia nuestra vida. Queremos vivir alongándonos a su Misterio; y queremos vivir alongándonos  continuamente hacia el  hermano.

Alongarse. Qué bonita palabra…Alóngate, hermano!

lunes, 27 de mayo de 2013

CRISTO EUCARÍSTICO, de Raúl Berzosa


Cristo Eucaristico 
Raul Berzosa
Óleo sobre lienzo 
81x116 cm

Representación del sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo instituido por Él mediante el sacrificio de la Cruz. La escena muestra la transubstanciación, consistente en la transformación de la hostia en la carne y del vino en la sangre de Cristo. Por ello la cabeza de Jesús queda enmarcada en un círculo, símbolo de la Sagrada Forma, la sangre del costado cae en el cáliz, símbolo de la sangre convertida en vino consagrado. Junto al cáliz, espigas de trigo y uvas, materiales con el que se realiza el sacramento de la Eucaristía.

Quien realiza la consagración en la iglesia Católica es únicamente el sacerdote, por ello una estola rodea el cuerpo de Cristo, como símbolo sacerdotal. Al mismo tiempo el humo del incienso rodea toda la pintura, es símbolo, sobre todo, de la actitud de ofrenda y sacrificio de los creyentes hacia Dios. El incienso une de algún modo a las personas con el altar, con sus dones y sobre todo con Cristo Jesús que se ofrece en sacrificio.

Esta pintura fue expuesta en el Congreso Eucarístico Internacional en Dublín (Irlanda) en junio de 2012 en la colección "Rostros de Cristo". La colección "Faces of Christ" en Francia: www.faces-of-christ-collection.com

Fuente: http://www.raulberzosa.com

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO, de Pepe Basto


Adoración al Santísimo Sacramento 2011
Pepe Basto
Convento de las Reparadoras
Jerez, España

TRIUNFO DE LA FE SOBRE LOS SENTIDOS, por Frías y Escalante


Triunfo de la fe sobre los sentidos 1667
Juan Antonio de Frías y Escalante,
Óleo sobre lienzo 
113x152 cm 
Museo del Prado, Madrid

EL TRIUNFO DE LA EUCARISTIA, de Murillo


El Triunfo de la Eucaristía 1662-1665
Bartolomé Esteban Murillo
Óleo sobre lienzo
196 x 250 cm.
Barroco Español
Colección Particular

El Triunfo de la Eucaristía formaba pareja con la Inmaculada Concepción en la decoración del testero de la nave de la Epístola, sobre el comulgatorio, de la iglesia de Santa María la Blanca, Sevilla. El cáliz con el Santísimo ocupa la parte central del cuadro, sobrevolado por la paloma del Espíritu Santo. La figura que lo sostiene podría ser la Iglesia como suministradora de la Eucaristia.

En la zona de la derecha encontramos un grupo de figuras que adoran el sacramento, representando la fe popular. Destaca en este grupo la facilidad del artista para captar expresiones, tanto en los rostros como en los gestos de los hombres y mujeres presentes en el abigarrado grupo.

Una iluminación dorada procedente de la Eucaristía domina el conjunto, organizado a través de un triángulo que tiene como vértice la hostia. Esa luz dorada resbala por los ropajes de los personajes.

Esta cuadro, al igual que la Inmaculada Concepción, fue sacado de Sevilla durante la Guerra de la Independencia, siendo vendido en París en 1865.

LA DISPUTA DEL SACRAMENTO (de la Eucaristía), de Rafael


La Disputa del Sacramento (de la Eucaristia) 1509-1510
Rafael Sanzio (1483-1520)
Fresco 
Renacimiento italiano
Museo Vaticano

Este fresco fue el primero realizado por Rafael a su llegada a Roma. El título de la obra no se corresponde exactamente con el tema, siendo más apropiado el Triunfo de la Eucaristía. El pintor ha organizado una composición protagonizada por la simetría y la perspectiva lineal, tomando como centro la Sagrada Forma ubicada sobre el altar. Hacia allí convergen las líneas de fuga del embaldosado suelo y las diferentes figuras del espacio terrenal. 

