VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Sofonías 3,14-18
Isaías 12,2-6 : Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Lucas 1,39-56
Sofonías 3,14-18
Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: "No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta." Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti.
Isaías 12,2-6 : Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
R. Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
R. Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
"Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel."
R. Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Lucas 1,39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Comentario por el papa Francisco
"No se puede anunciar a Jesús con cara de funeral"
El Espíritu Santo es "el autor" de la alegría cristiana, y para anunciar el Evangelio es necesario tener en el corazón la alegría que da el Espíritu de Dios. Lo repitió el Papa Francisco durante la Misa de la mañana celebrada en la Domus Santa Marta.
Con cara de funeral no se puede anunciar a Jesús. El Papa Francisco traza una línea de demarcación respecto a una cierta forma de entender la vida cristiana, caracterizada por la tristeza. La reflexión partió las dos lecturas de la misa de hoy. La primera, del profeta Sofonías, recoge la exclamación "¡Alégrate! ¡Grita de alegría, el Señor está en medio de ti!". La segunda, tomada del Evangelio, habla de Isabel y el del niño que "salta de alegría" en su seno al oír las palabras de María - de quien el Papa, como el domingo pasado, subraya la "prisa" con la que acudía en ayuda de su prima.
Por tanto, observa el Papa Francisco, "es todo alegría, alegría que es fiesta". Y sin embargo, prosigue. "nosotros los cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de gozo, de alegría", "creo que muchas veces nos gustan más las lamentaciones". Y sin embargo, "quien nos da la alegriá es el Espíritu Santo":
"Es precisamente el Espíritu el que nos guía: Él es el autor de la alegría, el Creador de la alegría. Y esta alegría en el Espíritu, nos da la verdadera libertad cristiana. Sin alegría, los cristianos no podemos ser libres, nos hacemos esclavos de nuestras tristezas. El gran Pablo VI decía que no se puede llevar el Evangelio con cristianos tristes, decepcionados, desanimados. No se puede. Esta actitud un poco fúnebre, ¿eh? Muchas veces los cristianos tienen cara más de ir a un funeral que de ir a alabar a Dios. Y de esta alegría viene la alabanza, esta alabanza de María, esta alabanza que dice Sofonías, esta alabanza de Simeón, de Ana: ¡la alabanza de Dios!"
¿Y cómo se alaba a Dios? Se le alaba saliendo de nosotros mismos, "gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da", explica el Papa Francisco. El mismo invita a un examen de conciencia sobre la manera de rezar a Dios, dirigiendo a los presentes esta pregunta:
"Usted que está aquí en Misa, ¿usted alaba a Dios o sólo le pide o le da gracias? ¿Pero alaba a Dios? Es algo nuevo, nuevo en nuestra vida espiritual. Alabar a Dios, salir de nosotros mismos para alabar; perder tiempo alabando. ‘¡Esta Misa, qué larga se ha hecho!'. Si no alabas a Dios, no conoces esa gratuidad de perder el tiempo alabando a Dios, la Misa es larga. Pero si tienes esta actitud de alegría, de alabanza a Dios, ¡eso es hermoso! La eternidad será eso: ¡alabar a Dios! Y no será aburrido: ¡será bellísimo! Esta alegría nos hace libres".
El modelo de esta alabanza y de esta alegría es de nuevo la Madre de Jesús. "La Iglesia - recuerda el Papa Francisco - la llama "causa de nuestra alegría", Causa Nostrae Letitiae. ¿Por qué? Porque trae la alegría más grande, que es Jesús":
"Debemos rezar a la Virgen, para que al traer a Jesús nos de la gracia de la alegría, la libertad de la alegría. Que nos de la gracia de alabar, de alabar con una oración de alabanza gratuita, de alabanza, porque Él es digno de alabanza siempre. Rezar a la Virgen y decirle como dice la Iglesia: Veni, Precelsa Domina, Maria, tu nos visita, ¡Señora, tu que eres tan grande, visítanos y danos la alegría!"