La composición se organiza en torno a dos hemiciclos poblados por multitud de personajes, haciendo una separación entre la superficie terrenal y la celestial, acentuada a través de las tonalidades empleadas en una y otra zona. El espacio superior está presidido por la Trinidad con Dios Padre, Cristo y el Espíritu Santo sobre la Sagrada Forma. A la derecha de Cristo encontramos a la Virgen, Jeremías, san Esteban, David, san Juan Evangelista, Adán y san Pedro mientras que a la izquierda aparecen san Juan Bautista, Judas Macabeo, san Lorenzo, Moisés, san Mateo, Abraham y san Pablo. 

En la zona terrestre han sido identificados algunos personajes como Bramante -apoyado en la balaustrada-, Francesco Maria della Rovere -el joven que se dirige al espectador-, san Gregorio Magno con el rostro de Julio II, san Jerónimo, san Ambrosio, san Agustín, san Buenaventura, Dante -coronado con laurel- o Savonarola -semioculto con un capuchón negro-. Las figuras se ubican alrededor del altar permitiendo su contemplación, creando una estructura ascendente gracias a las gradas. 

Tras ellos, en la zona de la derecha encontramos un enorme bloque de piedra que alude a la construcción de la basílica vaticana. Las influencias en Rafael son perceptibles mostrando ecos de Leonardo y Fra Bartolomeo aunque resulta personal en su deseo de dotar de vida y expresividad a cada uno de sus personajes, mostrando las diferentes actitudes humanas en un momento de cierta tensión. 

Sanzio va abandonando el estilo florentino para convertirse en un pintor romano dotando a sus personajes de elegancia clásica y un acentuado y brillante colorido resultando una obra de inolvidable belleza.

TRIUNFO DE LA EUCARISTÍA SOBRE LA IDOLATRÍA, por Peter Paul Rubens


Triunfo de la Eucaristía sobre la Idolatría 1625-1626
Rubens, Pedro Pablo
Óleo sobre tabla
86,5 cm x 105,5 cm
Escuela flamenca
Museo del Prado, Madrid, España

PROCESIÓN DEL CORPUS CHRISTI, de Basilio de Santa Cruz


Procesión del Corpus Christi
Basilio de Santa Cruz Pumacallao

Basilio de Santa Cruz Pumacallao fue un pintor indígena quechua cuya carrera comenzó hacia 1661. Retratista y pintor religioso de gran talento. Gran exponente de la escuela cuzqueña de pintura.

domingo, 26 de mayo de 2013

TRINIDAD MISERICORDIOSA, de Cáritas Muller



"La Trinidad Misericordiosa" de la hermana Cáritas Müller, nos remite al carácter trinitario de Dios en su relación con el ser humano: el Padre, en el círculo a la derecha, se vuelve hacia nosotros, nos acoge y abraza, oye nuestras súplicas y nos envía. 

En el círculo de la izquierda está el Hijo, que asumiendo nuestra frágil condición, viene a nosotros y nos manifiesta, en el servicio al prójimo, su inmenso amor; arriba: el Espíritu Santo, que nos alienta, abre nuestros ojos y nos muestra nuestra misión actual. 

En el centro, hay una figura humana que nos representa a todos que, con nuestras fragilidades y miserias, nuestros problemas y limitaciones, siempre somos amparados y abarcados por la misericordia divina

En el fondo de la escultura: un gran círculo, en cuyo interior se encuentra otro pequeño. El círculo grande simboliza la tierra, la creación en su conjunto; el más pequeño: la persona, el corazón del mundo. El ser humano ha recibido por vocación cuidar de la tierra, ser su guardián.

Los tres círculos exteriores, tocan, se empotran en los círculos centrales. Pero la mayor parte de los círculos se que da fuera. Dios es mayor que la creación. ¡Es un Misterio! “El reino de Dios está en medio de vosotros”. (Lc 16, 21).


TRINIDAD SAMARITANA, por M. Dolors Gaja, MN.


Cáritas Muller


De un tiempo a esta parte ha aparecido una representación de la Trinidad que me fascina. Porque, a veces, donde la teología balbucea, el arte hace diana. La llaman la “Trinidad de la Misericordia” pero ya he visto que, popularmente, ha recibido el nombre de “Trinidad samaritana”.

Normalmente convertimos  a Jesús, segunda persona de la Trinidad, en protagonista de la Redención. Él es quien se encarna, quien predica y muere en la cruz. Al Padre le reservamos la obra maravillosa de la Creación  y la misma resurrección de Cristo y al Espíritu, con un poco de suerte, le dejamos la Iglesia. Nos empeñamos así en parcelar la obra de Dios en un extraño reparto de responsabilidades, como si la Trinidad fuera, entre otras cosas, la promotora del trabajo cooperativo.

Por eso traigo a este blog, para el domingo de la Trinidad, esta obra de Caritas Müller. Preciosa en su realización lo es mucho más en su contenido teológico pues refleja la Trinidad volcada en la debilidad humana. Es la Trinidad quien salva y redime, quien nos levanta y sostiene. El rostro visible de este misterio invisible es Jesús…

La Trinidad samaritana representa al hombre herido que es recogido por los brazos del Padre, como en el hijo pródigo, mientras Jesús, como en la última cena, le lava y besa los pies. El Espíritu es quien infunde vida y aliento a la persona…¡Cuánta ternura expresa el arte que la teología no alcanza! Y sobre todo…¡qué bien expresa la comunión de Dios en la redención del género humano!

Ciertamente, el misterio de la Trinidad sigue siendo misterio. Y podemos decir con Catalina de Siena: “Tú, Trinidad Eterna, eres mar profundo en el que cuanto más penetro, más descubro, y cuanto más descubro más te busco”.

Creo sinceramente que a medida que la fe se hace más adulta se desemboca con naturalidad en el misterio trinitario. Y se descubre una Trinidad que me habita, una Trinidad que es lámpara encendida. Una Trinidad que es esa verdad plena que el Hijo nos viene a revelar, una Trinidad que me recuerda que Dios siempre se me escapa, siempre es “más allá”. Una Trinidad que sólo quiere ser amada y adorada. 

sábado, 25 de mayo de 2013

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, C, por Julio González, S.F.



Comentario por Julio González, S.F.

Volvemos a reunirnos este domingo para celebrar con gran solemnidad la fe de la Iglesia, nuestra fe. Y la fiesta que celebramos hoy nos presenta una fe que no se identifica con filosofías, cultos esotéricos, leyes y ritos.

El misterio de la Santísima Trinidad —el misterio de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo—, no fue recibido por los apóstoles como una "idea" sino como una "relación de amistad, de amor..., de familia".

Cuando Jesús nos habla del Padre y del Espíritu Santo, nos está hablando de Él mismo. Jesús nos dice que sus palabras y sus obras no le pertenecen: “Cuando me escucháis a mí, escucháis al Padre, porque yo no digo o hago nada por mi cuenta”.

Esta relación tan personal entre Jesús y el Padre llamó la atención de los apóstoles. Por eso, le dicen: “Enséñanos a escuchar al Padre como tú le escuchas, enséñanos a hablarle como tú le hablas, enséñanos a rezar como tú rezas”.

En su oración, Jesús nos acerca al Padre para que también nosotros participemos de esa relación, que no es la relación del Señor y el esclavo, sino la del Padre y el Hijo, la de los hermanos, la de una familia. Esta relación entre Jesús y el Padre se nos muestra con tal intensidad en los evangelios que no podemos conocer a Jesús si le separamos del Padre y sin el Espíritu Santo.

Cuando nosotros no participamos en esta relación de amistad, de amor y de familia, entonces, todos (obispos, sacerdotes, familias) corremos el peligro de convertirnos en una institución más donde las estructuras parecen ser más impotantes que las personas.

Cuando el amor, la pasión, el sacrificio de Jesús... no es sal o levadura en nuestras relaciones personales, entonces, son las normas, los preceptos y las leyes, lo que nos mantiene unidos. Pero la Iglesia no es una institución más, pues el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos llaman a ser familia, sintiendo y colaborando en esa relación de amor y entrega que les une a ellos.

viernes, 24 de mayo de 2013

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, C, por Mons. Francisco González, S.F.

Altar (detalle)
Centro de Espiritualidad San José Manyanet
Barcelona, España

Proverbios 8, 22-31
Salmo 8: Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Romanos 5, 1-5
Juan 16, 12-15


Proverbios 8, 22-31

Así dice la sabiduría de Dios: "El Señor me estableció al principio de sus tareas, "al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres."

Salmo 8: Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
R. Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
R. Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
R. Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Romanos 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará."

Comentario por Mons. Francisco González, S.F.

En todas las culturas se trata de facilitar al individuo a que entre a participar en su colectivo de acuerdo con unas normas que le guíen a tener una existencia digna y sin grandes sobresaltos. En los pueblos encontramos esos dichos, esa "sabiduría popular" que enseña al individuo, ya desde la infancia, a integrarse en su medioambiente.