Sofonías 3,14-18
Isaías 12,2-6 : Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Lucas 1,39-56
Sofonías 3,14-18
Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: "No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta." Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti.
Isaías 12,2-6 : Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
R. Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
R. Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
"Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel."
R. Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel
Lucas 1,39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Comentario por el papa Francisco
"No se puede anunciar a Jesús con cara de funeral"
El Espíritu Santo es "el autor" de la alegría cristiana, y para anunciar el Evangelio es necesario tener en el corazón la alegría que da el Espíritu de Dios. Lo repitió el Papa Francisco durante la Misa de la mañana celebrada en la Domus Santa Marta.
Con cara de funeral no se puede anunciar a Jesús. El Papa Francisco traza una línea de demarcación respecto a una cierta forma de entender la vida cristiana, caracterizada por la tristeza. La reflexión partió las dos lecturas de la misa de hoy. La primera, del profeta Sofonías, recoge la exclamación "¡Alégrate! ¡Grita de alegría, el Señor está en medio de ti!". La segunda, tomada del Evangelio, habla de Isabel y el del niño que "salta de alegría" en su seno al oír las palabras de María - de quien el Papa, como el domingo pasado, subraya la "prisa" con la que acudía en ayuda de su prima.
Por tanto, observa el Papa Francisco, "es todo alegría, alegría que es fiesta". Y sin embargo, prosigue. "nosotros los cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de gozo, de alegría", "creo que muchas veces nos gustan más las lamentaciones". Y sin embargo, "quien nos da la alegriá es el Espíritu Santo":
"Es precisamente el Espíritu el que nos guía: Él es el autor de la alegría, el Creador de la alegría. Y esta alegría en el Espíritu, nos da la verdadera libertad cristiana. Sin alegría, los cristianos no podemos ser libres, nos hacemos esclavos de nuestras tristezas. El gran Pablo VI decía que no se puede llevar el Evangelio con cristianos tristes, decepcionados, desanimados. No se puede. Esta actitud un poco fúnebre, ¿eh? Muchas veces los cristianos tienen cara más de ir a un funeral que de ir a alabar a Dios. Y de esta alegría viene la alabanza, esta alabanza de María, esta alabanza que dice Sofonías, esta alabanza de Simeón, de Ana: ¡la alabanza de Dios!"
¿Y cómo se alaba a Dios? Se le alaba saliendo de nosotros mismos, "gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da", explica el Papa Francisco. El mismo invita a un examen de conciencia sobre la manera de rezar a Dios, dirigiendo a los presentes esta pregunta:
"Usted que está aquí en Misa, ¿usted alaba a Dios o sólo le pide o le da gracias? ¿Pero alaba a Dios? Es algo nuevo, nuevo en nuestra vida espiritual. Alabar a Dios, salir de nosotros mismos para alabar; perder tiempo alabando. ‘¡Esta Misa, qué larga se ha hecho!'. Si no alabas a Dios, no conoces esa gratuidad de perder el tiempo alabando a Dios, la Misa es larga. Pero si tienes esta actitud de alegría, de alabanza a Dios, ¡eso es hermoso! La eternidad será eso: ¡alabar a Dios! Y no será aburrido: ¡será bellísimo! Esta alegría nos hace libres".
El modelo de esta alabanza y de esta alegría es de nuevo la Madre de Jesús. "La Iglesia - recuerda el Papa Francisco - la llama "causa de nuestra alegría", Causa Nostrae Letitiae. ¿Por qué? Porque trae la alegría más grande, que es Jesús":
"Debemos rezar a la Virgen, para que al traer a Jesús nos de la gracia de la alegría, la libertad de la alegría. Que nos de la gracia de alabar, de alabar con una oración de alabanza gratuita, de alabanza, porque Él es digno de alabanza siempre. Rezar a la Virgen y decirle como dice la Iglesia: Veni, Precelsa Domina, Maria, tu nos visita, ¡Señora, tu que eres tan grande, visítanos y danos la alegría!"