Esos proverbios o refranes corresponden a una visión determinada del cosmos y de la vida. El Pueblo de Dios que también tiene su sabiduría popular, ha llegado a discernir también la Sabiduría con mayúscula, la que viene de Dios y que la primera lectura describe como procedente de Dios; posteriormente se declara estar junto a Él, y divirtiéndose en medio de la creación. La sabiduría, al proceder de Dios, imparte sensatez al hombre para que éste pueda integrarse sabiamente en la creación que Dios originó.

La fiesta de la Santísima Trinidad que hoy celebramos, es una de las mejores ocasiones para darnos cuenta, como muy bien se ha dicho, de que hablar de Dios y de su misterio equivale a balbucear. El balbucear, muy propio de los niños, es tal vez una de las mejores formas de acercarnos a Dios, de no tratar tanto de hablar de Él, sino más bien de contemplarlo, para dejarse envolver y penetrar por esa luz que viene de Él.

En la primera lectura se nos habla de la sabiduría; en el evangelio, parte todavía del "discurso de despedida" de Jesús, habla del "Espíritu de la Verdad que les revelará toda la verdad" podría uno pensar que este Espíritu va a facilitar simplemente una abundancia de conocimientos acerca de Dios, de hechos y verdades, sin embargo creo que hay algo más, mucho más, pues en la segunda lectura encontramos que San Pablo, al escribir a los Romanos hace una precisión muy importante: "…Porque el amor que Dios nos tiene se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que Él nos ha dado". En otras palabras, el Espíritu más que ha de llenarnos la cabeza de ideas, ha venido para inflamar nuestros corazones con el fuego del amor.

Tal vez la sabiduría popular, la devoción del pueblo nos puedan hacer reflexionar al haber desarrollado, aceptado y practicado la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Por la fe, nos dice San Pablo, conseguimos la salvación. ¿Qué quiere decir el apóstol en este pasaje que hoy leemos? El cristiano que por la fe tiene acceso a la salvación disfruta de paz, no solamente tranquilidad y serenidad de espíritu, sino más bien una positiva relación con Dios; adquiere la esperanza para no desesperar ante las dificultades presentes y está abierto a un futuro glorioso y por último señala Pablo el amor de Dios al hombre, el cristiano se sabe amado por Dios y como prueba de ello conoce muy bien el hecho de que Dios mandó a su Hijo para redimir a ese hombre y volverlo al círculo de amistad con Dios mismo.

En la fiesta de la Santísima Trinidad podemos muy bien proclamar ese tema también trinitario: fe, esperanza y amor.

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, C (lecturas)

Proverbios 8, 22-31
Salmo 8: Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Romanos 5, 1-5
Juan 16, 12-15

Proverbios 8, 22-31

Así dice la sabiduría de Dios: "El Señor me estableció al principio de sus tareas, "al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres."

Salmo 8: Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
R. Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
R. Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
R. Señor, dueño nuestro, 
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Romanos 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará."

jueves, 23 de mayo de 2013

ARTE: Las Dos Trinidades, Anónimo


Las Dos Trinidades
Anónimo
Ayuntamiento de Galdar, Gran Canaria, España

ARTE: La Santísima Trinidad, de Lucca Rossetti


La Santísima Trinidad 1738-1739
Lucca Rossetti
Fresco
Iglesia de San Gaudencio, Italia

ARTE: La Hospitalidad de Abraham, por Stephen Taylor


La Hospitalidad de Abraham (2004)
Stephen Taylor
Iglesia de la Santísima Trinidad

ARTE: La Santísima Trinidad, de Francisco Caro


La Santísima Trinidad, siglo XVII
Francisco Caro
Óleo sobre lienzo
125,5 cm x 125,3 cm
Museo del Prado

El Hijo, sosteniendo la cruz de su pasión y semidesnudo para mostrar la llaga de su pecho, está sentado a la derecha del Padre que, vestido totalmente, sostiene en su mano el cetro; mientras, la paloma del Espiritu Santo, con las alas extindidas, revolotea entre ambos.

Es probable que en esta pintura comunique una clara alusión a la idea de creación y redención del género humano, tanto mediante el ademán que el Padre y el Hijo hacen con sus manos al señalar o bendecir el globo del mundo, que aparece en la parte inferior sostenido por angelitos, como por la simbología de Cristo varón de dolores, redentor o intercesor del género humano.

La composición deriva remotamente de un grabado de Durero, utilizado igualmente por Velázquez, que representa la Coronación de la Virgen, del que el autor de esta obra habría aprovechado exclusivamente las figuras del Padre y del Hijo. Igualmente pudo también haber conocido algún grabado representando la Trinidad pintada por Rubens (Múnich, Pinacoteca).

El movimiento y jugueteo de los niños, sus inestables y simpáticas maneras provocan, pese a cierto aire severo en sus rostros, un relajamiento que descarga la grave solemnidad argumental de la composición; además contribuyen a dinamizar la escena dotándola de un marcado sentido barroco del que, sin embargo, carecen las otras figuras. Asimismo, la técnica con que se aplica el color, en general, a base de manchas y muy esponjosa, aumenta esa sensación.

Fuente: http://www.museodelprado.es

ARTE: El Bautismo de Cristo, por Juan de Flandes


El Bautismo de Cristo 1496-1499
Juan de Flandes
Óleo sobre tabla
Pintura flamenca
186,3 x 110,5 cm.
Colección particular

Originario de la región de Gante y Brujas, Juan de Flandes fue pintor de cámara de Isabel la Católica. Esta tabla fue el panel central de un retablo que pintó a su servicio para la Cartuja de Miraflores (Burgos), dedicado a San Juan Bautista. 

Representa el bautismo de Cristo por medio de dos ritos: por inmersión, con Cristo en el río Jordán, y por aspersión, con San Juan Bautista vertiendo el agua. Siguiendo el texto bíblico, la paloma del Espíritu Santo aparece sobre Cristo y completa la escena Dios Padre rodeado de ángeles. Las piedras preciosas del primer término simbolizan el Paraíso, y el trozo de coral, la muerte de Cristo y su santa Redención

miércoles, 22 de mayo de 2013

ARTE: Trinidad, por Alberto Durero


Trinidad 1511
Alberto Durero 
Series de Grabados
39,2 x 28,4 cm.
Xilografía Europea

Esta interpretación de la Trinidad de Alberto Durero nos muestra una visión celestial en la que Dios Padre recoge en un gesto patético el cadáver de su hijo tras la crucifixión. Los ángeles observan con gesto grave la escena y recogen los instrumentos de la Pasión de Cristo. El cuerpo desmadejado de Cristo parece resbalar sobre las rodillas de Dios, que lleva una capa pluvial. Los angelitos recogen los extremos de la capa, por lo que su aspecto es el de un baldaquino que arropa a Cristo.

Durero realiza una composición en la que parece vibrar la luz, con brillantes toques en los cuerpos, el halo resplandeciente de Dios y la paloma, aunque donde el contraste obtiene las cotas más hermosas es en las blanquísimas nubes que se rizan contra el fondo oscuro de la imagen.



ARTE: Adoración de la Santísima Trinidad, Todos los Santos, por Alberto Durero


Adoración de la Santísima Trinidad, Todos los santos, 1511
Alberto Durero 
Pintura flamenca
Óleo sobre tabla
135 x 123,4 cm.
Kunsthistorisches Museum

El cuadro fue un encargo de Martin Landauer para el Hospital de los Doce Hermanos, de Nüremberg. Debía colocarse en la capilla de Todos los Santos, por lo que el artista debía representar a todos los santos.

La superficie se ha dividido en tres niveles: el terrenal, el intermedio y el divino. El espectador se integra en el nivel terrenal, donde Durero le introduce en la adoración de la Santísima Trinidad. Durero sostiene en una cartela su nombre y la fecha de realización del cuadro.

En el nivel intermedio aparecen los intercesores tradicionales entre los fieles y los personajes sagrados: papas, reyes, obispos, y algunos conocidos de Durero, como Martin Landauer, la familia Heller y el emperador Maximiliano.

Por último, en el nivel superior aparecen Cristo, Dios, el Espíritu Santo, la Virgen, San Juan y el resto de los santos. Todo ello está traspasado por una luz suave y homogénea que da unidad a todos los niveles, desde el hermoso paisaje con el lago alpino Garda, hasta las nubes que rodean la Trinidad. Tal vez el secreto del funcionamiento de la composición sea esta misma luz, símbolo del poder creador de Dios y cuyo manejo había aprendido el pintor en Venecia.


ARTE: La Santísima Trinidad, por El Greco


La Santísima Trinidad (1577-1580)
El Greco
Óleo sobre lienzo
300 x 179 cm.
Museo del Prado

El Greco llegó a España en 1577. Felipe II estaba reclutando pintores italianos para decorar El Escorial y España era un lugar con grandes posibilidades de encontrar un buen trabajo para el Greco. Además, le unía una gran amistad con el hijo del deán de la catedral de Toledo, Don Luis de Castilla, a quien había conocido en las tertulias que organizaba Fulvio Orsini, bibliotecario del Palacio Farnesio, donde estuvo alojado el pintor durante su estancia en Roma.

En Toledo le encargaron los retablos de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo nada más llegar. La Trinidad estaba colocada en la parte superior del retablo que decoraba el altar mayor. La obra recoge el momento en que Dios Padre acoge a su hijo muerto.

La influencia en esta obra procede de Miguel Ángel en las figuras amplias y escultóricas. La composición parece tomada de Durero. Pero también pone El Greco de su parte: el dramatismo de las figuras de los ángeles llorosos, el escorzo del cuerpo de Jesús y el vibrante colorido, típico del Manierismo con esos naranjas, malvas y verdes amarillentos.

El canon de belleza clásico, donde la cabeza es la séptima parte del cuerpo, es aumentado de modo que las figuras son muy alargadas. Aquí lo apreciamos en el enorme cuerpo de Cristo y en el ángel, que está de espaldas introduciéndonos en la escena, un recurso muy manierista.

El eje de simetría en el que siempre se colocan los tres miembros de la Trinidad está roto al salirse de él la cabeza de Dios Padre, de modo que la composición se organiza a través de líneas zigzagueantes que se continúan en las piernas de Jesús.

Fuente: http://www.artehistoria.jcyl.es

ARTE: La Gloria, por Tiziano


La Gloria (1551-1554)
Tiziano
Óleo sobre lienzo
346 cm x 240 cm
Museo del Prado, Madrid, España

Preside la composición la Trinidad (Dios Padre, Cristo y la paloma del Espíritu Santo), a la izquierda aparecen la Virgen María y San Juan Bautista y, más abajo, personajes del Antiguo Testamento reconocibles por sus atributos. La figura femenina de espaldas con vestido verde se ha identificado con la Sibila Eritrea o María Magdalena. En el lado derecho unos ángeles acompañan a miembros de la familia imperial envueltos en sudarios y con ademán de súplica, encabezados por Carlos V. Por debajo aparecen dos ancianos identificados con el Aretino y Tiziano.

Obra susceptible de varias lecturas, fue concebida como plasmación visual de la ortodoxia trinitaria de los Habsburgo, adquiriendo un matiz devocional cuando Carlos pidió contemplarla antes de morir. La fuente de la pintura es un pasaje de San Agustín que narra la visión celeste de los bienaventurados. Para la composición se han sugerido semejanzas con obras de Alberto Durero y Lorenzo Lotto.

Firmada en un papel que sostiene San Juan Evangelista, colgó en el Aula de Moral de El Escorial hasta su ingreso en el Museo del Prado en 1837.

Fuente: http://www.museodelprado.es

ARTE: La Santísima Trinidad, por Domenico Beccafumi


La Santísima Trinidad (1513)
Domenico Beccafumi
Pinacoteca Nacional, Siena, Italia

ARTE: Disputa de la Trinidad, por Andrea del Sarto


Disputa de la Trinidad 1517-1518
Andrea del Sarto 1486-1530  
Oil on panel 
Pitti Palace, Florence, Italia


ARTE: La Santísima Trinidad, por José Ribera


La Santísima Trinidad (1635-1636)
José de Ribera y Cucó (1591–1652)
Óleo sobre lienzo
226 x 118 cm.
Barroco
Museo del Prado, Madrid

ARTE: Las Dos Trinidades, por Bartolomé Esteban Murillo


Las Dos Trinidades (1680)
Bartolomé Esteban Murillo
Barroco español
Óleo sobre lienzo
293 x 207 cm.
National Gallery de Londres

En la última etapa de su vida Murillo hace una de las mejores imágenes de la Sagrada Familia. Recibe también el nombre de las dos Trinidades porque la figura del Niño Jesús se ubica en el centro de la composición, formando la Trinidad celestial con el Padre Eterno y la paloma del Espíritu Santo que están sobre Él mientras al mismo tiempo establece la Trinidad terrena con la Virgen y san José. Estos personajes aparecen arrodillados en actitud de mostrar a su hijo que se sitúa sobre un pedestal.

El Padre Eterno abre sus brazos para acoger al Niño y la paloma desciende a la Tierra para posarse sobre Él. Una corte de ángeles rodea a la Trinidad celestial, conformando la Gloria. La luz y los colores empleados por Murilo configuran una espectacular sensación atmosférica que envuelve a los diferentes personajes, alejándose del tenebrismo de sus primeros años para dar paso a un estilo luminista y colorista que se inspira en la escuela flamenca con Rubens y Van Dyck a la cabeza.


ARTE: La Santísima Trinidad, por Sandro Botticelli



La Santísima Trinidad es una obra del pintor renacentista italiano Sandro Botticelli. Está ejecutada al temple sobre madera. Mide 87 centímetros de alto y 60 cm. de ancho. Pertenece al periodo 1465-1467 (otras fuentes dicen 1491-1493). Actualmente, se encuentra en las Courtauld Institute of Art de Londres.

El cuadro muestra a la Santísima Trinidad con María Magdalena, san Juan Bautista y Tobías y el ángel. La Santísima Trinidad aparece como una visión entre los santos penitentes, Magdalena y Juan, en un paisaje desierto y desolado. El Bautista invita al espectador a rezar a la Trinidad, y María Magdalena vuelve la cara, plena de emoción.

Las figuras de Tobías y el ángel son muy pequeñas en comparación con el resto. Podían ser una referencia a los donantes del retablo, el gremio de médicos y farmacéuticos: el arcángel Rafael era su santo patrón.

ARTE: La Santísima Trinidad, por Andrea del Castagno


La Santísima Trinidad (1453)
Andrea del Castagno (1420-1457)
Fresco
Basílica de la Santísima Anunciata, Florencia, Italia

La Santísima Trinidad aparece con san Jerónimo y dos santas. Las dos santas son Paula y Eustaquia (hija de Paula), quienes financiaron a san Jerónimo y le asistieron en la traducción de la Biblia al latín.


domingo, 19 de mayo de 2013

JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE, jueves después del domingo de Pentecostés (lecturas)

Isaías 52,13-53,12
Salmo 39: Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad
Lucas 22,14-20

Isaías 52,13-53,12

Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenla aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

Salmo 39: Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad

Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío,
cuántos planes en favor nuestro;
nadie se te puede comparar.
Intento proclamarlas, decirlas,
pero superan todo número.
R. Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio.
R. Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad

Entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito
en mi libro para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas.
R. Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes.
R. Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad

No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia
y tu lealtad ante la gran asamblea.
R. Aquí estoy, Señor, 
para hacer tu voluntad.

Lucas 22,14-20

Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
— He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo:
— Tornad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
— Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo:
— Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.

SÁBADO DE LA SÉPTIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Año impar (lecturas)

Eclesiástico 17,1-13
Salmo 102: La misericordia del Señor dura siempre, 
para los que cumplen sus mandatos
Marcos 10,13-16

Eclesiástico 17,1-13

El Señor formó al hombre de tierra y le hizo volver de nuevo a ella; le concedió un plazo de días contados y le dio dominio sobre la tierra; lo revistió de un poder como el suyo y lo hizo a su propia imagen; impuso su temor a todo viviente, para que dominara a bestias y aves. Les formó boca y lengua y ojos y oídos y mente para entender; los colmó de inteligencia y sabiduría y les enseñó el bien y el mal; les mostró sus maravillas, para que se fijaran en ellas, para que alaben el santo nombre y cuenten sus grandes hazañas. Les concedió inteligencia y en herencia una ley que da vida; hizo con ellos alianza eterna, enseñándoles sus mandamientos. Sus ojos vieron la grandeza de su gloria, y sus oídos oyeron la majestad de su voz. Les ordenó abstenerse de toda idolatría y les dio preceptos acerca del prójimo. Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus ojos.

Salmo 102: La misericordia del Señor dura siempre, 
para los que cumplen sus mandatos

Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos de barro.
R. La misericordia del Señor dura siempre, 
para los que cumplen sus mandatos

Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla.
R. La misericordia del Señor dura siempre, 
para los que cumplen sus mandatos

Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza.
R. La misericordia del Señor dura siempre, 
para los que cumplen sus mandatos

Marcos 10,13-16

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.